10.01.22 - La gobernación de Barinas quedó en manos de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), luego de un amplio triunfo en la tierra de Hugo Chávez. Un resultado que obliga a las fuerzas oficialistas a prender las alarmas de cara a la dura arena política que se avecina para los próximos años.
La ciudad de Barinas amaneció muy tranquila este 10 de enero poselectoral. Un triunfo opositor completó el inconcluso proceso electoral regional de noviembre pasado, y ahora el mapa venezolano queda con 19 gobernaciones para el Gobierno de Nicolás Maduro —además de Caracas— y cuatro para la oposición en diferentes variantes.
Sin embargo, el hecho de que un triunfo de la MUD, la coalición de los sectores más antichavistas del país, se haya dado justamente en Barinas, tierra natal de Hugo Chávez que por más de 20 años ha sido gobernada por familiares del líder revolucionario, le da una relevancia mayor a un comicio regional en un pequeño estado venezolano.
La Plaza Bolívar luce vacía por la mañana, solo la pueblan algunos trabajadores de limpieza y policías municipales, que están allí para resguardar el orden porque chavismo y oposición realizarán al mismo tiempo y a escasos metros de distancia sus respectivos balances: Jorge Arreaza, en un acto para la prensa junto con la militancia dura de su partido; y Sergio Garrido, una misa con sus seguidores en la catedral de la ciudad.
Plaza Bolívar de Barinas, huérfana en la mañana poselectoral
© Sputnik / Hernán Cano
Roberto Peña, un trabajador de la gobernación de Barinas, se acerca a Sputnik para hablar. "Grábeme", pide. "Estoy contento porque Barinas despertó, esto es un cambio, pero no es ninguna sorpresa para nosotros. Esto se venía venir, porque los gobernantes nos abandonaron, no se pusieron los pantalones cuando los necesitamos. Y, entonces, necesitamos que venga gente nueva a trabajar de verdad por el pueblo de Barinas", expresa Peña en un tono más de enojo que de alegría.
Roberto Peña, trabajador de limpieza para la gobernación de Barinas, "contento" por el resultado electoral del 9 de enero
© Sputnik / Hernán Cano
A su lado, escoba en mano, está Javier Morales, un compañero de Peña que no quiso ir a votar, pero que "el cambio tan radical que hubo me sorprendió".
Javier Morales, trabajador de la gobernación de Barinas: "El cambio tan radical que hubo me sorprendió"
© Sputnik / Hernán Cano
"Yo no pensé que iba a ganar la oposición, pero la verdad es que acá hay muchas carencias, mucha falta de trabajo, decadencia en la luz y el agua. Yo no sé si la oposición va a resolver cosas pero espero que esta gente haga algo de todo lo que prometió. Porque te digo algo, yo no voté y soy chavista de Chávez, y debo reconocer que Arreaza [Jorge] se comportó a la altura, eso me gustó mucho, porque asumió el hecho, la derrota, y ese es un gesto, una expresión, que está muy bien", le manifestó este trabajador a Sputnik.
Derrota numérica y "victoria cualitativa", según Arreaza
Cerca del mediodía del lunes 10, el PSUV convocó al acostumbrado balance después de cada contienda electoral, un mensaje que por lo general se brinda para los medios de comunicación la noche de la votación, después del primer boletín con cómputos del Consejo Nacional Electoral (CNE).
El retraso hasta la noche tarde del domingo 9, cuando finalmente Jorge Arreaza admitió la derrota chavista por Twitter, presagiaba un necesario tiempo para analizar un resultado negativo que no estaba, al parecer, en los cálculos del PSUV.
Jorge Arreaza, candidato derrotado en Barinas ofrece un balance de las elecciones
© Sputnik / Hernán Cano
"Por eso esta declaración la postergamos anoche, porque hemos estado analizando", inició Jorge Arreaza su mensaje en un teatro colmado por militantes, con el que trató de bajarle el tono a la densidad de la derrota.
"Y bueno, esos resultados hablan, pero hablan también de que nosotros crecimos casi 30.000 votos, camaradas, en unas circunstancias complicadas, y que si hubiéramos tenido un mes más de campaña la historia hubiera sido otra", apuntó Arreaza, acompañado de la vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Iris Varela, y de integrantes regionales del partido de gobierno.
El excanciller y vicepresidente de Venezuela comentó durante su declaración que la primera llamada que recibió después de la derrota fue hecha por el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien le manifestó que se debe "seguir adelante".
Arreaza parafraseó a Hugo Chávez, cuando pronunció el famoso "por ahora", en la derrota militar del alzamiento de 1992, que lo hizo mundialmente conocido y que gracias a su genialidad comunicativa transformó en una victoria política. Arreaza expresó que no fueron logrados los objetivos en Barinas, "por ahora", e hizo una distinción entre la cantidad y la calidad de los votos obtenidos.
