EEUU: el mérito de ser asesinos

Miércoles, 01/04/2020 10:01 AM

Una mirada a la historia del funesto imperialismo yanqui, su Destino Manifiesto dispuesto por Dios y el contraste con la realidad…

Para los yanquis ser asesino es un mérito, siempre que sean ellos los protagonistas. Así se han comportado por siglos, desde el exterminio de los indios para robarle sus tierras, pasando por el arrebato a los mexicanos de más de la mitad del territorio de su país, por las mil invasiones a Centroamérica y el Caribe, por la voladura con potente bomba del acorazado Maine en la bahía de La Habana y el asesinato de sus propios marines para que ese acto criminal les sirviera de pretexto a su intervención en la guerra hispano cubana, hasta la guerra asesina y atroz contra el pueblo vietnamita, así como las bárbaras y criminales agresiones a Yugoslavia, a Afganistán, a Irak, a Libia y a Siria…

El Destino Manifiesto es una estrategia de los EE UU que explica e intenta justificar la forma y manera como debe entenderse su lugar en este el mundo, en relación con el resto de los países que lo integran.

A lo largo de la historia estadounidense, desde las trece colonias hasta nuestros días, el Destino Manifiesto ha mantenido la convicción nacional de que Dios eligió a los Estados Unidos para ser una potencia política y económica, es decir, una nación superior.

La frase "Destino Manifiesto" apareció por primera vez en un artículo que escribió el periodista norteamericano John L. O’Sullivan, en 1845, en la revista Democratic Review de Nueva York. Allí O’Sullivan explicaba las razones de la necesaria expansión territorial de los Estados Unidos y apoyaba la anexión de Texas. Decía: "el cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino"

Muy pronto, políticos y otros líderes de opinión aludieron al

"Destino Manifiesto" para justificar la expansión imperialista de los Estados Unidos y a través de esa estrategia (para los gringos "doctrina"), se propagó la convicción de que la "misión" que Dios le dio al pueblo estadounidense no fue otra cosa que la de explorar y conquistar nuevas tierras, con el fin de llevar a todos los rincones de la Tierra la "luz" de la democracia, la libertad y la civilización. Esto implicó que se internalizó la convicción de que la república democrática era la forma de gobierno favorecida por Dios. Aunque originalmente tal estrategia se oponía al uso de la violencia, desde 1840 se usó para justificar el intervencionismo en la política de otros países, así como la expansión territorial a través de la guerra, como sucedió en 1846-48 en el conflicto bélico que concluyó con la anexión de más de la mitad de territorio mexicano.

Se ha dicho, en el propósito de lograr la mayor defensa de dicha estrategia (doctrina), que su aspecto positivo tiene que ver con el entusiasmo, la energía y determinación que inspiró a los estadounidenses para explorar nuevas regiones, especialmente en su migración hacia el oeste, lo cual -al parecer de algunos-también dio forma a uno de los componentes esenciales del "sueño americano": la idea de que se pueden obtener la libertad y la independencia en un territorio de proporciones ilimitadas, algo muy similar al sueño de Hitler del "Imperio de los Mil Años", que debía incluir todo el territorio europeo y la extensa Euroasia con sus límites en el lejano Pacífico. En cambio, las consecuencias negativas son de lamentar y demasiado repudiables: la intolerancia hacia las formas y el derecho sagrado de organización social y política de otros pueblos, así como el despojo, el exterminio y el confinamiento de muchos, tal y como sucedió con las etnias indígenas de Norteamérica, las que de casi 15 millones de seres aproximadamente que las integraban, hoy se nos dice que quedan en las reservas no más de tres millones, sometidos aún a la mayor de las discriminaciones. No olvidar que para los Colonos ingleses eran "tribus degeneradas", que detentaban tierras que le pertenecían a los británicos "en virtud del descubrimiento" y por el "derecho que tienen las naciones civilizadas de establecerse en el territorio ocupado por tribus salvajes", hasta llegar a la convicción, como tema para nada discutible, de que por su condición de seres degenerados, era imperioso para la Gran Nación que Dios les exigió construir, exterminarlos a todos…

