Somos un pueblo amado por Trump y nos ama con una libre pasión que se desborda desde su pecho de tanta rabia acumulada contra un socialismo maluco que a él lo afecta de diarreas con rabia que, desacreditan a su entorno por no haber tumbado la "dictadura" de Nicolás Maduro: a quien odia con esfuerzo mancomunado e interés en el firmamento que, Guaidó logre un buen destino y se encarame en el poder este 10 de marzo como lo viene tramando después de la triste afrenta opaca recibida en Lara, que no le bajaron el pantalón del ánimo gringo de seguir adelante con tramas de mentiras cortas que manchó de furia hasta a los colombianos que piensan que ellos lo parieron con parto de dolor de esperanzas inéditas que: ¡Oh santa Bárbara bendita: reza porque jamás seamos como los colombianos! Que su presidente Iván Duque, recién fue a la Casa Blanca a recibir la orden de tener que volver a fumigar áreas de cultivos ilícitos con el herbicida glifosato, así arrase con media Colombia que colombianos cómplices hay por demás sacudiendo al mundo de males con sus drogas.
¿Hay razones tan poderosas para que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se pronuncie en contra del socialismo y el comunismo como dos sistemas que "crean miseria donde son implantados"? Que según él como lo expresó en su intervención en la cumbre anual de la Coalición Legislativa Latina que, tiene sus culpables que existan por los malos conceptos y la falta de liderazgo no como la de él -han de creer que tan flexible creencia- le da valor de opinar sobre Venezuela, Cuba y Nicaragua, por lo que desde algún lugar del cielo o del infierno deben estar de reunión permanente Chávez y Fidel considerando: todas las opciones de subsistencia que les deje el capitalismo salvaje de vivir en paz sin la injerencia del gobierno de los Estados Unidos por el que Daniel Ortega lucha desde su trinchera en su país en contra y, que Diosdado últimamente ha descuidado como si estuviéramos a salvo.
Y con razón nuestro preocupado querendón dijo: "Es asombroso ver lo que ha pasado a Venezuela, la bonita Venezuela -¡qué bella frase!-."Estamos con Venezuela hasta el final" -y debió recalcar, sin los chavistas-. "Estamos haciendo mucho y tenemos mucho planeado". Dios nos libre y, menos mal, que no dijo, estamos haciendo de tripa corazón. Y solo faltó que cantara a capella y a coro con los presentes el tango de Gardel: El día que me quieras, lo que sí hizo "Pepe" Mújica en el parlamento uruguayo que le salió a pedir de boca para las redes y, a Trump no se le pudo ocurrir que todavía Nicolás estaría llorando de vergüenza.
"Viva Venezuela mi patria querida que quien la libertó fue Simón Bolívar", y ahora Trump lo quiere apartar y llenarse de gloria junto a Guaidó, pero la vaina sigue según él que Guaidó dirá, a mí no me aparta nadie como el posible salvador de esta Venezuela socialista que tiene enfermo de taquicardias políticas con mucha fiebre de deseos a Trump.
Pero, ¿será verdad que en Estados Unidos hay millones de pobres y pobres de pobreza nada oculta? ¿Y allá hay socialismo o comunismo? ¿Y, entonces? Pareciera que Trump es peor que Guaidó. Parece ser que hay 41 millones de pobrecitos que Trump no ve, porque solo son el 13 % de la población. ¿Asusta? ¿Verdad qué asusta ver tantos pobres? ¿Será que Trump duerme de lado? ¿O quizás nos quiera martirizar más de lo estamos? Lo que pasa es que Trump es un encopetado líder que solamente los Estados Unidos ha parido. Aunque ha parido hasta una mujer que tiene una fábrica de hacer cerveza en su barriga -según nota de Panorama-.
Y lo más triste como encomiable es que Trump está embuchado de planes gordos para Venezuela, pero para los pobres de allá, ¿que les tendrá? Vaya usted a saber, que quien sí lo sabe es Guaidó, que sabe gobernar y mandar como el interino que es, pero aún así, a marchar con Guaidó el 10 de marzo que ese día Venezuela temblará, ¿de alegría o de rabia?