Los científicos se encuentran preparados para no especular, aunque los políticos desean que los escritores y periodistas demos falsas informaciones y especulemos sobre cualquier realidad o hecho que refleje una anormalidad en la sociedad o campo biológico y, de verdad, algunas veces la sociedad quiere ser engañada porque se presta para esos juegos que la definan para avanzar en el campo cibernético, tecnológico o social. Lo importante es no ser un charlatán.
El investigador uruguayo Rafael Radi explica, por qué la ciencia tiene un papel cada vez más relevante, pero también más complicado de definir, en una sociedad que afronta desafíos que también son cada vez más complejos y complicados para definir una situación, donde ha llegado la hora de hablar de ese derecho, y de defenderlo. "El pensamiento científico, el pensamiento crítico y las decisiones basadas en evidencias ayudarían mucho a resolver estos asuntos. Yo no veo otro camino sustentable en el futuro del planeta que incorporar el arsenal científico a todas las dimensiones del quehacer humano". Señaló en una oportunidad.
Radi es uno de los investigadores latinoamericanos más reconocidos y prestigiosos. Nacido hace 56 años en Montevideo, es bioquímico y biomédico trabaja en los mecanismos moleculares de los radicales libres.
y es el primer uruguayo en ser elegido como asociado extranjero de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU. Como miembro también de las Academias de Brasil y Argentina, conoce muy bien el estado de la ciencia y la investigación biomédica en la región. "La base, es decir, que haya una masa crítica de investigadores, centros de investigación e infraestructuras, está en muchos países. En el Cono Sur, seguro; Brasil, Uruguay, Argentina y Chile, que es lo que más conozco", explica. "Pero pasar de la investigación preclínica a la clínica es un salto muy complejo en sistemas asistenciales muy demandados y que no siempre tienen suficientes recursos. La asistencia le gana a la investigación, porque siempre es la prioridad", añade.
Cuenta que uno de los problemas de la investigación biomédica en América Latina, se da en los hospitales universitarios de la región, donde "la investigación clínica siempre queda en un segundo escalón porque lo que hay que resolver es lo asistencial y no hay una tradición de reservar tiempo para hacer investigación ". En los mejores hospitales estadounidenses o europeos pasa lo contrario: los médicos pasan más horas investigando que en la práctica clínica, ya que los resultados de esa investigación son indispensables para mejorar esa práctica. "Ese circuito virtuoso hay que fomentarlo, porque la investigación alimenta mejores prácticas clínicas y la medicina genera nuevas preguntas. La investigación en biomedicina tiene que formar parte integral del sistema sanitario de un país", explica Radi. "La OMS dice que el sistema de salud debería invertir un 2% de su gasto en I+D. Uruguay y los países de la región distan mucho de eso, seguramente están entre 10 y 50 veces por debajo de ese valor. Pero sí hemos ganado mucho, en estos 30 o 40 años, en generar las capacidades básicas para que nuestros sistemas tengan la capacidad futura de generar estas inversiones", determina.
El investigador cree que parte del problema es la "falta de cultura científica" que detecta en gran parte de la clase política. "Este es un problema que también cruza a toda la política del Cono Sur; son muy pocos los políticos que se interesan de forma auténtica por la ciencia, más allá de lo anecdótico. En nuestro Parlamento nacional, en el que hay 99 diputados y senadores, los que se acercan a la ciencia quizá sean cinco o seis. Creo que los políticos ven el tema con interés y con buen talante, pero los ves aún alejados, les resulta esquivo, se dan cuenta de que por ahí va la cosa, pero no saben muy bien por dónde agarrarlo. Y temen que la ola les pase por arriba. Y esto es un tema de país, de soberanía nacional, no importa si gana la derecha o la izquierda, la ciencia tiene muchísimo que aportar en una política basada en la evidencia, en temas como la salud, el cambio climático, la educación…", explica, contundente.
Para nadie es un secreto que la ciencia tiene un gran desafío en América Latina y la Cuenca del Caribe. Lo constituye la patología del envejecimiento y la modulación de las expectativas de vida, porque, la población luego de los cuarenta años presenta cuadros tumorales y virales que se intensifica cuando observamos las referencias microbiológicas de la región y el no depositar los residuos en lugares apropiados para tal fin, proliferando los animales depredadores y las ratas como alimañas.
