Alquimia Política

El sujeto investigador

Viernes, 13/01/2023 06:59 AM

Una de las categorías de mayor incertidumbre en el mundo académico-científico es la del "sujeto". Acerca de él se ha teorizado tanto que no hay una postura que pudiera decirse definitiva para entender su lugar y su impacto en el contexto de las disciplinas modernas de conocimiento.

El criterio de "sujeto transdiciplinar" ha sido una propuesta que hemos estado promoviendo desde el 2015, como parte de un escenario de investigación que haga posible develar elementos objetivos en la construcción de estructuras teóricas que respondan a los fenómenos sociales más resaltantes de este siglo XXI. Según Carles Pérez Testor, Psiquiatra y psicoterapeuta, desde el inicio del 2020, año en que se empezó a hablar de una extraña infección en la región china de Wuhan, la palabra investigación ha aparecido de forma exponencial en los medios de comunicación; la investigación ha pasado a ser una actitud, una manera de trabajar abierta a nuevos conocimientos, para compartir, discutir y supervisar con el equipo, con el grupo de investigación, con los científicos; la investigación se comporta bajo el criterio de exploración sistemática generadora de nuevos conocimientos objetivos.

En este sentido, hace referencia Pérez Testor, Ramón María Nogués (Catedrático emérito de Biología Humana en la Universidad Autónoma de Barcelona), describe los cinco efectos que condicionan la posibilidad de hacer investigación en el siglo XXI: Efecto capital; efecto metrópoli; efecto paradigma; efecto Internet; y efecto tecnología.

El efecto capital. Hace referencia a la paradoja que quién decide qué se debe investigar, ya que no es el investigador el que orienta el estudio de los fenómenos sociales o naturales, sino quien finanza la investigación en cuestión; quien finanza la investigación pone de entrada una serie de filtros para asegurar que el dinero público se destine a una finalidad de su interés para que se investigue; efecto metrópoli, está basado en el dominio de la "polis", que coloca a los Estados Unidos de Norteamérica en el centro de la producción mundial de estudios científicos para impulsar el desarrollo de los pueblos a nivel mundial, allí por ser el inglés el idioma oficial se impone este mismo en el campo de la ciencia moderna; por ello hoy se dice que una investigación que no se comunique en inglés no existe.

El efecto paradigma por su parte hace referencia al dominio de la sofisticación metodológica y estadística, la tecnología dura, los diseños seguros, la selección de temas con mercado, entre otros; el sistema de evaluación de expertos o revisión de expertos se ha transformado en un requisito fundamental para evaluar la calidad científica del producto investigativo, y es acá donde las revistas arbitradas han venido tomando auge y proyección.

Está también el efecto Internet que ha sido una herramienta útil para mundializar las investigaciones en tiempo real, haciendo desaparecer las distancias; el tiempo ha cambiado de magnitud, la información es rápida, cambiante, que ha dejado de ser fiable e incluso puede ser tóxica. A principios del siglo XXI, con la llamada "Declaración de Budapest" (Budapest Open Access Initiative, 2002), en vez de publicar en revistes subvencionadas por subscriptores y que solamente pueden leer los subscriptores, se publica en revistas que puedan leer todos dado que son los investigadores los que pagan a las revistas a les revistes para que estas publiquen sus artículos. Se ha pasado del pagar para leer al pagar para publicar; y el efecto tecnológico donde destacan los procesadores de textos más complejos que permiten simplificar el manejo de información y la simplificación metódica y racional de todos los procesos indagativos llegando a niveles máximos de objetividad en cuando al hacer uso de los insumos de datos de una manera más eficiente y efectiva.

En este contexto de efectos y de condiciones para que se dé el acto investigativo, está el sujeto investigador el cual, según nos lo describe el filósofo de la Roque Farrán de la Universidad Nacional de Córdoba, fue pensado por Lacan, Badiou, Foucault, Deleuze, Agamben, y tantos otros; como clave la episteme sostiene se sostiene en la idea de que el sujeto permite pensar una articulación solidaria entre discursos o registros múltiples de la experiencia, que evita por una parte la totalización hegeliana o estructuralista, como por otra la dispersión relativista posmoderna; sostiene la irreductibilidad entre discursos y a la vez su precaria articulación contingente; para Foucault el sujeto se constituye como una función variable y compleja del discurso; para Lacan es un asunto práctico, de operador vacío entre significantes; y para Althusser un lugar vacío en la estructura que interpela al individuo a ocuparlo.

