El Hatillo / Anzoátegui. Carnavales en nuestro querido pueblo

Miércoles, 18/12/2024 06:59 AM

¡La alegría por el carnaval! ¡Nos contagiaba a todos! Por doquier los tragos, la chanza y el divertimiento invadía los rincones de nuestro querido pueblo. El poblado se rebozaba de júbilo; y al margen de seguir llegando gente anzoatiguense hatillera y/o amigos vacacionistas con propiedades habitacionales. Generoso el pueblo los albergaba a todos, contagiado por el carnaval. Asimismo ¡Un maravilloso y suculento aroma de lebranche frito o cachicameado! ¡Flotaba en el ambiente, armonizando lo abundante con lo festivo; de nuestro carnaval hatillero!

Compinchados. Ya el sempiterno grupito de jodedores y bebedores borrachones amigos y compadres. Habíamos formado peña. Estaban presente desde el domingo anterior al lunes de carnaval, Antonio Felipe Guevara Sifontes llegado de Caracas. Igualmente arribó de San Cristóbal; Guillermo Antonio. Y lentamente otros, y otros más; fueron llegando al pueblo, a festejar y reunirse en familia.

La palamentazón la iniciamos a punta de cervezas, en la bodega de la Chicha y Elsa. Hijas de Pano. Y luego. Nos desplazamos hasta La Gran Parada. Allí jugamos bolas criollas y otros al dominó. Para posteriormente trasladarnos a la bodega de Celestino -El Zorro- y acabar con su inventario de cervezas; y luego alegres. Llegarnos al bebedero Bodega/Bar de Mauro Mendoza (-"El Colombiano"-) y su esposa Doris. Allí; ya finalmente entonados y alebrestados. Hicimos estallar unos cohetones, que semana anterior. Encargáramos hacer, el compadre Rafael Ceballos y yo; a nuestro buen amigo Genaro. De posterior en el calor de los tragos, chistes y divertimientos. Nos llegaron unos lebranches gordos encargados en La Cerca a Régulo. Mismos que con la atención, y el buen atento concurso del fogón de la comadre Ligia Parra. Fueron asados para comelona de todos.

El bar que regentaba el colombiano Mauro y su esposa Dorys. Anteriormente fue propiedad por muchos años, de Carlos Irigoyen, quien tenía allí una bodega y venta de cervezas. Nuestro querido e inolvidable "Carlitos"; padre de Nelson.

La historia que nos contó Doris. Fue que Carlitos les alquiló el local por él mudarse a Barcelona. Se desentendió del lugar. Y; luego falleció. Creándose de posterior un limbo jurídico de ausencia legal en cuanto y entonces, por un lado, el usufructo y por el otro; la legitima propiedad del local. El asunto es que el matrimonio (El colombiano Mauro y Doris) gerenciaban la Bodega/Bar sin inconvenientes ni amenazas legales algunas. Sencillo y ameno sitio. Centro de obligado concurrir a beber y compartir. En el pueblo.

Ya pasados el sábado. El domingo. El lunes; y llegado el martes de carnaval de una incansable parranda. Expectantes por el desfile de los disfraces y carrozas. Con pocas obligadas ausencias de algunos de nosotros. De aplacar la perenne pea. Ir a dormir y posterior matinal ratón que reclamaba cerveza helada. En la mañana/tarde del martes de carnaval, nos reunimos de nuevo todos. Con la finalidad de reiniciar la juerga. Y de ser posible participar en el desfile de disfraces y carrozas.

Infaltables. Estábamos allí en la Bodega/Bar. A la pata del cañón. ¡¡Helada cerveza en manos!! ~Antonio Felipe Guevara Sifontes. ~El compadre Ilidio García. ~Rafael Ceballos a quien Lucho Barrios bautizó con el mote de –"Caimán Chucuto"- Para inmensa tibiera de Rafael y desguañangamiento de risa, de todos nosotros sus amigos; de ambos dos.

Celestino García –"Ruña E ‘Queso y/o El Saca Muelas. ~Lucho a quien ya hemos mencionado; más mentiroso que el carajo, pero ameno y fraterno amigo. Y; ~Diógenes" La Onza"- Que ya rondaba a la Octavia ex esposa viuda del Cigarrón, con seis siete muchachos de ella no de Diógenes; pero enamorado -" La Onza"- como cabra loca, de la Octavia.

