Con relación a la propuesta referida en el título del presente escrito, anunciada por el Sr. Mike Pompeo, el martes 31 de marzo de 2020, orientada a formar un "gobierno de transición" en Venezuela, tengo a bien formular las presentes consideraciones.
El asunto lo pudiéramos despachar rápidamente, invocando la soberanía nacional establecida tanto en el preámbulo como en diversos artículos de la constitución nacional, lo cual contempla la no intromisión de otras naciones en los asuntos internos de Venezuela. Igualmente pudiéramos invocar la inconstitucionalidad del uso que se hace de la institución "Consejo Consultivo", al pretender utilizarlo como Gobierno de Transición, ya que los artículo 251 y 252 de la CRBV los definen exclusivamente como un ente de consulta del gobierno y de la administración pública, y no como un vía para deponer a un presidente, ni para constituir gobiernos de transición. He allí la trampa que monta el imperio por derroca al Presidente de la Republica.
Por otra parte, al gobierno nacional no le conviene invocar el precepto establecido en el artículo 71 de la CRBV, el cual establece la consulta popular para resolver "Las materias de especial trascendencia nacional", y consideramos que no es necesario analizar la gravedad e importancia de la actual situación nacional, para entender que amerita ser sometida a la consulta del soberano, en pro de la búsqueda de una salida a la crisis política actual. Esto nos llevaría inexorablemente a la consulta refrendaria, cosa que el gobierno debe evitar, ya que ningún gobierno aceptaría ir a un referéndum con un país caotizado principalmente por las sanciones impuestas por una potencia extranjera.
Al margen de lo esbozado en los párrafos anteriores, vale la pena realizar un análisis de contexto que incluya por lo menos a las principales variables que están en juego en el actual conflicto político que vive Venezuela, y que nos oriente en la búsqueda de una salida a la crisis política que vive el país, lo que abriría el camino hacia la solución de la crisis económica y social en la cual estamos sumergidos.
1. SITUACIÓN DE LA OPOSICIÓN EN SUS INTENTOS POR DERROCAR AL PRESIDENTE.
Como todo en la vida, nada es homogéneo, y en política menos, la oposición representada por Juan Guaidó, bajo el tutelaje del gobierno de los EE.UU., en su afán por tomar un atajo golpista, ejecuta estrategias sectarias y excluyente que niega la participación a otros sectores importantes de la oposición, lo que los obliga a integrarse en otras plataformas para ejercer su derecho a la participación política y a hacer oposición al gobierno nacional, fragmentando a la oposición y debilitando su incidencia en la población, que no la percibe como una alternativa de cambio.
Adicionalmente, no ha sido capaz de diseñar una política que logre capitalizar el descontento popular y de esta manera invocar una salida en el marco de la constitución, como pudiera ser el referéndum consultivo establecido en el artículo 71.
Como consecuencia de tantos desaciertos, la medición de las tendencias de opinión realizada en febrero de 2020 con relación al mismo periodo del año anterior, registran una merma significativa, aun cuando difieren en su cuantía, especialmente a partir de enero de este año, cuando se produjo la división del Poder Legislativo, mermando así la fuerza institucional y política que tiene ese poder del estado.
Buena parte de la población atribuye como agravante de la situación económica actual, a las sanciones impuestas por el gobierno de los EE.UU., las cuales han sido solicitadas por los representantes de la oposición liderada por Juan Guaidó, lo que incide en la merma de su popularidad, porque la población martirizada percibe que las sanciones han agravado la situación del país.
Por otra parte, la oposición no reconocida por la tendencia representada por Juan Guaidó, ha optado por el reagrupamiento de esos sectores, implementando una política de diálogo y negociación con el ejecutivo nacional, que le ha permitido recuperar cierto protagonismo e iniciativa política, lo cual le ha dado importantes dividendos políticos, como la liberación de decenas de presos y el logro de acuerdos para la designación de nuevos integrantes del CNE. Logros que contrastan con la política estéril desarrollada por Juan Guaidó.
