Por qué no damos pie con bola en esta Crisis Hegemónica Capitalista en Venezuela

Jueves, 01/10/2020 04:28 PM

POR QUÉ NO DAMOS PIE CON BOLA EN ESTA CRISIS HEGEMÓNICA CAPITALISTA EN VENEZUELA

Isidro Camacho

                                                                ¿Cómo es posible seguir teniendo una posición de resistencia, cuando uno se está convirtiendo en una teoría establecida?

(Immanuel Wallerstein, "The Itinerary of world-systems analysis or how to resist becoming a theory", 2002).

VENEZUELA NO NACE EN EL ESEQUIBO, ES APENAS UNA CABECITA DE ALFILER

No vamos a poder salir de la crisis que atraviesa Venezuela si se sigue partiendo para el análisis de la crisis venezolana del concepto del Estado-nación dejando de soslayo que Venezuela es apenas un alfiler en una gran tienda de mercerías. No hay posibilidad de hacer propuestas serias si la unidad de análisis para la comprensión de la crisis no se amplía. Estoy hablando de adoptar la propuesta de abordar el estudio de la crisis venezolana desde la perspectiva del sistema-mundo capitalista de la que nos habla Immanuel Wallerstein. Así las cosas el espacio geográfico venezolano y su dinámica social no se pueden comprender con la simple frase "Venezuela nace en el Esequibo", eso queda muy CHIP para la política ramplona pero nada aporta para un estudio serio de la crisis y sus soluciones.

Desde esta limitada y estrecha visión se sigue pensando, aunque en el discurso se diga otra cosa, que podemos como Estado-nación salir de esta crisis. No hay manera de sortear los problemas, que agobian al pueblo venezolano, como no sea el abordarlo con una visión sistémica de la crisis y en tanto, en consecuencia la salida aborde las soluciones de manera integral.

LA GRAN MERCERÍA A LA QUE PERTENECE ESA CABECITA DE ALFILER

Si el estudio de la crisis venezolana no puede partir desde el estrecho marco del Estado-nación; entonces, cuál es el referente que puede servir de faro. Estoy haciendo referencia, siempre siguiendo a Wallerstein, a la necesaria comprensión de que vivimos en un mundo capitalista y punto. Por ello debemos estudiarlo es su infinita complejidad, que trasciende las debilitadas y vulnerables fronteras venezolanas. El estudio de ese sistema capitalista en su desarrollo histórico siempre se ha estructurado de manera jerárquica. Jerarquía que descansa sobre dos bases: su composición asimétrica por un lado y por el otro sus grado superlativamente desigual. Voy a dejar que sea un estudioso del tema quien me sirva de guía para que logremos explayar de manera clara lo que afirmo sobre el sistema-mundo capitalista:

…estructura tripartita que divide al planeta en un pequeño núcleo de países o zonas muy ricas que conforman el centro del sistema, junto a una también pequeña zona intermedia de países y zonas que detentan una moderada riqueza y que son la semiperiferia, y al lado de una muy vasta periferia pobre y explotada, que constituye la inmensa mayoría de zonas y naciones del mundo, y que como ancha base del sistema en su conjunto soporta tanto a la semiperiferia como al centro de este mismo sistema capitalista (Aguirre, 2007:23,24)

Así las cosas pretender ver la crisis venezolana como producto de los pelones de bola de Maduro, que son evidentes y notorios, y de las metidas de pata de la oposición; que la meten hasta la ingle, es dejar que los árboles nos impidan ver el bosque. En esa inmensa mercería que es el sistema-mundo capitalista, Venezuela es apenas un alfilercito de la sección de países periféricos pobres y explotados. Por eso las decisiones, o la toma de decisiones aunque salgan de Miraflores no son necesariamente decisiones del Estado-nación. Lo mismo podemos decir del gobierno del extraño personaje que dirige la Casa Blanca. Detrás de esas decisiones están de una manera u otra las grandes trasnacionales capitalista que impregnan todo el orbe y no dejan intersticios en donde impongan sus valores mercantilistas.

LA CRISIS HEGEMÓNICA DE LOS EE.UU. Y LA BURGUESÍA REVOLUCIONARIA DE CASTRO SOTELDO: LAS DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA

Por lo arriba expuesto resulta demasiado ingenuo por no decir criminal pensar que estos países de la periferia pobre y explotada de la que es parte ese alfilercito llamado Venezuela pueda salir de la crisis adoptando políticas públicas que tiendan a fortalecer esa dependencia. Tropicalizar el modelo capitalista a través de una supuesta burguesía revolucionaria además de un atraso teórico representa un crimen de lesa humanidad. Es pretender seguir condenando a los explotados a resistir mientras la burguesía parasitaria se sigue enriqueciendo con los privilegios otorgados por el gobierno amparado en la fuerza militar y policial.

