A la memoria de:
Aly Rodríguez y Kleber Ramírez, merideños de los buenos y necesarios, sus utopías se hacen realidad.
En la comarca merideña hacemos realidad nuestros sueños
En Mérida construimos un nuevo bloque histórico para la felicidad de los merideños. Es por ello que, Pensar Mérida lo concebimos como el más grande esfuerzo que los merideños y merideñas pueden –y deben– realizar con miras a potencializar la riqueza humana, natural y espiritual que nuestra comarca posee. Colocar al ser social pueblo merideño, como el sujeto fundamental del sistema que queremos construir.
Debemos hacerlo a partir de la formulación de una nueva teoría social. Teoría social que dé cuenta del Pueblo, con mayúscula porque no se trata de cualquier Pueblo. No se trata de ese Pueblo que el pensamiento neoliberal ha definido como un ente abstracto. No. Se trata del Pueblo del presente, de él de la realidad real que vivimos. Se trata del Pueblo que siente y que padece, que piensa y actúa, que ha dejado de ser objeto de la sociedad para convertirse en sujeto fundamental de ella, se trata del Pueblo vivo. Teoría Social que hunda su razón de ser, su episteme, en la construcción de una nueva sociedad en donde impere la justicia social, la equidad, la igualdad, la felicidad, la libertad; en donde el Pueblo merideño pueda alcanzar su buen vivir. Ello ha dejado de ser una utopía.
Venezuela avanza en la búsqueda de una nueva modernidad, de su propia modernidad. Distantes estamos de aquéllos que piensan que la búsqueda del presente es la negación de nuestros orígenes. Y es que, para decirlo con Octavio Paz: "La búsqueda del presente no es la búsqueda del Edén terrestre ni de la eternidad sin fechas: es la búsqueda de la realidad real". De esa realidad que ha sido negada por quienes han pretendido hacernos aparecer como pueblos sin historia, barbaros, sin cultura. Por aquéllos que, al imponernos su modernidad, han despreciado nuestro ethos cultural, nuestra realidad como pueblo. Y es que, pensar el futuro de Venezuela, y de Mérida en particular, constituye un reto impostergable. Es un esfuerzo intelectual que debe conducirnos a diseñar una nueva estrategia de desarrollo.
Proceso en el cual debemos tener presente la capacidad de percibir nuestra heterogeneidad sociocultural. Heterogeneidad que no puede ser asimilada como dispersión, disgregación o atomización, sino más bien como diversidad. Nosotros no conocemos el desarraigo.. Por ello le conferimos a la educación, a la formación ciudadana, un lugar destacado. Entendida ésta como educación integral. Como un proceso formativo que va más allá de la escuela, de la educación formal, que se adquiere en la vida vivida.
En tal sentido, avanzar en el redimensionamiento del actual diseño geopolítico del estado implica la reformulación de la geografía merideña a partir de un nuevo concepto del territorio. El cual debe permitirnos conocer cómo está distribuido el poder político, social, económico, militar, etc., y, a su vez, definir los parámetros de cómo debería estarlo.
Revisión de la estructuración político-territorial de Mérida, que nos conduzca al diseño de una nueva administración pública eficaz y eficiente. Por tanto, resulta indispensable entender que todo proceso de transformación es una ruptura con viejas costumbres, con una cotidianidad que, mal entendida, ha sido definida como tradición cultural.
Si ello no lo entendemos así, el Plan de las Siete Transformaciones (7T) en Mérida será una quimera. Porque, para nosotros, el desarrollo no es otra cosa que el buen vivir, el vivir como humanos entre seres humanos. Y éste no es posible de alcanzar si no avanzamos en la construcción de una nueva sociedad que haga (y tenga) de la igualdad, de la solidaridad, de la equidad, de la fraternidad y la justicia social, entre otros, sus principios fundamentales; que rompa de manera radical con las odiosas diferencias de clase; que se construya a partir de la igualdad de oportunidades para acceder a la educación, la salud, el deporte, la recreación, el esparcimiento sano.
Y, como podrá suponerse, la construcción de esta nueva sociedad sólo será posible si actuamos estrictamente apegados a lo establecido en la Constitución Bolivariana, a las leyes que regulan nuestro ordenamiento jurídico y los planes y programas de desarrollo que el gobierno bolivariano ha diseñado con ese objetivo.
Es por ello que, la definición de la democracia venezolana como participativa y protagónica va más allá de ser un simple enunciado; es un principio fundamental, insustituible si en verdad queremos alcanzar el desarrollo nacional y regional. Lo establecido, en la Carta Magna, habrá de permitirnos alcanzar la dimensión social del desarrollo; la cual no es otra cosa que hacer realidad nuestra definición como Estado Social de Derecho y de Justicia. En donde el imperio de la ley sea ejercido para garantizar el fiel cumplimiento de todos los derechos humanos de los venezolanos y venezolanas, de merideños y merideñas.
En razón de ello, el diseño de un nuevo Estado Mérida debe partir de la promoción de la igualdad de oportunidades para todos los merideños y merideñas, con base en los principios de solidaridad, equidad, igualdad e inclusión, para lo cual deben adoptarse políticas públicas y programas de gobierno correspondientes con nuestra realidad social, económica, política y cultural.
