Coronavirus y alimentación

Viernes, 02/04/2021 01:23 PM

Los antiguos sabios griegos, egipcios y judíos, quienes ejercían la medicina con acierto, a pesar de no existir ni los rayos X ni tampoco la resonancia magnética, conocían perfectamente el cuerpo humano, bastaba con posar la mano sobre la zona afectada para apreciar cierto calor emanado del sitio de la dolencia. Esto tiene una explicación, en el área del hematoma o la infección se aglomeran los fagocitos para proteger el cuerpo con mayor energía que en las otras zonas sanas del cuerpo generandoun calor extra en el órgano enfermo.

Refería el viejo Hipócrates que "la medicina sea tu alimento y tu alimento sea tu medicina". Analicemos esta sentencia en dos partes, primero: los alimentos son los responsables de proveerle a cuerpo los minerales, vitaminas, electrolitos, proteínas, grasas, etc. indispensables para que el cuerpo posea la energía necesaria para realizar sus funciones físicas e intelectuales. Es decir, los alimentos le suministran a la sangre los constituyentes indispensables para que esta, en su recorrido, proteja las diferentes zonas del organismo. Es la forma de dotar al sistema circulatorio de los anticuerpos precisos para crear una red inmunológica capaz de enfrentar los virus y las bacterias dañinas que podrían entrar en el cuerpo. Evidentemente, si al organismo se le suministra alimentos con bajo contenido nutricional la sangre no logrará conformar los anticuerpos necesarios para destruir los virus y las bacterias, por lo tanto, estaríamos en presencia de un sistema inmunológico débil. En este caso la alimentación actúa como medicina preventiva.

En segundo lugar, si una persona padece un quebranto de salud, o una enfermedad es imprescindible suministrarle al cuerpo alimentos con excelentes valores nutritivos para que la sangre repare lo atrofiado y prepare un sistema inmunológico fuerte para enfrentar los intrusos peligrosos. Es por eso que la medicina, en este caso, debe provenir de una alimentación sana con abundantes nutrientes, para enriquecer la sangre para aniquilar el o los elementos ajenos nocivos. En este escenario la buena alimentación actúa como medicina reconstructiva. No niego el valor de algún medicamento, pero estos deben ayudarse con una alimentación sana y balanceada.

Todo lo que ocurre en el cuerpo es producto de transformaciones energéticas. Mantenemos una temperatura constante entre 36º o 37º porque mientras estamos vivos y sanos dentro de nuestro organismo se están sucediendo permanentemente transformaciones energéticas. La sangre siempre está en movimiento, incluso mientras dormimos, aquellas (las trasformaciones o intercambio energético) son las responsables del calor emanado de nuestro cuerpo. Cuando dejamos de existir el organismo se enfría, dado que se no se genera calor porque no hay intercambio energético. Se sabe por los conceptos de energía, que durante cualquier proceso de transformación energética se genera calor. Un bombillo se calienta por la transformación de la energía cinética de los electrones en energía eléctrica.

La pregunta inmediata es de donde extrae el organismo la energía, simplemente de la que le entrega los alimentos, estos son las únicas fuentes de energía. Y los alimentos ¿de dónde la saca? simplemente del Sol, es decir la absorbe de la energía solar y la que le entrega la tierra. Por lo tanto, solo los alimentos provenientes de la tierra como legumbres, los bulbos, los tubérculos, las verduras, las frutas, las proteínas bajas en grasas, entre otros, son las mejores fuentes energéticas. Las comidas procesadas como las pastas, harinas, carnes ahumadas, jugos embotellados, embutidos, entre otros, pierden valor nutricional debido al procesamiento industrial. Quiere decir, que tales comestibles no le aportan al organismo los nutrientes necesarios para conformar un sistema inmunológico apropiado para destruir las bacterias y los virus que penetren en el cuerpo. Solo aporta calorías vacías que se acumulan como grasa en ciertas zonas de la anatomía.

