Empresas transnacionales en Venezuela igual a activos del Estado
Por: Esmeralda García Ramírez
Lunes, 19/08/2019 07:40 AM
Revisemos entonces qué tienen estos países en Venezuela para que el Estado venezolano los confisque, o expropie, o tome control de estos activos, como una medida de presión del gobierno venezolano para que se le subsanen los daños morales, civiles y penales que han hecho contra el país la Unión Europea, los EE.UU. y el Grupo de Lima, acciones éstas que violan todos los derechos humanos internacionales, que quebranta el principio de la paz y soberanía de los pueblos, para reivindicar el honor de su pueblo y su sana convivencia. En este sentido, el Departamento del Tesoro de EE.UU. renovó por tres meses más (hasta octubre de 2019) la licencia de operaciones a cinco petroleras estadounidenses (Chevron Corporation, Halliburton, Schlumberger, Bake Hughes yWeatherford) en Venezuela. Otras empresas operativas en el país: Microsoft, Ford Motor, Cargill (orígenes norteamericanos), Farmatodo (gerentes españoles), Alimentos Mary (Grupo familiar Giusti y De Lorenzi), Supermercados Unicasa (origen portugués), Venequip (norteamericana), Pepsico Alimentos (Sociedad entre Pepsico Inc y las Empresas Polar), Corporación Grupo Químico (creada por Sherwin Williams norteamericano), Colgate Palmolive (norteamericana), Alimentos Hermo (Grupo colombiano Nutresa), entre otras más cuyos datos se desconocen. Sin embargo, el gobierno venezolano debería contar con una mejor información, ya que algunos datos no están actualizados, a los fines de enfrentar esta guerra económica. De haberse seguido la línea del Comandante Chávez, las empresas transnacionales ubicadas en Venezuela deben pasar ya a formar parte de los activos del Estado venezolano, en virtud del robo de nuestros bienes. Hay precedentes a nivel global, como el caso de Cuba durante los primeros años de la revolución, cuando EE.UU. embargó todos los negocios cubanos en territorio norteamericano, el Comandante Fidel Castro respondió de la misma manera, embargando los negocios estadounidenses que operaban en la isla caribeña. O el del gobierno iraní que sancionó 15 empresas estadounidenses que tenían actividades comerciales en suelo persa, como una respuesta a las sanciones impuestas por los gringos. También China ha respondido con respuestas firmes y contundentes ante las amenazas del gobierno de Trump, pasando de una guerra comercial a una guerra de divisas.
Este siglo XXI se inició bajo el horror, gracias al gobierno de los EE.UU. llevando políticas neoliberales salvajes para el mundo entero: desde hambre, miseria, enfermedades, guerras de todo tipo, saqueos, bloqueo y racismo. Los hechos ocurridos en Libia donde se les anuló la soberanía a una población que sufre los embates de la inmigración y la esclavitud; el ataque desmedido contra Siria por el control geopolítico del petróleo, para controlar todo el medio oriente; son la aproximación a la expansión del dominio del mundo apoyado por el genocida Benjamín Netanyahu. Los halcones de la guerra, junto a sus cachorros de Europa, Medio Oriente, África y algunos países de América Latina están dando el mayor empoderamiento de fuerza militar y de soberanía de su propio Estado a los EE.UU., violando los principios de la autodeterminación de los pueblos y demás decisiones legales de la ONU, lo cual puede ser peligroso para todo el planeta no solo por su carácter belicista que se puede imponer, sino por su gran poder económico mundial que representa (el Opus Dei), el oscurantismo, que involucra organizaciones ocultas para instaurar un gobierno mundial (Hitler se quedaría en pañales), un sistema monitoreado de personas junto a una fuerza militar comandada por una sola autoridad, para dominar al mundo desde el conflicto, desde la guerra, desde el terror y el miedo. Ante esta situación el gobierno bolivariano debe enfrentar cualquier tipo de ataque, como la valentía de nuestros hermanos cubanos. ¿Qué más nos puede pasar que ya no nos haya pasado? Las empresas transnacionales deben ser expropiadas o bloqueadas tal como han sido hurtadas las nuestras, solo falta que el gobierno de Maduro tome acciones más contundentes en este caso para ganar la guerra, para salvar la Patria de Bolívar, nuestro petróleo y sus recursos. Los instrumentos jurídicos para aplicarlo deben ser ampliamente conocidos por los expertos en el tema, pero necesario es darles una respuesta aplastante a los gringos de soberanía y de respeto en todos los terrenos. Si nuestros recursos y minerales son controlados en otros países por magnates, reyezuelos, nosotros podemos administrar las empresas que aquí operan, con la dignidad de un pueblo que busca respuesta inmediata para la crisis económica, alimentaria y de salud que vivimos, porque nos pertenecen nuestros activos. No podemos tolerar otra vez que nuestro oro sea para adornar iglesias como la Notre Dame (como vistieron los europeos sus iglesias, con nuestro oro, en la época de la colonia), o para que lo luzca el cuello de doña Letizia, o que el petróleo sea para los gringos porque se le acaba su reserva. Para combatir la guerra, se justificarán todos los medios. Sin la consciencia plena de defender nuestra patria no habrá lucha antiimperialista ni continuidad del proyecto Bolivariano.