El cáncer, la cadena viral de la neumonía y la gripe en creciente número, hacen precisamente que las enfermedades neurodegenerativas se conviertan en un desafío biomédico cada vez mayor. El investigador lo explica así: "Uno de los grandes desafíos de la medicina moderna es cómo ir identificando la patología asociada al envejecimiento, cómo irla modulando y corrigiendo para que la expansión de la expectativa de vida se acompañe con otra expansión de la expectativa de salud. Y ahí tenemos las enfermedades neurodegenerativas, alzhéimer y párkinson, los cánceres y un tema muy importante, del que se habla poco, y que es la primera razón de discapacidad en los pacientes mayores: la fragilidad y el colapso del aparato locomotor".
Volvemos, a la idea inicial: la ciencia es la única herramienta con la que las sociedades modernas podrán enfrentarse a este brutal desafío, el de una población cada vez más envejecida y un sistema que no podrá cuidar de todos ellos. "La idea es que el cuidador sea la última medida, no sea la medida. La OMS habla de que existe una sola salud: la humana, la vegetal, el animal, la ambiental... están todas interconectadas. Y es que otro asunto que aparece en el panorama son los centenarios y los supercentenarios, que se van a multiplicar por diez en los próximos 20 años. Son grandes dilemas del siglo XXI, y aquí es donde la política y la ciencia no tienen otra que interaccionar.
Reconozco, que tengo cuatro años que no me cuido por el descontrol emocional ocasionado por la presidencia de la República ante la realidad de acto, pero hoy, se debe evitar tomar desde gaseosas hasta agua en sitios públicos proveniente de jarras y la comida ambulante.
El biólogo David Sabatini al aterrizar por primera vez en la remota Isla de Pascua (Chile), le pareció "un lugar mágico". Encontró que en las bacterias del suelo sobre el que se alzan los célebres moáis, una expedición científica certificó en 1975 una molécula desconocida hasta entonces, la rapamicina, bautizada así por el nombre nativo de la isla: Rapa Nui. Muy pronto quedó claro que aquella molécula era excepcional: inhibía el crecimiento de algunos tumores, combatía los hongos y evitaba el rechazo de órganos trasplantados. Hace una década, científicos de EE UU administraron rapamicina a ratones. Y los roedores vivieron un tiempo más.
Sabatini, nacido en Nueva York en 1968, se crio en una familia de científicos argentinos emigrados a EE UU. Cuando apenas tenía 25 años, se preguntó cuál sería el mecanismo de acción de la aparentemente milagrosa rapamicina y lo descubrió. La molécula inhibía en las células la proteína mTOR, una especie de interruptor que, en condiciones normales, se activa cuando hay nutrientes y permite el crecimiento celular. Hasta el 60% de los tumores malignos tiene su origen en la acción aberrante de este interruptor, según el biólogo, del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Algunos de mis trabajos en prensa sobre América Latina es parte de los debates e insertado en este Tecnológico y las Universidades de Oxford y Berkeley, ya van 436 artículos en discusión y, los profesores y catedráticos titulares me envían sus trabajos en creciente, lo que me permite argumentar mis conocimientos con sus avances, la de ellos en EEUU y busco acoplarlos a los de algunos científicos cubanos, esto, ha permitido a no enfermarme y sufrir de alteraciones cardiovasculares y tumorales, me preocupa más lo emocional.
La complejidad de los asuntos que debemos resolver en este planeta globalizado hace que la ciencia tenga que ser visualizada como un parte integral de los derechos humanos"
No sé si milagrosa, pero yo creo que la rapamicina es una de las moléculas más interesantes que existen. Tiene propiedades clínicas y ya se usa en medicina, porque está aprobada para muchas indicaciones y posiblemente se añadirán más, como el envejecimiento. También tiene conexiones culturales interesantes, porque viene de la Isla de Pascua, la Rapa Nui. Es una molécula que tiene muchas dimensiones interesantes. Y si uno mira la literatura científica, parece que hace de todo, parece un milagro. Vamos a ver si es cierto.