La edificación de una Mérida con desarrollo humano integral, no será posible si no se parte de una concepción que entienda que la felicidad del pueblo debe ser la base fundamental del desarrollo. Por lo que, la superación de los déficits sociales aún existentes, debe constituir el objetivo fundamental a partir del cual se elaboren las políticas públicas regionales.
Para lograrlo debemos regionalizar las propuestas estratégicas contenidas en el Plan de las Siete Transformaciones (7T) que nuestro Presidente Nicolás Maduro le ha presentado al país. Estas constituyen una nueva visión de las políticas públicas que trasciende el tradicional asistencialismo. Pero debe, asimismo, entenderse que la actividad económica es un derecho humano, que los merideños y merideñas tienen derecho a un trabajo digno, bien remunerado y no explotador.
El nuestro es un estado que presenta grandes potencialidades. La diversidad de sus suelos, su variado relieve, la juventud de su población, su condición de ser un epicentro en la comunicación vial interregional lo convierten en un estado de tránsito; pero, sobre todo, su abnegada vocación por el trabajo, convierten al pueblo merideño en el mayor garante de la actividad económica.
Necesario es emprender un profundo proceso de transformación de la actividad productiva regional a partir de su diversificación, hacerse de ella una visión integral, que supere la clásica concepción economicista, por lo que la actividad productiva debe colocarse al servicio y en beneficio del merideño y la merideña, razón que justifica el por qué deben profundizarse los planes y programas de desarrollo regional; para lo cual, será necesario seguir estimulando la diversificación del sistema productivo y la organización social comunal.
Si bien, Mérida es un Estado cuyas mayores potencialidades económicas se encuentran en la actividad agrícola y turística, no es menos cierto que la explotación de nuestras riquezas naturales, renovables y no renovables, a partir de una visión profundamente humana, habrá de permitirnos lograr este objetivo. La herencia cultural que nos legó nuestro pueblo originario, el timotocuica, y nuestra diversidad étnica, que nos ha permitido poseer una heterogeneidad cultural a lo largo de nuestro proceso sociohistórico, a partir de la cual se ha conformado el alma del ser social merideño, estos, entre otros, deben ser pilares que sirvan de fundamento para el diseño de una nueva dimensión de la cultura merideña.
El desarrollo regional: otra mirada
Para nosotros, el desarrollo regional, no puede obedecer a simples estímulos locales. Éste entraña modificaciones estructurales que le den viabilidad y lo hagan posible. Por ello, no puede obviarse que los planes de desarrollo regional son, en sí mismo, planes para la transformación regional en función, y en un todo de acuerdo, con el desarrollo nacional.
Entendemos el desarrollo como un proceso –y no como un momento o fase de una formación social determinada– en el cual la interrelación del hombre con su ambiente busca alcanzar el mayor nivel de igualdad a través de una explotación racional de los recursos, renovables y no renovables, de que dispone o pueda disponer, con el fin de lograr el máximo nivel de bienestar social.
Proceso que no puede ser reducido a la creencia de que un simple reordenamiento del espacio físico constituye, en sí mismo, el mecanismo para alcanzar o establecer un proceso equilibrado o armónico; así como tampoco puede creerse que la dimensión espacial no constituye más que un soporte, objeto o ámbito del proceso económico, social y político del desarrollo; porque el desarrollo regional no es sólo crecimiento económico, el desarrollo regional es el desarrollo del ser humano; por lo que, debe estar al servicio de éste y no del territorio; en el sentido de que el territorio se constituye en un ente abstracto, subjetivo, si lo desligamos del ser humano como sujeto y objeto de la sociedad.
De obligada referencia son, en ese sentido, las investigaciones que el catedrático de la Universidad de Los Andes, Dr. Amado Moreno Pérez ha realizado por muchos años y que constituyen su línea de investigación, sobre el espacio como tema que trasciende lo geográfico.
En su obra titulada: Organización del espacio en los estados Trujillo y Mérida (1971-2011), demuestra que el estudio y construcción del proceso de organización del espacio en estas dos entidades del territorio venezolano, es posible si se hace a partir del análisis de la manera como se interrelacionan aspectos teóricos de la Sociología, la Historia, la Economía, la Política y la Geografía. La organización del espacio debe entonces ser concebido desde una perspectiva integral. Ya que el espacio es un producto social complejo determinado por el desarrollo del capitalismo mundial.
Pues bien, es esa nueva manera de ver el espacio lo que le permitió a Amado Moreno concebirlo como "un proceso interrelacionado donde intervienen de manera conjunta la población y los asentamientos humanos; las actividades económicas y de intercambio; la vialidad, el transporte y los medios de comunicación; y la ecología y el medio ambiente", como un proceso integral.
