Salud Mental Colectiva Decolonial y psicopatologización de la vida cotidiana

Viernes, 11/10/2024 05:36 AM

En la Venezuela de hoy, vivimos de sorpresa en sorpresa, dada la situación laberíntica de la política nacional y de la geopolítica global.

Desde hace dos décadas, he venido planteando desde mis vivencias, experiencias y conocimientos como ciudadano, como trabajador-profesional de la salud colectiva y la psiquiatría, que la Salud Mental, no es la cara positiva de la moneda, donde la cara negativa sería la enfermedad mental. Desde mi perspectiva la salud es una sola que integra mente/cuerpo, a través del encuentro entre tres grandes subjetividades: la subjetividad del Ser, con la integración o la exclusión en la comunidad y sociedad donde convivo; intersubjetividades del Amar, calidad y cantidad de interacciones y relaciones comunales y sociales, así como también vínculos afectivos que establezco con mis semejantes que me permiten ser feliz o infeliz en la comunidad y sociedad donde convivo; intersubjetividades del Tener-Estar en la comunidad y sociedad en la que convivo y me hace sentir satisfecho o insatisfecho. Lo Decolonial, es la subalternización e inferiorización a la que nos sometió la "diferencia colonial" y en estos tiempos, la colonialidad del poder, del saber y del ser.

De manera tal, que si estoy integrado a la comunidad donde convivo y a la sociedad a la que pertenezco, me siento feliz y satisfecho, me encuentro en el polo del Bien-Estar, si sucede todo lo contrario estoy en el polo del Mal-Estar. Ahora bien, como el capitalismo fragmenta y disocia la vida del ser humano, a la humanidad de la naturaleza viviente, creando cartografías sociales de desigualdad, injusticia y exclusión, muchas de ellas insalvables, con tal de ampliar el mercado, la explotación y acumulación de capital, mediante la imposición en nuestras subjetividades de modelos: políticos, económicos y médico hegemónicos, para lograr sus propósitos lucrativos de acumulación capitalista, mediante la ideologización que medicaliza y psicopatologiza la vida cotidiana.

La primera sorpresa muy positiva desde mi mirada "otra" de la Salud Mental Colectiva y Decolonial, fue mirar un vídeo en las redes sociales, donde la Vicepresidenta Sectorial de Ciencia & Tecnología, Salud y Educación, además de Ministra de Ciencia & Tecnología, Gabriela Jiménez de 46 segundos, con una precisión de relojera venezolana "no suiza", definió y diferenció lo que es la salud mental, como bien-estar y no como enfermedad mental, sustentada en nuestra subjetividad y el daño que pueden ocasionar las redes sociales, su uso poco racional y su relación con la violencia. Hay hechos de la vida cotidiana que como el vídeo de Vicepresidenta Sectorial y Minstra, pasan desapercibidos, porque estamos arropados por banalidades y polarizaciones alienates, que nos distraen de vídeos tan educativos, que constituyen una excelente noticia, porque es la posición de una Vicepresidenta y Ministra, que está mostrando la preocupación del Gobierno por la vida, la salud mental de nuestros niñxs, jóvenes y pueblo en general, a través de la Política Pública de Semilleros Científicos, ese vídeo fue y es pertinente con la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, ayer.

En mi opinión, la Vicepresidenta Sectorial y Ministra Gabriela Jiménez y el Ministro Ricardo Meléndez, son dos de los Ministrxs más eficientes y no estridentes del Consejo de Ministro actual, son todo lo contrario de lo que decía nuestro gran poeta cumanés "no hay algo que haga más ruido que un "carro viejo y un diputado nuevo" (dixi). Acá viene la otra sorpresa, la sustitución de la Rectoría de la Universidad de Ciencias de la Salud Hugo Chávez Frías (UCSHCHF), que le correspondió desempeñar simultáneamente el Ministro del Poder Popular para la Salud, Carlos Alvarado, a quien le correspondió enfrentar tiempos críticos, complejos y difíciles: hiperinflación, escases de medicamentos e insumos para la salud y la pandemia covid-19, con la paciencia, la honradez, humildad e inteligencia que lo caracterizan, junto al Presidente Maduro y el equipo trasdisciplinario de salud que lo acompañó en su gestión, condujo el barco de la salud a puerto seguro, cumpliendo a cabalidad ambos cargos, por lo que me sorprende su relevo, además de eficiente ha sido leal a sus principios éticos como profesional y revolucionario, supongo que antes de su relevo se valoró su desempeño, por demás eficaz, en la construcción de una Universidad con presencia y sedes en todo el territorio nacional, quien lo relevará, tienen un gran desafío, continuar conduciendo la Universidad por caminos de éxitos y superar para bien de la Patria, la gestión de Carlos Alvarado.