Dominguito. Luis Antonio –"El Burro"- y el Mocho Ramón Antoni. Terror los tres en el pueblo, de cuanta nocturna burra o cochina estuvieran de media noche realengas, en las calles del pueblo. ~Guillermo Antonio. ~Manuel Manao. ~Pedro –"Culo E’ pera". ~Marcos –"El Toro" ~Alexis García –"El Galán"-. ~Manuel García hermano mayor del compadre Ilidio, de Alexis y el joven José Luis –"Él Loro". ~Carlos Quiáro hermano de Edilia, la compañera de Celestino –"El Zorro"- ~El compadre Héctor Mata –"La Ciega"- que a todo instante rascao; se hacía insoportable con la repetidera de ¡T’as equivocao Ramón! ¡T’as equivocao Ramón! ~Augusto Querecuto. Y otros tal es el caso del gato Rafael y Julián, con casas vacacionales contiguas a la playa. ¡Altos panas, parranderos; y buenos bebedores! Estábamos allí en el pueblo a fin de festejar Los Carnavales Hatilleros.

Dominguito brevemente se ausentó del grupo, para luego ya cuatro cinco de la tarde anunciarnos. ¡Vengan! ¡Vengan! ¡Allí viene el desfile de los disfraces y las carrozas!

Nos asomamos. Iniciaba el desfile trepado en una carroza Fello. Acompañado de Beto y unos –"¡Importados de Clarines, Barcelona y Puerto La Cruz!"- Pregunté ¡¿Por qué habían traído importados?! Y de jodedor mi cuñado Diógenes– "La Onza"- Me respondió. ¡¿Es que José Manuel por la edad, no ha seguido impartiendo clases; y son pocas, las nuevas promociones en el pueblo; de allí que no tengamos suficientes?!

Portaban Fello, Beto y su corte de importadas damas de honor. Escarchadas alas de mariposas. Labios pintados de rojo. Frondosas pelucas amarillo pollito. Femeninas vestimentas con guantes rosados hasta los codos. Medias negras. Visibles pantaletas bordadas color turquí. Lentejuelas y coronas reinales de color rosado plateado rocío. Zarcillos. Primorosos lunares en cachetes de igualmente generosos y abundantes empolvados. ¡Todo un sueño! ¡Una delicada coquetería!! Un importado ¡Patico lagunero de Clarines! Situado en la acera contigua a la casa de Celestino Tonito; exclamó: ¡Hay que bellos! ¡Que lindos y primorosos! Y; la comadre Gertrudis y Celestino que le escucharon; rezongaron … ¡Ahora si nos jodimos! …

Beto al observar en la puerta del Bar/Bodega de Mauro Mendoza –"El colombiano"- y de Doris su esposa; la presencia de Ilidio. Exclamó tan alto pudieran escucharlo por encima de la algarabía y la música. El tirar de caramelos y las serpentinas,. — ¡Adiós Ilííííííídio Queriiiido! — ¡¡Adiós cúúúúúchi cúúúúúchi!! — ¡¿Adorado cúúúúúchi cúúúúúchi puya mío?! — ¡Puya querido de mis amores! — ¡Tírame un beso no seas maluco! —

A todo esto, anterior. Con profesa intención de joder. ¡¿Haciéndose el pendejo yo no fui y falsa interrogación?! Guillermo Antonio dirigiéndose a Ilidio le preguntó. ¡¿Qué vaina es esa Ilidio, porqué Beto te dice ¡¿Puya?!

Amoscado respondió Ilidio —¡Deja la guebonada Guillermo Antonio! — Deja la guebonada que me doy cuenta, que te complotas con el compadre Julio César, mi cuñado Rafael –"Caimán Chucuto"- Antonio Felipe y Lucho. — ¡Para darme casquillo y; hacerme tibiar! —

¡Dejen la gueboná y el San Benito! Todos. Todos nos doblamos. Nos desternillamos de risa a carcajada batiente. Por la ocurrencia al ver la tibiera y la cara del compadre Ilidio. ¡Rojo como un tomate!

