Qué dejó el 30A

Jueves, 09/05/2019 09:09 AM

El 30A se dio un hecho de singular importancia en la guerra que los venezolanos vienen librando contra el imperialismo norteamericano. Hecho singular por la diversidad de sus lecturas y sobre todo por las enseñanzas que se pueden obtener del momento histórico en la lucha antiimperialista. Dentro de esas enseñanzas tenemos en primer lugar que identificar y caracterizar un golpe de Estado. Una segunda enseñanza es definir cómo anda y en qué condiciones se encuentra el poder hegemónico del imperialismo para imponer su voluntad en el mundo y particularmente en lo que considera su PATIO TRASERO. Un tercer elemento es analizar la correlación de fuerzas internas entre oposición y gobierno cualitativa y cuantitativamente y finalmente analizar algunas debilidades del poder de la Revolución Bolivariana en la conducción y consolidación del proceso revolucionario. Pasemos a reseñar estos temas de pedagogía política de la manera más sencilla.

La primera enseñanza, qué se entiende por un golpe de estado. Fue o no el 30A un golpe de Estado? Para el imperialismo no fue un golpe de Estado, porque es una incongruencia que el presidente "legítimo" pretenda derrocarse por la fuerza, lo que es una razón lógica a sus fines estratégicos. Para el imperio el presidente interino, el auto proclamado es el presidente legítimo, y no el usurpador Maduro. Esto es así para el imperio porque los tiempos no han cambiado para él. Pero los tiempos cambian y la conciencia social de los pueblos no permanece en la ignorancia para siempre.

En América Latina y particularmente en Venezuela se tiene claro lo que es un golpe de Estado: sin mucha ciencia, es sustituir el orden político constituido utilizando cualquier arbitrariedad formal, ya por las armas, ya violando el estado de derecho. En Venezuela lo que está ocurriendo con Guaidó y el imperialismo es el mismo guión de la obra colonizadora que el Pentágono ha montado tantas veces para imponer y mantener su dominación neocolonial como en Irak,Libia,Yugoslavia, Brasil.

La segunda enseñanza es sobre la hegemonía del imperialismo norteamericano y su omnipotente vigencia en el mundo. Esta enseñanza es más compleja. Con una atrevida y elemental audacia definimos al Imperialismo como el poder de las grandes corporaciones financieras del mundo, imponiendo su poder hegemónico sobre la sociedad mundial a través del dinero, la mentira y las guerras. El capitalismo durante tres siglos ha estructurado e impuesto su modelo económico, su estructura social, sus valores morales y los regímenes de dominación civil y bélicos. El Imperialismo es la fase superior del sistema capitalista (Lenín), que ya alcanzó la cima de su desarrollo y está viviendo los climaterios de su existencia.

El dinero, la mentira y la guerra hicieron del imperialismo norteamericano el dueño del mundo después de la Segunda Guerra Mundial. En Bretón Wood las principales economías del mundo hicieron del dólar americano la moneda de reserva fundamental del sistema monetario oro-cambio, sistema mediante el cual se establece que la relación de cambio de una onza-oro es equivalente a 35 $ USA. Los bancos centrales del mundo aceptaron esta modalidad como una medida transitoria y el compromiso de la Reserva Federal,, de recibir su divisa por su equivalente en oro cuando tal operación fuera requerida. Veinte años después Francia con el General Charles de Gaulle, como Presidente de la República tuvo que valerse de sus méritos, sus honores militares y su carácter para recibir el oro. Luego en 1976 Alemania quiso cambiar divisas por oro y la respuesta que recibió fue que USA avalaba su moneda con su potencialidad económica, esto ocurrió bajo el mandato de Richard Nixon. A partir de entonces el dólar como la columna vertebral del imperialismo norteamericano empezó a sufrir los síntomas del desahucio y hoy está recibiendo un réquiem por su descaso eterno.

La mentira y la guerra son para el imperialismo tan necesarias como el oxígeno y la luz solar para las plantas. Por eso la industria bélica, la tecnología de la comunicación y los medios informativos ocupan lugares preeminentes en su desarrollo, en su volumen de inversión, en lobbys políticos y otras situaciones que sólo ellos conocen. Sobre este tema vale añadir que en la era imperialista del capitalismo han ocurrido dos guerras mundiales y una tercera se está desarrollando por partes. El presupuesto del Pentágono supera la suma de los presupuestos de defensa de todos los países del mundo, las bases militares gringas superan el millar. Solamente para controlar a Venezuela dispone al menos de nueve bases en Colombia, sin contar con otras abiertas y encubiertas en las Antillas.

Para crear, sostener e imponer la mentira, el imperio dispone de un ejército de cerebros mercenarios, verdaderos alquimistas de la alienación que transforman la oscuridad de la noche en la luz del día y a Jesucristo lo hacen Satanás y lo vende como choro.

La moraleja de este recuento histórico del imperialismo norteamericano la asocio con mi experiencia gallística: el imperialismo sin el dólar y sin poder para usar y abusar de su fuerza militar y, sin el poder hegemónico de los medíos de comunicación, se encuentra en las mismas condiciones de un gallo de pelea sin pico y sin espuelas, indefenso ante el contrario.

El pasado golpe de Estado del 30 de abril, pasará a la historia política de Venezuela como un hecho único de las guerras imperialistas ordenadas por el Pentágono. Si algún calificativo puede tener tal intentona golpista es la de pusilánime, un acto cobarde, sin sentido, destinado a ser derrotado por el peso de su insensatez. El imperialismo norteamericano ha cometido muchas atrocidades bélicas y ha cargado muchas derrotas, pero ésta es bochornosa: Un golpe de estado que no pasó de una vulgar escaramuza con fines criminales.

UNIDAD, LUCHA, BATALLA Y VICTORIA

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