El mundo cambió, hace más de un año con la pandemia del COVID-19, que se extendió como un reguero de pólvora a través de todos los continentes, con una carga de incertidumbre, pesadumbre, dolor, tristeza e inestabilidad en cuanto a la visión del futuro; de la noche a la mañana nos hemos visto obligados asumir la cultura del tapabocas (¡ojo!, debe taparse también la nariz), distanciamiento físico de 1.5 mts. aprox, uso de lentes, caretas protectoras, lavado de manos constante, etc y estar siempre alertas, no descuidarnos ni un segundo, pues todos sabemos de la existencia de un enemigo invisible que nos acecha en la oscuridad y que tiene la potencialidad de aniquilar el tesoro más preciado de los seres humanos que es nuestra vida. Algunas personas insisten en que no debemos dar cabida a la paranoia o a la neurosis colectiva, claro, debe haber un equilibrio y no caer en los extremismos, pero lo cierto es que estamos ante una amenaza objetiva, que nos obliga a mantener permanentemente las alarmas activadas, ya que como dice una vetusta conseja popular "en la confianza está el peligro".
Muchas personas pensaron que al enfrentar la comunidad universal un enemigo común y tan letal, pudiese acarrear como consecuencia una mayor solidaridad y unión entre los pueblos, no obstante, el egoísmo y la mezquindad siguen reinando en el planeta e incluso se produjeron disputas entre los Estados Unidos de América y Canadá, ya que ésta había suscrito contratos con la empresa 3M para la adquisición de insumos médicos destinados a contrarrestar la pandemia, pero los mismos fueron rescindidos por órdenes del gobierno estadounidense, por lo que Canadá señaló que muchas enfermeras y personal médico canadiense se desplazan hacia Estados Unidos a prestar sus servicios asistenciales. Igualmente, Estados Unidos anuló contratos efectuados para la venta de instrumentos sanitarios con países del viejo continente; en virtud de la insuficiencia de mascarillas se produjo la llamada "guerra de las mascarillas", así Francia denunció intentos de Estados Unidos de llevarse sus pedidos de China, pero también Francia, realizó corte de suministros a España, incluso incautó un lote de mascarillas provenientes de Suecia con destino a ese país; pero lo más inverosímil es que los Laboratorios Pfizer exigieron "GARANTÍA DE GLACIARES Y PERMISOS DE PESCA PARA LLEVAR SU VACUNA A ARGENTINA", citamos esta oración con mayúsculas porque denota que el deseo del lucro no tiene parangón, ni en lo humano, ni en lo divino y por él se puede llegar a conductas inimaginables y totalmente deleznables, es de significar que esta exigencia atentatoria contra el derecho humano más importante que es la vida, los medios no le han dado la relevancia que tan monstruosa acción requiere, lo anterior no es de extrañar, pues en la bolsa de los Estados Unidos, WALL STREET, recientemente se ha comenzado a cotizar hasta nuestro más preciado líquido, que es el agua.
Debemos señalar, que la preeminencia de cualquier vacuna en el mundo le otorgaría prestigio y reconocimiento a su país productor, por ello se ha producido una puja entre los Estados Unidos, con sus aspiraciones imperiales y el otro bloque político configurado por Rusia, China, Cuba, etc., los cuales han expuesto que sus vacunas están a disposición de la humanidad, y han procedido a realizar donaciones y prestar asistencia a países pobres en la lucha contra la monstruosa enfermedad.
En síntesis en la actualidad, sólo diez (10) países del mundo acaparan más del 70% de las existencias de las vacunas.
Es evidente que la situación que vivimos ha trastocado nuestras vidas de manera significativa, a tal punto que los usos y las costumbres han variado radicalmente, hay que conservar la distancia física, cero apretones de mano, abrazos, besos, cariñitos, etc, y evidentemente quedaremos marcados indeleblemente, ya que esa "huella cerebral", vivencia o experiencia perdurará en el tiempo, pues los niños que siempre imitan el comportamiento de los mayores, al no observar las demostraciones de contacto físico que practicábamos en el período pre-pandemia, se supone que no usarán los efusivos usos sociales acostumbrados anteriormente , es de destacar que el célebre Sociólogo y eminente pensador francés Augusto Comte, en sus teorías sostuvo que el desarrollo de la sociedad se produce por imitación, y aunque no se puede considerar esta tesis de manera absoluta, la verdad es que la imitación es un factor muy importante para la conformación de la conducta del hombre en sociedad.
