I.
El haber declarado al Covid-19 como pandemia puso a la ciencia dominante; "la ciencia de la industria", en el banquillo mundial de los acusados y ha tenido que declarar que ella no tiene cura para esa pandemia y que pasará mucho tiempo en producir antivirales y vacunas.
Sin embargo, mas del 95 % de las personas infectadas, que gozaban de buena salud, se curan, ya sea porque se autocuran o porque las ayudan a curarse con las medicinas originarias (artes)y medicinas alternativas (nuevas ciencias), sin prescripción que pueda atribuírsele a la ciencia dominante. Las evidencias se registran en el Manual Chino de Prevención del Coronavirus, los resultados con medicamentos cubanos y el historial de nuestros países latinoamericanos.
Ante una ciencia dominante rendida y un mundo amenazado, el sabio latinoamericano Enrique Dussel acaba de hacer un llamado a tomar la vida como un criterio de investigación, de economía y de humanidad: "Hay que cambiar las cosas. No podemos seguir con el mismo sistema destructivo. Si no, tendremos, en el futuro, crisis mas graves. El nuevo virus reclama la necesidad de hacer una ciencia para la vida. Cuba es un ejemplo para la humanidad. La ciencia debe tomar ese camino: en lugar de crear armas, hay que investigar lo que pone en riesgo la vida y lo que hace la vida mas feliz."
Y nosotros desde las Medicinas Naturales y Terapias Complementarias, valorando la potencialidad y pertinencia de las Artes de la Salud Natural ante la pandemia, hacemos un pronunciamiento para juntar nuestras artes con esa nueva ciencia que pide Dussel y que de manera urgente, necesita la humanidad.
II.
No necesitamos una ciencia que haga teorías para poner a funcionar los humanos en base al pensamiento de "sabios negativos", de intereses económicos perversos o mentes macabras: comida chatarra; implantes de tetas y nalgas; eliminación de costillas; somníferos; antidepresivos; bebidas sin calorías; medicamentos con efectos secundarios; sustancias para el crecimiento sin desarrollo; huevos sin gallo; pollos sin plumas; vacunas aliñadas con microorganismos patógenos; sustancias para alterar la inteligencia, la voluntad, el carácter y el sexo; terrorismo y pornografía como elementos de primera necesidad.
Necesitamos una ciencia para la vida, una ciencia que se concentre en descifrar las leyes que explican el funcionamiento natural de los humanos, sin poner en riesgo su vida, fortaleciendo cada vez mas la raza humana en armonía con la naturaleza. Y que con esos conocimientos se domine el Arte de ser Saludable.
Necesitamos una ciencia que le dé importancia a las prácticas y tradiciones de vida saludable de las diferentes civilizaciones, sin ignorar su ambiente y sus elementos culturales.
No necesitamos una ciencia de élites, que siendo reduccionista y separatista, genere una cultura del secreto y pretenda un pensamiento único de salud y bienestar para el mundo.
Necesitamos una ciencia popular y un arte profundo, que se hermanen en el mantenimiento, defensa y recuperación de la salud humana.
III.
Se propone desde las Medicinas Naturales y Terapias Complementarias, en lo inmediato, en el medio de la batalla contra el covid-19:
1. Asumir como principio para la unidad de las Artes y Ciencias para la Salud, el pensamiento del reconocido Científico W.H. George: "La Investigación Científica no es propiamente una Ciencia; es un Arte".
2. Retomar el enfoque de la Misión Ciencia (legado de Hugo Chávez) para desarrollar la Nueva Ciencia para la salud.
3. Repensar el Sistema Público de Salud Nacional que hoy día es exclusivo de la "ciencia de la industria" para unir las medicinas científicas con las medicinas originarias, ancestrales, tradicionales y naturales.
4. Refundar la academia de medicina como un espacio para la Medicina Integrativa de Artes y Ciencias en todos los ámbitos, dando prioridad a la formación y autoformación en lo predictivo y preventivo por encima de lo correctivo, desde el pre-escolar hasta el post-doctorado.
5. Mantener la unidad entre quienes desarrollamos Artes y Oficios por la Salud Natural.