Visión que, permite concebir la planificación nacional y regional como una acción pública que comprometa la participación mancomunada de los organismos públicos y de las comunidades de una región determinada, a objeto de procurar cambios substanciales en la ordenación del territorio de acuerdo a los parámetros establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y demás instrumentos legales de planificación y desarrollo. Planificación para el desarrollo pensada de otro modo. Porque, pensar de otro modo es un pensar distinto, es impulsar un nuevo estilo de reflexionar y de discutir. Pensar de otro modo significa avanzar en una reflexión que nos conduzca a redefinir los marcos teórico conceptuales que han acompañado los cambios y transformaciones que ha vivido la humanidad. Pensar de otro modo, al decir de Pablo González Casanova, "es el estudio de ese nosotros, incluyente y variable"; de ese nosotros que, como nos lo dice Lipovetsky, es superior al "narcisismo colectivo".
Ahora bien, fraguar esa nueva formación social merideña impone elaborar una nueva visión, una nueva concepción de desarrollo regional. No se trata de transpolar mecánicamente los planes y programas de desarrollo elaborados nacionalmente, estos deben ser adecuados a la realidad y las necesidades regionales, a nuestras propias particularidades.
Es por ello que, pensar la implementación del Plan de las 7T como hoja de ruta el desarrollo regional, desde una nueva perspectiva conceptual, significa trazar el rumbo que nos permita avanzar en su edificación; significa comprender lo que ha sido el proceso sociohistórico de cada una de ellas; significa lograr que las instituciones del Estado sean eficaces y eficientes; significa dejar de ser regiones con dependencia exclusiva de la renta petrolera nacional; significa descubrir la manera de convertir sus potencialidades agrícolas y pecuarias, turísticas y mineras, en riqueza del pueblo y para el pueblo, explotadas de manera racional, respetando y salvaguardando la naturaleza como espacio humano; significa avanzar en la consolidación del poder popular, el pueblo sujeto del poder, como garantía de construcción de la democracia participativa y protagónica. Por ello, la superación de la improvisación, el cortoplacismo, la copia, la imposición externa en la elaboración de los planes de desarrollo de la nación y regionales, es la garantía para alcanzar el desarrollo nacional y regional.
Pues bien, pensar el desarrollo regional supone imaginar un proceso planificador que supere el carácter técnico-normativo, con que se le ha concebido hasta ahora. Una nueva visión del desarrollo regional, pensada desde una nueva perspectiva, debe conducirnos a colocar lo social como su tema central. Pensar el desarrollo regional puede resultar simple, si lo hacemos desde la perspectiva economicista, ya que basta con tener presente los indicadores económicos de las actividades productivas de una región para establecer los parámetros de planificación que se consideran necesarios para tal fin.
Pero no es así. Pensar el desarrollo regional es un acto más complejo. Para hacerlo es necesario dotarnos de una visión integral del mismo. Desentrañar las fortalezas, las oportunidades, las limitaciones y las aptitudes sociales, económicas, políticas, culturales, geográficas y espirituales; en fin, la manera como vive el pueblo de una región es –como hemos dicho– un proceso complejo pero ineludible su estudio y análisis, si en verdad queremos pensar el desarrollo regional.
El Estado Comunal como alternativa al Estado Liberal
La República Bolivariana de Venezuela vive un interesante proceso de transformación sociopolítica. Asimismo, el Estado venezolano experimenta el surgimiento de novedosas formas de organización. Lo cual nos permite afirmar que, con el inicio del siglo XXI, se han ido conformando nuevos modelos de organización social, con el propósito de conformar las Comuna y el Estado Comunal. Es por ello que, introducirse en el estudio de tan interesante tarea, con el fin de dar explicación a la manera como se está construyendo esa nueva realidad, en el cual, el pueblo emerge como el sujeto fundamental del mismo, constituye un interesante reto en el cual queremos participar.
En razón de ello, los venezolanos hemos vuelto nuestra mirada hacia lo local, no solo como espacio geográfico, sino como lugar en el que se generan las más cercanas y directas relaciones sociales y humanas. Por lo que, el estudio y análisis de la forma de vida de las comunidades habrá de permitirnos conocer, de una mejor manera, los retos planteados con el proceso de transformación que el gobierno del Presidente Nicolás Maduro se ha propuestos llevar adelante, para enfrentar –exitosamente- la nueva realidad sociopolítica que viven las comunidades vecinales, con miras a alcanzar el buen vivir, la construcción de sociedades en donde impere la justicia social, la equidad, la libertad, la igualdad y la fraternidad, es necesario que nuestros pueblos avancen en la redefinición, de algunos objetivos, entre otros:
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Concebir la democracia, no solo como un sistema político, sino como un modo de vivir. En donde, el pueblo con su participación y protagonismo, ocupe el rol de sujeto fundamental de la misma.
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Hacer de la organización social comunitaria un sistema que vaya más allá de la simple asociación de vecinos. La Comuna, la Ciudad Comunal y el Estado Comunal deben ser el centro para la construcción del nuevo modelo de organización social de la nación.
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Entender que los principios que hacen posible la estructuración y consolidación de los vecindarios, en estricta correspondencia con el marco jurídico-político que rige y regula el funcionamiento del país, debe respetarse el carácter autónomo y de libre determinación que las comunidades vecinales deben tener para su mejor organización y funcionamiento.
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Le otorgamos a los principios establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el carácter de Carta Magna única para el establecimiento del Estado Comunal.
