La oligarquía colombiana está podrida, corrompida hasta los tuétanos, si alguna duda había o faltaban pruebas y evidencias suficientes, los misiles lanzados por la prófuga ex-senadora Aida Merlano desde un tribunal en Caracas, aportan suficientes pruebas y son realmente espeluznantes, escalofriantes, como para generar una crisis tanto en la cúpula política como en la oligarquía como clase y en todo el establecimiento gubernamental.
Después de su rocambolesca fuga, no totalmente clara, en octubre de 2019, bajarse desde un cuarto piso de un edificio por una soga, correr ese riesgo de una caída, montarse en una moto que la esperaba (todo eso está filmado –¿quién lo hizo?– y es conocido) y partir de allí llegar a otro lugar donde la iban a asesinar, según confesó, e igualmente se fugó con la ayuda de uno de los que la iban a asesinar, hasta llegar a Venezuela, entrar clandestinamente y con documentación falsa. De eso pasaron 4 meses hasta que el 27 de enero la PNB la capturó en Maracaibo, disfrazada. Toda una zaga de esta doña que un buen cineasta podría hacer una película sensacionalista y taquillera.
Pero, sin entrar, por ahora, en el fondo del problema que son las graves denuncias de la damisela contra ese podrido mundo de corrupción, compra masiva y millonaria de votos para elegir desde presidentes hasta senadores, diputados, alcaldes, etc., donde se ha movido todos estos años y de donde salió elegida senadora y, convertida en rea, lo que nos hace recordar a aquel famoso chinito de caso Recadi, cuando el gobierno de Luis Herrera Campins, fue el único paga peos de los oligarcas, burgueses rufianes, ladrones y corruptos de la época, que asaltaron el erario público. Así parece le ocurrió a la señora Merlano, fue, a su decir, la única que pagó los platos rotos de la masiva y descomunal compra de votos donde Duque –también el capo Uribe y el no tan santo, ex presidente Santos– fueron rufianesca y fraudulentamente elegidos soltando millones de dólares.
Queremos en este caso resaltar el golpe político que astutamente le asestó Maduro, no sólo al mamarracho y títere de Duque sino, repetimos, al establecimiento, a esa decadente oligarquía y, por mampuesto, el gobierno imperialista de Trump, que es quien realmente manda en Colombia y maneja a sus títeres.
No esperaba ni el gobierno colombiano, servil como nunca antes del imperio yanqui , ni la corrompida clase política, el brutal y contundente gancho al hígado que les diera el presidente Nicolás y el gobierno revolucionario con su mano izquierda, golpe que les asestaron al sacar de la manga nada más y nada menos que el AS que es la exsenadora Merlano. Los estaba esperando en la bajadita, como por aquí se dice, rememorando a las películas de vaqueros gringos, donde el "muchacho" atrapa invariablemente al bandido precisamente en una bajada. Por supuesto ese golpe político es solo uno dentro los cientos de actos viles, bajos, inmorales, canallescos, miserables que los gobernantes –y no gobernantes, dixi la corrompida prensa en todas sus expresiones, el paramilitarismo, las intromisiones e injerencias– colombianos le ha asestado y asestan a Venezuela, a su gobierno y a su pueblo cotidianamente. Es una lección de astucia y una impecable jugada política.
Hay que resaltar el hecho, que a nuestro juicio mata políticamente a Duque, lo entierra y pone de relieve su incapacidad política, resalta que es un vulgar títere, incapaz, ignorante hasta del conocimiento de la política de un estudiante de bahillerato; un verdadero anti patriota y anti colombiano, por su actitud servil a una potencia extranjera. Desde que llegó siguió las órdenes del Departamento de Estado yanqui y de los sectores más recalcitrantes y fascistas de la burguesía colombiana y de los altos mandos militares contra Venezuela, el gobierno y su pueblo, no gobernando para Colombia y resolviendo los gravísimos problemas que padece ese sufrido país, cerrando absolutamente todas las opciones de relaciones políticas y económicas entre los dos países, no sólo por ser naciones fronterizas sino por el hecho nada desdeñable de que en nuestro país viven nada más y nada menos que cinco millones de colombianos.