Hay varias moléculas que son un poco diferentes, pero en esencia son rapamicina. Una indicación para ellas es la inmunosupresión [la inhibición de las defensas de una persona para evitar el rechazo de un órgano trasplantado]. Otra, en cardiología, para prevenir la reestenosis [el cierre de una arteria]. Y también contra algunos tumores, en particular contra el cáncer de riñón y algunos tipos de cáncer de mama. También se utiliza en diferentes patologías relacionadas con el sistema inmunitario. La rapamicina tiene grandes posibilidades. El gran desafío es cómo usarla para hacer el bien y al mismo tiempo no hacer daño, porque obviamente la proteína mTOR tiene otras funciones importantes. Ahí está el campo ahora: en cómo encontrar ese equilibrio.
Creo que habrá algo, seguro, para ralentizar el deterioro asociado a la vejez. También creo que habrá implicaciones en el sistema nervioso, porque algunas epilepsias están causadas por mutaciones y la activación de la mTOR. Creo que esas serán las primeras secuenciales de aplicaciones. Creo que con el tiempo sabremos cómo mandar moléculas como la rapamicina a tejidos concretos. Y eso va a abrir muchas otras posibilidades: por ejemplo, dirigirse a algunas enfermedades de los músculos, como el deterioro asociado a la vejez.
Mientras, coma menos carne, evite los roedores y animales en su colchón. Y si lo hacen, claro, sus mascotas, deben estar muy limpias y controladas por un veterinario, los animales son como la especie humana, hay mucha identidad.
Desde la entrada a la vejez, debemos mecanizar nuestro cuerpo hacia fines comunes, donde se puede adaptar bien, en la urbanización donde residían mis hermanos todo se acopla bien, desde las canchas hasta las máquinas de hacer ejercicios en tiempos repartidos por igual, acompañado por comidas ligeras y jugos, resultantes de frutas de la estación.
Hay que activar las moléculas y prevenir los procesos no deseados y evitar que los murciélagos estacionen en sus casas, hay que correrlos y la carne debe ser pasada por sanidad y mataderos, el llano y el campo se encuentran copados de estos animales. Recordar siempre que los reptiles, murciélagos y ratones, son tres especies claves para experimentar con ellos e inocularles virus. Por esto, Venezuela está propensa a muchas enfermedades virulentas desde el sarampión, viruela, gripes, lechina, amigdalitis, Chagas y picaduras de insectos.
Hay que cuidar, nuestra vida saludable ante cualquier virus.
Hay que lograr un equilibrio entre lo corporal y el aspecto filosófico, nuestro organismo detecta a nivel molecular cualquier alteración, debemos desarrollar una mejor reducción calórica o restricción. La idea es alargar la vida y no contaminarla. Cuando comemos alimentos, debemos conocer sus componentes y buscar destruir las sustancias nocivas y toxicas.
Aparte, Sudamérica esta sujeta a una guerra bacteriana desde años atrás y poco, tomamos en cuenta los consejos de nuestros farmaceutas y laboratoristas. Menos a Eduardo Samán, un gran farmaceuta en ese sentido.
Trato de no desayunar, por ejemplo. Esto, me lo enseñaron los rusos y cubanos, solo frutos o avena, leche de soya con cereales. Esto, cuando practicaba yudo y karate en mi época universitaria, tenía que tener agilidad en mi locomoción y pensar. De los chinos tomo su mundo mágico, su creatividad en la cocina, más no sus alimentos. Ligan de todo en un solo plato, en eso, me agrada la comida hindú. Comí varios años de esta tendencia para dinamizar la cognición perceptiva en la elaboración de conceptos y la semiología. Te darás cuentas de nuestra cultura en esencia. Hay factores políticos que desean deteriorar nuestra memoria política y, debemos avanzar hacia un mejor mañana.