Objetivos estos que no será posible hacer realidad sino conocemos la historia local de las comunidades; sino conocemos su presente vivido; sino valoramos el alcance que estas tienen como comunidades sociales, humanas; sino nos atrevemos a imaginar cómo puede ser su presente por vivir.
En Mérida, desde el pasado 2 de septiembre del año en curso, fecha en que el Presidente (reelecto) Nicolás Maduro, le planteó al país la realización del Congreso del Bloque Histórico, las SIETE TRANSFORMACIONES (7T), el Gobernador del Estado, Camarada Jehyson Guzmán, atendiendo el llamado del Presidente Nicolás Maduro, convocó, a todas las fuerzas revolucionarias de nuestro Estado, para que juntos participáramos en un amplio, intenso y profundo debate que nos permitiera encontrar los caminos a través de los cuales avancemos para hacer realidad las propuestas programáticas contenidas en el Plan de las Siete Transformaciones (7T), en nuestro Estado.
Proceso de reflexión que ha sido abordado a partir del análisis de la crisis que hoy vive el capitalismo, como "sistema histórico"; la cual nos dice que, la relación imperialista que el occidente capitalista le impuso al mundo, está llegando a su final. Analizamos, asimismo, el nuevo escenario geopolítico internacional que se está conformando, a partir de la emergencia de nuevos bloques de poder. Pero, sobre todo, le dedicamos nuestro mayor esfuerzo de reflexión a la situación que hoy vivimos los venezolanos y merideños, el estado en que se encuentra la Revolución Bolivariana. Los avances y retrocesos, los aciertos y errores, las potencialidades y limitaciones, las oportunidades y momentos, el qué hacer y cómo hacerlo, son variables, entre otras, que signan de manera general nuestras reflexiones.
Reflexiones estas que nos condujeron a las siguientes interrogantes: ¿Podrá Estados Unidos y las potencias capitalistas de occidente recobrar su hegemonía mundial? ¿Cómo harán para impedir el avance y consolidación de los BRICS? ¿Cómo harán para impedir la conformación de un mundo multipolar? ¿Lograrán detener el avance de Rusia y China, como potencias emergentes? ¿Será posible fraguar un modelo de sociedad, distinto al capitalismo imperial de occidente? ¿Cesara el imperio estadounidense en su acoso y la implementación de criminales medidas coercitivas contra nuestro país? ¿De qué manera nuestro país se insertará en ese nuevo escenario internacional? ¿Cómo haremos para consolidar el Socialismo Bolivariano? ¿Cómo hacer para que la conformación del Estado Socialista, a partir de un nuevo modelo de organización social, que tenga a la Comuna como su pilar fundamental, podamos hacerlo realidad? ¿Cómo vamos a hacer, y que debemos hacer, los merideños para alcanzar la edificación del Estado Comunal, la construcción del Bloque Histórico para el Desarrollo Regional? Las respuestas a estas interrogantes no son fáciles. Cuando creíamos haber llegado a alguna conclusión sobre las mismas, nuevas interrogantes aparecieron.
Lo cual, nos ratifica que no hay camino más difícil de transitar que el que nos conduzca a la construcción de un nuevo modelo de formación social. Sobre todo, si ese proceso de transformación tiene al Pueblo como su sujeto histórico; y, sus logros tienen como objetivo alcanzar la justicia social, la equidad, la libertad, la igualdad, la felicidad, la fraternidad y la solidaridad; para hacer realidad la Revolución Bolivariana, para construir el estado de bienestar, para alcanzar el buen vivir.
La construcción del Bloque histórico en Mérida
Necesario es entender que la construcción del Socialismo Bolivariano en nuestra Patria, constituye el objetivo fundamental de la Revolución Bolivariana. Por tanto, la posibilidad de hacer realidad los objetivos que la inspiraron; requiere de una búsqueda dialéctica permanente de nuevos objetivos, lo cual le otorga el carácter de un eterno estar haciéndose. La construcción del Socialismo Bolivariano, debe ser el producto de una reflexión profunda.
Reflexión que debe conducirnos al encuentro de una concepción venezolana del socialismo. Por lo que, una de las tareas que debemos proponernos llevar adelante tiene que ser colocar el socialismo, en la agenda de nuestro pueblo, como un tema prioritario. Que el venezolano entienda, el por qué y el para qué de la estructuración socialista de la formación social venezolana, que lo haga suyo, que lo entienda como su nueva forma de vida.
Se trata de avanzar en un profundo proceso de información, formación y educación de nuestro pueblo. Necesitamos hacerle ver a nuestros compatriotas que los conceptos de democracia y libertad, no son propiedad del capitalismo; que, muy por el contrario, son su negación. Porque, la democracia, no es solo un sistema político, sino una forma de vida; así como, la libertad, no es un retorno a la "animalidad" del ser humano, como ocurre en el capitalismo neoliberal.
Afirmaciones estas que, deben conducirnos a profundizar la reflexión sobre los conceptos de igualdad, felicidad, fraternidad, solidaridad, afecto y sentido común, como categorías fundamentales en el proceso de alcanzar la justicia social, como principios primarios del Socialismo Bolivariano. Pensarlo, a partir de estas categorías le confiere a nuestra propuesta de socialismo su originalidad, su carácter novedoso.
