[…] ״Por Dios! Hay veces que no puedo a menos de revelarme al ver como por el abandono -por no usar apreciaciones más crudas, pues hubiera podido decir avaricia e ignorancia-, son destruidos o abandonados monumentos que por su calidad de diseño y esplendor fueron respetados hasta por el bárbaro y desenfrenado enemigo, o aquéllos que aún el tiempo, tenaz e implacable destructor, los habría respetado eternamente״. […] ״De Re A edificatoria״, León Battista Alberti.1450.
EL CRECIMIENTO Y LA EVOLUCIÓN DE LA FORMA URBANA DEL SIGLO XVI
[] 1515: Francisco de Córdoba, fraile de la orden de los dominicos, y Juan Garcés, un laico, establecieron la primera tentativa de conquista en la provincia de Cumanagoto, uno de los primeros sitios de tierra firme que conocieron la misión en puerto de las perlas, ubicada a cien metros de la costa del golfo de Cariaco, contiguo a la desembocadura del río Santa María que surcaba la ensenada de la punta del mismo nombre.
[] 1521: El capitán Gonzálo de Ocampo estableció su cuartel general, una base de represión, que fray Bartolomé De Las Casas llamó Nueva Toledo, edificada al lado de las ruinas de la anterior, más al norte, quizás con la misma traza urbana de 1515.
[] 1523: Jácome Castellón edificó la Nueva Córdoba (1523), ubicada en una altiplanicie a media legua de la desembocadura del río Cumaná y cerca del cruce de los cauces de los ríos Cumaná y Santa María.
[] 1562: El dominico fray Francisco de Montesinos, refundó Nueva Córdoba, edificando al lado de las ruinas de la anterior, ubicada en una altiplanicie entre la intersección de los cauces de los ríos Cumaná y Santa María.
LA EXPANSIÓN Y LA TRANSFORMACIÓN DEL TEJIDO URBANO
[] 1700: Las Ordenanzas y nueva planta de gobierno politico y real que se formaron para los indios y pueblos de las misiones de religiosas capuchinos de la provincia de Cumaná, formuladas por José Ramírez de Arellano, gobernador y capitán general el 15 de marzo del mismo año.
[] 1750: El proceso general de modernización del estado español y las nuevas ideas del llamado Depotismo Ilustrado de Carlos III (1759-1788), el cuál fue acometido bajo los reformadores borbónicos de inspiración francesa.
[] 1754: La ciudad completó las dos trazas urbanas, el asentamiento de Santa Inés de Cumaná y el caserío Altagracia e igualmente, el origen de un modesto suburbio, del *otro lado del río Seco o Madre Vieja, llamado El Toporo.
[] 1766: El rompimiento de la Península de Cumaná: como consecuencias del terremoto del 21 de octubre del mismo año.
Este fenómeno esta referido al trabajo de investigación del autor, donde se apreció la continua y pronunciada modificación de la línea del borde marino-costera entre los años de 1515 hasta 1975.
EL MODELO URBANO
El poblado de la fundación de la misión de El Guaiquerí de El Salado fue reubicado y nuevamente construida en el año de 1770, con el nombre de la misión de El Guaiquerí de El Socorro de Altagracia, quien detallaba un patrón explícito de centro geométrico y simbólico generador, según las Leyes de Indias, "comenzando desde la plaza y sacando desde ella las calles" y la construcción de la Iglesia de Altagracia en la plaza Guaquerí (1772).
De esto se infiere la relevancia de las palabras de Ramos:
Cita: "Felipe IV ordenó mediante Cédula Real del 14 de septiembre, que con el acuerdo y concurso del gobernador de la Nueva Andalucía, "se nombrase un capellán para los guaiqueríes e indios privilegiados y brasiles residentes en Cumaná".
Esto precipitó la fundación de las misiones de El Socoro y El Salado. Debió materializarse luego de la muerte del obispo en Margarita el 24 de agosto de1648.