Sergio Garrido, vencedor en los comicios barineses, hombre de la MUD
© Sputnik / Hernán Cano
"Hay que reconocer que cuantitativamente no logramos los objetivos, pero ojo, porque yo creo que sí logramos los objetivos cualitativos. La cualidad del pueblo barinés, su compromiso, con su futuro, con su conciencia entre principios de diciembre y principios de enero [tiempo en el que transcurrió la campaña electoral] es muy superior, es mayor, es más profunda y eso tenemos que valorarlo. Es una victoria cualitativa de la revolución bolivariana", redobló.
Los fantasmas del fascismo
El candidato del PSUV en Barinas envió un mensaje a los sectores violentos de la oposición, que estuvieron detrás de la candidatura del gobernador electo, Sergio Garrido, a que "administren bien" lo que calificó como una "victoria muy limitada" porque solo se refleja en los números, y les advirtió que habrá respuesta si pretenden perseguir y arremeter contra el pueblo.
"Pondremos el pecho si es necesario, los revolucionarios y revolucionarias, desde el presidente Maduro hasta el último de los militantes, para impedir que el fascismo le haga daño al pueblo digno de Barinas", expresó.
Al finalizar, Arreaza volvió a bajarle el tono al pesimismo por los resultados adversos e hizo un llamado a la militancia para no caer en la "depresión" y a tener, por el contrario, "entereza", porque no sería correcto paralizarse frente a una "derrota circunstancial".
Mujer espera en un centro electoral de la ciudad de Barinas para ejercer su derecho al voto
© Sputnik / Hernán Cano
"Sería una lectura equivocada y un paso en falso, porque nosotros no estamos ante una batalla, estamos en una guerra que tiene 1.000 batallas y es una guerra que estamos ganando porque ahí está el presidente Maduro en Miraflores [sede del Gobierno Nacional] a pesar de Trump [Donald, expresidente de EEUU], a pesar del bloqueo y a pesar de todo lo que el imperialismo ha hecho", concluyó.
Militantes por la recuperación de Barinas
Los rostros tristes y cansados, abundaban en el auditorio desde temprano. Al finalizar el acto partidario, todos salieron más moralizados. Un grupo de militantes del PSUV analizaba, frente al teatro, el discurso de Jorge Arreaza, el único orador del acto.
Manuel Caro (centro) discute con compañeros de militante balance electoral del PSUV
© Sputnik / Hernán Cano
Se notaba que habían quedado ganas de seguir hablando, de discutir, de intervenir, de dar una opinión frente a una derrota que duele.
"Claro que sí, esta es la patria de Chávez, pero nosotros los chavistas, los antiimperialistas la vamos a defender de esos guarimberos [violentos], de Garrido, con la vida si es necesario. Eso estamos discutiendo aquí", le dice a Sputnik Manuel Caro, militante del PSUV en Barinas.
Para este militante, lo principal ante la amenaza de los violentos es no caer en provocaciones y profundizar el trabajo social y político en las bases "para rescatar a Barinas de las manos de la ultraderecha".
Una nueva etapa
Centro electoral en la ciudad de Barinas, durante elecciones regionales del 9 de enero
© Sputnik / Hernán Cano
A unos metros, sobre la plaza, un historiador se acerca también a decir algo, porque cree que los debates deben volver a la calle, "como muchas otras cosas que se han perdido".
Se trata de Juan Manuel Sanguinetti, quien se presenta como el "cronista de Barinas", y dispara contra la oposición de Venezuela, sobre todo sobre el sector alineado al diputado Juan Guaidó, el G4, que respalda a Garrido.
"Deja mucho que desear la oposición venezolana, y a pesar de que pienso que este Gobierno está agotado por la burocratización excesiva, esta oposición no tiene identidad conceptual, sus cuadros son increíblemente mediocres", suelta para iniciar la charla con Sputnik.
Juan Manuel Sanguinetti, "cronista de Barinas", en diálogo con Sputnik
© Sputnik / Hernán Cano
Consultado sobre si el chavismo está derrotado luego de este revés electoral, el entrevistado menciona un elemento que ha sido decisivo en las batallas política de los últimos años, sobre todo desde el fallecimiento del líder bolivariano Hugo Chávez, la cohesión.
"El chavismo no está derrotado, porque tiene una gran cohesión. Ahora, hay que analizar si esa derrota va a producir una dispersión, porque aquí Arreaza vino molesto con parte de la dirigencia del PSUV, porque había planes nacionales que no se cumplían, incluso tanto que uno veía a Arreaza hablar y parecía un candidato opositor más. Entonces hay que ver qué pasa, pero lo que es seguro es que aquí empieza una etapa nueva", finalizó el diálogo con Sputnik.
La merma de votos al oficialismo en las regionales, 30% menos que en 2017, sumado al revés electoral del domingo 10, obliga a pensar —y rápido— esa nueva etapa que se abre, si el Gobierno pretende sobrevivir en la dura arena política que se avecina para los próximos años: elecciones presidenciales en 2024, un año después las regionales y legislativas y la posibilidad de iniciar un revocatorio del mandato presidencial para 2022.