Seamos inoxidables con neuropatía (I)

Martes, 13/08/2024 06:01 AM

I.

Radicales Libres y Oxidación Humana.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido el envejecimiento como "el resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, a un mayor riesgo de enfermedad y, en última instancia, a la muerte. Estos cambios no son lineales ni uniformes, y su vinculación con la edad de una persona en años es más bien relativa".

Vemos que la clave de esa condición de descenso de capacidades, está en los "daños moleculares y celulares". Entonces, si logramos evitar o reparar esos daños, seguro tendremos un envejecimiento saludable desde el momento (37 años de edad) en que apenas se notan los desequilibrios y en consecuencia, una vida centenaria con salud.

El primer paso es identificar la causa de esos daños moleculares y celulares. El sentido común, la lógica y las ciencias indican que esos daños son producto de la oxidación generada por los radicales libres.

Los radicales libres son compuestos que tienen un electrón desapareado, por lo que son muy reactivos, ya que tienden a captar un electrón de otros átomos con el fin de alcanzar su estabilidad electroquímica. Se producen durante los procesos metabólicos normales de nuestro organismo, así que siempre nos acompañarán. También son producidos por factores externos como la contaminación ambiental, las radiaciones ionizantes, el tabaquismo, los fármacos, los aditivos químicos en alimentos procesados, pesticidas, herbicidas y fungicidas.

Como producto de nuestro metabolismo se generan distintos tipos de radicales libres, tales como: Especies Reactivas de Oxígeno (ERO: el anión superóxido, el anión peróxido, el radical perhidroxilo, el radical hidroxilo) y Especies Reactivas de Nitrógeno (ERN: óxido nítrico, radical peroxinitrito).

Una vez que el radical libre ha conseguido sustraer el electrón (reducción) que necesita, la molécula estable que lo pierde (oxidación) se convierte a su vez en un radical libre por quedar con un electrón desapareado, iniciándose así una reacción en cadena que es esencialmente eléctrica. El órgano o sistema donde se pierden electrones se debilita y cae en riesgo de enfermedad, si no se produce el equilibrio eléctrico.

En condiciones fisiológicas normales, el organismo automáticamente neutraliza las ERO a través de varios mecanismos antioxidantes que van desde la producción de enzimas antioxidantes como la superóxido dismutasa, catalasa, glutatión peroxidasa y otras, para prevenir el daño oxidante.

Si la capacidad de control de los radicales libres es superada, cambia el balance a favor de la oxidación y se establece el estrés oxidante, que puede provocar grandes daños a células y biomoléculas, como ácidos nucleicos, proteínas, polisacáridos y lípidos. Por lo cual, se manifiestan las grandes epidemias del siglo 21: el envejecimiento cutáneo, las cardiopatías, la diabetes, el cáncer y la obesidad.

Al tener información sobre los radicales libres, podemos disminuir su producción, protegernos de ellos, controlar su presencia en nuestro cuerpo y mantener el nivel de los antioxidantes.

II.

Protocolo Antioxidante.

Básicamente es un plan para evitar la oxidación y retrasar el envejecimiento, utilizando los recursos con el enfoque de la Naturopatía.

a) Dieta: El objetivo principal es mantener el equilibrio de la glucemia y los niveles hormonales, con lo cual hay seguridad que los radicales libres están normales. Los vegetales, principalmente los de hoja verde nos protegen de los ataques de los radicales libres. Consumir alimentos ricos en antioxidantes (Vitaminas A, C y E, Zinc y Selenio). Reforzar el consumo de grasas saludables (sardina, linaza) y vitaminas del complejo B (Cereales Integrales).

b) Suplementos: Multivitaminas y minerales. Coenzima Q10. Glutation. Ácido Fólico.

c) Autoayuda: Haga ejercicios moderados 3 a 5 veces por semana. No fume. Tome sol moderada y periódicamente. Sonría. Maneje el Estrés. Camine descalzo diariamente en tierra húmeda.

d) Nutrientes especiales. Vitamina A: Frutas y verduras de color anaranjado, como zanahorias, batata, auyama y pescado. Vitamina C: pimentones, aji dulce, fresas, brócoli, naranjas, melón, lechosa. Vitamina E: semillas de girasol, semillas de auyama. Selenio: Cereales integrales, huevos orgánicos, ajo. Zinc: quinoa, lentejas y cereales integrales. Luteina: verduras de hoja verde.

III.

Recomendaciones Básicas.

Analizar periódicamente:

a) Índice de Radicales Libres Cutáneos con tecnología Bioescaner.

b) Perfil Hormonal.

c) Perfil de Coenzimas

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