El contenido de esta cita permitió deducir la presencia de un lugar con condiciones particulares desde mediados del siglo XVIII, organizado en ambos poblados Guaiqueríes a la manera de una retícula ortogonal perfectamente simétrica, que facilitó la expansión controlada para nuevas edificaciones, limitada a una simple demarcación del área hacia donde efectivamente, creció la ciudad.
El Gobernador de la Provincia Pedro José Urrutia Ramírez de Guzmán (1765-1766 y 1768-1775), planteó al Gobierno de Carlos III la conveniencia de resaltar el vector oeste del caserío Altagracia con un conjunto de obras y de elaboración de un plan urbano.
De allí, la construcción del puente de madera sobre el río Manzanares (1766), de 90 varas de largo, 6 de alto y 5 de ancho, diseñado con el más depurado, ortodoxo arte y estilo de la tradición "barroca", que impulsó la ampliación del caserío Altagracia de Cumaná.
El Gobernador, después de realizada en 1772 una visita a los territorios de la provincia de Nueva Andalucía, propone reducir las tierras de cada pueblo de indios a una simple legua cuadrada, media legua de viento a viento, mientras que a las reducciones más antiguas se les mensurase una legua e media cuadrada.
Pedro José Urrutia, consideraba que la tierra de los reguardos indígenas era demasiado, por lo que propuso su reducción: El arte y sus valores estéticos, en concreto el Barroco, se concibió como propaganda religiosa.
No cumplió una finalidad en sí mismo sino que era una vía más para la difusión de la fe, sobre todo en la América hispana donde la Iglesia tenía un carácter misional.
JUAN ANTONIO PERELLÓ (1768-1774)
Pedro José Urrutia Ramírez de Guzmán, según lineamientos de la Real Cédula de Carlos III del 15 de agosto de 1773, dió continuidad a su propósito para la elaboración de un plan urbano donde se adoptara una visión de conjunto para la caracterización jurídico-urbano-religioso como fenómeno diferenciado de los primeros barrios aledaños al caserío Santa Inés de Cumaná.
Por esta razón, Juan Antonio Perelló (1768-1774), jefe de los ingenieros reales, procedió a levantar la cartografia para organizar el programa de actividad para la ocupación de los nuevos espacios, para lo cual evaluó la expansión y transformación del tejido urbano con un esquema concéntrico de calidad diagramática expresando el orden jerárquico dentro de la dinámica de crecimiento de la ciudad de Cumaná con las siguientes acciones: (Ver Figura 1).
[] En el Barrio El Toporo se previó integrar con el trazado y configuración de las futuras calles y manzanas a construir sobre el cauce seco del río Madre Vieja; así como la demolición de algunas parcelas construidas sobre una franja de ejidos libres para la construcción de edificios públicos y de uso oficial.
El proyecto-programa, sólo trató de facilitar el crecimiento de una retícula ortogonal conformada por calles con manzanas rectangulares sobre una vía principal amplia y totalmente recta, lo cual hacía de la ciudad abierta por dos lados:
- El primero, el seguido por el cauce seco del río Madre Vieja hacia el norte
- El segundo, directo al mar hacia el oeste.
De este modo, el análisis urbano de Perelló para eo sector del Barrio El Toporo, permitió explorar y analizar el origen y la consolidación de las periferias urbanas del caserío Altagracia de Cumaná como segunda experiencia suburbana local, lo cual inicia una plataforma cognitiva que facilitó identificar y proponer como nueva área de conservación urbano-patrimonial, marco que a su vez servirá de soporte para una futura selección de los tipos edilicios suburbanos de interés para la conservación del patrimonio edificado.
LA DEMOLICIÓN DE UNA ESCALA HISTÓRICA
Los problemas de las ciudades en sus áreas de interés histórico no son problemas aislados, independientes, sino que constituyen problemas urbanísticos que originan y son condicionados por parámetros urbanos totales.
Intentar la restauración o renovación de una escala arquitectónica de interés histórico, ya sea puntual o de trama, únicamente para justificar la recuperación de un recorrido y señalable valor formal, es plenamente válido en la mayoría de los casos, pero de ningún modo una condición necesaria, ya que existen otras áreas que también poseen enorme valor y que no tienen rescatables y definidas expresiones en tal aspecto.