Todo esto viene a colación, porque en tiempos laberínticos como los que vive la Patria y el mundo, es necesario tener claridad sobre lo que es la medicalización y psicopatologización, como procesos mediante el cual aspectos normales de la vida diaria, como emociones, comportamientos o acciones personales o colectivas, se interpretan como trastornos mentales y se les da un tratamiento clínico, es decir, se patologizan. Este fenómeno no es nuevo, vienen siendo prácticas desde la tercera década del siglo pasado, como estrategia gubernamental tanática, basta recordar la Alemania nazi. La medicalización y psicopatologización de la vida cotidiana ha ganado visibilidad y crecimiento, como marketing comercial de la Industria farmacéutica mundial, prometiendo la "cura medicamentosa mágica" para todos los males de la sociedad, esto debe ser materia de estudio en la UCSHCHF.

En tiempos de crisis, de conflicto social y político, hay que entender la crisis como la dialéctica: oportunidad y peligro, ¿Cuál camino escoger?, porque son muchas las tentaciones para "patologizar" la conflictividad social; que una Vicepresidenta y Ministra como Gabriela Jiménez tenga claridad meridiana al respecto, es una excelente noticia para todos lxs venezolanxs. Recordemos que en la Alemania nazi, la ideologización -medicalización y psicopatologización- de ciertos sectores del pueblo alemán, los pobres, los enfermos mentales, personas con discapacidad-, despertaron el racismo en ciertas clases sociales de dicha sociedad y por supuesto en Hitler y su gobierno, asesorado por médicos epidemiólogos y genetistas seudocientíficos racistas y poco éticos, aconsejaron practicar la Eugenesia y la Higiene Médica Biologicista, abrieron Centros de Higiene, donde acudían familiares de enfermos mentales y personas con discapacidad, para que acabaran con las vidas de familiares con las patologías antes mencionadas, de acuerdo a la llamada Gran Política (Guillermo Ronduelas Olmedo. 2009), una biopolítica tanática de exterminio, mucho antes del hoy desvalorizado Holocausto Judío, por el sionismo israelita-imperialista; luego de finalizada la II Guerra Intercapitalista Europea, se calcularon que 200 mil enfermos mentales y personas con discapacidad murieron por aplicación de la Gran Política racista nazi (Platen, 2007).

Hoy podemos identificar muchos procesos que conducen a la medicalización y psicopatologización de la vida cotidiana en las sociedades actuales, entre esos procesos podemos mencionar: a) Desarrollo acelerado y expansivo de la Industria Farmacéutica mundial, su gran marketing comercial, que de tanta repetición comercial, aliena nuestra subjetividad desde paradigmas enfermológicos y cronificantes; a mayor número de personas portadoras de enfermedades crónicas, mayor consumo de medicamentos y otros insumos médicos, que económicamente hablando, contribuyen al aumento del PIB, muy bueno para la economía, pero muy malo para los pueblos, que son estigmatizados como "carga social" por gobiernos de economías neoliberales; b) Medios de comunicación y cultura popular como aparatos ideológicos de Estado y la Sociedad: que divulgan permanentemente propaganda comercial, series de televisión, películas, libros y redes sociales, que presentan las dificultades psicológicas propios de la vida cotidiana de forma sensacionalista, normalizando la idea de que cualquier dificultad emocional requiere intervención médica, un diagnóstico clínico y el uso de medicamento, estas situaciones repetidas día y noche, terminan contribuyendo al proceso de alienación ideológica de nuestra subjetividad, a la que se refería la Vicepresidenta Sectorial y Ministra; c) Estigmatización y búsqueda de etiquetas, deseo de encontrar una explicación médica para problemas humanos normales en el devenir de la vida cotidiana, lo que reduce la tolerancia a las emociones y las experiencias humanas, expansivas o explosivas a veces, catalogándolas de anormales y estigmatizando a quienes las expresan en público.