Cada paso que da Duque y el narcoestado colombiano con relación a Venezuela, es una torpeza que pone en evidencia no sólo la carencia de políticas serias sino que sus politiquerías afianzan la convicción que se mal gobierna para una cúpula y todas las políticas son trazadas en los Estados Unidos. Si alguien lo duda veamos algunos hechos. El gobierno fascista de Trump le ordenó a sus gobiernos lacayos no reconocer a Nicolás Maduro como Presidente legítimo de Venezuela, a lo que Duque no sólo obedeció sino que le agregó unas cuantas cosas más, dentro de ese odio ancestral que sectores de la oligarquía neogranadina tienen contra los venezolanos, como por ejemplo desconocer a Maduro como Presidente y cometer el gravísimo error reconocer a un don nadie como es Guaidog, que no lo eligieron ni para presidente de un club de bolas criollas, menos como presidente de Venezuela.
El torpe e insólito hecho, el craso error político, de pedirle a Guaidog que extraditara a Colombia a la señora Merlano, ya en prisión en Venezuela y hablando hasta por los codos, denunciando a Raimundo y todo el mundo de la derecha política y la oligarquía colombiana. ¿Cómo se explica que un presidente meta la pata con un error de ese tamaño? Hasta un niño de Colombia o Venezuela sabe que el terrorista Guaidog, que se fotografía con asesinos de grupos terroristas colombianos como los Rastrojos, no tiene el más mínimo poder para ordenarle a un simple policía, menos tomar una decisión de extraditar un prófugo o una personada solicitada por Código Rojo de un país a otro.
Si Duque sabía que no podía hacer algo semejante porque Guaidog no es nadie, ¿por qué lo hizo, entones? Por que si pedía a Maduro en extradición a la Merlano, rompería la orden que le impuso el gobierno de Trump y quienes en Colombia mueven sus hilos, Uribe, por ejemplo, y estaba reconociendo a Maduro como único presidente de Venezuela. ¿Midió Duque al ridículo y a las burlas mundiales que se exponía y aun así se lanzó por el despeñadero?
Claro, eso sólo era el principio, luego vendría la artillería pesada que desde un tribunal venezolano comenzaría a disparar la señora Merlano, que al referirse a Duque dijo: "No solamente dos casas políticas importantes de la región Caribe quieren asesinarme, sino también el presidente Iván Duque para cuidar las espaldas de su jefe Uribe, y también al exfiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, a quien le tengo grandes secretos como el momento en que lo eligieron el "Súper Ministro", y fue nombrado como cuota política de la empresa Odebrecht y de Luis Carlos Sarmiento Angulo para garantizar que toda la contratación entregada a la empresa Odebrecht fuera destinada a unos empresarios, que a su vez le iban a entregar las comisiones a los congresistas, y así poder cumplir las cuotas políticas que aportaban los diferentes partidos de derecha, ya que los de izquierda no participan en el tema que es popularmente conocido en Colombia como "la mermelada".
Para entonces el affaire de pedirle a Guaidó que deportara a la exsenadora pasó a un segundo plano, las acusaciones y denuncias tomaron la palestra en el mundo corrupto del poder político en Colombia, el presidente incluido que es señalado directamente de planificar el asesinato de su compatriota prófuga.
¿Cuál es la magnitud del escándalo que las denuncias y acusaciones de Aida Merlano producirán y qué efectos tendrán dentro de la sociedad colombiana, sobre todo a nivel de los factores de poder, frustrarán candidaturas presidenciales o marcarán el futuro próximo del incompetente presidente Duque? ¿Agudizarán las posibles contradicciones existentes en el seno de la burguesía colombiana y dentro del estamento militar mismo? ¿Cómo reaccionará el pueblo colombiano, sus sectores de vanguardia, la izquierda revolucionaria, qué actitud tomarán ante las gravísimas y escandalosas denuncias y las pruebas aportadas por la denunciante?
¿Aprendió la derecha colombiana, los oligarcas de todo pelaje, el novato de Duque incluido, la lección política que les está dando Nicolás Maduro? Su soberbia y prepotencia los lleva a no reconocer sus errores, pero esas graves denuncias evidentemente los debilitan, así traten de ignorarlas mediáticamente o de restarles importancia.
El golpe político de Maduro es solo una pequeña muestra, después de lo de Cúcuta, que si se atreven a otra trapisonda, nos vamos a defender y les va a doler como no imaginan, piénsenlo.