En el proceso arquitectónico contemporáneo, se constata un especial interés, tanto teórico como de acciones concretas, en las áreas de interés histórico.
Veamos sintéticamente las causas, los antecedentes y la trascendencia de esta actitud; porque creemos, que a partir del estudio de esta "área o sector del Barrio El Toporo", especialmente caracterizadas, se abre un camino que va más allá de ellas mismas para transformarse en un nuevo enfoque conceptual de la renovación y la planificación urbana.
La relevancia que ellas han tomado en estos momentos deriva, según pensamos, de dos motivaciones no excluyentes, pero ambas acuciantes dentro del complejo fenómeno de la transformación urbana:
[]. La consciente o inconsciente de encontrarse con sus raíces y con su continuidad cultural.
[]. El análisis de aquellas referencias de las viejas áreas estructuradas existentes.
Esta relevancia no implica eludir una responsabilidad y compromiso que tenemos con las variables y condicionantes de nuestra realidad actual, que en la mayoría de los casos es dramática y apremiante, pero sí la búsqueda de las causas que modelaron la teoría que ha comandado el diseño de los nuevos desarrollos urbanos, que en general podemos considerar como "soluciones Comerciales", y no espacios para una vida plena.
Esto nos afirma el no creer en el camino infalible de un diseño total; ni tampoco, que una sumatoria de conjuntos de volúmenes físicamente bien compuestos, dé como resultado un entorno bien solucionado.
EN DEFENSA DE LA CIUDAD
No tenemos consciencia de la ciudad como entidad, como organización activa y dinámica cuyas transformaciones nos afectan de diversas maneras.
No tenemos consciencia de nuestra profunda pertenencia a cada una de sus calles, casas y plazas.
Nuestros dirigentes, en quienes se ha delegado la responsabilidad de administrar, planificar, controlar y dirigir nuestra ciudad, no saben lo que esta es.
Es comprensible. Son dirigentes políticos, los de antes como los de ahora, para quienes la política es un fin en sí mismo y no un instrumento de transformación.
Hoy queremos que las reflexiones puramente teóricas se proyecten sobre un ejemplo de nuestra propia vivencia, como cumaneses, dentro de un espacio histórico-cultural llamado el Barrio El Toporo de la ciudad de Cumaná.
Estas reflexiones no interesan solamente al especialista, quien sin duda podría hacerlas mejor que nosotros; por el contrario, creemos que interesan al ciudadano común, al usuario de la ciudad, a todos los que disfrutamos de ella o la sufrimos,:
- ¿Qué ha ocurrido con nuestra Barrio El Toporo de la ciudad de Cumaná?,
- ¿Qué ha ocurrido con todas aquellas casas demolidas en el Barrio El Toporo, que conformaban nuestro barrio más antiguo y más tradicional?
Todos lo sabemos: fueron destruidas y las que aún quedan, muy escasas, están en proceso de destrucción.
- ¿Sabía el pueblo cumanés lo que perdía cuando se autorizó demoler estas casas del antiguo Barrio El Toporo?,
- ¿Sabían las autoridades que al violar a la ciudad y a su Barrio El Toporo violaban la historia y la cultura de un pueblo cumanés?...
Esa actitud forma parte del fariseísmo desarrollista que hoy pondera lo autóctono para explotar y manipular.
Porque, las soluciones constructivas están hechas como es lógico para satisfacer la máxima renta, donde el habitante no cuenta en absoluto.
La prepotencia, la ignorancia de las cuestiones más elementales de urbanismo, el desconocimiento de experiencias aleccionadoras, el poner en manos de burócratas decisiones que deberían pasar previamente por manos de especialistas en problemas de localización, de flujos interurbanos; todo esto ha producido unos irónicos "planes urbanos" donde se legalizó la destrucción del "Área de Interés Histórico del Barrio El Toporo de Cumaná.
LAS ÁREAS DE INTERÉS HISTÓRICO
No podemos permitir el abordaje del estudio de las áreas de interés histórico sin referirlas, insertándolas, en la planificación urbana total.
