Para nuestro país no ha sido fácil presentar pelea contra dos enemigos tan poderosos, como el COVID – 19 y las amenazas del imperio. En lo que respecta al virus, el gobierno se percato desde un primer momento de su magnitud logrando con éxito controlarlo; situación que no lo hicieron a tiempo otros países y cuando se dieron cuenta del grado de peligrosidad, ya había avanzado exponencialmente; tal como ocurrió con Brasil, Colombia, Ecuador, Chile, Italia y los mismísimos EEUU.
No hay mal que por bien no venga, dice un viejo adagio. El aeropuerto de Maiquetía que antes era el puerto de entrada de los turistas y viajeros, hoy no lo pueden hacer, porque algunas líneas aéreas suspendieron sus vuelos hacia nuestro país debido al bloqueo gringo; mientras que el aeropuerto el Dorado de Bogotá fue la vía mas expedita para el ingreso del virus chino como dice Trump. En nuestro país el coronavirus entro por las trochas. Hemos impedido que nos haga un daño mayor; a pesar de la intransigencia del gobierno de Trump de arreciar aun mas el bloqueo; pero a pesar de esta encrucijada hemos recibido la ayuda internacionalista del pueblo de cuba, la china y Rusia que no han dudado en tendernos la mano solidaria y humanitaria.
Por otro lado a diario sentimos el tocar de los clarines de la guerra por parte de Trump y sus aliados. Ha sido una emboscada frontal que ha afectado seriamente nuestra economía; que va desde ponerle trabas a la comercialización de nuestro principal ingreso como es el petróleo; como la de apropiarse de recursos destinados a la adquisición de bienes, servicios y productos. Entre ellos el área farmacéutica, los recursos médicos y sanitarios, indispensables para aquellos pacientes con cáncer, diálisis o del corazón, etc cobrando de esta manera inestimables vidas, por no tener la medicina a la mano.
El venezolano no se chupa el dedo y sabe que la gravedad de su situación económica es inducida. Que detrás de todo esta la mano artera del imperialismo, sus aliados y los apátridas, que contribuyen a diario a cultivar el odio feroz y exacerbado contra el país; porque decidimos ser libres y esto por supuesto se convierte en un mal ejemplo para los pueblos del mundo. Por supuesto que dentro de nuestro pueblo existe malestar social; existe privacidades, una rabia incontenible; pero sabe muy bien hacia donde orientar la mirada. Por muchísimo menos el pueblo se volcó a las calles en el caracazo en 1989; contra un gobierno que guiado por las directrices del imperio gringo querían arrinconarnos con su recetario neoliberal.
El imperialismo que no pierde su tiempo en no darle un respiro a sus agresiones, al aparecer el CONVID – 19, quisieron utilizarlos para sus propósitos hegemónicos, señalando ante el mundo que nuestro sistema de salud no estaba en sus mejores momentos para enfrentar la pandemia y que junto con el hambre, la miseria y la hiperinflación seria el detonante para una explosión social; pero se quedaron con los crespos hechos, nada de esto sucedió. Ahora apela a otra estratagema la de ponerle precio a la cabeza del presidente Maduro y a algunos de sus mas cercanos colaboradores. La ultima lo hace acompañado de Colombia a la cabeza, lanzan un bloque naval con buques apertrechados de armas de alta capacidad destructiva en el mar Caribe, dizque con el propósito de combatir la droga que sale de Venezuela; cuando todo el mundo sabe que ni somos productores, menos la comercializamos. El imperio gringo no puede ni podrá con la patria de Bolívar y Chávez. VENCEREMOS.