La observación empírica nos ha puesto en el tapete, sin ninguna clase de timos, la relación existente entre los oportunistas del Psuv y el gobierno y la producción petrolera destrozada. Esa relación descansa empíricamente sobre la estructura política (Psuv, Gobierno y Fuerza Armada) y ha brotado del proceso de desmontaje político-económico del proyecto estatista-socialista de Chávez. Ese desmontaje del proyecto chavista es su fortaleza y su debilidad.
Desde allí, los individuos como Elías Jaua, Tarek El Aissami, Tarek William Saab, Diosdado Cabello, Delcy Rodriguez, Tibisay Lucena, Jorge Rodríguez y el mismo Maduro; se nos presentan realmente como son, en la manera como han desarrollado sus actividades políticas bajo determinadas límites, premisas y condiciones.
Para conocer de forma actualizada a Elías Jaua, podemos ver el artículo reciente de Yuri Valecillo: "La taima que pide Elías y que nunca le dio a Sabino Romero/ ¿Dónde tienen a Javier Vivas Santana?" publicado en aporrea.
Existe una colección de artículos de Rafael Ramírez que nos actualizan el perfil político de Nicolás Maduro y otros de los mencionados. Revisando artículos, podremos actualizar la vida real de todos ellos, algunos los conocen personalmente.
La situación es que, en los discursos de estos sujetos, su vida real, el ser de todos ellos aparece invertida: ¿Qué tienen que ver Elías Jaua y Tarek El Aissami? con el caso de Sabino Romero y ¿cuál es su discurso?
En su accionar político nos han mostrado lo que realmente son; es decir, para entenderlos debemos partir del individuo actuando realmente en la vida. Todos ellos cambiaron cuando desmontaron el proyecto estatista-socialista de Chávez.
Desde allí, su discurso socialista, antimperialista, revolucionario, chavista, pierde sustantividad, pues sus acciones han sido registradas y han estado ligadas al control desordenado y anarquista de la producción petrolera y gasífera. Y sus decisiones políticas han ido orientadas a acabar con la organización sindical dejada por Chávez, suprimir los vínculos militares producidos por Chávez (capturas y desaparición de militares), privatizar la producción petrolera.
Toda esta política de desmontaje del proyecto estatista-socialista, se ha transformado en enriquecimiento para unos (el gobierno de maduro y la burguesía negociadora) y persecución, exilios, migraciones forzosas, desaparecimientos, capturas, torturas y asesinatos, para otros; que se afirman en la tenebrosa Ley Antiterrorista.
Expuesta así la historia contemporánea de Venezuela, deja de ser la historia imaginaria que nos presentan Maduro, TeleSur, VTV o El Aissami.
Allí en la vida real, que nos muestra el proceso práctico donde actúan los del gobierno, termina la especulación y pasa a ocupar su posición el saber real.
La retirada de la rusa Rosneft y la gringa Chevron de la producción petrolera y las consecuencias económicas de la pandemia, ha puesto en apuros la base de sustento económico del proyecto madurista. ¡La papa les quema!. Situación que aprovechó Trump para demandar la captura de Maduro y su gobierno.
Nos encontramos, pues, con el hecho simple y llano de que el gobierno de Maduro está realmente en crisis, maduro se salió del socialismo para caer en la cola de un capitalismo que agoniza. Toda la porquería antiterrorista de Maduro va dirigida contra la resistencia chavista, prueba de ello son, las ultimas desapariciones de ciudadanos venezolanos. (Santana, Chirinos, Torrealba y otros).
Maduro y su gobierno, le temen más a la resistencia chavista que a los gringos y a la pandemia. Su válvula de escape es la mesa de negociaciones entre derechas. Pero ni esa mesa, lo salva de su caída.
Está llegando el tiempo de un cambio de gobierno. Ojo: los gringos quieren adelantarse y Maduro quiere sostenerse acabando con la resistencia chavista y dándole las nalgas a gringos, rusos y chinos.
Llegó la hora de la dignidad, la independencia y la sobrevivencia ante el virus.