Razones históricas de la expansión territorial en el siglo XIX

La doctrina del Destino Manifiesto refleja el pensamiento de un siglo en que el expansionismo y el imperialismo se veían como comportamientos necesarios si una nación quería fortalecerse y desarrollarse. Entre las razones históricas que explican el desarrollo del Destino Manifiesto están:

• Competencia contra los ingleses por el comercio en Asia. Los estadounidenses sabían de las ventajas comerciales de tener un puerto en el Pacífico, especialmente en la zona de California, que pertenecía entonces a México.

• Con el aumento de la población de las 13 colonias la economía de los Estados Unidos se desarrolló. El deseo de expansión creció con ellos. Para muchos colonos, la tierra significaba riquezas, autosuficiencia y libertad. La expansión hacia el Oeste ofrecía oportunidades para el desarrollo personal.

• Sensación de éxito.

En 1803 la compra de Louisiana había duplicado la extensión de la República norteamericana. En esa época el comercio con Europa era floreciente y el que se tenía con Asia estaba prosperando; los aventureros extraían fortunas de China y los especuladores ricos buscaban oportunidades para invertir

• Ansiedad respecto a Gran Bretaña.

Existía una gran preocupación de que las intrigas de los imperialistas europeos pudieran poner en peligro las oportunidades y libertades de los estadounidenses.

• Aumento de la población por inmigración y por nuevos nacimientos.

La población aumentó desde 5 millones en 1800 hasta más de 23 millones a mediados del siglo. Se estima que cerca de 4 millones de estadounidenses ocuparon territorios del Oeste entre 1820 y 1850.

•Los Estados Unidos sufrieron dos depresiones económicas, una en 1818 y la otra en 1839. Estas crisis orillaron a muchas personas a buscar nuevas oportunidades en tierras de frontera. La tierra de las fronteras era muy barata y, en algunos casos, gratuita.

• La marcha hacia el Oeste se alentaba por una sensación de infinidad, es decir, la convicción de que no había límites para lo que el individuo y la nación podían lograr.

• A partir de los años treinta y cuarenta del siglo XIX comenzaron a difundirse varios avances tecnológicos que facilitaban la vida de los individuos. Un ejemplo es el uso de la máquina de vapor para el transporte fluvial y terrestre. La locomotora se convirtió en un símbolo del progreso. El telégrafo magnético comunicó zonas que habían permanecido aisladas. En el campo de la comunicación, en 1846 la prensa rotativa hizo posible la producción masiva de periódicos de circulación nacional.

La idea de un Destino Manifiesto fue una de las banderas más proclamadas por la prensa y por los políticos en la segunda mitad del siglo XIX en Estados Unidos. Sin embargo, no hubo un apoyo unánime e incondicional a esta doctrina. Las diferencias internas acerca del objetivo de la expansión territorial determinaron su aceptación o resistencia. Mientras en el noreste se creía que los Estados Unidos tenían la misión de llevar los ideales de la libertad y la democracia a otros lugares, lo cual podía conseguirse por medio del crecimiento territorial, los Estados del sur pretendían extender el área de esclavitud. El conflicto de los abolicionistas del norte contra los esclavistas del sur se hizo evidente cuando se propuso la anexión de Texas y finalmente desembocó en una guerra interna, la Guerra de Secesión de 1860-65

Otro grupo que veía con escepticismo la expansión territorial, era aquel que pensaba que si los Estados Unidos crecían demasiado iba a ser difícil continuar con su experimento de autogobierno. Creían que la democracia sólo podía practicarse en un territorio relativamente pequeño y poco poblado, y que el crecimiento desmesurado imposibilitaría la formación de una nación.

