Sanciones, bloqueo y violencia guarimbera

Martes, 10/03/2020 08:32 AM

 

En la creación de un mundo unipolar, donde el modo, modelo y poderío estadounidense sea el único sobre la tierra; la caotización social, creación y señalamiento de estado-nación fallido, urgido de tutelaje y ayuda humanitaria, fundamentan la doctrina de intervención bajo pretexto humanitario de necesidad de proteger ante un escenario apocalíptico; de devastación y muerte, de tierra, sociedad, nación arrasada. En apariencia loable, plausible disposición, que enmascara la más terrible de las miserias humanas; ¡dominación, sumisión, esclavitud! ¡Expoliación de riquezas; conculcadora de derechos, libertades, independencia, soberanía!

Los interesados –a través de mediáticos y caricaturescos héroes, defensores, salvadores de pueblos y naciones oprimidas−, desde su superioridad científica, tecnológica, militar, económica, en manos de ejércitos contratistas, buscan imponer la gobernanza mundial. Fomentan y financian grupos terroristas, criminales, mercenarios, que instigan, ejecutan la violencia callejera, criminal, contra la sociedad, a lo interno del estado-nación escogido. La diplomacia, la economía de estados adláteres…, también son puestas, direccionadas en función del objetivo; bloqueos económicos, financieros…, no reconocimientos políticos, constitucionales. Todo debidamente coordinado hacia el debilitamiento institucional, gubernamental, creación de sociedades descontentas, anarquizadas, descontextualizadas, avergonzadas y negadoras de su identidad nacional, irreversiblemente perdidas, que en medio de la tragedia, irrumpan contra su gobierno, contra sus constituciones, que deriven en desconocimiento institucional, contra la legalidad y legitimidad demandando la preconcebida intervención humanitaria.

¡Presencia de salvadores internacionales, interventores, invasores!

Siria, Libia, Irak; África, Europa, América.

¡Nuestra América!; Haití, Colombia, México, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, República Dominicana, Honduras, Ecuador, Paraguay, Argentina, Bolivia, Brasil. Venezuela, muestran la crudeza y realidad neocolonizadora.

"Para ser obedecidos no bastan declaraciones, acciones diplomáticas, sanciones económicas… Necesario es que el gobierno de Estados Unidos, ocasionalmente, muestre su poder torciendo, retorciendo el brazo a pueblos, gobiernos, naciones, que no sigan sus directrices" Señala, en sombría entrevista, Barack Obama; premio Nobel de la Paz, primer presidente negro en la historia estadounidense.

El sistema capitalista, neoliberal, para que funcione; ¿necesario es imponerlo a sangre y fuego, mediante invasiones militares, mercenarias, coloridamente insurreccionales? ¡Devastando todo pueblo o nación que se diga soberana e independiente!

¡Decadente imperio!

Lo propio hace Donald Trump, prepotente, desde Naciones Unidas en Asamblea General; el gobierno de los Estados Unidos amenaza a la humanidad, conmina a secundar cualquiera de sus propuestas. Sin pudor, su presidente y funcionarios de alto rango, expresan al mundo que de no ser respaldados, sancionaran, desconocerán tratados, legislaciones, gobiernos, naciones… ¡A la mismísima Organización de Naciones Unidas!

¡Soberbio imperio! ¡Decadente, vergonzoso, imperio!

¿A dónde va la humanidad? ¿Callará ante el exterminio?

Sus protectorados europeos y americanos enmudecen; ¡parecen no entender o entienden y se aterrorizan!, inadvertidos, desorientados, prefieren callar. Para Donald Trump y el poder imperial que lo respalda, ninguna organización, legislación, tratado o convenio puede estar por sobre los intereses de la Seguridad Nacional estadounidense. En siglos la humanidad no conoció gobierno tan irrespetuoso, infame, inmoral, que menospreciara tanto la libertad, la democracia, la autodeterminación. El derecho y la institucionalidad internacional. Impunemente expresan tener el poder de imponer su visión y modelo sobre pueblos y naciones.

¡Ni papá Dios está por sobre el poder de los Estados Unidos!

Derrotados por Chávez durante 16 años, cuatro periodos, dos presidentes, para el poder estadounidense, la institucionalidad bolivariana contenida en la constitución nacional, no debe ni puede ser permitida.

¡No debe continuar!

Ante la ineptitud, falta de apoyo popular, electoral, de la oposición, optan por una grosera, abierta, demente y decidida intervención:

Agresión multidimensional contra toda la nación venezolana.

¿Es la dirigencia opositora vanguardia contra su propia patria?

¡En 200 años, la Cuestión Venezuela es la activación de la mayor agresión estadounidense contra un país en este continente a partir de la entrada en vigencia de la orden ejecutiva emitida por Barack Obama!

