Censo, Registro y Catastro en la frontera

Martes, 10/09/2019 02:28 PM

Artículo 1. "La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, El Libertador.

Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional.

(Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Título I, Principios Fundamentales)

Ante la actual situación que afronta nuestro país por una guerra multidimensional y económica instrumentada desde los Estados Unidos junto a países acólitos, y la cual afecta los cimientos de nuestra sociedad y a toda su población, el Estado venezolano debe responder de inmediato a estas frecuentes amenazas.

Los constantes ataques se han hecho sentir especialmente desde la vecina Colombia y hoy también encuentran eco en traidores vende patria, quienes desde dentro susurran y atizan escollos que pueden atentar contra la estabilidad de nuestro país y nuestra integridad territorial, como lo es el caso de la Zona fronteriza en Reclamación desde el río Esequibo de la vecina Guyana Inglesa.

La estrategia busca la desestabilización y la caída del gobierno revolucionario del Presidente Nicolás Maduro, así como también frenar el avance del proceso de la Revolución Bolivariana iniciado en 1998 con el Comandante Hugo Chávez Frías.

Una vez creadas las condiciones para rendirnos por hambre y las cuales ha enfrentado con estoicismo el pueblo venezolano, los planes elaborados por el Departamento de Estado han continuado con su ejecución, avanzan por etapas sin escrúpulos y son cada vez más descarados.

En el caso de nuestra vecina Colombia - la encarnada por la oligarquía santandereana - se le ven las costuras y asoma su hipocresía, ya develada por Iván Duque al quitarse la careta y mostrarse como tutor, junto a venezolanos de oposición, en los atentados magnicidas contra el Presidente Nicolás Maduro.

En los últimos meses se ha demostrado a través de los medios de comunicación, luego de la fallida ayuda humanitaria, como se preparan mercenarios en la frontera, pagados por el narcotráfico y a través de las ONG, las cuales maneja, como camuflaje, el imperio norteamericano y la Colombia santandereana de la OTAN.

Son públicos y comunicacionales los pronunciamientos que ha hecho el Gobierno Bolivariano a través del Vicepresidente de Comunicación, Cultura y Turismo Jorge Rodríguez. El alto funcionario venezolano denunció la preparación de falsos positivos contra Venezuela y mostró fotos y las coordenadas (GSP).

La denuncia con pelos y señales no dejan temor a dudas de las verdaderas intenciones y planes del Estado colombiano, quien como perrito faldero y cipayo del imperio, ataca a su país vecino de manera recurrente y sediciosa a espaldas de su propio pueblo.

El juego geopolítico que ha despertado a la doctrina Monroe encuentra en el "Cartel de Lima" a sus más firmes aliados. Para ello, enfilan sus baterías contra la Patria de Bolívar, al estilo de la más vil traición que recuerda los lamentables atentados contra El Libertador Simón Bolívar en la Nueva Granada y el asesinato del Gran Mariscal Antonio José de Sucre, en la Selva de Berruecos de Colombia.

Ante todo el panorama bélico que se ha querido montar desde el país vecino, con los tradicionales "falsos positivos" desde la Casa de Nariño; la Patria de Bolívar, quien sólo ha contribuido con la paz, hoy ve de nuevo el diluvio de run runes y las amenazas que acumulan nuevos expedientes y ponen en alerta al Gobierno Bolivariano.

Conocedores de la tragedia y el histórico calvario de violencia que desde hace más de 70 años vive el pueblo colombiano, hoy la tierra venezolana también ve amenazada de nuevo la paz.

Una paz que después de ser honrada durante el mandato de Juan Manuel Santos y las FARC, es pisoteada de nuevo por la oligarquía colombiana quien enarbola las banderas de la guerra, al continuar con el asesinato de sus líderes sociales y la persecución de los propios firmantes del tratado de paz en La Habana.

En Venezuela se han recibido con los brazos abiertos a más de 6 millones de colombianos, quienes precisamente han venido huyendo de la violencia de su país y conviven con nuestro pueblo bolivariano en sana paz.

Ante los susurros y amenazas de una guerra que no deseamos entre pueblos hermanos, sólo por el capricho de un imperio y el de una oligarquía santandereana, cipaya y narcotraficante, el Estado venezolano debe de inmediato asumir y proceder a un censo, con registro y catastro en la zona fronteriza.

Las poblaciones de los estados Amazonas, Apure, Táchira y Zulia, en especial las más cercanas a las fronteras, deben ser censadas para determinar la población residente y su actividad. Asimismo, en los Registros públicos se deben revisar los movimientos y compras de tierras, bienes e inmuebles, por ejemplo, de los últimos quince años.

Igualmente, adicional al censo, deben estar vigentes los levantamientos catastrales de los asentamientos campesinos y las comunidades surgidas en los últimos años en la frontera, para evitar así la presencia de indeseables y paramilitares, así como ocurrió con los casos detectados en las administraciones de los ex gobernadores José Gregorio Vielma Mora al Norte del Táchira y con Francisco Arias del estado Zulia.

El Instituto Nacional de Estadística de Venezuela (INE), el SAIME y las Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) de manera integrada, deben proceder junto a otras organizaciones sociales como Somos Venezuela (SV), por ejemplo, urgentemente al levantamiento de un censo, del registro y el catastro de tierras en las zonas fronterizas.

¡Ha llegado la hora de ordenar la República y de prepararnos para la paz!

¡Amanecerá y veremos!

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