Lo que está aconteciendo puede no diga nada o mucho. Depende del interés que alberguen los escuchas o los interesados. Alrededor de Bolton ya corren por las redes, bajo diferentes formas, distintas interpretaciones; lo primero es que las opiniones tienen una fuerte carga emocional y subjetiva, donde los deseos predominan e imponen el rumbo. Cada quien le pone el aderezo de su gusto o deseo.
Según Mike Pompeo, poco tiempo después que Trump anunció haber prescindido de los servicios de John Bolton, se apresuro a informar que la política estadounidense con respecto a Venezuela seguiría igual. Inmediatamente los ortodoxos, esos que creen que los perros se amarran con chorizos y "todo es igual, nada es distinto", aseguraron lo mismo. Pero eso no le es suficiente sino que garantizaron que no habría ningún cambio. Eso es posible. Pero en el mundo las cosas están interrelacionadas, tanto que mi conducta influye en la de mi vecino y viceversa. Las relaciones entre él y yo depende de la conducta de ambos y hoy es distinto que el ayer.
Pompeo no hizo otra cosa que mandarle un mensaje a sus relacionados en Venezuela para que se tranquilizaran, no cometieran indiscreciones y hasta sintieran que seguían contando con él. Es natural así procediese, tomando en cuenta que ellos le habían "brindado" su confianza y hasta "entregado su espíritu".
Trump, el martes próximo pasado, como decir ayer, anunció haber prescindido de los servicios de Bolton por haber discrepado demasiado en los asuntos de su incumbencia. Según la prensa internacional, "Como asesor de Seguridad Nacional de Trump, Bolton fue arquitecto del endurecimiento de la política de Washington hacia los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua, a los que denominó la "troika de la tiranía".
Según esa misma prensa, "la crisis venezolana se volvió también uno de los temas de discrepancias entre Bolton y Trump, quien llegó a quejarse en privado de que fue mal informado sobre lo fácil que sería sustituir a Maduro por el líder opositor Juan Guaidó."
Y se agrega que, "Bolton, que participó en los tres gobiernos republicanos previos al de Trump y promovió la guerra de Irak en 2003, se opone a negociar con quienes considera enemigos.
Para quienes lo anterior pudiera no tener valor alguno, es bueno poner aquí lo que ahora mismo, hace cosa de pocos minutos, publicó la prensa sobre la despedida de Bolton. Pues Trump ha dicho "Yo estaba en desacuerdo con John Bolton en sus actitudes sobre Venezuela. Creo que se pasó bastante de la raya". https://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/Trump-Bolton-se-paso-de-la-raya-en-la-politica-hacia-Venezuela-20190911-0053.html
En el diario mexicano La Jornada se puede leer lo siguiente: "Aunque los analistas y observadores se han enfocado mucho en estas diferencias "ideológicas", con Bolton como un halcón tan extremo que el propio Trump bromeaba de que si fuera por decisión de su asesor, "estaríamos en cuatro guerras más" y que él era quien tenía que moderar a Bolton, todo indica que el fin fue por algo más sencillo y común en este régimen: el presidente se hartó de alguien que no estaba de acuerdo en todo lo que el jefe quería."
Entre otras cosas, todo lo anterior pareciera desmentir lo que afirmó Pompeo. ¿Sí Trump destituyó a Bolton por discrepar de él y particularmente porque "se pasó bastante de la raya" con respecto a Venezuela, cómo esperar que continúe exactamente con la misma política, mientras hace esfuerzo por entenderse con Corea y China?
Claro, como advertí arriba, las relaciones con mi vecino no dependen de mi o de él exclusivamente, es competencia de ambos. Ni tampoco vamos a esperar que Trump, a partir de la defenestración de Bolton, se vuelva aliado del gobierno venezolano. La nota informativa anterior, elaborada por quienes trabajan la información dentro de la Casa Blanca, contiene un aspecto muy resaltante y es que "el despido del asesor de seguridad nacional de línea dura, John Bolton, provocó especulaciones de que la política de Trump hacia adversarios como Irán, Venezuela y Corea del Norte podría cambiar." Lo que también contradice lo dicho por Pompeo.