Por lo que, el retorno al Estado de bienestar, a la construcción del buen vivir, es posible si avanzamos en la transformación de las condiciones sociales, políticas, económicas, culturales y ambientales de la realidad que hoy tenemos. Inventamos o erramos, frase que nos legó Simón Rodríguez tiene, en el presente, una gran pertinencia para alcanzar los objetivos que tenemos propuestos; por lo que, el Plan de la Patria y el Programa de las Siete Transformaciones (7T), nos colocan de cara frente a ese objetivo.
Permítaseme recordar esta lección de nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez, citando al Libertador Simón Bolívar: "Tengamos presente que nuestro pueblo no es el europeo ni el americano del norte, que más bien es un compuesto de África y América, que una emanación de la Europa". Más adelante continúa delineando el elemento central de la estructura conceptual del modelo: "Nuestras leyes son funestas reliquias de todos los despotismos antiguos y modernos, que este edificio monstruoso se derribe, caiga y, apartando hasta sus ruinas, elevemos el templo a la justicia y, bajo los auspicios de su santa inspiración, dictemos un Código de leyes venezolanas".
Dictemos un Código de leyes venezolanas. Afirmación del Libertador que debemos traducir en: Construyamos una nueva Patria. Edifiquémosla a partir de lo que somos y lo que queremos ser. Inventemos un nuevo "bloque histórico". Construyamos el nuevo Estado Socialista.
Tengamos presente que el concepto de bloque histórico implica una crítica a las visiones mecanicistas y deterministas de las relaciones economía-política y cultura-política. Comprendamos porque Gramsci le otorga un significado particular al Estado, que lo coloca como un instrumento neutral susceptible de ser usado por cualquier clase social. De igual manera, veamos al Estado no sólo como un aparato de dominación de una clase por otra, sino como el reflejo "de la síntesis coerción-consenso y la síntesis hegemonía-dominación que caracterizan el ejercicio del poder político". Necesario es, asimismo, entender por qué para Gramsci, el bloque histórico, es un instrumento que le confiere al humanismo marxista un mayor nivel a la exaltación de las acciones humanas, "que hace a los hombres sujetos de la historia, antes que entes pasivos del desarrollo de la vida material". Son estas, entre otras, tareas centrales para la construcción del Socialismo Bolivariano.
Tengamos presente que, entre los elementos que le confieren originalidad al Socialismo Bolivariano, su carácter democrático y libertario reside, precisamente, en la posibilidad de incorporar -como sus aliados- diversos sectores y movimientos sociales para lograr el objetivo de que el bloque histórico cumpla el rol de galvanizador homogéneo del proceso sociohistórico. Es por ello que, la sociedad civil y la sociedad política hacen parte de la superestructura del bloque histórico. Por lo que, para Gramsci, la sociedad civil es considerada como el conjunto de relaciones económicas y la formación de las clases sociales; es el complejo superestructural de las "organizaciones llamadas privadas". Refiere al entorno cultural (forma de pensar y de sentir del pueblo) no determinado mecánica ni exclusivamente por las relaciones económicas que los hombres entablan. De tal manera que, la sociedad civil debe entenderse como terreno de arraigo de la ideología de la clase dirigente y como función de hegemonía de ésta sobre toda la sociedad.
Razones estas en las que encontramos la explicación y justificación a la propuesta del Presidente Nicolás Maduro, de avanzar en la construcción de la Comuna para el fraguado del Bloque Histórico Socialista. "Nicolás, te encomiendo esto como te encomendaría la vida, las comunas". Le dijo el Comandante Supremo Hugo Chávez, al Presidente Nicolás Maduro. Tarea que, en sí misma, señala la importancia que tiene la comuna. No basta con enunciar el protagonismo del pueblo en la construcción del Socialismo Bolivariano, como nueva forma de vida de los venezolanos, lo importante es hacerlo realidad.
Es por ello que, para hacer realidad el legado de nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez, es imprescindible construir un nuevo Estado. El cual, para que sea correspondiente con el modelo de democracia participativa y protagónica, para conferirle al pueblo venezolano su condición de sujeto, de principal actor ejecutante, tiene que partir de la edificación de un nuevo sistema de organización de él. Debe tener la COMUNA como pilar fundamental en su estructuración.
El Presidente Hugo Chávez nos planteó la edificación del Estado Comunal. Para hacerlo realidad debe profundizarse la promoción, el impulso y desarrollo de la participación protagónica y corresponsable del pueblo venezolano. El pueblo, como sujeto fundamental de su estructuración tendrá la responsabilidad de ser el principal ejecutor de las políticas sociales que, a través de los órganos de la administración pública, sea requerido para su realización en beneficio de la comunidad. La comuna será, de tal manera, la "célula" de organización del pueblo en la conformación y ejercicio del autogobierno. Será, asimismo, el órgano en donde se elaboraran y decidirá la planificación de los planes y programas para el desarrollo social y económico, la formulación de proyectos, la elaboración y ejecución presupuestaria, la administración y gestión de las competencias y servicios que conforme al proceso de descentralización, le sean transferidos, así como la construcción de un sistema de producción, distribución, intercambio y consumo de propiedad social, y la disposición de medios alternativos de justicia para la convivencia y la paz comunal, como tránsito hacia la sociedad socialista, democrática, de equidad y justicia social.