Consideramos que el estudio de las áreas de interés histórico, es el punto de partida que nos permitiría llegar a una serie de conceptos, criterios y acciones que, válidas para éstas, son aplicables a otras categorías que no participan del concepto tradicional asignado a tal calificación.
Es así, que el estudio de las áreas de interés histórico es una firme orientación que nos permitiría confrontar los planteamientos teóricos y experiencias sobre ellas, otra dimensión y alcance.
Y, a partir de su estudio, descubriríamos que se actúa con un criterio y en un campo de acción ampliado, en el que toda el "Área de Interés Histórico de Cumaná" sea "monumento" que se debe respetar y consolidar:
¡El despilfarro, en todas sus posibilidades, es enorme! ... "Desaparecen obras y referencias irreemplazables".
Verdaderos "monumentos" son destrozados por la tecnocracia insensible, la especulación o la demagogia.
Y, con ellos, referencias que abrirían claros y definidos caminos propios al desarrollo coherente de la ciudad.
Se ha perdido nuestras tradiciones de la memoria colectiva de la ciudad:
En definitiva, se es insensible a todas las arraigadas formas de vida.
Y, en general, a todas aquellos puntos de apoyo y continuidad de la estructura, no solo histórica, sino también cultural, económica y social de la ciudad de Cumaná.
LA APRECIACIÓN CUALITATIVA
El concepto de "monumento", tradicionalmente considerado como elemento aislado de singular valor, se amplía al de "área o sector", construido, interrelacionado, integrado y dependiente del contexto: Lo puntual pasa a ser parte de una trama.
Su evaluación ya no ha de hacerse exclusivamente en base a la variable formal que por tanto tiempo la comandó, para interrelacionarse con otros aspectos en los que la condicionante cultural, también es primordial.
Más aún, estamos convencidos de que el valor fundamental que califica a través de un objetivo de renovación urbana, será el de su forma de vida y todo lo que ello implica.
De este modo, la perspectiva en la cual debe concentrarse nuestra acción se modifica respecto al criterio tradicional.
La calificación de "Área de Interés Histórico se extiende a conceptos más amplios, tales como tipologías sociales, ambientales y culturales, en las que lo histórico-formal es sólo una variable por considerar, aún teniendo, como sin duda lo tiene, un incalculable valor y significado.
LA RESPONSABILIDAD TÉCNICA
Debemos ahora preguntarnos:
[-] ¿Dónde hacer la separación clara y neta, de una intervención que tiene por mira una consolidación o revitalización de un área urbana, de aquellas dadas por la especifica conservación de un patrimonio histórico?,
[-] ¿Cómo condicionar y definir la creación de nuevos espacios, integrados a una realidad existente, con caracteres muy definidos y valiosos pero, referidos ahora, a nuevas necesidades individuales y sociales dadas por una realidad actual?
Para analizar estas preguntas, comencemos por señalar que para nosotros es claro que una acción en defensa de la ciudad de Cumaná no puede fundamentarse exclusivamente en una responsabilidad técnica.
Ni que ella estará garantizada por una administración local que pueda tener en determinado momento, una actitud bien intencionada, respetuosa y seria, pues esa administración estará siempre condicionada, a su vez, por una inflexible estructura política y económica que la absorbe y modifica a su antojo en el momento que lo crea conveniente.
JUICIOS SARCÁSTICOS E INSULSOS
Evitemos, de una vez, los inevitables juicios sarcásticos e insulsas suspicacias contra el Alcalde del Municipio Sucre del Estado Sucre, dado que la Ley Orgánica de Ordenación Urbanistica, lo señala como máxima autoridad urbanistica municipal, el cual dispondrá lo concerniente a la elaboración, aprobación y ejecución de los Planes Especiales (PE) que ameritaba la "intervención" de la gran operación urbano-arquitectonica sobre de las edificaciones ya demolidas en su totalidad.