Modernamente, por diversas causas, una gran mayoría de personas no ingieren los nutrientes necesarios para dotar al cuerpo de un buen sistema inmunológico, de las vitaminas para batallar contra los virus y bacterias dañinos para la salud. A manera de ejemplo, las películas estadounidenses han pervertido el desayuno de millones de personas: un cereal con leche, un sándwich con lonjas de queso y tocineta regado con un jugo de fruta pasteurizado. Desde el punto de vista de la trofología (ciencia de la nutrición) tal ingesta no tiene valor nutricional alguno. Mucho menos el clásico desayuno americano conformado con tostadas, huevos revueltos o fritos, tocineta frita acompañado con un jugo de fruta pasteurizado. Esta comida tampoco es la más adecuada para enfrentar una mañana de ardua jornada de trabajo, sea intelectual o físico. A excepción de los huevos, lo demás son comidas procesadas sin valor nutricional.

Los seres humanos desconocen los mensajes que le da el cuerpo. Aquellos, los humanos, durante la mayoría de la existencia atentan contra la anatomía que lo lleva y lo trae hasta que todo termina. Es imposible cimentar un buen sistema inmunológico, a futuro, si el niño no ingiere los nutrientes y las vitaminas contenidas en los alimentos sanos, peor aún, si después durante la adolescencia no ingiere tubérculos, frutas, verduras y buena proteína. Quizás, ya adulto, la salud y la alimentación no son prioritarios, dado que el trabajo y las diversiones ocupan el lugar primordial.

Es notorio el descuido en materia nutricional de la mayoría de las personas, quienes entienden que el cuerpo humano es como una especie de máquina demoledora, capacitada para digerir bazofias como los doritos, los tostitos, hamburguesas, pizas, churros, perros calientes, alcohol, cigarros, golosinas, gaseosas, dulces y tortas de panadería, entre tantas agresiones contra el organismo que impiden que la sangre obtenga de estos alimentos las vitaminas y los nutrientes necesarios para cumplir con sus funciones, como es la de proteger los diferentes órganos del cuerpo. Cincuenta años de maltratos acarrea que el cuerpo se debilite y envejezca prematuramente, dado que obliga a los órganos a trabajar más de la cuenta para digerir tales bazofias. Una alimentación sana y balanceada asegura un cuerpo saludable con energía.

El lector se preguntará ¿qué tiene que ver la alimentación con el covid19? Simplemente, un organismo sano, bien alimentado tiene un buen sistema inmunológico capaz de proteger el cuerpo y enfrentar un visitante extraño y dañino como un virus o una bacteria. Una alimentación sana y balanceada asegura un buen sistema inmunológico dotado con un ejército de anticuerpos para derrotar a los agentes peligrosos que destruirían parte de las vísceras. También dota al organismo de antitoxinas con buena energía transferida por una alimentación sana y balanceada. Somos producto de una química inexorable, hasta nuestro estado de ánimo es consecuencia de una reacción química y esta es el resultado de una transformación energética. Es por eso que cuando algunas personas se disgustan enrojecen y se acaloran, esto es debido a la generación de calor, lo mismo cuando no sonrojamos.

Es importante que los seres humanos se olviden de la comida procesada y la comida chatarra y retomen la dieta de nuestros antepasados. Los habitantes de algunos pueblos de la costa se desayunan con una rueda de pescado, una torta de casabe y una ensalada rallada de repollo y zanahoria; o también un plátano maduro sancochado con sardinas, acompañado de unas ruedas de tomate y unas lonjas de aguate; o también, un trozo de ocumo chino con una pieza de pollo a la plancha y una ensalada de pepino con yogurt natural. Hay que olvidarse del desayuno americano e incluir una fruta, tanto en la merienda de la mañana como en la de la tarde. Una dieta de este tipo, durante toda la vida, protege el organismo de agentes externos. Hay que dejar de lado la comida chatarra y la ingesta alcohólica continua. La naturaleza evolucionó y el ser humano surgió de comidas provenientes de la tierra y ese diseño, cuando se altera, surgen las enfermedades como la desnutrición y la avitaminosis.

Conocí la experiencia de una investigadora nutricional que atiende a pacientes afectados de covid19 y ha logrado la pronta recuperación a base de una comida sana y balanceada, la cual incluye frutas, verduras, bulbos, tubérculos, legumbres, y proteínas magras. Tomemos como propia una frase que debía tomarse como un mantra: "El comienzo de una buena salud es la nutrición". Lee que algo queda.

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