A partir de esta orden ejecutiva se desconoce al gobierno, la institucionalidad, la constitución venezolana, declarando a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria para la Seguridad Nacional de los Estados Unidos, y consecuentemente de sus aliados ─protectorados─ en el continente, en el mundo. Se exige de cualquier gobierno o nación consecuencia y reciprocidad según marcos normativos, legislativos, estadounidenses. Canadá, México, Chile, Colombia, Perú, Argentina, Paraguay, Uruguay, Ecuador, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Brasil, Guatemala, Guyana, Unión Europea con España al frente, se postran ante tal imposición:

¿Se regocijan, están sumisos y subordinados al poder imperial?

¡Los votos para darle connotación, desde la institucionalidad y el derecho internacional, a la condena que permita sancionar e intervenir militarmente con mandato de la OEA no son suficientes, aún les falta!

En vísperas de la Cumbre de las Américas en Panamá, contra los no convencidos, incrédulos, pequeños países del Caribe, como heraldo imperial, envían a Joe Biden, vicepresidente, en despliegue de toda una campaña de amenazas, chantajes, intrigas, su presencia trae la devastación, la muerte:

¡Por ahora, no surtieron efectos, sus pretensiones antivenezolanas fueron derrotadas en Panamá!

Desde allí, desde Panamá, durante su última Cumbre de las Américas, Barack Obama, presidente estadounidense por ocho años, recibiría, de manos de Nicolás Maduro, presidente venezolano, una derrota más ─¡A 200 años de la idea integradora de Simón Bolívar!─ Su declaratoria, intrigas y amenazas esparcidas a todos los pueblos del continente en desprestigio de Venezuela, su institucionalidad y democracia, sin duda alguna, era la más evidente y siniestra declaratoria de guerra jamás, nunca antes, emitida por gobierno estadounidense contra una nación americana. ¡Nuestra Americana!

Con odio, en desesperanza, venganza, el poder estadounidense intervenía en Panamá pretendiendo pasar la página de la historia, la heroica, gloriosa y liberadora historia de todo un continente ─la otra también─, ¡la perversa historia que los condena!

Para Obama; lo trascendente en Panamá, desde su gobierno, era la agresión y sometimiento al Estado-Nación venezolano. ¡No la historia!

Con más de 10 millones de firmas venezolanas y apoyo mundial a través de la red social Twitter la etiqueta #ObamaDerogaElDecretoYa muestra la derrota política y diplomática de Obama, su gobierno, sus peones y su decreto contra Venezuela.

¡Lo ridiculiza, lo muestra como el hazmerreír mundial!

Serio, preocupante, pero; ¡extremadamente ridículo! ¿Cómo Venezuela es una amenaza para la potencia bélica más poderosa de la humanidad y sus neocolonias? Representantes gubernamentales, afines a la pretensión estadounidense, estaban advertidos de la seriedad, implicaciones, consecuencias sobre Venezuela, sobre toda la región.

Sobre sus propias naciones y gobiernos.

Las pretensiones contra Venezuela, desde la Cumbre de las Américas, celebrada en Panamá, en marzo de 2015, serian derrotadas, no se emite un informe final, definitivo. ¡El consenso no fue posible por oposición de Estados Unidos y Canadá!

Para Venezuela, el pueblo, su gobierno bolivariano, será, en los próximos años una significativa victoria diplomática, política, moral, social y ética de nuestra historia republicana, pero también; la que definiría la abierta, directa y desvergonzada agresión desde todos los ámbitos, nacionales e internacionales.

Para el poder estadounidense, el proyecto de constitución bolivariana no debe ni puede continuar, no debe consolidarse ni mostrarse victorioso ante los pueblos oprimidos del continente, del mundo.

Fueron por Dilma, por Lula, por Cristina, por Correa, por Ortega, por Lugo, por Evo… por todo gobierno o líder progresista que pretendiera seguir, emular o defender a la Revolución Bolivariana, a la institucionalidad, constitución y democracia venezolana. ¡Desde allá vinieron, con gobiernos e instituciones, cautivos, sumisos, tutelados, contra nuestra paz social, nuestra economía, nuestra salud, nuestra educación, nuestro don de gente, nuestra Venezolanidad!

¡Por autorización del premio Nobel de la Paz y con mandato del nuevo, déspota y supremacista gobernante. En el más horrible, sórdido, asesinato a la verdad, desataron una despiadada e inhumana violencia; el racismo, la xenofobia, la quema de instituciones, de personas vivas, por ser o parecer chavista, maduristas…!

Eufemísticamente; a la hostilidad y violencia terrorista la llamaron Guarimba para evitar ─mediante argumentos legales de derecho nacional e internacional─, evadir responsabilidades penales por crímenes horrendos, de lesa humanidad, de lesa patria. Crímenes cometidos contra toda la sociedad venezolana y con los que, después de concebidos y ejecutados, van por el mundo acusando al gobierno venezolano de tiranía, violador de derechos humanos. Democracia fallida, necesitada de sanciones, intervención, tutelaje.

Con sus acciones de bloqueo, desconocimiento, violencia, destrucción y muerte, conculcaron nuestra paz social; económica, jurídica, política, cultural, deportiva… ¡Nuestro don de gente!, ¡nuestra identidad nacional!

¡Triste, muy triste, deplorable, deprimente, patético el venezolano que no vea la agresión contra su patria!

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