O sea, que todo lo hecho o se piensa hacer, en contenido y forma, es su responsabilidad absoluta, explicando claramente lo que motivó este escrito es un "asunto enredado, complicado o difícil o dicho de una persona: atrevida, osada, que lleva a cabo algo sin dudarlo
"Como cualquier ciudadano iracundo o furioso -algunos catedráticos acreditados del Instituto del Patrimonio Cultural (IPC)-, la llamarían amargura, tristeza, aflicción, amargor, pena, intervino el edificio sede sin autorización y puesto en entredicho la integridad del patrimonio cultural y arquitectónico de lahistoria humana de Cumana".
En consecuencia la herida duele, y como ciudadano iracundo o furioso puedo considerar injusto.
Pues, como se dice, resollando por la herida. Que no es un gesto innoble o cobarde, ni se le puede pedir al herido que guarde silencio y compostura cuando el golpe asestado es artero e inesperado del Alcalde de Municipio Sucre del Estado Sucre, por su falta de conciencia ética en la necesidad de preservar y respetar la infraestructura histórica de la ciudad de Cumaná y su legado arquitectónico.
Pero no solo debió estar obligado como autoridad urbana de la ciudad a reponer la infraestructura a sus condiciones originales, en un lapso de tres meses posterior a su notificación, sino que debería ser evaluado por su conducta deshonrosa, acto deshonesto, vejatorio e intención de causar daño, no hacer la solicitud de intervención de acuerdo con los procedimientos establecidos y con el debido respeto al Instituto del Patrimonio Cultural (IPC).
Si el Alcalde del Municipio Sucre del Estado Sucre sintiera vergüenza, renunciaría, porque ha trasgredido nuestro valores patrimoniales, culturales y arquitectónicos de la Ciudad de Cumana.
El Alcalde de Cumaná, ha violado la declaratoria de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
El Alcalde del Municipio Sucre, no ha sentido ni un ápice de culpa, el problema es de fondo, sería preciso que como valor patrimonial la ciudad como esta incorporada en la lista correspondiente de ese Organismo de la ONU.
Por lo que pregunto:
[] ¿Cómo alguien que es culpable, destinado a destruir la integridad del patrimonio cultural y arquitectónico del Barrio El Toporo de Cumaná, con el único fin de modificar-alterar-facilitar la construccion de un "esperpento" Centro Comercial?
Acaso:
[] ¿No es suficiente causa para pedirle la renuncia?
No son de mi preocupación los duros juicios profanos que, frente a la construcción-diseño arquitectónica no convencional del Centro Comercial, emite el ciudadano cumanés.
No deben de haber diferido mucho los adjetivos usados por los cumaneses, parados en la puerta del vestíbulo del Museo Antonio José de Sucre para facilitar el acceso de una máquina, al lado de los que se pronunciaron frente a la insólita mole de hierro del sacerdote y su tratado-discurso en que se dieron las reglas para saber confesar a la Comisión de Sustentación Histórica de la Casa Natal de Sucre.
Por lo que le preguntaría al Instituto del Patrimonio Cultural (IPC):
[] ¿Bajo qué criterios historiográficos la demolición de este conjunto de casas del Barrio El Toporo se convirtió en el "proyecto" de un Centro Comercial?
[] ¿Su construcción no significará un daño patrimonial al entorno urbano-arquitectónico y a la poligonal histórica, ambiental, cultural y patrimonial?
Las respuestas a estas interrogantes deberían estar acompañadas de los correctivos necesarios -desde lo legal y técnico hasta el equipo idóneo-, para llevar con el rigor de estilo de tan trascendente tarea.
Nos parece pertinente y necesaria continuar con la denuncia de los vacíos que ha tenido el proceso histórico y arquitectónico del proyecto de la "demolicion-construccion".
Y así como me parecieron naturales y comprensibles los líos institucionales entre IPC/UCV, no se produjeron igual en Cumaná por culpa de la metáfora del proyecto de arquitectura aprobado por el IPC/ ALCALDIA, cuyas raras estructuras de madera y del propio bahareque cumanés preocupaba la ausencia de comunidad, frente a enardecidos ciudadanos que aspiraban escuchar como un impulso perceptual sobre el contexto urbano, terminara exigiendo
la reparación del Barrio El Toporo en su totalidad -con la fuerza de la ortogonalidad geométrica que reflejaba su alzado-, y la fachada de las once (11) casas de El Barrio El Toporo de Cumaná.