He estado leyendo sobre el campo biológico. En un tiempo, fui docente de Educación Física, les dije a mis jefes en educación que era Orientador- Psicólogo Escolar y especialista en Filosofía Jurídica, todo en la Universidad de Carabobo y tuve dos profesores Premios Nobel, Mario Vargas Llosa y Pérez Esquivel, uno peruano, otro argentino. Pero, la jefatura educativa me asignó Educación Física y tuve que estudiar tres años en un pedagógico. Un enredo. Pero, ya venia de practicar natación con los Hermanos Volcán en la pileta del Polideportivo Misael Delgado, donde me tomaron, el profesor Santiago en natación y atletismo, a su vez un ruso para judo y karate y dos norteamericanos de la Alianza para el Progreso para otra fase de la natación, estilos mariposa y pecho. Bueno, me acompañaron durante casi veinte años, las docentes Milagros Cuyares y Fátima Farías, lo sorprendente de ellas, es que todo era láminas y talleres con sus alumnos, aprendí de sus ejemplos. Debo ser explicativo, soy escritor, no yoista
"Uno de los grandes desafíos de la medicina moderna es cómo ir identificando la patología asociada al envejecimiento, cómo irla modulando y corrigiendo para que la expansión de la expectativa de vida se acompañe con otra expansión de la expectativa de salud
Fue un libro de Isaac Asimov, Nueva guía de la ciencia, el que despejó las brumas y me hizo leer biología. Aprendí allí sobre la doble hélice del ADN y el código genético, unos conceptos sobre los que nadie me había hablado en el colegio y que me dejaron literalmente hipnotizado. Aquello significaba que el mundo vivo, con toda su caprichosa exuberancia y su inaprensible complejidad, con toda su resistencia numantina a la penetración intelectual, albergaba en su seno una lógica simple y profunda, comprensible y bella como un amanecer en el desierto. La prosa desnuda de Asimov me hizo entender esto mucho antes de estudiarlo formalmente, en un destello que no debió de diferir mucho del que había deslumbrado 20 años antes a sus mismísimos descubridores. Esa lectura, como es obvio, marcó el resto de mi vida por completo, así que mi deuda con Asimov es enorme, para bien o para mal.
Asimov (1920-1992), químico, divulgador y uno de los autores de ciencia ficción más destacados de todos los tiempos. Como yo ya tenía 62 años cuando murió, siempre le he considerado un contemporáneo, y cuando tus contemporáneos empiezan a celebrar centenarios empiezas a sentir escalofríos y vértigos metafísicos. Como esto no es una necrológica, puedo ahorrarle al lector sus orígenes judíos en la Rusia soviética, su migración a Nueva York a los tres años y su crianza cutre en las oscuras trastiendas del Brooklyn de entreguerras. También su ideología progresista y su pulsión mujeriega, que merecería hoy la censura de cualquier progresista.
En su novela Nightfall, de 1941, una civilización de un planeta muy, muy lejano vive rodeada de seis soles, y por lo tanto no conoce la noche ni su abrumador espectáculo de planetas, estrellas y galaxias. Sin eso, la ciencia no ha acabado de arrancar como lo hizo en la Tierra con Copérnico, y los alienígenas se sienten autorizados a pensar que son el centro de una creación de tamaño exiguo y hecha a medida para ellos. Cada 2.000 años, sin embargo, ocurre un eclipse que descubre el cosmos en todo su grandioso esplendor, y su mera observación enloquece a las masas al revelarles su insignificancia en el gran esquema de las cosas. ¿En qué sentido es esto mala literatura?
Descubrí en los libros de ciencia- ficción las claves para vivir mejor, aislarse del mundo y tener una alimentación sana, aparte de mamá Eva, hoy en Estados Unidos de América, me enseño a comer sin brebajes, comida energética y española, sin bagajes. Luego vendría mi ama esposa Thais, jamás permitió que mis hijos y yo nos enfermáramos, aunque ella tenía una debilidad, tomar gaseosas.
Es duro decidir nuestro futuro, cuando estás en una edad difícil. Entre el retardo en la maduración de los lóbulos frontales, la intoxicación hormonal que anega el cerebro y una generalizada incompetencia para comprender el mundo, el bisoño granujiento se debe enfrentar a una de las decisiones más espinosas de la biografía: a qué dedicar nuestra vida. Cuando yo era esa larva de humano, mi cabeza era un bombo de opciones. Por supuesto, quería estudiar Periodismo en Caracas, aunque solo fuera por ver la cara de acelga que se le ponía a mi entorno familiar a nada que yo lo mencionara, y la música ocupaba la otra mitad de mis sesos poco hechos. Para colmo, también me interesaban la física, la literatura, francés. la filosofía, la psicología y el arte sutil de no hacer nada, en un ejemplo sublime de potaje vocacional.