2. DERROTA DE LAS ESTRATEGIAS IMPLEMENTADAS POR EL GOBIERNO DE DONALD TRUMP PARA DERROCAR AL PRESIDENTE DE VENEZUELA.
Las estrategias desarrolladas por el gobierno de los EE.UU, no solo han fracasado estrepitosamente de manera sucesiva, sino que también los escándalos de corrupción, tales como el Cucutazo, el desvío de los recursos de las empresas por ellos ocupadas (caso Monomeros y Citgo) para destinarlos a fines non sanctos, ha inducido a que ese gobierno destine y restrinja las entregas de recursos para ciertas líderes de la oposición. Adicionalmente, estos actos de corrupción han desmoralizado a los adeptos de la oposición, y a militares que desertaron desde el episodio de "La batalla de los Puentes", todo lo cual constituye un cuadro derrotista, que pesa en la población cuando son convocados a acompañar nuevas acciones para derrocar al gobierno venezolano.
La pandemia del corona virus, viene a ser un nuevo ingrediente que viene a agravar aún más la situación del pueblo venezolano, con el agravante de las limitaciones que tiene el gobierno para atender la pandemia, situación que convoca la solidaridad de algunos organismos multilaterales, como la Cruz Roja y la ONU, y deja en el escenario internacional como cruel y genocida, a la política exterior de los EE.UU hacia Venezuela.
Ante esta situación la comisionada de la ONU para los DD.HH. se pronunció por la suspensión de las sanciones, hecho que provocó la arremetida del gobierno de EE.UU. con la acusación judicial hacia altos funcionarios del gobierno nacional poniéndole precio a la quien suministre información para su captura, todo esto para minimizar el impacto en el contexto internacional del pronunciamiento de la comisionada de la ONU para los DD.HH. y justificar la imposición de las sanciones, y minimizar su incidencia en la opinión pública internacional.
3. A MANERA DE CONCLUSIÓN:
1. En cuanto a la oposición liderada por Juan Guaidó:
Ese sector de la oposición, está más derrotada y desconcertada que nunca, con un nivel de popularidad muy bajo, como lo evidencia la poca concurrencia de la población a las marchas, concentraciones y demás eventos políticos que han convocado durante este año 2020.
Los planes de desestabilización ejecutados durante el mes de marzo, hasta la implementación de las medidas sanitarias con motivo de la pandemia del Corona Virus, evidenciaron el poco poder de convocatoria de ese sector de la oposición, lo que genera más frustración y desconcierto en sus filas.
Nuestra experiencia política en los años, 60’s, 70’s y 80’s, nos indica que mientras más nos inclinábamos hacia la violencia y hacia actitudes vanguardistas, y más nos alejábamos de la política de movilización de masas y de la política electoral, mas nos aislábamos de ese pueblo por quienes luchábamos y a quienes supuestamente pretendíamos captar, ya que la práctica demostró que la gente valora la vida de los hijos del pueblo y rechaza a quienes la ponen en riesgo, o lo llevan directamente a la muerte, tal como le sucedió a la oposición con las guaribas de 2013 y 2017.
2. En cuanto a la oposición representada en la Mesa de Dialogo Nacional.
La única alternativa que le queda a esa oposición, es desarrollar su acción política en el marco de la CRBV. En tal sentido, debe avanzar en el logro de los acuerdos necesarios en la Mesa de Dialogo (la mesita) para la conformación de un CNE confiable, y el establecimiento de condiciones que impidan el ventajismo oficial y garanticen la observación de organismos internacionales, que vigilen el cumplimiento de dichos acuerdos, todo esto con miras a las elecciones parlamentarias previstas para este año, y a la convocatoria del referéndum revocatorio para el 2022. En la medida que esta oposición desarrolle su política de manera cívica, pacífica, democrática y en el marco de la constitución, logrará ocupar mayores espacios y cuotas de poder, así como también capitalizará el descontento de amplios sectores de la sociedad con miras a las consultas electorales ya mencionadas.