Es por ello que, a partir de la COMUNA:
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Se generará el diseño y descripción del sistema de ciudades y organización social del espacio geográfico de los estados y el país, con un horizonte de mediano y largo plazo.
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Se crearán las condiciones para la elaboración de los lineamientos para recrear el sistema de ciudades y organización sociogeográfica de la nación, articulado a la nueva geopolítica nacional, de acuerdo con sus cuatro fachadas; así como, articular los ejes estratégicos de desarrollo nacional en el modelo socioproductivo sustentable, endógeno, humanista, sostenible, diversificado e incluyente.
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Se generarán las políticas y acciones que permitan rediseñar el sistema de ciudades y la organización social de la ciudad, con la finalidad de crear una comunidad con equidad social y económica.
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Se logrará el fortalecimiento de la ciudad, el estado y el país, de manera integral, con base a un nuevo ordenamiento del territorio. Su fortalecimiento socioestratégico, con base a lo establecido en el Plan de la Patria y el Programa de las Siete Transformaciones (7T).
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Se logrará orientar la promoción de la ocupación del territorio, el aprovechamiento de sus recursos disponibles y la localización de las actividades productivas de tal forma que coadyuven en el fortalecimiento de infraestructuras y servicios acordes con sus potencialidades, las del estado y la nación.
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A partir de las comunas, se promoverá el desarrollo integral ecosocialista, el bienestar social colectivo y la creación y consolidación del autogobierno para el ejercicio del poder popular.
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La incorporación del pueblo, de manera protagónica y corresponsable, al proceso de transformación, creación y desarrollo de un nuevo ordenamiento del territorio, como espacio humano, serán elementos auspiciosos en la construcción del Socialismo Bolivariano.
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La promoción y desarrollo de una nueva organización integral de la ciudad, el municipio, el estado y el país, que incorpore de manera sustantiva las potencialidades y expresiones culturales de la comunidad, que permita a los "vecinos" asumir de manera protagónica y participativa la transformación de su entorno y hábitat para alcanzar el buen vivir, tanto individual como colectivo.
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Desde la comuna será posible alcanzar el equilibrio ecológico como fundamento de un ambiente sano y seguro; así como, el respeto y valoración de las condiciones físico-naturales y ecológicas de la localidad, y su irradiación al municipio, el estado y el país.
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El fortalecimiento del sistema de comunas permitirá equilibrar las relaciones campo-ciudad, el nuevo modelo socialista de ciudad y el ejercicio pleno del derecho a la ciudad para todos los habitantes.
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La comuna, es –asimismo- un escenario en donde se encuentran los más profundos sentimientos de afecto, fraternidad y solidaridad de quienes la conforman.
La comuna es, por tanto, la forma de organización social, política, económica y cultural a partir de la cual el pueblo, como comunidad, puede hacer realidad su condición de sujeto de la sociedad. Es por ello que, el fraguado de un imaginario político de nuevo tipo, que tenga como objetivo la construcción de una voluntad política colectiva, es necesario. Y es que, en éste tiempo, en que avanzamos hacia la edificación de un nuevo orden mundial, de un mundo multipolar, en que se avanza hacia la edificación de una nueva civilización que trascienda los marcos de los sistemas sociales que han existido, el acto político ha adquirido un sentido distinto.
Tiene pertinencia cerrar esta reflexión, recordando algunas opiniones del Presidente Hugo Chávez cuando dijo: "… urge abrir el debate profundo, irreverente y sincero en torno a los mecanismos necesarios para transitar hacia el Estado Comunal como forma de superación del Estado Burgués". "Tenemos que ir marchando hacia la conformación de un estado comunal, y el viejo estado burgués, que todavía vive, que está vivito y coleando, tenemos que irlo desmontando progresivamente mientras vamos levantando al estado comunal, el estado socialista, el estado bolivariano; un estado que esté en condiciones y en capacidad de conducir una revolución". "Casi todos los estados nacieron para detener revoluciones, vaya que reto el nuestro, convertir al viejo estado contrarrevolucionario en un estado revolucionario".
Las 7T y el Bloque Histórico para hacer realidad el sueño de los merideños y merideñas
El advenimiento del siglo XXI fue premonitoriamente definido como un siglo de grandes incertidumbres. Condición ésta que ha ido dilucidándose en el corto tiempo transcurrido hasta ahora. Veinticinco años y el mundo es otro. Estados Unidos perdió su hegemonía mundial. El neoliberalismo no logro imponerse como único sistema económico. Europa cada vez es más dependiente de la tierra del tío Sam. La civilización occidental cada vez más deja de ser la única civilización "culta". El mundo se ha vuelto multipolar. Rusia y China han emergido como las principales potencias económicas y armamentistas en el mundo. Por lo que a nuestro país respecta, cada día ocupamos un lugar más destacado en el concierto internacional de naciones, razón por la cual el imperio estadounidense y sus lacayos de la Unión Europea, no han cesado en su permanente agresión desestabilizadora. "Ocupamos un papel estelar en defensa de la humanidad. Esto es debido a que alzamos con vigor las banderas del Socialismo, ante un sistema global que pretende ser hegemónico.