Expansión territorial e imperialismo de los Estados Unidos en el siglo XIX

Para finales del siglo XIX los Estados Unidos eran una nación cuyo territorio abarcaba de la costa americana del océano Atlántico a las playas del Pacífico. Había expandido su poderío al continente asiático, donde se apropió de las Filipinas tras la guerra Hispano-norteamericana y se convirtió en una potencia colonial en el Caribe, aunque sólo ocupó la isla de Puerto Rico. Obtuvo las islas de Hawai y la península de Alaska. En Centroamérica, aunque no invadió propiamente ningún país, pues no tuvo necesidad de hacerlo ya que logró ejercer su enorme poder político y económico en la región través de cipayos y peleles que imponía en cada uno de los países del área, en 1903 provocó que Panamá se independizara de Colombia para obtener el control sobre la zona del Canal transoceánico. De este modo, Estados Unidos se consolidó como una de las potencias económicas occidentales que definieron el siglo del Imperialismo. Bien vale recordarlo, que fue allí, en esa área centroamericana, en Nicaragua, donde el General de Hombres Libres, Augusto César Sandino, le propinó a las tropas estadounidenses lo que viene a ser la primera derrota que sufre en la Patria Grande, expulsándolas del país al que pretendían ponerle las manos para construir en su territorio un segundo canal. Como sabemos, su segunda derrota la padece con motivo de la invasión a Cuba por Playa Girón, en abril de 1961 (http://www.radiorebelde.cu/50-revolucion/historia/playa-giron.html) y la tercera, en Caracas, Venezuela, el 14 de abril del 2002, cuando nuestro pueblo y su fuerza armada lograron en unidad indestructible, revertir el sangriento golpe de Estado que dio a través de sus cipayos criollos al Gobierno Revolucionario que lideraba el Comandante Hugo Chávez Frías por 47 horas (http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/82725).

Los estadounidenses comenzaron su avanzada a partir de su frontera vertical, que en un principio corría desde New Hampshire hasta Georgia. Una de las primeras adquisiciones territoriales fue la compra del territorio de la Louisiana y la Florida occidental a los franceses en 1803. El presidente Thomas Jefferson pagó por estos territorios 15 millones de dólares de aquel entonces. De un golpe, Estados Unidos se convirtió en una potencia continental, propietaria de vastos recursos que le daban mayor independencia de Europa. Este primer éxito sentó el precedente de la expansión territorial futura.

La frontera vertical se movió rápidamente hacia el Oeste. El territorio se formó hasta Missouri y luego se saltó hasta California hacia 1824. La parte intermedia, las praderas y montañas ubicadas entre el río Mississipi y la Sierra Nevada, siguió perteneciendo a algunas tribus indígenas hasta finales del siglo XIX. Louisiana, Florida, Arkansas y Texas comenzaron a poblarse de estadounidenses en la década de 1830. La primera gran avanzada hacia el Oeste (1824-1848) coincidió con un intenso flujo de migración de europeos a los Estados Unidos. Entre 1830 y 1850 la población de los Estados Unidos casi se duplicó, pasando de 12.9 a más de 23 millones.

A mediados del siglo XIX, el descubrimiento de oro en California provocó la "fiebre del oro", misma que triplicó la población en esa zona: de 92 mil habitantes en 1850, a 380 mil en 1860. El estado de Oregon, al noroeste, también atrajo a miles de personas a partir de 1842, motivados por informes entusiastas de algunos misioneros interesados tanto por la fertilidad y posibilidades comerciales de la zona como por la conversión de indios. Para la década de 1850 había dos fronteras: una que avanzaba hacia el Oeste, más allá del Mississippi; y la otra, que iba hacia el Este, desde California y Oregon, por la región de las Montañas Rocallosas. La brecha entre las dos zonas de avanzada se cerró en 1847 cuando los mormones llegaron a Utah.

