Estamos a pocas horas de que en EEUU se dé un evento, donde el mundo entero centra su atención y no es para menos. En el caso de Venezuela, el actual presidente Donald Trump, que ahora va por la reelección escogió el camino más escabroso para abordar y sacar al chavismo, en este caso particular a Nicolas Maduro del poder. Recordemos que en el proceso electoral pasado la contrincante electoral era Hilary Clinton, quien habiendo sacado 3.5 millones de votos de ventaja, perdió la batalla final con los votos del Colegio Electoral de Florida; que es algo así como el pateadero de la gusanera cubana y de los exiliados venezolanos. Desde esa fecha viene por parte de Trump ese encrespamiento y endurecimiento criminal y demencial contra Venezuela y su gobierno. La situación de Florida en esta oportunidad, no es fácil para Trump, sí en cuatro años de haber asumido el mandato, no ha podido derrocar a Maduro, sino por el contrario lo ha fortalecido; favoreciendo la creación de un muro de contención, con los chinos, rusos e iraníes. Esta variable puede incidir en crear un resultado adverso para Trump.
Esa actitud asumida por Trump, que no le ha dado resultado se enmarcan dentro de dos vertientes; una estar en sintonía con un sector de lo más ácido de la disidencia cubana y hacerse eco de una política de Estado, de las Corporaciones y el sionismo; que no es otra cosa que pasarle la aplanadora a cualquier país que asuma una línea libre de injerencias. En todo caso la obsesión que Trump ha tenido contra el país ha sido de consecuencias devastadoras; pero no le ha dado resultado para el cumplimiento de sus objetivos, por el contrario ha despertado en un gran sector de la población, un sentimiento venezolanista, patriótico y antiimperialista.
Trump ha dicho que no reconocerá la victoria de Biden; aunque luego lo ha desmentido. Lo cierto es que bajo este gobierno, la supremacía blanca, los antifas, paramilitares, racistas se han organizado, con la aprobación del presidente gringo. En las pasadas manifestaciones de EEUU, es normal ver a estos paramilitares, que sin pertenecer a ningún cuerpo militar o policial, salen a la calle blandiendo armas sofisticadas de largo alcance y en oportunidades amenazando y hasta asesinando manifestantes. Es de hacer notar que en los últimos días han desaparecido de los estantes de los establecimientos, en algunas ciudades, armas que han sido vendidas a la población; que en el fondo sienten temor de que algo puede pasar y prefieren estar preparados. En conclusión, EEUU está al borde de una guerra civil. Los asesinatos de afros descendientes, forma parte de una política de Estado, la policía lo ejecuta y no pasa nada, y ese prurito queda en el seno de la población de color. En Filadelfia, donde existe un voto duro de Biden, está sucediendo algo al estilo de Colombia, donde en aquellos lugares donde la votación no favorece al gobierno de turno, salen paramilitares a la calle a amedrentar a la población para que no vayan a votar. No lo estarán haciendo allá con este propósito; pero por los pitos que tocan esta supremacía blanca no pierde espacio para demostrar su poderío y su fuerza para mantenerse en el poder.
Para lanzarle sombras a un posible triunfo de Biden, lo señala como socialista, comunista o castro-chavista; centrando su artillería en Venezuela; argumentando, que de ganar Biden, EEUU sufrirán las mismas penurias que Venezuela. Por otro lado acusa a Rusia de intervenir en los resultados y a China e Iran le lanza señalamientos injerencistas. No conforme con esto llama a Biden anciano y viejo decrepito, para descalificarlo. En un supuesto negado, para él, que Biden gane la elección, le afectaría por perder las elecciones con una persona que no está a su altura. Ha utilizado a su favor, el hecho que la economía norteamericana se había fortalecido antes de la pandemia.
No obstante, de esta manera, disminuiría la brecha que tiene a su favor Biden, inclinando la votación a favor de los republicanos en aquellos estados, donde no está definida la votación; como Pensilvania, Texas y Florida; por ser éstos pieza fundamental en el resultado final de las elecciones estadounidenses. De Trump es de esperarse cualquier sorpresa, hasta una acción terrorista en nuestro país, para complacer a la gusanera mayamera. Ya para concluir podemos señalar, que gane Trump o Biden, con algunas variantes va a continuar el mismo recetario intervencionista.