Ante esta situación, se hace necesario reconocer las fortalezas, limitaciones, oportunidades y las aptitudes que tienen Mérida y los merideños, para consolidar los planes y programas que, con el propósito de alcanzar el desarrollo integral de nuestro estado, nos hemos propuesto alcanzar. Un desarrollo armónico e integral, garantizando el carácter democrático y participativo del mismo; que le brinde un posicionamiento geoestratégico nacional y, que no descarte, un potencial relacionamiento internacional.
Mérida cuenta con un perfil geo-social particularmente interesante. Nuestra topografía está conformada por una gran variedad de suelos y altitudes. Nuestra división Político-Territorial está conformada por ochenta y seis (86) Parroquias que constituyen los veintitrés municipios que conforman los cinco (5) Ejes Geográficos: Páramo, Metropolitano, Valles del Mocotíes, Sur del Lago y Pueblos del Sur respectivamente; el estado forma parte de 2 Distritos Motores de Desarrollo, el Distrito Motor de Boconó y el del Sur del Lago. Mérida está ubicada al occidente del país, dentro del sistema montañoso de Los Andes Venezolanos, cuenta con cuatro grandes Parques Nacionales, Sierra Nevada, Sierra de la Culata, Tapo – Caparo y Juan Pablo Peñaloza (Batallón y La Negra). Relieve que, en sí mismo, nos confiere una ventaja comparativa al hacernos poseedores de una variedad de suelos en los cuales podemos producir una enorme variedad de rubros agrícolas y pecuarios, así como el desarrollo del Motor Turismo.
El contar con esta variedad de suelos, nos confiere, igualmente, un lugar privilegiado en el principal productor de agua, tanto para el consumo humano, como para el uso de las actividades productivas agrícolas y pecuarias. Esta posición geográfica también permite la existencia de paisajes naturales de gran valor escénico, confirmando nuestro elevado potencial turístico, siendo ésta otra área a desarrollar estratégicamente.
Los merideños podemos decir, con gran orgullo, que poseemos todas las condiciones requeridas para alcanzar el desarrollo integral y el buen vivir de nuestros coterráneos. Lo cual nos permite afirmar que la formulación del Plan Regional de las Siete Transformaciones, tendrá en cuenta las áreas estratégicas que conforman nuestra geografía regional.
Empeñados estamos en crear para nuestro país, y nuestro Estado Mérida, un nuevo modelo civilizatorio y cultural alternativo al capitalismo. En ese sentido estamos creando las condiciones, materiales y espirituales, que le permitan a los merideños y merideñas, vivir bien. Armonía, equilibrio, complementariedad, solidaridad y corresponsabilidad constituyen principios s fundamentales en el establecimiento de un nuevo relacionamiento entre ciudadanos y la naturaleza; relacionamiento armónico que nos devuelve la condición de seres humanos que la modernización capitalista nos arrebató. He allí, una de las bases principistas de nuestra propuesta socialista.
Es por ello que, en función de la transición hacia el socialismo debemos radicalizar la democracia participativa y protagónica, a través de la aceleración del proceso de otorgarle el poder al pueblo, de consolidar las estructuras organizativas del poder popular a través de las comunas.
Las condiciones nos son favorables. En lo interno, luego de la heroica victoria obtenida por nuestro Presidente Nicolás Maduro, en las elecciones del 28 de julio próximo pasado, si bien nos dicen que nuevos retos se nos presentan, dieron clara demostración de que el pueblo venezolano, quiere la construcción de la Venezuela Socialista. En lo externo, un mundo nuevo está en construcción; ya no es sólo en América Latina y el Caribe donde vivimos un cambio de época, al imperio le ha costado imponer y mantener su hegemonía, para lograrlo ha tenido que recurrir a la guerra, al terrorismo, a la violencia, en fin, a la fuerza; el capitalismo como sistema-mundo, "atraviesa por una crisis estructural que puede llegar a ser terminal: una crisis que, por su catastrófica magnitud, nos obliga políticamente, como diría José Martí, a aclarar y prever cada día, como de hecho lo hemos venido haciendo, para minimizar sus impactos sobre Venezuela". Como respuesta a la misma, "ha comenzado a sentar sus bases un sistema internacional multipolar que se orienta hacia ese gran principio que Bolívar llamara el equilibrio del universo".
En función de ello, las líneas generales del Plan de la Patria para las Siete Transformaciones en nuestro estado, debe estar fundamentado en las líneas estratégicas del Plan de la Patria para las Siete Transformaciones presentado por el Presidente Nicolás Maduro. En ese sentido, estamos enfocados en las mismas fuentes inspiradoras que guiaron este gran proyecto, dentro de las cuales se encuentran:
1. Generar las bases estadales para la consolidación de la Independencia de nuestro estado, abriendo espacios que permitan fortalecer la construcción del Socialismo Bolivariano.