No me parece ya tan legítimo los Inevitables juicios profanos contra el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) que, desde el interior de la propia disciplina, se le hace a un desconocido sacerdotal aficionado a la arquitectura que tuvo la desdicha de ser contratado por el propio contratista de la obra de la Casa Sucre.
Y claro, digo yo, la marcha indetenible de esa fuerza del Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) no la va a obstaculizar un simple prejuicio contextual, así esté sustentado en el propósito de proteger una zona de unas cuantas casas patrimoniales.
Y esa fuerza del IPC que impone una arquitectura no solo evidencia –más allá del arrebato, despojo, frenesí, saña que hiciera Alcaldía a la ciudad de Cumaná que había aprobado, para ese lugar, un verdadero casa-monumento alegórico, en la intención de romper con el carácter de la calle, sino con la ocupación misma de ella por las faldas se ese polémica demolición para la construcción de un edificio comercial.
DEMOLIDOS O FRACTURADOS CON ADJETIVOS
Mal mensaje del Alcalde del Municipio Sucre del Estado Sucre y el muy mal mensaje para poder ciudadano del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), quienes pretenden emitir juicios de valor sobre la base de revisar si la arquitectura que se hace, cumple con la lista de chequeo que se puede construir algún ególatra chiflado.
Sin embargo, para desdicha de unos y satisfacciones de otros, los hechos narrados son más contundentes que las palabras del ciudadano Alcalde de Cumaná o la Presidenta del IPC, que no pueden ser "demolidos" con adjetivos o fracturados con un mal elaborado instructivo, como si se tratara de algo raro y deleznable.
CONDUCTA DESHONESTA Y CONDUCTA DESHOROSA
El golpe asestado es artero e inesperado del Alcalde del Municipio Sucre del Estado Sucre, por su falta de conciencia ética en la necesidad de preservar y respetar la infraestructura histórica de la Ciudad de Cumaná y su legado arquitectónico. Además, al parecer, no ha sentido ni un ápice de culp
Sin pretender eludir el problema de fondo, sobre el asunto de las Declaratorias como mecanismo ad hoc en la pretensión de proteger aquellos bienes que, considerados como poseedores de valores culturales significativos, se encuentra amenazada no solo por el Alcalde del Municipio Sucre del Estado Sucre y el IPC, quienes son culpables de destruir la integridad del patrimonio cultural y arquitectónico.
Y, quisiera que se entendiera que, está determinada por el aprecio y el sentimiento hacia todo aquello que huela a aristocracia, la belleza urbana, el buen gusto de estar montado en los escombros, como se lee en las fotografías anexas al presente artículo
Por lo que pregunto:
[]- ¿Serán más altos o más nuestros, los valores de la imaginaria Kariña, cuya desaparición, con declaratoria o sin ella, es ya inevitable.
[]- ¿O la conversión de la lengua de la etnia Mapoyo, en una lengua muerta al desaparecer los últimos cuatro hablantes?
[]- O por lo de la Casa Natal de Sucre en Cumaná, sometido a los avatares de un gobernador prepotente, una Comisión de Sustentación Histórica de mirada corta, un proyecto diseñado por un sacerdote aficionado a la arquitectura, ausencia de los respectivos criterios historiográficos de la proyección geométrica ortogonal de la pintura de Felipe Meneses y las rocambolesca, exagerada e inverosímil idea de una mole de acero y concreto, como expresión y significado del daño patrimonial al entorno urbano-arquitectónico y a la poligonal histórica, ambiental, cultural y patrimonial.
[]- Por del área de interés histórico de la ciudad de Cumaná, con declaratoria se está cayendo a pedazos. Por el triste destino de muchos bienes patrimoniales, tangibles e intangibles que sortean un mundo de ignorancia, maltratos y negociaciones.
