Cumaná del siglo XVI (27nov.1515), ya reflejaba un modelo de centro y periferia.
Todas las estructuras urbanas de las ciudades -antes de la Ciudad de Cumaná de Diego Fernández de Serpa-, todas ubicaban la catedral, edificios públicos y comerciales seguidos de sectores de residencias, con grandes y sólidas construcciones de uno y dos pisos, con techos de tejas, representativas del poder político-económico y muy vinculados con la actividad de puerto comercial.
El Área de Interés Histórico centro histórico de Cumaná, aún le siguen pintando sus casas coloniales llenas de color, una de las características no propias de la zona.
Para estas intervenciones se usa una paleta de colores, que no son de nuestra representación de Cumaná. No podría decirse que son los colores que muestran el sol radiante de la ciudad, pasando por sus atardeceres naranjas y el azul de nuestro cielo, resaltando lo cálido y colorido de nuestra idiosincrasia.
Pero, aún de lo impropio de esa paleta de colores y al transformar esa perspectiva con color, con luz, con alegría y ocupando los espacios comunes del Área de Interés Histórico, estamos seguros lo edificante, lo positivo será posible: SÍ es Sí en positivo [+].
¡No a lo oscuro, lo sucio, lo ya destruido!
La obra patrimonial del Área de Interés Histórico de Cumaná se convertirá en un hecho comunicacional, cuando al plantearnos otras interrogantes sobre una "paleta de colores" como representación de la ciudad, sus atardeceres, nuestro cielo y lo cálido-colorido de nuestra idiosincrasia triunfe.