Los enemigos de Trump

Jueves, 13/06/2019 08:37 AM

Esta semana que pasó varios medios de comunicación "revelaron" supuestas confidencias (filtradas a propósito, evidentemente) propagadas por personeros del más alto nivel del Imperio Norteamericano.

El caso más sonado fue el del Secretario de Estado Mike Pompeo, cuyos audios evidenciaron sus pesares, amores, desamores y decepciones con la derecha fascista venezolana. Otra gente engañada bajo las traicioneras artimañas de estos inescrupulosos políticos venezolanos. Otro iluso más que rueda burlado. Pero es bien difícil que puedan volver a engañar a los halcones, expertos en mentiras y maldades. Ya están claros con quiénes se han tropezado. Por eso las amargas palabras de Pompeo: "En el momento en que (Nicolás) Maduro se vaya, todos levantarán la mano y dirán: Elígeme, soy el próximo presidente de Venezuela. Agregó que más de 40 políticos opositores venezolanos se creen los elegidos para gobernar la nación".

Secretario Pompeo, aquí lo llamamos ambición desmedida, codicia, avaricia. Este es un mal patológico de la derecha. Es incurable. Ellos solo actúan para velar por sus intereses de clase y sus negocios. No encontrará nunca la fórmula mágica para "mantener a la oposición (venezolana) unida". Primero se comerán vivos como hienas.

Da pena esta derecha indolente. Los hemos denunciado por años por sus inescrupulosas y criminales acciones, incluso llegaron a dirigir personalísimamente la violencia terrorista amparados en el manto de impunidad que les ha brindado el propio Imperio Norteamericano. Las "revelaciones" de Pompeo le chocaron el carro directo a varios de los belicosos promotores de la injerencia extranjera y la agresión militar. Así, el Tío Bolton y el bocón de Marco Rubio han tenido que hacer mutis y pasar agachados durante todo el palo de agua para no contradecir las palabras del más alto vocero del Departamento de Estado.

Lo de Pompeo parece un juego de niños al lado de la "filtración" de una intimidante reunión de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi (nada menos que la segunda funcionaria en la línea de sucesión presidencial, luego del Vicepresidente), con varios presidentes de comités "que tienen poderes de investigación. Allí discutieron iniciar un proceso de impeachment para investigar más a Trump".

Estos iracundos representantes del Partido Demócrata se la han jurado a Trump. No descansarán hasta verlo "en prisión", mediante un juicio político o mejor, según prefiere Pelosi, que Trump enfrente "cargos en la justicia ordinaria" por los múltiples delitos que se han descubierto en las investigaciones abiertas. Pero todo a su tiempo. Pelosi prefiere iniciar los juicios cuando Trump deje la Casa Blanca luego de que sea derrotado en las elecciones del año 2020.

Para esas elecciones ya le han salido bastantes rivales a Trump. Del lado Demócrata han anunciado que van a participar en las elecciones primarias dirigentes como Joe Biden, Bill de Blasio, Bernie Sanders, Elizabeth Warren, entre muchos otros. Del propio lado Republicano suenan los nombres de Bill Weld, John Kasich y Ben Sasse, todos molestos con Trump por las consecuencias negativas del Informe Mueller y el larguísimo cierre del Gobierno provocado por sus pataletas exigiendo recursos para el mesiánico muro con México.

Como era de esperarse, el misógino Trump no pudo contener su lengua viperina y le respondió a la Presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, sin protocolo alguno y con su acostumbrado escasísimo nivel intelectual: "Es una persona desagradable, vengativa y horrible"; y dijo para ratificar su alta animadversión, "Traté de ser amable con ella porque me hubiera gustado haber logrado algunos acuerdos. Ella es incapaz de hacer acuerdos".

Se ve que hay culebra entre estos personajes. Hay antagonismo a muerte. Los Demócratas no van a perdonar ninguno de los errores y crímenes de Trump. Lo van a atacar desde todos los frentes posibles para mermar sus intentos de reelección. Todo el planeta estará cruzando los dedos para que metan preso a Trump o lo desbanquen en su espinoso camino a la reelección. Este deschavetado criminal no puede seguir al control de todo el arsenal bélico y nuclear de Estados Unidos.

Trump está claro del peligro que corre por todas estas amenazas que lo acechan. Sabe muy bien quiénes son sus peligrosos enemigos. Por eso ha preparado una feroz contraofensiva, apelando al nacionalismo americano (supremacía blanca) y al poder de las intimidaciones militares. De allí salen sus bravuconadas comerciales y arancelarias en contra de China y México; de allí salen sus amenazas de intervención militar en contra de Irán o Venezuela. Todo forma parte de su campaña electoral para la reelección. Es su puesta en escena para venderse como un gran estadista, como un negociador, como el hombre fuerte, la reencarnación mejorada del Tío Sam. El Sheriff del mundo pues.

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