El impulso imperialista desplazó a tribus enteras de indios norteamericanos de sus tierras. Hubo traslados forzosos de indios de Nueva York, Michigan y Florida hacia el Medio Oeste. El gobierno quería conformar una "barrera india permanente", pero fracasó porque los blancos no tardaron en conquistar también las regiones indias. Cuando en 1842 se abrió la ruta de Oregon, miles de pioneros atravesaron las Grandes Planicies e invadieron las tierras indias, arrasaron los pastizales, perturbaron la cacería y violaron tratados. Hubo comunidades indígenas, como los sioux y los apaches, que presentaron resistencia, pero al final fueron derrotados. En 1851 se promulgó la ley de asignaciones indígenas, que encerró a las tribus en "reservaciones": esto es territorios que les son exclusivos pero que no les permiten crecer, son cárceles territoriales donde no pueden desarrollarse plenamente. Se manejó y con mucho éxito la estrategia de destruirles a los indígenas sus fuentes de abastecimiento y fue tal la magnitud de dicho plan, que acabaron con millones de búfalos y se ufanaban diciendo que "por cada búfalo muerto, al menos dos Sioux menos… "

Texas proclamó su independencia en marzo de 1936 y fue una República independiente hasta 1945, cuando se anexó a los Estados Unidos. Esta anexión provocó la guerra entre México y Estados Unidos, misma que terminó cuando se firmaron los Tratados de Guadalupe Hidalgo. En 1848 Estados Unidos se apropió de 2 millones 500 mil kilómetros cuadrados de territorio mexicano, a cambio de los cuales se comprometió a pagar 15 millones de dólares. Este enorme territorio comprendía los actuales estados de California, Nevada, Utah, la mayor parte de Arizona, Nuevo México, Texas, así como partes de Kansas, Oklahoma, Colorado y Wyoming. En 1853 México se vio obligado a vender a los Estados Unidos el territorio de La Mesilla (con 110 mil kilómetros cuadrados), para que se construyera allí una ruta de ferrocarril a California. Con esta adquisición, la República transoceánica de los Estados Unidos quedó completa.

Alaska y Puerto Rico: territorios estadounidenses

En 1867, la Rusia zarista vendió a los Estados Unidos la península de Alaska por 7 millones 200 mil dólares; y ese mismo año las lejanas y desocupadas islas Midway en el Pacífico también pasaron a formar parte del imperio norteamericano. En 1898, a raíz de la guerra Hispano-norteamericana que pretendía "liberar a Cuba del yugo español" (y de paso dotar de un gran mercado a los Estados Unidos), España les cedió las Filipinas por 20 millones de dólares. España reconoció también la independencia de Cuba y cedió Puerto Rico y Guam directamente a su vencedor. Entre 1898 y 1899, las islas de Hawai, las islas Samoa y las Islas Vírgenes fueron anexadas a los Estados Unidos.

El origen del Destino Manifiesto

Los principios que consolidaron la doctrina del Destino Manifiesto en el siglo XIX, se arraigaron en la mentalidad de los norteamericanos, como ya henos señalado, durante la fundación de las colonias inglesas en Norteamérica en el siglo XVII. Aunque la manifestación más evidente de esa doctrina nacionalista se expresa en el campo de la política, su esencia es religiosa. Los ingleses que colonizaron la costa Este estaban profundamente inmersos en su religión (el puritanismo, una de las ramas del protestantismo) y su vida comunitaria y política se desarrollaron en un estricto apego a la ley moral, con el convencimiento de que el Nuevo Mundo era la "Tierra Prometida" donde cumplirían la misión encomendada por Dios, de manera que es en el periodo colonial donde se encuentra el punto de partida del ideal estadounidense de ser un "pueblo elegido" entre los demás del mundo.

Este sentimiento de "excepcionalidad virtuosa" fue uno de los rasgos de identidad que alentó a los colonos a buscar su independencia de Inglaterra en 1776.