3. En cuanto al Gobierno de los EE.UU.
El gobierno de los EE.UU. con su arremetida judicial contra personeros del gobierno nacional y su posterior propuesta de conformación de un "Consejo de Estado" para la transición, a cambio de la suspensión progresiva de las sanciones económicas, evidencia la aceptación del fracaso de todas sus estrategias para deponer al presidente Maduro, y la urgente necesidad que tiene de salir de ese "problema", ante la evolución de la pandemia del Corona Virus a nivel mundial y muy especialmente en su propio territorio, y ante las elecciones presidenciales previstas para llevarse a cabo en ese país, el próximo 03 de noviembre de 2020.
En opinión de analistas económicos internacionales, la economía norteamericana y mundial será severamente afectada por la pandemia, en consecuencia estiman que la contracción económica en EE.UU. será de aproximadamente 1%, generando incremento del desempleo y caída de la demanda interna.
En el ámbito internacional, asistiremos a la caída de los precios del petróleo y de los comodities, lo que paralizará importantes proyectos de explotación de petróleo de esquisto en ese país y en la arenas bituminosas de Alberta en Canadá, generando pérdidas cuantiosas, ya que los precios del crudo se mantendrán durante todo el año por debajo de los costos de producción de ese petróleo, originando que EE.UU. deje de exportar petróleo, restringiendo la oferta internacional, lo cual coadyuvará a detener la caída del precio del crudo.
En el mismo orden de ideas, el Presidente Trump aspira cerrar el presente año, con una mínima afectación en su popularidad con ánimo a la reelección, cosa que luce muy cuesta arriba ya que la crisis tendrá una severa incidencia en la calidad de vida de la sociedad norteamericana, lo cual afectará su popularidad y la intención de voto de los electores.
Para ello, uno de los frentes a atacar son los fracasos en la política exterior, para lo cual implementará medidas para resolver los asuntos que su política exterior ha agravado o provocado, como lo son el conflicto en Siria, la crisis en Venezuela y las tensiones con Irán.
4. En cuanto al gobierno nacional:
Debe aprovechar toda oferta que se le presente para procurar el dialogo, desestimando aquellas que procuran el termino anticipado del mandato presidencial, ya que por principio eso no es discutible.
Debe darle cabida a las iniciativas de la oposición democrática, con la intención de aislar a la oposición radical tutelada por EE.UU.
Debe aprovechar cualquier oportunidad para iniciar un verdadera Mesa de Diálogo y Negociación, lo suficientemente amplia y receptiva, como forma de borrar la idea de que el dialogo solo sirve para que el gobierno gane tiempo y se consolide en el poder.
Para ello debe comenzar por definir que está dispuesto a negociar y hasta donde está dispuesto ceder, de manera que no haya sensación de engaño. En tal sentido, debe convocar a todos los sectores que estén dispuestos a dialogar y negociar, no sólo a los de oposición, sino también a los demás sectores de la sociedad, tales como los empresarios, las cámaras de comercio estadales, Fedecámaras, las Iglesias, los intelectuales, las universidades, los gremios profesionales, los trabajadores, porque todos tienen una realidad puntual con problemas que resolver, para lo cual les hace falta el apoyo de los organismos del estado.
Debe desarrollar una ofensiva diplomática ante los organismos internacionales, en procura de ayuda internacional y orientada a desenmascarar la política exterior genocida del gobierno de EE.UU hacia Venezuela.
Estrechar las relaciones con sus aliados internacionales, Rusia, China, Cuba, Turquía, Irán y Bielorrusia en procura de convenios de cooperación con el objetivo de evitar el aislamiento y el apoyo material ante las consecuencias económicas de la pandemia.
Debe garantizar la designación de un nuevo CNE y la realización de las elecciones legislativas para el presente año, ya que eso incidirá en el fracaso de la política exterior de EE.UU. hacia Venezuela y un refrescamiento del gobierno nacional ante la Comunidad Europea.