Una medicina que no sana aunque a veces cura. Por una visión integral de la salud

Domingo, 21/07/2019 08:22 AM

La ciencia occidental positivista reconoce al ser humano como un ser BioPsicoSocial pero en su afán de especialización para "profundizar" el conocimiento ha alcanzado un alto nivel de segmentación de la "salud" del ser, en la mayoría de los casos pierde la visión de su integralidad y pretende mejorar la salud desde su parcialidad. Es así como de la visión integral, holística del ser que nos presentaban los conocimientos tradicionales ancestrales, llamados "vulgares" por los científicos positivistas (Medicina China, Ayurveda, chamánica), se pasó a la separación de su estudio como ser:

1. Biológico integral al estudio de sus órganos, al de las células y demás sistemas biológicos de manera aislada l todo;

2. Psicológico al estudio de la conducta, los procesos de aprendizaje, pensamiento, emociones, comportamientos, personalidad y sus trastornos de manera especializada; y

3. Como ser social.

Cada uno desde su perspectiva estudia a la especie humana intentando resolver sus problemas de salud, acudiendo tímidamente a la integración de todas sus dimensiones solo cuando es inevitable.

Desde la aparición de la teoría cuántica se ha puesto en evidencia la debilidad de la visión positivista al considerar que el origen y la constitución de toda la materia es energético cuando demuestra que a nivel subatómico (Cuántico) todo es energía, que la materia es solo la manifestación de una de las infinitas posibilidades de ocurrencia, por tanto esta puede estar en cualquier lugar en cualquier momento. Se ha demostrado que a nivel cuántico la energía (dualidad onda partícula) solo se comporta como materia ante la observación (Percepción a nivel consiente), es decir, el observador es co-creador de la realidad física.

Las investigaciones desde el paradigma cuántico prometen una inevitable revolución de las ciencias positivistas al abrir las puertas a conocimientos ancestrales y nuevos al mismo tiempo, sus estudios dan reconocimiento, como los enuncia Lynne Mctagard en "El Campo" al poder de la intención, a la homeopatía, al mentalismo, a la visión telepática, a las emociones como lenguaje de comunicación inter (entre personas) e intrapersonal (a nivel de células, tejidos y órganos), a la inexistencia del tiempo y el espacio a nivel cuántico, las sanaciones energéticas y a distancia, y un sin número de conocimientos ancestrales rechazados por la ciencia que ponen énfasis en lo espiritual (energético) sobre lo biológico y psicológico acusándolos de brujería, hechicería, charlatanería o en el mejor de los casos conocimiento vulgar.

Si bien somos seres biológicos que surgimos de la evolución de seres unicelulares a pluricelulares hasta tejidos y órganos en seres complejos que mediante el trabajo y la comunicación desarrollaron capacidades psíquicas individuales y colectivas como seres raciónales y consientes gracias a la interacción social, decir que somos solo biopsicosociales es un reduccionismo abismal que obvia nuestra esencia energética y sus cualidades y el manejo de las emociones y sus efectos en la constitución del ser.

Cualquier terapia para favorecer la salud de los "pacientes" por comprobada y efectiva que sea estará incompleta si no concibe al ser desde su integralidad. Puedes curar un cáncer que se reproduce porque la emoción mal manejada que lo provocó sigue vigente, puedes mitigar un trastorno depresivo con medicamentos sin develar la emoción que lo genera, puedes identificar la emoción que somatiza una enfermedad y hacerla consiente sin que desaparezcan los síntomas, puedes hacer terapias psicológicas que minimicen los síntomas sin sanar al paciente, puedes tratar las emociones adecuadamente y aun requerir operaciones quirúrgicas y medicinas alopáticas.

Se han dado pasos importantes en integrar los conocimientos científicos tradicionales a terapias emergentes (muchos de ellos concebidos desde el paradigma cuántico) como es el caso de la Nueva medicina germánica (Dr hammer), la biodescodificación y la Bioneuroemoción que analizan las "enfermedades" desde una perspectiva integral en lo biológico, emocional y psicológico, incluso está surgiendo una nueva escuela llamada la Psicobioneuroemosión que considera las enfermedades como un programa especial de respuesta al impacto de un shock emocional vivido en soledad que impacta la psique, el cerebro y a un órgano especifico (incluyendo shock emocionales vividos en el proyecto sentido y en el transgeneracional) y que puede resolverse al hacerlo consiente con métodos terapéuticos de la psicología tradicional e incluso terapias alternativas revolucionarias aun no reconocidos por la ciencia positivista pero con resultados asombrosos, e incluso teniendo consideraciones espirituales para sanar Cuerpo, alma y mente.

Es mucho lo que falta para tener una visión integral de la salud del ser pero hay demasiados elementos cognoscitivos al alcance de todos que pueden permitir a cada persona ir paulatinamente asumiendo la rectoría de su salud sin dejarla a merced de médico, psicólogos y terapeutas con visiones parciales. Cada día son más los avances científicos que abren las puertas a herramientas más relacionadas con lo energético (o espiritual) y más terapeutas incluidos médicos, psicólogos y otras disciplinas) que impulsan métodos revolucionarios que estás cambiando la historia de la medicina

 

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