Mi abuela Felici Torrens gastaba firma digital antes de inventarse. Firmaba con el dedo, vamos. Con el índice de la diestra, concretamente, porque, aunque era zocata perdida, esa era la yema que, entintada y estampada donde fuera preciso, le servía para demostrar que era ella y no otra. Analfabeta por razón de su sexo, su cuna y su tiempo, mi yaya no pudo, o no supo, o no quiso alfabetizarse de adulta. Quizá porque siempre tuvo quien le escribiera las cartas y le leyera los letreros, y se defendiera sola con los números. Así que, cuando iba al banco a cobrar su pensión de viuda, firmaba el recibo a dedo con esa mezcla de vergüenza y amor propio con la que anduvo por la vida. A tal fin, guardaba cual alhaja en cofre una almohadilla de caucho, un pote de tinta y un tampón secante en una funda de ganchillo que había tejido adrede y que llevaba consigo al fin del mundo. Ay, Felicita: te estoy viendo con Elena, mi otra abuela. Cómo te gustaba visar un papelote, aunque no entendieras una sílaba, o igual por eso. Hasta aquí la nostalgia. Salvo a ella, no añoro nada de aquello: describo.
Pienso en cuando veo a tantos ancianos obligados a entender y pagar Internet y un móvil inteligente para manejar su propio dinero o quedar con su médico. Ciertos bancos lisonjean en sus anuncios a esas mayores digitales sin enfermedades ni limitaciones ni, casi, arrugas en el cutis. Haberlos, haylos. El otro día iba un AVE a Valencia llenito de ellos mirando en Google dónde bailar bachata. Pero los otros, los que no pueden o no saben o no quieren aprender el nuevo alfabeto y no tienen ni tienen por qué tener quien les enseñe, también existen. Mi mamá firmaba con el dedo ante un cajero de carne y hueso. Los nuevos analfabetos, ni eso. Malviven en un sistema que les ignora y les maltrata. Yo que los banqueros pensaban en ellos. Llevan décadas lucrándose con sus cuartos. Les deben servicio y respeto. No esperar a que se mueran.
Ahora, nos agarró la gripe. No ganamos una. China, no podía ganarlas todas, consigo. A su vez.
Deben los políticos como Xi, dejar de alimentar sus egos como un verdadero huracán extremista Los países de izquierda, deberán reunir fuerzas y olvidarse de los intereses personales o de partido para crear un pacto democrático a favor del pueblo y dejar de experimentar tanto, esto, va con los EEUU. Nadie es inocente.
No debemos alimentar los egos y defender los intereses partidarios, que se recreará en una sociedad pacificada, unida y feliz, donde todos tengan derecho de ciudadanía.
Y donde no sean relegadas al olvido, como ocurre hoy, esas caravanas de pobres y desasistidos. Como animales de laboratorios, caravanas de familias que consiguen mal sobrevivir. Esas familias de la periferia económica del país no son una minoría sufrida e insignificante. Hoy, tristemente, constituyen la gran mayoría de Latinoamérica, uno de los países más grandes y ricos del mundo Venezuela y Brasil. países que, paradójicamente, aparece a la cola de los que menos combaten la corrupción. ¿Será verdad que no existe la corrupción en el Gobierno de Bolsonaro y Maduro? Es de esperar que el juez Garzón, que era un lince para descubrir la corrupción debajo de las piedras cuando era juez de la Lava Jato, sea capaz de detectarla dentro de su propio Gobierno. ¿O no?
Mientras, una población muere por el coronavirus. Esto es de ficción. No se cree. Hay que Aceptarlo.
El mundo se presta hacia el futuro y tiene grandes retos. La tecnología y la ciencia se dan la mano y han parido, por una parte observamos a las criptomonedas y por el otro, la situación de los laboratorios en la creación de virus, teniendo como base sustentable que la ciudadanía come alimentos inmundos prohibidos por Dios y por el otro la tecnología blockchain, además de las criptomonedas que tuvo su primer ensayo en los juegos creados por los chinos y norteamericanos.
