"Una de las escenas del cine que más me emociona
es cuando en "Pulp Fiction" uno de los personajes
obliga acallar a su mujer a punta de pistola"
Donald Trump
Un lector, de esos a quien le falta poco para ofrecerse, como peluquero de Trump, me lo conseguí en una cola en la calle, esperando su turno para entrar a comprar en un supermercado, y apenas me vio lanzó un reto con palabras defendiendo al desquiciado inquilino de la Casa Blanca, como si estaba hablando de un angelito: ¡Te ensañaste contra Trump, cada rato estás escribiendo contra él! Lo único, que le contesté sabiendo su grado de pasión por el "sueño" americano: ¡Te toca a ti defenderlo, así, como defiendes a Guaidó! Un señor, con el rostro muy serio terció en la corta conversación, con unas palabras para terminar de encender la conversación ¡Todavía hay gente defendiendo a ese loco!
El rato en la cola se convirtió en un verdadero enfrentamiento verbal, y en el preciso momento para entrar al local, el señor, que se había inmiscuido en el diálogo, terminó de echarle fuego a la candela al repetir lo que se ha venido corriendo de boca en boca: "Donald Trump es el peor presidente, que ha tenido los Estados Unidos" Este calificativo utilizado para aclarar la clase de mandatario, que tiene el pueblo estadounidense, a pesar de haber pasado por la Casa Blanca, George W. Bush, a quien muchos adversarios lo señalaban, como un alcohólico por demás torpe, y todas sus actuaciones fueron engrosando un currículo por demás sanguinario, hasta complementarlo con la invasión a Irak, con argumento tan falsos, como los utilizados por Trump, para atacar al Presidente Nicolás Maduro, con el cuento del tráfico de drogas.
Un médico psiquiatra estadounidense lo dijo muy claro: "De Donald Trump, no podemos esperar, sino lo que estamos viendo, torpezas por su condición de una persona engreída por el dinero acumulado" Esta opinión de un profesional con experiencia en la conducta humana, deja al descubierto todas las deficiencias de un mandatario, que, desde el mismo momento de encargarse de la presidencia de la nación más poderosa del mundo, siguió atizando los métodos belicistas, como chantaje para imponer la ley a cualquier precio.
Los mandatarios seleccionados por el imperialismo, se han destacado por su incitación a la guerra, en contraposición a Jimmy Carter–premio Nobel de la paz– quien dio demostraciones en el plano diplomático con políticas acertadas, despertando esperanzas en los amantes de la paz. Después de entregar su mandato, el acercamiento con Cuba, y los encuentros con el fallecido comandante Fidel Castro, se convirtieron en noticias de sumo interés en el mundo político.
Los últimos tres presidentes, los podemos llamar el trio de la muerte –Bush, Obama y Donald Trump– aún, cuando Barack Obama, fue nombrado premio Nobel de la Paz, a pesar de haber avalado la guerra contra Libia, y la continuación de la intervención en Irak, dejando un historial de muertos incalculable. El desprestigio de Donald Trump, es tan visible que hace poco estuvo contra las cuerdas en el congreso estadounidense, del cual salió absuelto retando al que conseguía a su paso, pero ahora se presenta la pandemia, y se la tomó alegremente con los resultados alarmantes y lamentables en el pueblo estadounidense para terminar pronosticando el número de muertos, como cualquier "brujo" de un programa televisivo.
¿Por qué dicen, que Donald Trump, es el peor presidente que ha tenido los Estados Unidos? Son muchos los pasajes donde queda al descubierto su incapacidad para gobernar; la reacción antes los problemas y su actitud belicosa con medidas coercitivas contra países–Cuba, Irán, Venezuela–son consideradas atentados contra la humanidad; y hay algo más, que llama poderosamente la atención: superar negativamente a George W. Bush, no es cualquier cosa, el mismo que en una entrevista le dio esta respuesta a un periodista, como para echarse a reír: "Cuando me preguntaron quién provocó la revuelta y las muertes en Los Ángeles, mi respuesta fue directa y simple: ¿A quién debemos culpar por la revuelta? A Los revoltosos. Los revoltosos son los culpables. ¿A quién debemos culpar por las muertes? Los que mataron son los culpables".