La obstinada bebezón tal cual cosacos de estepas rusas. Entre chanzas y bromas de compadres y buenos amigos. Siguió en su misma intensidad. Algunos borrachones claudicaron y se fueron doblados de cansancio y la inmensa pea a cuestas. Otros ya siete ocho de la noche, seguimos bebiendo cerveza y en el ínterin. Guillermo trajo una botella de Old Parr. Que comenzamos a beber Antonio Felipe. Guillermo. El compadre Ilidio; y yo. Mientras el colombiano y Doris consumían su segunda botella de Ron Caballito Frenao. Fue en ese preciso instante en que asomada a la puerta de la Bodega/Bar, vimos plantada en rictus de enfado a la comadre Lilia –"La Muñeca"-esposa del compadre Ilidio.

¡Iracunda lo emplazó! ¡Carajo Ilidio! ¡¿Vas a continuar con la bebezón?! Tienes desde el domingo de carnaval que llegaron al pueblo Antonio Felipe. Guillermo Antonio. El concuñado Rafael Ceballos; y el compadre Julio César. Hoy; tres días sin ir a la casa. -¡¿Al parecer te importa un carajo si comemos o no?!- ¡¡¿…?!! ¡Ilidio se paralizó! ¡Guardó silencio!!Y Lilia … ¡Se marchó caliente, con el disgusto a cuestas!

Encapillados. Ya ocho, nueve de la noche de aquel inolvidable martes de carnaval. Solo quedábamos en la Bodega/bar el colombiano su regente. Su esposa Doris, una colombiana dama amiga del matrimonio; Ilidio y yo. De inmediato cerramos el Bar/Bodega y propuse invitándoles. Llegarnos a la discoteca motel vacacional que estaba (está) en la carretera parte final vía rumbo a Clarines antes del puente. ¡¡Y así lo hicimos!!

Ya llegados. Ordené para mí un ¡Destornillador! Para Ilidio un Whisky; y para los amigos colombianos ron, que era la bebida que gustaban. Ilidio inquirió. ¡¿Compadre que vaina es esa de -¡¿Destornillador?!- Y le respondí. Es vodka ruso con jugo de naranja, marrasquino y unas gotas de jarabe. ¡Es del carajo compadre! ¡Pero es bravo y poderoso! ¡¿Dos tres palos máximos y está bien; porque si te excedes, la voladora es enorme; para los que no lo beben de asiduidad?! Ripostando Ilidio. No quiero Whisky; mi compadre. Prefiero un Destornillador; y se encajó entre pecho y espaldas durante el resto de la velada. ¡Cinco generosos y bien servidos destornilladores, que lo llevaron al éxtasis de la jodedera, el buen humor, la alegría; y una fenomenal pea!

A la una de la madrugada retornamos al pueblo. Ilidio totalmente bebido. Cuasi perdido el conocimiento. Lloroso. Mocoso. De hipos y ronroneos. Exclamaba en semi/sueños evocando a la Lilia -"¡La Muñeca!"-, su esposa; mi comadre … ¡Yo se mi amor que estas caliente conmigo porque estoy de parrandas! ¡Porque soy un bolero, vergajo borrachón! ¡Pero te amo mi amor! ¡Te amo vergatariamente!! ... Doris; diabólicamente jodedora. Sacó de su femenino bolso de llevar un lápiz labial; y copiosamente beso a Ilidio en la frente. Cachetes y comisura de los labios. Así como en la camisa. Dejando numerosas marcas de lápiz labial en el cuello. La amiga del matrimonio también pérfida y jodedora. Más atrevida que Doris; alebrestada quizás por los rones. De su bolso extrajo un condón. Quitó su pantaleta. La doblo y metió en uno de los bolsillos traseros del pantalón de Ilidio junto al condón. Y; le mordisqueó la entrepierna. Dejando visibles huellas de lápiz labial; de la misma manera, que le colocó un zarcillo; en la oreja izquierda.

Llegados al pueblo. A hurtadillas. En silencio. Como pudimos sacamos al compadre Ilidio del carro. Arrastras, le llevamos hasta la puerta de su casa. Tocamos la puerta y nos resguardamos escondidos en la aún penumbra de la madrugada. Aguardando el escándalo y el inmenso peo; que intuíamos venir de –"La Muñeca".

¡Aquello fue del carajo! ¡Apoteósico! ¡Perversamente apoteósico! ¡Jodedor y diabólicamente apoteósico!