La imagen nacional que los Estados Unidos tienen de sí mismos, como protectores y defensores de la legalidad, la libertad y la democracia, se funda en la creencia de que poseen una superioridad moral (porque son el "pueblo elegido"). Esta suposición les ha permitido creer que justifican así su intromisión en los asuntos internos de otros pueblos (que no fueron "elegidos de Dios") o de plano de ejercer la violencia contra ellos. La primera actitud intervencionista inspirada por el espíritu del "Destino Manifiesto" fue el exterminio a los nativos indígenas norteamericanos. En cuanto a su relación con otras naciones, Estados Unidos tiende a manejar sus relaciones exteriores como si se tratara de una cruzada moral. Generalmente justifica sus acciones con dos argumentos, ya sea el de la "nación fuerte que protege a la débil", como pueden constatar la gran mayoría de las naciones americanas; o bien el de "la lucha contra el Mal para defender la libertad y seguridad del mundo", asegurar el "respeto" a los derechos humanos, tal y como ellos los conciben, pues a lo interno, de 15 millones de indígenas que habitaban el territorio cuando arribaron a sus costas los Colonos ingleses a inicios del siglo XVII, a esta fecha -como vimos- sólo quedan 3 millones o sus alegatos respecto de sus invasiones de Afganistán e Iraq, el supuesto ataque terrorista de las Torres Gemelas (un claro auto atentado denunciado por el Cuerpo de Bomberos de Nueva York el pasado año de 2019), los aberrantes tratos a los prisioneros en la prisión iraquí de Abu Ghraib (https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/02/160206_estados_unidos_internacional_pentagono_abusos_irak_amv) y, entre otras criminales conductas, la invasión a Iraq por las supuestas armas de destrucción masiva de Sadam Hussein que jamás aparecieron..

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La historia de las relaciones exteriores de los Estados Unidos provee infinidad de ejemplos de la política del "Destino Manifiesto". Algunos de ellos son:

• Doctrina Monroe (1821) declaró que ninguna nación americana independiente debía volver a ser sometida por Europa y que Estados Unidos intervendría si consideraba que se afectaban sus intereses

• Anexión de Texas (1845), guerra con México (1846-48) y anexión de más de la mitad de su territorio

• Guerra con España para liberar a Cuba (1898)

• Construcción del Canal de Panamá (1901-1914)

• Doctrina Truman (1946), mediante la que Estados Unidos comprometía su poder militar y su fuerza económica para la defensa de países contra el comunismo (entendido como el "Mal")

• John F. Kennedy expandió la "nueva frontera", la comercial, a través de la "Alianza por el progreso" en América Latina (1961)

• La multimillonaria inversión en fuerza militar ("Guerra de las galaxias") de Ronald Reagan

Aunque la doctrina del Destino Manifiesto se interpretó especialmente en relación con la expansión territorial, después impulsó otro tipo de destinos: ser potencia mundial a nivel industrial, tecnológico, económico, deportivo, así como en artes y ciencias.

Raíces religiosas

En el siglo XVI hubo un cisma religioso que dividió a Europa en dos grupos enfrentados: los católicos y los protestantes. Esta tremenda sacudida política y espiritual se conoce como la Reforma, y dio inicio a una aguda competencia entre países católicos y protestantes. En el Nuevo Mundo la España católica y la Inglaterra protestante pretendieron llevar a cabo sus ideales espirituales, políticos y económicos. Cada potencia compartió en sus inicios colonizadores el mismo furor religioso e ímpetu evangelizador con respecto a los nativos, pero los principios de cada religión crearon sociedades coloniales muy distintas. Vale al añadir que, en opinión de estudiosos del tema, el cisma lo aceleró la negativa papal de concederle a Enrique VIII de Inglaterra la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón, hija de los Reyes de España, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, para casarse con Ana Bolena, lo cual, Enrique jamás lo toleró y pocos tiempo después (1534), se produjo el rompimiento definitivo de la corona inglesa con el Papado Romano…

(https://www.lavanguardia.com/historiayvida/edad-moderna/20190205/47309887618/el-cisma-de-enrique-viii.html).