2. Para avanzar en el proceso de transición hacia la construcción y consolidación del Socialismo Bolivariano, como alternativa al sistema capitalista, promoveremos mecanismos que sirvan de apoyo al gran objetivo de lograr la "mayor suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad para nuestro pueblo". Para ello, seguiremos emprendiendo nuestros planes de atención inmediata de sus necesidades básicas, como son: la educación, la salud, la vivienda, la electricidad, la seguridad, el agua, la vialidad, el transporte público, la cultura, la promoción de la ciencia y la tecnología, la sana recreación, el trabajo digno y seguro, entre otros.
3. Con el propósito de convertir a Mérida "en un Estado potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la Gran Potencia Nacional, naciente en América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en Nuestra América". Desarrollaremos en Mérida, proyectos estratégicos. En este sentido nos enfocaremos en promover nuevas estrategias para garantizar la soberanía alimentaria en nuestro estado, a través de la potencialización del sector turismo y el agro-productivo, a través del diseño de:
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Propuestas de conformación de empresas agroindustriales en el eje del Páramo, Mocotíes y el Eje Panamericano. Asimismo, debemos estudiar la factibilidad de la construcción de un puerto en nuestra zona ribereña del Lago de Maracaibo, con miras a favorecer las exportaciones de nuestros productos agrícolas y pecuarios, de origen primario y agroindustrial. Así como también, para exportar, a través del Lago de Maracaibo, como vía lacustre que conecta con el Mar Caribe a través del Golfo de Venezuela, la producción agrícola, artesanal, manufacturera y de cualquier otra índole que se generen en nuestra región. Debemos tener presente que los BRICS y sus países asociados, constituyen una interesante oportunidad para ampliar los mercados internacionales, a la cual, los merideños debemos insertarnos, tenemos con que hacerlo.
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Convertir a Mérida, en un Estado potencia en lo social, lo económico y lo político, y, junto a los demás países de América Latina y el Caribe, en una potencia regional, es uno de los objetivos fundamentales, que nos proponemos alcanzar.
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En función de "contribuir al desarrollo de una nueva Geopolítica Internacional en la cual tome cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la Paz planetaria", en Mérida desarrollaremos planes que permitan garantizar el desarrollo económico y tecnológico de nuestro estado, de tal manera que el mismo pueda apoyar el referido objetivo estratégico de la nación.
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Convencidos de la necesidad de "preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana", en Mérida nos hemos propuesto el firme propósito de construir un nuevo modelo socioeconómico eco socialista; para lograrlo, promovemos la conversión de Mérida en el centro productivo de agricultura orgánica de nuestro país; asimismo, desarrollaremos planes que tiendan a considerar la producción, purificación y consumo del agua como líquido vital para la humanidad y emprenderemos proyectos eco-turísticos que permitan aprovechar las potencialidades del paisaje natural de nuestro estado para el esparcimiento sano y feliz de nuestros visitantes y pobladores.
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Teniendo presente las características, condiciones, circunstancias y peculiaridades del Pueblo y el territorio merideño, le otorgamos a las diversas manifestaciones socio-culturales de las comunidades, a los recursos hídricos, agrícolas, forestales y minerales una gran potencialidad. En ellos se encuentra la base humana y material que nos conducirá a la edificación de un nuevo Estado Mérida, desarrollado bajo los Principios del Socialismo Bolivariano, en un entorno de protección medio-ambiental que posibilite a las actuales generaciones el uso eficiente de los recursos; y a las generaciones futuras, disponer de recursos naturales preservados para sus procesos productivos, con proyección de largo plazo en la consolidación permanente del Socialismo Bolivariano.
Se trata, por así decirlo, de darle terrenalidad al Plan de las Siete Transformaciones (7T). Hacer de éste la hoja de ruta que nos conduzca a otorgarle a merideños y merideñas su felicidad. Construir la Venezuela Socialista, la Mérida Socialista, es el objetivo supremo de la Revolución Bolivariana. Por lo que, la unidad pueblo-gobierno, para enfrentar las adversidades, son la única garantía de que podamos alcanzar el desarrollo integral de nuestro amado Estado Mérida.
Al Gobernador Jehyson Guzmán lo conozco desde sus años de estudiante universitario. Fue un aventajado alumno de la Licenciatura de Administración de FACES-ULA. Destacado dirigente estudiantil, llegando a ser Presidente de la Federación de Centros Universitarios de la ULA. Conozco, porque lo viví, su positivo desempeño como Protector de Mérida. Conozco de su exitosa gestión como Gobernador. Sé de su elevado compromiso con la causa socialista, asimismo, de sus innumerables demostraciones de lealtad al Presidente Nicolás Maduro.
Y, para mí, estas son cualidades que me dicen que podemos tener la certitud de que en Mérida, el Plan de las Siete Transformaciones (7T), es una propuesta inundada de aspiraciones revolucionarias para gobernar a Mérida desde una visión socialista, humanitaria y bolivariana. El Pueblo merideño es el protagonista del mismo. Para hacerlo realidad, a todos los merideños y merideñas corresponderá el honroso papel de ser vigilantes del cumplimiento del referido Plan de las 7T, para lograr la realización y consolidación de la Venezuela Potencia, de la Mérida potencia. Venezuela ha despertado, Mérida ha despertado. La Patria Grande, la Mérida Grande, que soñaron Simón Bolívar y Vicente Campo Elías, han despertado y construyen su presente por vivir.