La crisis del sistema capitalista representado por la pérdida hegemónica de los EE.UU., lejos de significar el triunfo de otra propuesta, en este caso del socialismo, está muy lejos de lograrse. Lo que sí se puede afirmar es que hay una disputa intercapitalista en la que Venezuela tiene el papel de un peón más dentro de ese gran ajedrez mundial. Lo que podemos aseverar con plena seguridad es que el sistema capitalista está llegando a su colapso. No quiere decir esto que dicho colapso sea eminente, que está a la vuelta de la esquina. Lo que no podemos afirmar es que el sistema que va sustituir al capitalismo es el socialismo. Eso es más un deseo, una proyección, una utopía. Lo es en función que los ensayos que se han hecho, manteniendo sus peculiaridades, debilidades y fortalezas, o fracasaron o están debilitados. En el caso venezolano en ese proceso de construir una alternativa distinta a la capitalista nos debe bastar por ahora ir construyendo un tipo de gobierno como lo señaló Bolívar por allá en Guayana en 1819: "el sistema de Gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política". Hoy es obvio que estamos distante de ese logro.

UNA CRISIS TERMNIAL DEL CAPITALISMO PERO TODAVÍA PATALEA Y ES PELIGROSO

En ese contexto es que se puede entender el retroceso que ha vivido América Latina luego de la desaparición de Hugo Chávez. La actual situación de Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina, Uruguay y por su puesto Venezuela hace patente que el sistema-mundo capitalista tiene sus mecanismos para realizar sus reacomodos. Es por ello que tal situación nos recuerda que ningún proceso de trasformación es vertical, ascendente y continuo; antes bien, es sinuoso, tiene avances y retrocesos. Todo ello no puede ser entendido sino comprendemos los alcances sistémicos del caos capitalista. Veamos el asunto:

Situación de verdadero caos sistémico, que no habíamos conocido hace quinientos años, y que es la clave explicativa del verdadero colapso terminal e irreversible que hoy viven todo un conjunto vasto de estructuras de nuestra propia sociedad, tales como la del Estado moderno, o la actividad misma de la política, o la lógica económica basada en la acumulación de capital, o la actual estructura de las clases sociales, o también la moderna cultura burguesa ilustrada y racionalista, colapso que alcanza incluso estructuras como las de la configuración de las poblaciones de todo el planeta bajo el esquema nacional, o a la estructura misma de los saberes constituida hace cinco siglos por la modernidad (Aguirre,2007: 27).

La crisis sistémica redunda, permea, atosiga la conducción del país sino se tiene claro de dónde proviene esa crisis y quiénes son sus responsables. No basta con señalar generalidades, hay que aterrizar, hay que darle carne al fenómeno que se dice atacar, el capitalismo, para ir desmontándolo, de lo contrario producimos un Frankenstein como lo planteado por Castro Soteldo.

No podemos combatir al capitalismo con más capitalismo. Solo podemos combatir al capitalismo desde lo que Dussel (1983), denomina la dialéctica positiva o analéctica. Toma nota Castro Soteldo para que no le siga metiendo gato por liebre a NICO:

El proyecto de liberación económica debe ser realizado gracias a modelos operativos fruto de una precisa descripción viable. Estos modelos pueden ser, esencialmente, tres: los que formulan el desarrollo por la intervención de las trasnacionales (capitalismo dependiente), por medio de la conducción empresarial de la burguesía nacional (capitalismo independiente), por la gestión de las clases populares (socialismo), (p.180).

Solo el pueblo salva el pueblo, no ninguna burguesía revolucionaria. Jamás podremos lograr la liberación de la clase trabajadora sino logramos la liberación económica. Por eso Chávez no le entregó un cheque en blanco a Nico, le dio una ruta, COMUNA O NADA. Esa ruta la torcieron y por eso esta crisis se ha agudizado. El gobierno en vez de entablar la alianza natural con las clases subalternas prefirió el nido de alacranes de la burguesía revolucionaria de Castro Soteldo y de la aristocracia obrera de Wills Rangel, con semejante compañía para qué enemigos. No puede haber liberación del hombre nuevo si no existe una liberación del sistema opresor que lo explota.

Es desde la filosofía de la praxis que parta de los pueblos oprimidos, de los trabajadores hiperexplotados por el capital, de la mujer acorralada por el machismo opresor, del encuentro de saberes es donde podrán salir las soluciones de la crisis.

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Referencias

Aguirre, Carlos A. (2007). Immanuel Wallerstein y la perspectiva crítica del" análisis de los sistemas-mundo". Textos de Economía, 10(2), 11-57.

Dussel, E. D. (1983). Introducción a la filosofía de la liberación.

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