Lilia linterna en mano. Abrió la puerta. Alumbró; y se encontró con su marido. ¡Lo contempló rascao de a’ bola! ¡Pálido del trasnocho y de la pea! ¡Con los labios pintados de rojo! ¡Huellas de besos por lápiz labial en la frente, la boca, los cachetes, la nariz, el cuello, la camisa y a nivel del pantalón en la bragueta! ¡También un zarcillo guindando en la oreja izquierda! Y; al hurgar en los bolsillos a fin de cerciorarse de que no había perdido la cartera. -¡Hóóóóó sorpresa!- Encontró un condón y un pote de mentol de brocha china que en plena maldad este último (El mentol y la brocha china) introdujera en el bolsillo de Ilidio; el malvado de Mauro. Así como doscientos bolívares; que era un realero. Mismos que subrepticiamente de vaca habíamos puesto en su cartera, de manera que Lilia los utilizara en asuntos domésticos. Pero en el otro bolsillo ¡Hóóóóó sorpresa! ¡Maligna sorpresa! ¡¿Una pantaleta olorosa a perilla?!

¡Se rompió el silencio! ¡¿Cómo coño Ilidio tú me explicas esta vaina?! ¡¿De dónde carajo y de bolero y borrachón; sacaste tu este condón y este pote de mentol y brocha china?!

Observando escondidos nosotros los cuatro, el producto de nuestra rubiera. ¡Ardió Troya! ¡La tibiera de Lilia fue enorme! ¡A empujones lo zarandeó y metió en la casa! ¡Lo sacudía tomándolo del pecho en el clímax del enojo! A fuera escuchábamos. ¡Gran carajo! ¡Grandísimo bolero borrachón! ¡Me dijeron que te vieron salir del pueblo en el carro del compadre Julio César para Clarines! ¡Gran carajo! ¡En que burdel estabas metío! ¡Te voy a cortar er pipe y arrancar las bolas! ¡Zángano! ¡A mí no me besas con tu boca, ni me tocas más con tus cochinas manos! ¡Bolero! ¡Pedazo de muérgano! ¡Mañana agarro mis muchachos y me marcho para Barcelona!

Le dijo Lilia; de todo. ¡Borrachón! ¡Putañero! En el entre tanto. Ilidio recobrando un poco la conciencia, por encima de la enorme pea. Solo atinaba a responder. ¡Escúchame mija! ¡No te escucho un coño ripostaba "La Muñeca"! Pero Ilidio volvía a la carga.

¡Mi amor! ¡Yo te amo! ¡No creas esto! ¡Esto es vainas del compadre Julio César y el vergajo de Mauro y Doris! ¡¿No recuerdo si estaba Antonio Felipe, Rafael y el muérgano de Guillermo Antonio?!

Mientras que Lilia sin ceder. Retirando los doscientos bolívares que intuyó los jodedores le habíamos metido en el bolsillo a Ilidio. Implacable ordenaba. ¡Mañana miércoles cuando estés sobrio, me explicas de donde carajo salió esta pantaleta y los mordiscos y arañazos que tienes en la espalda! ¡Mañana miércoles no sales de la casa, hasta que se vallan del pueblo los borrachones de la cuerdita de Felipe Antonio, el compadre Julio César y Guillermo Antonio, que son los líderes de la vaina! Y si mañana veo por allí a Rafael Ceballos –"El Caimán Chucuto"- Mi concuñado. A Antonio Felipe. A Guillermo Antonio; o al compadre Julio César. Les voy a formar un inmenso peo. ¡No fartaba más! ¡Cuerda de putos borrachones boleros! ¡Mañana también le informo de esta vaina a la prima Aura Giovanina para que le ponga carácter y freno a las bebezones y puterías del compadre Julio César!

En el entre tanto. Dorys, Mauro su esposo. Su amiga paisana colombiana y yo. ¡A punta de madrugada amanecer! Nos desternillábamos de la risa. Y; abríamos de nuevo la Bodega/Bar. Cojiamos mínimo con unas cervezas heladas. Y de nuevo nos desguañangábamos de la risa y travesura; a costilla del pobre Ilidio.

¡¿Qué peo hermano!! ¡¿Qué enorme peo hermano?! ¡¿Le ha formado la muñeca a Ilidio?!

¡Así eran las ocurrencias y trastadas años atrás de entrañables amigos y compadres, en el nuestro querido Hatillo anzoatiguense, cuando los hoy casi ochentones, frisábamos los veinticinco treinta años de edad!

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