Historia Viva

Machurucuto 1967 versus GEDEON 2020

Viernes, 08/05/2020 02:35 PM

Hace 53 años un grupo guerrilleros combatientes venezolanos y cubanos ingresaron clandestinamente por el Cocal de los Muertos en Machurucuto cerca de Cúpira en el estado Miranda, al centro norte de Venezuela, el 8 de mayo de 1967, a pesar que aquella operación había sido delatada por Gonzalo Utrera (excombatiente del Frente Ezequiel Zamora), alias Teniente Colina en diciembre de 1966, las fuerzas policiales y militares que se desplegaron desde finales de 1966 en toda la costa oriental, no pudieron dar con los combatientes desembarcados. Solo la suerte enteró al Gobierno de Raúl Leoni de aquel hecho.

La expedición la dirigió el capitán Antonio Briones Montoto un experimentado miliciano cubano que logró poner en tierra a los 8 combatientes: Héctor Pérez Marcano, Moisés Moleiro, Eduardo Ortiz Bucarán, Américo Silva y cuatro combatientes cubanos Ulises Rosales del Toro, Silvio Planas García, el médico Harley Borges Muñoz y Raúl Menéndez Tomassevich, quienes subieron a las alturas del cerro El Bachiller en la Serranía Maestra del Interior para incorporarse al Frente Guerrillero Ezequiel Zamora. El atasco de la guaya y el ancla del bote incursor en el fondo del tumultuoso mar en medio de una noche oscura, cambió la suerte de los tres tripulantes encargados de regresar a la nave nodriza, optaron por lanzarse al oleaje cuyas corrientes los arrastraron en distintas direcciones.-La experiencia en anteriores operaciones daba cuenta de la experticia de Briones Montoto como lo cita Pedro Pablo Linarez en su trabajo Lucha Armada en Venezuela:"…en julio de 1966, ya separado (Douglas) Bravo del PCV,…ingresa por Tucacas, estado Falcón, un grupo de internacionalistas cubanos, junto a Luben Petkoff, y de allí suben a las montañas de Yaracuy, cuya acción náutica estuvo a cargo del capitán Antonio Briones Montoto, jefe de infiltración y exfiltración de la expedición. (P.P Linarez.p. 128)

Finalmente Briones Montotos llegó nadando a la orilla del Cocal de los Muertos en la mañana del 8 de mayo de 1967 y se dirigió al poblado de Machurucuto, donde se consiguió en una bodega con una persona que resultó ser el jefe civil de la aldea y este inmediatamente lo manda a detener con la policía mientras dio el parte a la DIGEPOL y luego es llevado al Comando Militar en San Fernando del Guapo donde es interrogado, después aparece muerto de un tiro en la parte posterior de la cabeza.

El testigo excepcional de aquel hecho fue el subteniente de la aviación William Izarra de 19 años y copiloto de un helicóptero de logística, él junto a su jefe, el teniente Julio Rodríguez Pimentel, fueron requeridos para que interrogaran al prisionero cubano. Al respecto relata Izarra el contenido de lo expresado por Briones Montoto "… recuerdo fue lo que esa persona me dijo ahí. Me habló del imperialismo, me habló de la solidaridad, y en esa parte me dijo que él estaba aquí, que él había venido, no porque nadie lo hubiese obligado; el vino por solidaridad; él creía en la lucha armada para la independencia, para la emancipación de los pueblos, y por eso él estaba ahí. Él en ningún momento manifestó que estuviese arrepentido o que él podía negociar, nada. Estaba dispuesto a morir, como me lo manifestó; me lo dijo de palabra, pero por su acción denotaba que era así, y que él luchaba por esos principios".

