Existen abundantes y muy serias evidencias de que en materia de corrupción, las cosas en nuestra Venezuela siguen como antes… La "coima", continúa muy campante, pero ahora impulsada como parte estratégica y de primera línea en la dirección de apuntar a la consumación de un plan orientado, no solamente a horadar las bases de la Revolución, sino a propiciar un claro escenario de golpe de Estado... Los monumentales robos, y todo tipo de ilícitos, cometidos por un centenar de gerentes de niveles muy altos y medianos de PDVSA, de manera continuada y por largos períodos, es la mayor evidencia que avala nuestra presunción de que allí estaba presente también (en esa corrupción colectiva), la toma del poder...
Vale acotar que el asalto del poder no necesariamente demanda de charreteras o de tanques y de metrallas. En el vecino país de Colombia, el poder del dinero y el terror lo tomaron hace muchas décadas atrás, obviamente, con actores hábilmente disfrazados de demócratas, a fuerza de la compra de votos, de las amenazas, de los desplazamientos forzados que le vienen otorgando a ese país el trágico y vergonzoso papel de ocupar, desde el 2015, el primer lugar como el país que más migración obligada interna contabiliza, con un acumulado para enero de 2019, de 7.816.500 personas, según lo reporta la ONU (https://www.eltiempo.com/justicia/conflicto-y-narcotrafico/colombia-es-el-pais-con-mas-desplazados-internos-informe-acnur-378716) y, por supuesto, el crimen por encargo, que lo ejecutaban por allá por los años 1940/50, vale recordarlo, organizaciones que eran conocidas como "Los pájaros", que no eran otra cosa que grupos de delincuentes armados subordinados a los mandatos de las "clases dominantes que determinaban su accionar y el blanco de dicho accionar" y que devinieron en los que hoy conocemos como los sicarios y que siguen estando muy activos en ese país, al servicio de esas élites adineradas, de quienes mandan en el Palacio de Nariño...
Entonces, del ejemplo anterior, que lo tenemos a mano, y volviendo a nuestro país, nos preguntamos: ¿Dónde están los órganos del control público? ¿Qué hacen esos entes para impedir lo que parece ser una práctica (la del cobro de "coimas", comisiones o cohecho), que se ha extendido y quizás ha copado, casi todos los aparatos administrativos del Estado? ¿Tendrá vinculación alguna el crecimiento de tales prácticas perversas con el plan continuado de las estafas y robos de PDVSA que fue descubierto por nuestro Gobierno, cuyos autores, bajo la batuta de Rafael Ramírez, estamos viendo que aúpan bajo discursos patrióticos y de libertad en democracia, de un cambio de gobierno, todo ello dentro las estrategias del imperialismo yanqui de volver a ponerle las manos a nuestro país?
No sabemos si, efectivamente, esos entes trabajan en la dirección de corregir esa situación, pues es muy poco lo que suelen comunicar... Conducta paradójica en tiempos de revolución, que desdeña que en el proceso transformador, plasmado en nuestra Constitución Bolivariana, se hace obligación y compromiso el tener que avanzar hacia la construcción de una sociedad participativa y protagónica.
Nos espantamos al ver que esa práctica de la "coima" o cobros y pagos ilícitos, ya se salió de sus habituales escenarios históricos, que en mayor porcentaje eran las dependencias públicas, para instalarse en cualquier rincón, o carretera o calle o esquina del país, donde se encuentren ubicados funcionarios públicos, civiles, policiales y militares, cumpliendo tareas de vigilancia o de control, que en un porcentaje que nos atrevemos a calificarlo de muy alto, maquinan estratagemas para exigir dinero mediante extorsiones o chantajes diversos…
De manera que no hay excusa posible para no actuar contra ese terrible flagelo, que está poniendo en claro riesgo la estabilidad de la institucionalidad del país, cuando en el marco constitucional contamos con mecanismos que nos habilitan para enfrentarlo, de la mano del pueblo.
¿Qué nos hace falta, entonces? Solamente la decisión de generar la necesaria inquietud por la participación y coadyuvar a la efectiva creación de las contralorías sociales y entes efectivos, que apliquen con severidad las sanciones de Ley.
En esto es imposible ocultar que el Presidente Maduro ha insistido múltiples veces para que no se produzca pausa alguna, en el combate a la corrupción... pero su voz pareciera que se la lleva el viento, y llegando aquí, vale recordar que, ocurre igual frente a otros temas, como por ejemplo, sus deseos y órdenes -de vieja data-, a través, nada menos que de un decreto con fuerza de Ley firmado y publicado en 2014, para la simplificación de trámites administrativos*, deseos y órdenes esas que nunca fueron acatadas. Y tan cierto es lo que decimos, que apenas hace tres días, el primer mandatario renovó y subrayó la misma orden, cuando le anunció al país nuevas medidas económicas, e instruyó al ministro Tareck El Aissami, a diseñar un plan, en un lapso no mayor a 30 días, para simplificar los trámites para la inscripción de nuevas empresas, advirtiéndole que el registro y legalización de una empresa "no puede superar una semana", para agregarles lo que -también- ha repetido muchas veces: que, según las encuestas, "Venezuela es el segundo país más lento del mundo en materia de trámites y registros." (*)
De manera que le rogamos al Camarada Presidente Maduro que le ponga la lupa a sus equipos de trabajo en todas las áreas, con el mayor rigor y la necesaria supervisión y fiscalización, lo cual tendrá que hacerse permanentemente, porque ya vemos que será la única manera de que su voz sea escuchada y sus órdenes atendidas, como debe ser.
