La Política conservadora reaccionaria de Trump contra los pueblos latinoamericanos y caribeños

Sábado, 25/01/2020 02:45 PM

El siguiente artículo responde a la idea de "Pronunciarse de manera crítica y fundamentada sobre "las "anticipaciones" que he venido elaborando (El profesor, Luis Suárez Salazar del Clacso, la nota es mía) acerca del o de los que denomino "escenarios más probables" de las acciones contra los pueblos, las naciones y algunos gobiernos latinoamericanos y caribeños que la administración de Donald Trump desplegará hasta el fin de su primer (y, tal vez, único) mandato; ya sea de manera unilateral o en consuno sus principales "socios" o "aliados" hemisféricos o extra hemisféricos, también pueden expresar en este Foro sus criterios coincidentes o divergentes con relación a mis afirmaciones acerca de que en los discursos que pronunció Trump en la más reciente Asamblea General de la ONU y en su reunión con algunos presidentes y varios cancilleres de los estados integrantes del Grupo de Lima se transparentó "una síntesis" de las diferentes "doctrinas" y corolarios que han guiado las políticas hacia (y contra) América Latina y el Caribe de diferentes administraciones estadounidenses desde la Doctrina Monroe hasta la actualidad. Obviamente, al igual que en el caso anterior, las y los que escojan este tema deberán fundamentar y en lo posible documentar sus correspondientes respuestas".

Así que nuestra agenda está marcada por abordar primero; los escenario posible de las acciones de la agenda unilateral de Trump contra América latina y el Caribe, las naciones y gobiernos, segundo; las afirmaciones de Suárez respecto al discurso de Trump en la asamblea de las ONU y su reunión con el Grupo de Lima. Esto es pues lo que nos ocupa. Comencemos diciendo que la agenda de Trump está marcada por el pasado, por la ideología Monroista del siglo XIX, pero siguiendo nuevas pautas para el presente, en una nueva doctrina remozada del monroísmo en el siglo XXI, y que como dice Suárez una "síntesis doctrinaria" que se manifestó "claramente en el discurso que hace unos pocos días pronunció Trump en el 74 Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la ONU, así como en la reunión con algunos presidentes (Iván Duque, Sebastián Piñera; Lenin Moreno y Juan Orlando Hernández) y con varios cancilleres de los gobiernos integrantes del Grupo de Lima que se efectuó en Nueva York el próximo pasado 25 de septiembre". Esto resume nuestra posición a la que queremos referirnos.

La Agenda Trump en América Latina

Esa síntesis del monroísmo en el siglo XXI, responde a la estrategia de seguridad imperial de los Estados Unidos, de continuar preservando el orden interno en su retaguardia, lo que llama "el patio trasero", frente a la cual sabemos no ha escatimado esfuerzos políticos-militares como lo atestigua el historial de agresiones en el llamado hemisferio occidental, entre 1776-2006 según la investigación de Suárez revisada en las fuentes bibliográficas, el cual prueban ninguna diferencia agresiva, injerencista e intervencionistas con las anteriores gestiones de gobierno demócrata o republicana, continúan la misma línea hegemónica, a los fines de sostener la dominación y el control de los gobiernos y los pueblos subordinados a los mercados norteamericanos, los Estados Unidos por un lado y por el otro, la saña de intentar mediante la fuerza, al viejo estilo colonial, los gobiernos de Cuba y Venezuela apelando para ello, a las mismas técnicas, como "del férreo bloqueo" comercial, financiero, económico, político y cultural a modo de chantaje diplomático y político para tratar de someter por el hambre y la desmoralización a estos pueblos.

De igual modo podemos apreciar que otros métodos de chantaje ha sido el sobornar y presionar a otros gobiernos regionales, como lo son el Grupo de Lima, los miembros de la OEA, del TIAR, aprovechando sus privilegios económicos, la diplomacia del dólar, además de su posición privilegiada militar para posicionar bases militares en la región a manera de "espada y escudo" frente a cualquier potencia, en este caso de China, Rusia e Irán puedan socavar el sistema interamericano tal como ellos los concibe, su patio trasero, sin importar la voluntad regional, ni los intereses de estos países en términos de voluntad política soberana e independiente, la democracia es simplemente a la americana, a lo estadounidense, y todo se subordina a su imperio, desde este punto de vista, los gobiernos de Estados Unidos asumen que Venezuela, Cuba, Nicaragua o cualquiera que se le sumen, representarían o representan "una amenaza para la paz y la seguridad regional".