En concreto, desde el sujeto es la parte pensante, racional del proceso de indagación; el cuerpo normativo y teórico de las leyes naturales y el epicentro del desarrollo humano y científico de la exploración humana en su deseo por transformarlo todo y llevarlo a utilidad pública. El sujeto es un ser dotado de conciencia y de voluntad, que conoce y actúa en conformidad con sus propios designios.

El sujeto se contrapone el objeto, como una cosa exterior hacia la cual se dirige hacia la conciencia e independencia de los saberes; El punto de vista del idealismo sobre esa cuestión es opuesto. Los idealistas inferían solamente de la actividad del sujeto la interacción entre sujeto y objeto, se daba una especie de idealismo subjetivo, el cual entendía al sujeto como unidad de la actividad psíquica del individuo, y eliminaba el objeto, concebido sólo como conjunto de estados del sujeto.

A grandes rasgos, la relación entre sujeto y objeto, se enmarca en la dependencia en que esta relación se halla respecto de la historia, a la naturaleza social del sujeto; la actividad gnoseológica del sujeto, la cual es inherente al idealismo, concluye que el objeto es resultado y producto de la actividad del sujeto, al que se entendía como ser o substancia ideal. El objeto existe de manera independiente del sujeto, pero a la vez hay entre ambos vínculos y relaciones que orientan hacia una unidad sólida compuesta por sabiduría teórica y sabiduría práctica.

El sujeto mismo en otra relación es objeto, por lo cual se subordina a las leyes objetivas. De ahí que no exista un abismo de principio entre sujeto y objeto. La base de su interacción se halla constituida por la práctica histórico-social la cual consolida el significado a ser sujeto en la historia de la sociedad, por ende, no es un individuo abstracto, sino un ser social, cuyas facultades y posibilidades han sido formadas, en su totalidad, por la práctica.

La acción del sujeto, asimismo, se encuentra condicionada objetivamente por sus necesidades y por el nivel a que haya llegado el desarrollo de la producción; el grado de conocimiento de las leyes objetivas, fija en el sujeto los factores intuitivos que le hacen alcanzar una mejor comprensión de la realidad, a la cual explora y describe, pero sobre todo internaliza como espacio de convivencia y de construcción de la resignificación de los elementos constitutivos que dan cuerpo a los fenómenos sociales.

Para el recordado José Padrón Guillén, el sujeto investigador constituía el operador generador de nueva teoría; muy en el sentido de Lacan, para quien la sujeción al significante y, por ende, al inconsciente, se orienta hacia el universo simbólico-significante en el marco de la humanización y determinación del inconsciente, estructurando desde un lenguaje, aunque la complejidad de lo humano no se limita a eso.

El sujeto investigador, a todas estas, no coincide con la naturaleza del hombre en su carácter general, tampoco coincide con el hombre individual; el sujeto investigador no solamente es siempre relacional, sino que, además, implica recortes en el individuo que en ningún caso lo involucran en su totalidad.

A grandes rasgos el sujeto investigador, según Lizardo Carvajal Rodríguez, cumple una función activa en el proceso de realización de las actividades de investigación y desarrollo; usa sus facultades en el experimento y en la observación, en el análisis y en la síntesis.

El sujeto investigador, está ligado directamente a la sociedad, debe ser realizado por hombres conscientes, capaces de determinar los beneficios de su investigación, de sus resultados; no se trata, por lo tanto, de investigar por investigar, sino de descubrir e inventar en el marco de considerar nuestros descubrimientos e inventos como factores benéficos de progreso social y no de destrucción humana.

Esta temática se aborda de manera concreta en mi libro "El Sujeto transdisciplinar" (Barinas, FEDUEZ, 2019), donde se da la importancia de exigir un pensamiento distinto del que hasta ahora se ha desarrollado en Latinoamérica; es necesario construir con base en todas las realidades que se dan en la sociedad, teniendo como objetivo la rigurosidad y responsabilidad en los valores sociales y académicos en la construcción de una teoría crítica de la sociedad planetaria.

 

 

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