Consecuencias de esos procesos de medicalización y psicopatologización de la vida cotidiana: a) Reducción de la agencia personal, etiquetar las emociones y comportamientos normales como patológicos, reduce la capacidad de las personas para enfrentar los desafíos de la convivencia en sociedades tan complejas en las que nos corresponde vivir en la actualidad; b) Impacto en la identidad personal, las personas pueden adoptar los diagnósticos clínicos como parte de su identidad, dependiendo de la edad en la que son diagnosticadas, lo que lleva a una autoimagen definida por una patología; c) Dependencia del tratamiento médico por el aumento indiscriminado y sin suficientes criterios clínicos, para prescribir ansiolíticos, antidepresivos y somníferos, para afrontar situaciones y condiciones que podrían manejarse de manera diferente, lo que genera una dependencia a tratamientos farmacológicos a largo plazo; c) Críticas al excesivo enfoque clínico, como sobre diagnóstico erróneo, cada vez más personas están siendo diagnosticadas como trastornos psicológicos, lo que indica el insuficiente conocimiento de médicos generales y médicos de diversas especialidades en el diagnóstico de trastornos emocionales como ansiedad, miedo, estados de tristeza pasajeros o de cierta intensidad, que responden a vicisitudes de la vida cotidiana, confundiendo sufrimientos psicológicos y sociales con enfermedades mentales.

El modelo clínico o psicofarmacológico, no es el más indicado en las situaciones tratadas en las líneas anteriores, son alternativas: la psicoeducación, grupos de autoayuda, apoyo psicológico, dirigidos por personas formadas para ello como líderes comunitarios, religiosos, educadores en enfoques de manejo de emociones, autoconocimiento para el autocontrol, entre otros.

Propuestas para desmedicalizar y despsicopatologizar la vida cotidiana: a) Normalización de las emociones, fomentar la aceptación de las emociones humanas como parte normal de la vida, en lugar de interpretarlas automáticamente como problemas de salud; b) Enfoques educativos y sociales, educación emocional, aprender a diferencias lo que es bien-estar o mal-estar, lo saludable de lo no saludables, aprender a identificar necesidades humanas como dialéctica de carencias/potencialidades, aprender sobre los peligros del autodiagnóstico y automedicación vía internet; c) Promoción del bienestar emocional, manejo personal o colectivo del estrés, recreación dirigida según grupos de edad; d) Cuidados integrales a la vida y la salud en los territorios en los que convivimos. Aprender la convivencia solidaria: no agredir a los vecinos, porque los vecinos son los familiares más cercanos que tenemos en el momento en el que se nos presenta una crisis personal o familiar, por ser este comportamiento solidario el que nos hace seres comunitarios; cuidarnos y protegernos mutuamente, como base de la corresponsabilidad convivencial; aprender a valorar los saberes comunales territoriales que son la base de la protección naturaleza/humanidad y viceversa; aprender a decidir colectivamente como base de una economía y política comunal territorial.

Reflexión final, la Colonialidad del Poder, del Saber y del Ser siguen vigentes en las formas contemporáneas de Biopolítica Imperial, donde el control sobre la vida y los cuerpos de pueblos enteros, la medicalización y psicopatologización de la vida cotidiana, son instrumentalizados por élites globales, en un laberinto geopolítico que perpetúa las asimetrías históricas: la explotación humana y extractivismo de los recursos de la naturaleza del Sur Global.

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