Los países que se manifiestan por la soberanía y la independencia en la región representan amenazas al sistema de "Seguridad Interamericano" establecido por los Estados Unidos desde el nacimiento de la doctrina, para declararlos "forajidos" de ese sistemas, lo estigmatizan con calificativos de "terroristas, narcotraficantes, violador de derechos humanos, dictadura, etc.", a tal fin para aislarlo de la comunidad de los países, aplicarles sanciones, bloqueos, penalizaciones de todo tipo que justifiquen violación a los derechos sociales, induciendo tales consecuencias que ellos crean para justificar del mismo modo, la invasión militar a nombre de la democracia y los derechos humanos.

La esencia de la política hoy del imperio de los Estados Unidos es asumir un papel contrarrevolucionario frente a cualquier "cambio" del escenario de dominación establecido en la región latinoamericana y caribeña, cualquier política que apunta a contravía del neoliberalismo, del neoconservadurismo, de reacción a los postulados políticos hegemónico del modelo de Washington, liberación del comercio, desregulación del Estado, privatización, flexibilización del trabajo, etc. La doctrina Monroe se asume en este contexto para ratificar la hegemonía del imperialismo como un todo, un sistema económico, social, político y cultural y la región ha de seguir y reproducir el modelo sin importar sus consecuencias en cada país, la receta es la misma para todos, para el sistema interamericano.

Trump renueva la contraofensiva, afila todas sus armas contrarrevolucionaria contra Latinoamérica y el Caribe, renueva la doctrina Monroe, agrede a "los inmigrantes" de estos países en su país, (a causa de las consecuencias socioeconómicas del libre comercio en Centroamérica) ha concitado el odio no solo desde adentro sino también dese afuera, los cárceles de los inmigrantes latinos, su arrogancia política frente al poder y el establishment lo ha llevado a despertar hasta en las clases mas conservadoras de los Estados Unido su disidencias, incluso en demócratas y republicanos una desafectación hacia sus políticas, el elogia la libertad, pero la libertad "chovinista" de los Estados Unidos, no de ningún país, desconociéndolos, considera la de otros, oprobio, como la Cuba, Nicaragua y Venezuela, además no respeta los sentimientos integracionista de la región, aun cuando propone el respeto a la soberanía cínicamente, arremete contra la CELAC, el ALBA, entre otros, apoyando ahora Prosur, procura impedir el acercamiento de los pueblos, su compenetración, su descubrirse, los encuentros, todo con la mirada puesta en la visión euroamericanocentrista, entendiéndose como "americano", los estados Unidos y el espacio subordinado, su patio trasero, los llamados países y pueblos latinoamericanos y caribeños.

No podemos omitir; la injerencia y la continuidad de la administración Trump, de omitir los casos de lawfares, de "la criminalización de la política", ajusticiar a quienes osen desafiar el imperio con políticas soberanistas e independentistas, y para ello, está previsto, los golpes suaves y preventivo a Dilma Rousseff, y Ignacio Lula (Brasil) Cristina Kirchner, (Argentina) Rafael Correa (Ecuador) asimismo el golpe contra Evo Morales en Bolivia revelando, no solo la injerencia política en los asuntos internos, sino también la beligerancia con actúa el imperialismo de los Estados Unidos en la región para frenar los "cambios progresistas y revolucionarios" como lo han sido los casos de Paraguay con Lugo, Ortega en Nicaragua como también con Maduro en Venezuela, todo con la finalidad de crear el clima para "el cambio de gobierno", un régimen político mas favorables a los intereses económicos de los EE.UU.

En todo caso; el gobierno de los Estados Unidos y su mas reciente administración bajo D. Trump se ha caracterizado en su gestión, en continuar su política hegemonista, una derivación de la doctrina Monroe y mas recientemente, renovada de la visión del Consenso de Washington, el prevalecer en el mundo, de allí que cualquier "gobierno progresista" arribe a la región latinoamericana o caribeña sea objeto sistemático de un proceso de "contrarrevolución neoliberal" y desestabilización de su régimen político y social además de toda su "formación estructural económico-social"; cualquier intento político de integración regional es victima de toda agresión, bloqueo, sanciones y hasta de acoso internacional sin escatimar medios políticos, económicos o militares, violando todas las leyes internacionales con el fin de lograr sus fines de sometimiento de los países y apropiación de sus recursos naturales a modo neocolonialista, así discurre la política de Trump con Venezuela, pero no solo ello basta, también el secuestro de activos como la empresa Citgo de Venezuela en los Estados Unidos Y Monómeros en Colombia como simple vulgar actos de piratería colonialista internacional en pleno siglo XXI.

Fuentes consultada:

Suarez Salazar, Luis. Estados Unidos y América Latina durante la Administración Trump: ¿Hacia una nueva doctrina Monroe?, Clacso, 27-08-2019.

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