Pero la cosa no termina en eso. Ayer martes en la mañana, la prensa nacional informó lo que el embajador de Francia, Monsieur Nadal, anunció a los medios que, con los miembros de la Asamblea Nacional «Hemos hablado de la negociación y como se puede favorecer esta negociación en un acuerdo político en Venezuela. Esta es la única alternativa, no hay otra. Todos tienen que negociar, llamamos al sentido de la responsabilidad para que se sienten al rededor de la mesa«
https://puntodecorte.com/embajador-romain-nadal-negociacion/
Hoy mismo, miércoles 11 de septiembre, Federica Mogherini, jefe de la diplomacia" de la UE, en su escala en México en ruta hacia Venezuela, dijo: "Hablar siempre es mejor que pelear. (...) Esperamos que esto pueda reanudarse pronto. Creo que no hay interés para nadie en exacerbar las divisiones, en exacerbar los problemas económicos del país".
Salvo Colombia, en los gobiernos de América Latina, pues en Brasil tampoco hay un ambiente en el ámbito gubernamental, incluyendo las Fuerzas Armadas, ganado para la guerra o la invasión militar a Venezuela. Es ya demasiado conocido que EEUU, por intermedio de Bolton, no ha podido encontrar la forma para que la OEA y ni siquiera el grupo de Lima, les apoyen en el diabólico plan de invadir a Venezuela. Lo del TIAR, luce como una presión más, cuestión que parece sustentada en lo que más adelante tocaremos en relación con Ellito Abrams y sin olvidarnos que fue una decisión antes de la destitución de Bolton. Y para más, la UE, como lo ha dicho Mogherine, tampoco respalda a los "halcones" del Pentágono en esa despreciable tarea.
Pero hasta ayer mismo, Guaidó y sus gentes, alentados por Bolton, horas antes de la destitución, estuvieron hablando a los medios internacionales de la invocación del TIAR. Elliot Abrams, quizás sospechando o sabiendo lo que venía, pues la diferencia es de horas entre lo declarado por él y el anuncio de la destitución de Bolton, declaró que invocar el TIAR no significaba que se procedería a invadir a Venezuela, sino la convocatoria de los países inherentes a una reunión, "Es volver a reunir el órgano de consulta de los estados miembros para conversar sobre qué pasos tomar. Es equivocado pensar, alguna gente lo hace, oh esto es acción militar, esto es la invasión".
En el marco de esas mismas declaraciones, Elliot Abrams, dijo refiriéndose al gobierno de Venezuela, que también representaba un peligro, aparte del problema de la migración, "también por el tráfico de narcóticos y la actividad de las guerrillas de las FARC y el ELN y está la pregunta de la diseminación de regímenes opresivos no democráticos como oposición a la consolidación de la democracia en la región." Y justamente, este tipo de discurso, sin fundamento real, elaborado con mentiras, y estas tienen patas cortas, dio soporte al desarrollo de una política que no ha dado ningún resultado y por lo que Trump ha terminado diciendo que Bolton "se pasó de la raya".
Por lo que está sucediendo, como que quienes en Venezuela se volvieron ejecutores de la política de Pompeo, Bolton y Abrams y hasta brindaron su experiencia pasada, llena de violencia y prácticas deleznables que ha terminado por desvincularle de la gente que habían ganado para presentar una respuesta al gobierno de la llamada "Revolución Bolivariana", pudiera conformarse un nuevo cuadro en el universo opositor. No hay motivos serios para pensar que la destitución de Bolton no vaya a significar un cambio en la política de Trump frente a Venezuela, como si lo piensan los periodistas que estuvieron en la Casa Blanca cuando Trump dijo que Bolton "se había pasado de la raya". Y ese cambio pudiera significar que vendrán otras cosas, como que hasta Abrams pudiera ser despedido. Y a lo interno, en buena lógica, pudiéramos esperar que también se produzcan cambios. A los ortodoxos y extremistas advierto que no se trata que Trump se va a volver angelical y el imperialismo dejará de serlo, sino que vendría en otra actitud.
Pero volvemos a lo que dijimos al principio, para bailar en pareja se necesitan dos; y para hacerlo armónicamente con gracia y belleza, como para ganarse el aplauso del público, uno espera que de lado y lado pongan de su parte para coger el ritmo y la tragedia que vive el venezolano bien lo necesita y demanda.