Cuando nos referimos a la pandemia y el contagio, capítulo aparte y ALERTA MÁXIMA merece la ASINTOMATOLOGÍA que presenta esta enfermedad, ya que es el arma de "DESTRUCCIÓN MASIVA" que posee el mal que nos agobia, y sin lugar a dudas la característica que explica de manera más terminante su letalidad, ya que muchas personas saben lo que significa el término asintomático, es decir, carente de síntomas o manifestaciones de la enfermedad, pero no profundizan en el contenido y la gravedad que este concepto comporta en el tema que nos ocupa. En principio la persona no experimenta ningún malestar, y la única forma de que conozca su estado es que LE PRACTIQUEN LAS PRUEBAS CORRESPONDIENTES Y LE INDIQUEN EL TRATAMIENTO RESPECTIVO, de lo contrario el "ASINTOMÁTICO", andará por el mundo, ignorando su condición, convirtiéndose en un vector o un foco ambulante que puede contagiar a un gran número de personas y éstas a su vez en progresión geométrica a otra gran cantidad y así sucesivamente e hipotéticamente hasta agotar los recursos clínicos de un país, lo expuesto pareciese exagerado e increíble, pero es un hecho perfectamente posible. En este sentido pareciera duro e inhumano señalar que cualquier persona que venga del exterior a nuestra morada, es potencialmente un factor de contagio, puede ser nuestra madre, padre, hermano, amigo, etc, luego en esta realidad extraordinaria e inimaginable debe predominar la sensatez y la racionalidad sobre "los sentimientos y las costumbres", en el sentido de aplicar todas las normas de protección y Bioseguridad; lo expresado se comprueba en la práctica cuando familias enteras se han infectado, simplemente porque un miembro se contagió y por ser familiar, no se aplicaron las medidas de seguridad correspondiente a la terrible coyuntura que vivimos.
Ante un enemigo nuevo, mutante con características desconocidas y en pleno desarrollo, gran cantidad de investigadores y especialistas en virología, infectología, etc. , en el mundo se han dedicado a combatir el letal mal, grandes laboratorios y centros experimentales han elaborado vacunas para inmunizar a las personas, así muchos países las han fabricado, algunas ya han sido aprobadas por la Organización Mundial de la Salud y otras se encuentran en proceso. Ahora bien, es importante indicar que una vez que la persona ha sido inyectada, ello no implica que ya es inmune al virus, se requieren para que la vacuna actúe por lo menos dos (2) o tres (3) semanas, tiempo que varía de acuerdo al sistema inmunológico de cada persona, es importante significar que las personas vacunadas no deben relajar las normas de prevención y seguridad, ya que el virus se transforma originando nuevas cepas, por tanto es posible que una persona inmunizada en función de unas características específicas de éste, pueda contraerlo si es atacada por otra mutación de la pandemia.
Los objetivos de estas reflexiones son contribuir con un aporte en la lucha que realizamos, tratando de llevar una luz a la conciencia de algunas personas que no tienen una idea clara de la situación excepcional que vivimos e igualmente para que otras que sí están conscientes de la realidad, dispongan de insumos sólidos para persuadir a aquellos que por diversas razones posean una visión errónea, todo en beneficio del colectivo en general. En Venezuela se ha divulgado un "slogan" muy sabio que es ‘’SI TU TE CUIDAS, TU ME CUIDAS Y SI YO ME CUIDO, YO TE CUIDO"
Como siempre me despido de mis estimados lectores con mi frase de batalla:
"ARAR NUNCA ES MALO, AUNQUE SEA EN EL MAR"
*Abogado.
Lic. en Contaduría Pública.
Lic. en Administración Comercial.
catopa13@gmail.com