La base de la tradición cultural estadounidense está constituida por la migración de puritanos (calvinistas) a Massachusetts, en la costa norte del Atlántico. El puritanismo era una de las iglesias que derivaron del protestantismo. A Norteamérica también llegó gente perteneciente a otras iglesias protestantes, como anabaptistas, cuáqueros, presbiterianos, evangelistas, etcétera. Los puritanos que desembarcaron en Massachusetts en 1626 creían que estaban estableciendo la "Nueva Israel" en América. Esta idea se enraizó en la imaginación norteamericana al grado que en 1776, para crear el sello nacional de Estados Unidos, Benjamin Franklin y Thomas Jefferson propusieron la imagen de la "Tierra Prometida". Franklin pensó en la representación de Moisés dividiendo el mar Rojo con el ejército del faraón persiguiendo a los judíos; Jefferson sugirió la de los hebreos guiados a través de la noche por una antorcha.

Los puritanos, como protestantes radicales que eran, se consideraban elegidos de Dios para colonizar las nuevas tierras, aun a pesar de la resistencia indígena. El ministro puritano John Cotton escribió en 1630: "Ninguna nación tiene el derecho de expulsar a otra, si no es por un designio especial del Cielo, como el que tuvieron los israelitas, a menos que los nativos obraran injustamente con ella. En ese caso tendrán (los colonos) derecho a entablar legalmente una guerra con ellos y a someterlos a ellos". Los colonizadores puritanos tenían una misión: engrandecer su nueva patria para alabar a Dios. El puritano John Winthrop escribió: "Seremos una ciudad en la montaña, los ojos de todas las personas están sobre nosotros".

El protestantismo constituye un modo de vida. Los puritanos actuaban, pensaban y vivían con base en la ética protestante. Consideraban la religión como un instrumento formativo del carácter nacional. El protestantismo fue a la comunidad a dar orden y coherencia a la vida social.

Según la visión del mundo protestante, el hombre, raza o nación que goza de prosperidad, salud y felicidad puede estar prácticamente seguro de que ha sido elegido por Dios. Entonces la misión de los elegidos es guiar a los demás (réprobos) para alcanzar la felicidad, salud y prosperidad. Si un individuo "fracasa", también es susceptible de ser "rehabilitado" por lo elegidos, o bien puede ser eliminado sin remordimientos. La elección divina y misteriosa de unos para ser salvados y la de otros para no serlo, provoca la discriminación de los que se sienten elegidos hacia los que "probablemente" no lo serán. Esta discriminación se extiende al campo político y racial.

En el periodo colonial los misioneros pregonaban que Dios dispuso que los ingleses protestantes trabajaran las extensas tierras de Norteamérica, a cambio de la evangelización de los naturales. Los colonos creían que confrontaban "fuerzas satánicas" en los nativos americanos, y que su obligación era llevarles la luz de la civilización y de la religión. Si un nativo infringía alguna de las severas leyes puritanas, la multa era pagada entregando tierra: así el despojo a los indios adquiría un aspecto "legal".

Con la independencia de Estados Unidos los colonos secularizarán al máximo la doctrina, que acabará siendo la que conocemos como Destino Manifiesto (o bien destino patente o evidente). Una de las principales justificaciones para el expansionismo estadounidense, se fundamenta en esta idea de origen religioso: los Estados Unidos deben civilizar a todas aquellas razas o naciones consideradas réprobas por su pobreza, por su situación de caos a cualquier nivel, por su incivilización o por representar un peligro para la seguridad de la nación norteamericana. Asimismo, el "self-made man" ("el hombre que se hace a sí mismo") se convirtió en el modelo de norteamericano porque representa al inmigrante que obtiene el éxito a través del trabajo duro, de la competencia con otros y, sobre todo, rindiéndole cuentas a Dios.

Walt Whitman, el poeta del Destino Manifiesto

Walt Whitman (1819-1892), de quien puede pensarse que es el máximo poeta de la literatura estadounidense, expresó a través de sus escritos las convicciones del Destino Manifiesto. Whitman decía que el pueblo norteamericano no debía imitar a la civilización europea porque era ajena a la realidad de los Estados Unidos. El poeta creía que la fuente de inspiración de la cultura estadounidense debía emanar de la propia naturaleza americana. Whitman exaltaba todas las regiones de Norteamérica pero especialmente los territorios del Oeste, pues estaba convencido de que ahí nacería la auténtica cultura estadounidense. Para él, la costa Este representaba el pasado porque se había desarrollado bajo la sombra de Europa; en cambio, el futuro se encontraba en los territorios por explorar. Whitman quería que la Unión americana se expandiera hasta incluir el Caribe y Centroamérica.

