La carta del Fiscal Tarek al gringo que nos desprecia, y Palomino Vergara

Lunes, 25/05/2020 08:35 AM

Sabemos que el fiscal es una marioneta de miraflores, lo que haga y lo que deje de hacer es orden de maduro, diosdado y jorge. Entonces, es seguro que la tal carta a la señora Pelosi es una maniobra burda de la cúpula dirigente, que de pasada una vez más quema al fiscal, como lo hace exponiendo su miedo a poner preso a guaidó. Analicemos, entonces, qué hay detrás de la carta.

Lo primero que salta a la vista es el miedo del gobierno, no es una actitud digna, viril: se acusa a los gringos de querer asesinar a la cúpula, se habla de planes de invasión, los gringos declaran a Venezuela un Estado peligroso. Está claro que su actitud es hostil. Resulta incompresible la actitud del fiscal por mandato de la cúpula de enviar esa carta a la jefa de los demócratas. ¿Qué pretenden, qué buscan? No podemos dejar de ver en esta actitud un dejo de sumisión, de anhelos de perdón; en todo caso, no es una posición coherente con la de un país asediado.

Puede ser que la intención de la carta del fiscal sea manipular a la política gringa, tratar de abrir brechas entre trump y la oposición. Esto es peor, son argucias de aficionados, triquiñuelas que funcionan en la política rastrera pero que no tienen validez en la geopolítica. Este gobierno no consigue superar la mentalidad del chisme y la intriga barata. Ignoran que el imperio tiene políticas de Estado compartidas por los dos partidos, esas son las reglas de la democracia burguesa. Pensemos en Obama, demócrata, y su decreto de peligrosidad, refrendado por el camarada trump, republicano, que hasta hoy el gobierno lo considera una buena persona pero engañado. Revisemos las declaraciones de la "camarada" Pelosi y nos daremos cuenta que no hay diferencia entre ella y el "camarada" trump con respecto a maduro. No es nueva la candidez del madurismo, o quizá deberíamos decir la cobardía.

Se demuestra que sus ataques al imperio son puro aguaje, a la hora que le pegan un gritico salen corriendo a cumplir el mandato, son espejismos para engañar a incautos. No pierden oportunidad para pedir clemencia al imperio. Recuerdan los arranques machistas del gran Palomino Vergara.

No obstante, la flojedad del gobierno es muy peligrosa, lo arrastra a posiciones de enfrentamiento que no pueden controlar. Un día, algún subalterno que crea que la cosa es en serio ataca a un avión gringo o colombiano; un día, puede ser que un colectivo ataque por su cuenta a un objetivo aquí dentro que considere pertinente; un día, algún adulador creyendo que la cosa es verdad pase con tropa para Colombia, como aquel ministro que por su cuenta invadió al Esequibo.

Esta jefatura sólo sirve para destruir, no es jefatura para oponerse a una agresión en forma, para estar al frente como ellos pregonan de una "Guerra del Pueblo". Si todo esto se complica, si el imperio de verdad decide atacar, invadir de verdad, no con mamarrachadas, a esa invasión le haremos frente con todo, pero no con esta jefatura calculadora y pusilánime. Lo ideal sería no esperar la crisis, el desenlace, sino construir una nueva jefatura desde ahora, que nos dirija a la hora de una invasión, pero también que nos guíe en la reconstrucción del país en lo material y lo espiritual.

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