Kaj Burchardi expreso que «hay varias áreas en diferentes industrias, en alimentos para ver la trazabilidad y hacer un seguimiento a la cadena de producción y saber, por ejemplo, si realmente están consumiendo productos de cierto lugar. También se usa en temas de identidad digital, pudiéndose asociar la identidad de una persona a un token de blockchain».
Mencionó una serie de sectores en los cuales la cadena de bloques podría ser de mucha utilidad, como en la minería, para certificar de dónde proviene un mineral de una manera única e inviolable, o si es sustentable.
Agregó que también se usa bastante en retail para evitar la falsificación de productos, así como en la industria alimenticia, donde se puede conocer, por poner un caso, a qué lote pertenece un grupo descompuesto.
Para finalizar el especialista dijo que como retos futuros destaca el hecho de «asegurar que la tecnología sea eficiente y segura, entendiendo que no porque la información esté en blockchain, toda la gente tiene que verla. Hay casos en los que blockchain funciona y otros que no, hay que identificar casos de uso que den valor al negocio e incentivar la utilización de esta tecnología», puntualizó.
Para mí, el Petro en Venezuela es un juego de Atari, combinado entre chinos y norteamericanos, donde los economistas venezolanos que rigen el sistema financiero del país encontraron una manera fácil de hacerse millonarios y han engañado al presidente. He visto, hace quince años atrás, jóvenes venezolanos jugando Atari con una moneda artificial y a través de los bancos ahorraban en monedas de su país y ese dinero era administrado por una chino y una japonesa, un grupo honesto, utilizaban vías privadas de casas de cambio para consolidar la moneda, pero, ya sabemos que sucedió con el Petro, es la falsificación real de un mundo imaginario, porque así lo desean sus propios creadores, miembros de una cofradía.
El asunto no es el Petro, es la corrupción y la moneda nuestra ya no puede ser llamada Bolívar, debe dársele otro nombre y la devaluación lo llevo a un gran hueco sin fondo, estamos en caída libre, nos movemos entre virus y Petro, entre la ficción y la realidad.
Estamos en manos del Proyecto Libra y cada empresa tendrá su moneda, tal como el Petro. Aunque cuatro grupos de consumidores mundiales desean hacerle cambios al proyecto original, detrás de este proyecto se encuentran algunos estadounidenses. Libra es el nombre de la moneda digital de Facebook. Open Markets Institute, Public Citizen, Demand Progress Education Fund y Revolving Door Project, fueron las agrupaciones que se dirigieron directamente a los 27 miembros de la Asociación Libra, a través de una carta abierta, para pedirles que se retiren del proyecto. Los solicitantes argumentaron que el proyecto Libra podría tener «importantes implicaciones competitivas, políticas, financieras y sociales» e insisten en la necesidad de esperar a que se aclaren ciertos aspectos regulatorios y operativos.
Visa. Master Card, Uber y Paypal, son algunas de las empresas involucradas en la petición, y que forman parte del conglomerado con sede en Suiza, que sería responsable de gobernar el proyecto Libra, actuando además como validador de nodos en la cadena de bloques de la moneda, una vez alcanzado su lanzamiento en el 2020.
Todos los datos nuestros del perfil están en una base de datos controladas por las grandes Corporaciones. Falta mucho camino por recorrer hasta la meta de su funcionamiento, especialmente por la insistencia de los reguladores y espacios políticos y gubernamentales que ven en esta moneda con posibles magnos alcances, muchas controversias.
Nuestra capacidad perceptiva se encuentra maniatada. Nos están mecanizando y manipulando el universo censo- perceptivo ligado a lo emocional. Pero, a la vez, diversos bancos centrales de todo el mundo han comenzado a investigar, poner a prueba y buscar activamente diversas formas de monedas digitales, incluidas las CBDC. En Venezuela todo va a regirse mediante el Banco de Venezuela y sería bueno que el Banco Bicentenario pasase al BDV, porque su perfil es totalmente negativo a las actividades bancarias y, está colapsado.