En una carrera contra reloj a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, a menos de cuatro meses, una luz en el camino anuncia una aplastante derrota para el multimillonario republicano Donald Trump, debido a sus nefastas políticas tanto internas como externas en detrimento del pueblo estadounidense y los países de la región.
Ante tantas "metidas de pata" del magnate gringo, se asoma con fuerza el nombre de Joe Biden un demócrata que se muestra honesto, gris y con poco carisma, quien representa una derecha civilizada, con algunos componentes socialdemócratas, frente a la ultraderecha arisca, imprevisible e inmersa en la manipulación y la corrupción de Donald Trump.
Los más recientes sondeos anuncian una victoria para Biden, incluso en los estados que Trump ganó ampliamente en los comicios del 2016 como Michigan, Florida y Arizona. La población negra, mujeres e hispanos serán los principales votos que seguramente sacarán del poder al acaudalado jerarca.
En su desesperada intención de alargar el proceso comicial, alegando como causal ‘la Pandemia’ deja ver su pretensión de ganar tiempo ante las atrocidades que paulatinamente viene cometiendo en su pésima gestión, lo que avizora un rechazo inminente a su derrota anunciada.
Biden tratará de arreglar todos los desastres del actual presidente en materia internacional con la ruptura de todos los acuerdos e instituciones: cierre del tratado con Irán en materia nuclear, retirada del Acuerdo de París sobre cambio climático, salida de la Unesco, bombardeo de la OMS y el desbordante racismo visto en los últimos meses en hechos de violación a los Derechos Humanos por las fuerzas policiales del Estado. Todos con la clara intención de aniquilar las políticas de su antecesor Barack Obama.
Por su parte Joe Biden propone "humanizar el proceso migratorio y defender el derecho a solicitar asilo", como su principal carta rumbo a la presidencia del país del norte.