Whitman escribió en 1846:

"Nos encanta disfrutar con pensamientos acerca de la futura extensión y poderío de esta república, porque con su crecimiento, crecen la felicidad y libertad humanas."

Según Whitman, para escribir su obra capital, Leaves of Grass, publicada en 1855, tuvo en mente las regiones del Mississippi y de las grandes llanuras centrales, las montañas Rocallosas y los paisajes del Pacífico. Otro de sus poemas célebres es "Pioneers! O Pioneers!" ("¡Pioneros! Oh ¡Pioneros!"), publicado en 1865. Aquí el poeta predice que los norteamericanos conquistarán la naturaleza indomable y escalarán las montañas que los separan de la costa del Pacífico, donde inaugurarán una nueva era en la historia de la humanidad

El Destino Manifiesto en el arte

Uno de los aspectos culturales más notables que produjo la expansión territorial fue la ampliación de la percepción del paisaje estadounidense. La nueva manera de entender el escenario natural fue plasmada por la pintura de paisaje, el género artístico más importante del arte estadounidense del siglo XIX.

Entre 1825 y 1865 los artistas se interesaron primordialmente por dos grandes escenarios, el valle del río Hudson y las montañas Rocallosas. A medida que la nación expandía su territorio y dominio, comenzaron a aparecer vistas del Oeste e incluso algunos panoramas sudamericanos pintados por artistas-exploradores, como Frederic Edwin Church o Albert Bierstadt. La mayoría de estos nuevos paisajes, encargados por terratenientes y empresarios, cumplieron con la función de dar publicidad a las posibilidades expansionistas y comerciales que ofrecían tierras lejanas para aquellos inversionistas que detentaban la doctrina del Destino Manifiesto.

El paisaje se convirtió en un símbolo de identidad nacional. Los artistas presentaban el espacio geográfico americano con proporciones monumentales e iluminado por una luz dorada, implicando que la tierra era bendecida por Dios. La grandiosidad de la naturaleza norteamericana es presentada como una revelación del designio divino de fundar en ella el Reino Terrenal de Dios. Cuando en estos cuadros hay referencias a la civilización dominante, se muestra una relación armónica entre el hombre (pionero) y el entorno natural. En cambio, cuando retratan indígenas, se les muestra lejanos de esa civilización, escondidos en los bosques o huyendo de las caravanas de los pioneros, o bien como "buenos salvajes" que pueden ser integrados.

Un rasgo característico de la pintura de paisaje relacionado con el pionero ideal que coloniza, o con el mito de los aventureros comerciales e industriales que conquistan al mundo, es el punto de vista del artista, que es una "mirada desde la altura". Traza una línea visual desde las tierras altas hacia el panorama bajo que desde ahí se contempla. Esta mirada desde lo alto implica un patriótico deseo de poder y de control individual sobre lo que se ve. Así representan los artistas al Destino Manifiesto de los norteamericanos quienes, desde lo alto, buscan nuevos mundos que conquistar. Establecen una conexión simbólica entre el punto de vista y el ansia de dominación que da forma a la doctrina del Destino Manifiesto.

Entre 1927 y 1941, el escultor Gutzon Borglum llevó a cabo una tarea colosal: ayudado por 400 mineros, esculpió en una montaña en Keystone, Dakota del Sur, las efigies colosales de cuatro ex presidentes estadounidenses: George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y Theodore Roosvelt. Esta escultura monumental se conoce como el Mount Rushmore National Memorial; está ubicada a 1,900 metros sobre el nivel del mar y es uno de los más populares atractivos turísticos de la cordillera de las Rocallosas y un símbolo de la nación norteamericana.