[]- El caso actual de la construcción de la Casa Natal de Sucre en Cumaná, lleno de monumentos nacionales y por lo tanto de declaratorias patrimoniales, pisoteadas por el gobernante regional que, a troche y moche, está levantando una obra-mole de acero y concreto –deleznable desde todo punto de vista-, para rendir un mal estereotipado homenaje a nuestro general en jefe Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá, conocido también como el Gran Mariscal de Ayacucho; nos debe llenar de congoja y nos debe alertar sobre la inutilidad de acciones oficiales si los valores que se pretenden defender no son realmente interiorizados como valores de todos los sucrenses.
DAÑO PATRIMONIAL HISTÓRICO AMBIENTAL CULTURAL Y PATRIMONIAL
De ahora en adelante, el esfuerzo de creación de una conciencia colectiva, les permita realizar planes integrales de conservación y desarrollo que nos encaucen los impulsos dirigidos a utilizar el patrimonio como estrategia para mejorar la calidad de vida de las comunidades
Por todo esto, le pido al Instituto del Patrimonio Cultural (IPC), en nombre de todos los cumaneses, que se pronuncien sobre la rocambolesca, exagerada e inverosímil obra de una mole de acero y concreto, como expresión y significado del daño patrimonial al entorno urbano-arquitectónico y a la poligonal histórica, ambiental, cultural y patrimonial y que trabajen en las tres solicitudes de declaratorias, -como expresión y significado realizadas por el Cronista Oficial de Cumaná-, y que de ahora en adelante, el esfuerzo de creación de una conciencia colectiva, les permita realizar planes integrales de conservación y desarrollo que nos encaucen los impulsos dirigidos a utilizar el patrimonio como estrategia para mejorar la calidad de vida de las comunidades articuladas transversalmente con el eje educativo.
Demuestren con un buen programa de divulgación, lo bueno que puede resultar para el verdadero desarrollo y la construcción de una identidad nacional. Pienso que esa es la tarea.
El Instituto del Patrimonio Cultural (IPC), está bien dotado para esto, tienen la autoridad, tienen poder institucional para sancionar esas preocupaciones por la integridad del patrimonio cultural y arquitectónico de los venezolanos.
El Alcalde de Cumaná, debe ser evaluado por su conducta deshonrosa, acto deshonesto, vejatorio e intención de causar daño.
Si el Alcalde sintiera vergüenza, renunciaría, porque ha trasgredido nuestros valores patrimoniales, culturales y arquitectónicos de la ciudad de Cumaná, ha violado la declaratoria de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
FIGURA 1.
PLANO GENERAL DE CUMANÁ Y SUS CONTORNOS Perelló, J. A. (26-04-1774). [Fotografía].
COMENTARIO
Juan Antonio Perelló (26-04-1774), procedió con el programa de actividad asignada para lo cual evaluó la expansión y transformación del tejido urbano con un esquema concéntrico de calidad diagramática en el cual se expresó el orden jerárquico dentro de la dinámica de crecimiento de la ciudad de Cumaná. Perelló organizó sobre una franja de ejidos libres un patrón primordialmente lineal en el cual se integraba el barrio El Toporo con el trazado de calles y manzanas a construir y la demolición de algunas parcelas para la construcción de una trama urbana abierta de edificios públicos y de uso oficial.
LEYENDA:
- [] Las propuestas indicadas en letras.
[K]. Vía principal y secundarias.
[L]. Espacio abierto central
- []- Las propuestas indicadas en números.
[1-5]. Edificaiones a demoler
LEYENDA
-[]- Las propuestas estan indicadas en color amarillo y números.
[1-5]. Edificaiones a demoler
-[]- Las edificaciones existentes están indicadas en color rojo.
[A]. Castillo de Santa María
[B]. Plaza Mayor
[C]. Castillo San Antonio de la Eminencia
[E]. Iglesia Mayor
[F]. Convento de San Francisco
[G]. Convento de Santo Domingo
[K]. Vías principales y secundarias
[L]. Espacioe abierto rectangular
[N]. Pueblo de Guaiqueríes de Altagracia
[J]. Río Manzanares
¡Que se abran cien flores y florezcan cien de pensamientos!