Al siguiente día los pilotos fueron solicitados para retirar un cadáver, era Antonio Briones Montoto con el rostro volado por una bala explosiva con orificio de entrada en la parte posterior de la cabeza. Documentos recopilados por la Comisión por la Justicia y la Verdad dan cuenta que el entonces capitán, hoy general de brigada retirado Rafael Enrique Peña Pereira, era el Comandante de la Compañía "H" del Destocaribe bajo cuya custodia estaba el prisionero Briones, de ser cierta esta versión y aunque hayan pasado más de 50 años, se trató de un crimen de lesa humanidad, imprescriptible y susceptible a una investigación judicial.

¿Cuál es la diferencia con la operación GEDEON?

Abismal, en forma y contenido. La operación conocida como GEDEÖN, realizada por un grupo de mercenarios venezolanos, colombianos y estadounidense sobre las costas de Venezuela la semana del 3 al 7 de mayo de 2020, resultó un fracaso, se trató de una acción militar mercenaria por pagar, es decir un asunto mercantil no honrado pero además criminal, organizada por la empresa de contratista de seguridad norteamericana Silvercorp INC. con el ciudadano venezolano Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino, según contrato público por el valor de 212 millones de dólares, para realizar dicha operación contra objetivos selectivos de alto impacto del Gobierno Bolivariano de Venezuela, es decir para secuestrar o asesinar al presidente Nicolas Maduro y a otro líderes bolivarianos, un acto criminal, con consecuencias políticas muy graves y negativas para una oposición venezolana ya fracturada y desmoralizada por un lista de delincuentes que se hacen llamar "políticos" y que por maulas, el contratista Jordan Goudreau, presidente de dicha compañía, un criminal que se hace llamar "contratista", hizo público los entretelones de la enmarañada relación y tratándose de criminales a sueldo acarrea peligros "colaterales" por la añagaza de Guaido que le puede traer consecuencias impredecibles.

El enfrentamiento con las autoridades venezolanas ocurrido la madrugada del 3 de mayo, dejó un saldo de 9 muertos, entre ellos un capitán desertor de la Guardia Nacional de nombre Robert Colina Ibarra, entre otros ya identificados. El resto de lo capturados por las autoridades han delatado la operación y asumido la responsabilidad de la misma.

Lo significativo de este evento fue la participación protagónica de la inteligencia social que generó un cambio de percepción sobre los sistemas de seguridad de la soberanía nacional igual que los sistemas de inteligencia e información que de disponen los bolivarianos en Venezuela. La asistencia de pescadores vigías, miembros de las milicias bolivarianas dieron información certera sobre movimientos extraños en las costas de La Guaira, Aragua y Zulia que dio con la captura y neutralización de los grupos mercenarios de la operación GEDEON.

Por otro lado, y aunque hay caídos en combate producto del enfrentamiento que obligó a las fuerzas de seguridad a responder de manera contundente, hubo una serie de detenidos, de prisioneros a quienes se les ha garantizado los derechos asistidos. Cosa muy distinta a lo ocurrido en Machurucuto en términos del derecho fundamental, violado por los oficiales de entonces, cuando dieron muerte a Briones Montoto y a otros milicianos siendo prisioneros.

Las comparaciones pueden resultar incomodas pero cuando ocurrió el desembarco de Machurucuto una batería de acusaciones fue desatada por el gobierno de Estados Unidos contra Cuba usando a la OEA como frente de choque internacional, hoy cuando una cantidad de evidencias involucran a dos exmarines norteamericanos y los pronunciamientos públicos de altos voceros oficiales del Gobierno de EEUU sobre hostilidades que incluyen la opción militar contra Venezuela, como lo ha dicho el propio presidente Donald Trump, que lo incriminan en los hechos violentos ocurridos, sin embargo con el mayor desparpajo señalan que no tienen nada que ver con el asunto e insisten en continuar con las hostilidades. El silencio de la OEA es patético, no obstante, las evidencias probatorios.

A Venezuela le asiste el derecho de denunciar y proceder ante la Corte Penal Internacional y los organismos multilaterales por una causa de agresión y violación del derecho internacional por parte del gobierno de los Estados Unidos de América.

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