Las efigies de los presidentes norteamericanos son un monumento al mito del Destino Manifiesto. ¿Qué tienen en común los mandatarios allí representados? Todos contribuyeron al crecimiento y desarrollo de su nación desde las perspectivas territorial, económica y política. Washington fomentó intensamente la exploración del entonces desconocido y promisorio Oeste. Jefferson duplicó el territorio norteamericano con la compra de la Luisiana y envió exploradores para encontrar una ruta al Pacífico, con lo que promovió la colonización del Oeste y, eventualmente, la obtención de Texas y del enorme territorio que perteneció a México hasta 1848. Lincoln mantuvo la cohesión de la Unión y Roosvelt construyó el Canal de Panamá, con lo que se cumplió el sueño de contar con una vía comercial interoceánica.

El expansionismo del siglo XIX consolidó el dominio continental de los Estados Unidos. En el transcurso de ese siglo los Estados Unidos se convirtieron en una República transcontinental que se extendía de un océano a otro. Para 1850 el país casi había alcanzado sus actuales límites territoriales, con la excepción de Alaska, Hawai y una parte de Arizona que sería adquirida en 1853 por el Tratado Gadsden. El crecimiento geográfico de los Estados Unidos fue el primer paso para la penetración económica y para la dominación política posterior. Así, el expansionismo se convirtió en un objetivo nacional que, como se demostró en la guerra contra México (1846-1848), ofrecía a los norteamericanos la posibilidad de convertirse en una potencia mundial.

Hay que decir también que el monumento del Monte Rushmore es un testimonio del sometimiento de la población nativa estadounidense. Este monumento se encuentra en uno de los Montes Negros de la cordillera de las Rocallosas. Los Montes Negros son bien conocidos por la población indígena americana por ser considerados un sitio sagrado en la tradición Sioux. Ahí se celebraban ceremonias rituales para los espíritus de los guerreros muertos y se acudía a rezar al "Gran Espíritu".

Después de la sangrienta guerra Sioux de 1865-67, el gobierno de los Estados Unidos creó la Gran Reservación Sioux en los Montes Negros. Sin embargo, en 1874, el General Custer violó el acuerdo al internar en este territorio un ejército de mil soldados que obligó a los Sioux a refugiarse dentro de su propia reserva. Más adelante, en 1890, el ejército norteamericano perpetró una masacre en la que murieron más de doscientos indígenas. Todavía a principios de este siglo, el territorio de los Montes Negros siguió siendo traspasado por el hombre blanco y hacia 1927, el escultor Borglum, con la autorización del gobierno federal, decidió erigir en ese sitio, sagrado para los Sioux, el monumento a los presidentes que expandieron la nación americana.

De manera que mientras que para los Sioux este monumento es motivo de agravio histórico, los turistas norteamericanos lo visitan con admiración patriótica porque para ellos representa el sentido expansionista que sigue siendo un componente importante de su identidad nacional.

La ignominia y el rechazo al tercero de otros mares y caminos, allende de sus fronteras, es el legado que a través del "Destino Manifiesto", se le ha inoculado al pueblo de los Estados Unidos..!!!

(*) Material histórico que hemos recopilado sobre el imperialismo yanqui y sus propósitos inmodificables de controlar y dominar el mundo dentro de lo que sus forjadores y gobernantes han denominado como la Doctrina del "Destino Manifiesto", la cual recoge el mandato de Dios.

http://cubasi.cu/es/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/103033-eeuu-el-merito-de-ser-asesinos

https://capitanswing.com/libros/la-historia-indigena-de-estados-unidos/

http://sepiensa.org.mx/contenidos/historia_mundo/siglo_xx/eua/destino_man/des_man1a.htm

https://magnet.xataka.com/en-diez-minutos/el-gif-que-explica-como-eeuu-arrebato-sus-tierras-a-los-indios-nativos-en-menos-de-cien-anos

https://www.xataka.com/ecologia-y-naturaleza/cuando-quisimos-matar-bufalos-no-hay-historia-rabiosamente-actual-que-que-quisieron-destruir-al-bisonte

https://www.telesurtv.net/news/Estados-Unidos-y-su-politica-injerencista-global-20160517-0013.html

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