En ese sentido y con las mismas intenciones, queremos sugerirle la conveniencia de que, sobre la marcha, tome la decisión de crear la "Misión Manos Limpias", o "Misión Transparencia", o "Misión Anticorrupción" o como quiera llamarla... que sea una fuerza que con efectividad acometa la tarea de combatir en los términos más drásticos y sin contemplaciones de ninguna naturaleza, a los corruptos y a quienes hayan sido sus cómplices y padrinos, la que igualmente deberá articular planes y actuaciones con los cuerpos de inteligencia de manera de contrarrestar, sobre la marcha, actuaciones que pudieran estar vinculadas a los planes imperiales dirigidos a derrocar no solamente a nuestro Gobierno Bolivariano, sino a exterminar todo lo que huela a chavismo.
Lo importante y necesario es que esa Misión, quizás la más urgente y necesaria estructura fiscal que nos reclama el país, en esta difícil hora, cuando nos acechan feroces amenazas que, por si fuera poco, se profieren abiertamente y sin tapujos, debido a que han logrado imponer en este mundo occidental, la falsa matriz de que Venezuela está gobernada por una férrea y criminal dictadura, debe ser tarea para impulsarla de inmediato. Serían inadmisibles las excusas, cualquiera que fuese, para posponer el inicio de sus actuaciones. No se justificaría ante los ojos del pueblo que permitiéramos que esas mafias corruptas continúen 'por la libre', y cobijadas por la impunidad. No solamente haciendo cada vez más daño a este proceso de cambios, sino que impongan el plan de destruirnos el país, y que, además, logren el objetivo de entregarlo al imperio yanqui para saciar la voracidad de los grandes emporios monopólicos del capitalismo y de sus títeres de la burguesía criolla mal parida, que lo manejaron a su antojo a lo largo de casi todo el siglo XX.
En resumen, Presidente Maduro, de lo que se trata es erradicar la corrupción. No es tarea fácil, pues sabemos que está bien enquistada y apuntalada por una "quinta columna" que lleva años en ello y que, mientras allí permanezca, apalancada como no tenemos duda alguna que lo está en muchas reparticiones públicas, será muy cuesta arriba poder dar pasos seguros hacia el objetivo de reventarla. Hay que comenzar por limpiar las gerencias en todos los niveles de la administración, de manera que no quede rastro alguno del puntofijismo y/o de quienes heredaron con creces sus vicios y sus maquiavélicas patrañas para entronizar de vuelta la democracia del engaño y que se han o los han infiltrado, hábilmente disfrazados de rojos rojitos, en todos los organismos públicos, como única medida que nos pueda facilitar la reestructuración de los cuadros de gestión del Estado con gente honesta, comprometida realmente con el proceso revolucionario de cambios, porque, vamos a ser claros, sería un error funesto colocar en puestos claves de los entes del Estado, donde se toman decisiones sobre las políticas gubernamentales que deben apuntar a barrer con las recetas neoliberales y entreguistas, sean del género que sean, a personas que adversan y/o denigran del Gobierno Bolivariano.
Se entiende, por supuesto, que será necesario establecer mecanismos expeditos de revisiones y controles internos, de seguimiento real a la gestión pública y que dichos mecanismos sean abiertos, no solamente hacia el interior de la Institución que asuma esa rectoría, sino hacia la calle, por vía de coadyuvar a que se haga real y efectiva aquello de las contralorías sociales y no sigan existiendo sólo como entes virtuales, como es lamentable tener que reconocerlo, ya que hasta la fecha es eso lo que han sido…
No olvidemos que solo el pueblo salva al pueblo y más aún lo que el Comandante Hugo Chávez jamás dejó de repetirlo una y mil veces (palabras más, palabras menos): "Frente a cada agresión del imperialismo, de la burguesía, contra el pueblo, nosotros responderemos con más profundización de la revolución socialista".
En tanto avancemos por esa ruta, sin desviarnos ni un ápice, Camarada Maduro, se lo aseguramos, estaremos generando y consolidando los sustentos necesarios e indestructibles de la Patria Bolivariana. Así nos quitaremos de encima toda la podredumbre que nos rodea. De no hacerlo ya, los perversos pudieran llevárnosla a su destrucción…
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