Tuvieron que transcurrir 5 días en la "democracia modelo" del planeta, para que finalmente se pudiera conocer al ganador de los comicios presidenciales en EEUU. Sin duda, como lo señalaban las encuestas y confirmado por los resultados y los votos electorales, Joe Biden sería el presidente de EEUU por el período 2021-2025.
Pero, como lo he venido sosteniendo en las últimas 4 entregas de esta columna, esto dista mucho de haber terminado. El actual mandatario estadounidense, el republicano Donald Trump, sería uno de los primeros mandatarios en ejercicio derrotado electoralmente que no reconoce el triunfo de su adversario político en una contienda electoral. Antes bien, señaló y así lo hizo su abogado, el ex alcalde de la ciudad de Nueva York, Rudoplh Giulanni, que acudirán a la Suprema Corte de EEUU, para impugnar los resultados electorales de los comicios del pasado 4 de noviembre.
Pero, entre otras tantas cosas que pudiera señalar, porque material es el que me ha llegado en las últimas horas y me sobra, creo que por primera vez que se recuerde, en el propio EEUU podría estar al borde de un Golpe de Estado, incluso de una guerra civil o guerra interna solamente comparada con el conflicto entre el norte y el sur de ese país, o la Civil War en inglés, durante el período de 1861-1865 en el siglo 19. Señaló esto, porque gracias a mi participación en el Seminario Internacional "Nuevas Doctrinas de Intervención en América Latina y el Caribe", donde la mexicana y camarada Ana Estrher Cerceña, en su ponencia señaló, que uno de los méritos de Donald Trump durante los casi 4 años que lleva gobernando EEUU, ha sido, entre otros, el dividir nada más y nada menos que El Pentágono. Allí hay militares "institucionales" que se han puesto a la orden y a la disposición del mandatario electo Joe Biden, y otros militares que están apoyando al actual mandatario, Donald Trump.
Esto, para el país que maneja el maletín con los controles y botones de un arsenal nuclear, importante es señalarlo, es extremadamente peligroso, no sólo para EEUU, sino para el mundo entero.
Y esto evidentemente resultaría extremadamente peligroso, puesto que tampoco se puede olvidar que desde hace varios días, agentes del servicio secreto de EEUU (los que le prestan seguridad al presidente de ese país, vicepresidente, y familiares más cercanos) ya le prestan seguridad al mandatario electo, a su residencia, a su familia, estableciendo restricciones sobre el espacio aéreo de la misma. Así que esto, de no manejarse como debería, podría traer un desenlace de imprevisibles consecuencias para ese país y el mundo como ya lo señalé en el párrafo anterior.
Tan es así que no ha terminado esto, que la verdadera elección del presidente de EEUU lo harán los delegados a los colegios electorales el próximo 14 de diciembre. Donde se reunirán y procederán a la elección del mandatario. Luego el Congreso cuenta esos votos y certifica esos resultados los primeros días de enero de 2021, y la toma de posesión de Joe Biden será el 20 de enero de 2021.
Es decir, que al actual mandatario estadounidense le quedan 72 días como gobernante de ese país.
Indudablemente, coincido con el presidente Nicolás Maduro al señalar que, la derrota electoral de Trump es debido a un gran movimiento de opinión pública que se ha dado en ese país producto del asesinato de George Floyd. Ese supremacismo y esos valores promovidos por Trump, le ha costado la presidencia de ese país.
Ahora bien, desde mi punto de vista, aún no podemos señalar que es una derrota política, puesto que Trump ha reiterado en innumerables oportunidades que no va a entregar el poder (por lo menos pareciera que esa entrega de poder no será de manera pacífica), y más con el elemento de algunos militares del Pentágono que se han puesto a su orden y su servicio. Así que no perdamos de vista la disputa legal en la Suprema Corte, las próximas declaraciones de Trump y toda una serie de eventos desencadenantes que pudieran ocurrir en los próximos días y semanas por venir.
Pero, creo importante hacer algunos señalamientos y plantear posibles escenarios que se avizoran, con esta elección de Biden al frente de los destinos de la nación norteña por los próximos cuatro años.
Indudablemente, como abreboca, recurriré al lugar común de expresar y recordar, para los que desde Venezuela hacen fiesta por el triunfo del candidato demócrata, que Biden era el vicepresidente de la administración Obama durante sus dos períodos, y autor intelectual de la Orden Ejecutiva que tiene a la República Bolivariana de Venezuela donde fuimos declarados "amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional" de ese gigante. Se dice que el autor intelectual de esa Orden Ejecutiva es Joe Biden, y de las primeras medidas en contra de nuestro país, dentro del marco de la estrategia de cerco y asfixia, escalada ésta por el actual mandatario en funciones, Donald Trump.
Así que no nos llamemos a engaño en una "mejora" de relaciones entre EEUU y Venezuela. De hecho, como lo señalé en la entrega anterior, pudiera ser incluso mucho más peligroso que Trump, por la aplicación del denominado "smart power" o poder inteligente, donde como decimos coloquialmente en Venezuela: "Priva más maña (astucia) que fuerza".
Pero ni Joe Biden ni su «running mate» Kamala Harris pertenecen a la corriente revolucionario-progresista del Partido Demócrata. Todo lo contrario: son parte de un establishment más bien conservador de Washington D.C. y de California. Biden pertenece a la familia política de la capital y lleva décadas moviéndose en los círculos del Congreso, como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado o del Comité Jurídico de la misma cámara. Es la élite blanca, conservadora, de la costa este tradicional. Kamala Harris no lo es menos, y esto es de fundamental importancia. Se ha explotado para la campaña el hecho de que sea mujer y perteneciente a diferentes grupos étnicos (afroamericana y asiáticoamericana),hija de migrantes, como elementos para atraer al votante progresista. Sin embargo, Harris no es Ocasio-Cortez. Perteneciente a la burguesía californiana, como fiscal general de California Harris demostró ser adalid del orden y del imperio de la ley. Ha sido azote del crimen organizado en el sur de California, de la mafia mexicana y el cártel de Tijuana, así como una defensora de la pena de muerte en ese Estado. El efecto anti-Trump no ha cambiado sus posicionamientos y esto es extremadamente importante pues Kamala Harris no es una simple candidata a vicepresidenta —la magistratura más inútil del sistema americano, solo rentabilizada por Dick Cheney— sino una sucesora, una candidata a presidenta. Joe Biden tiene setenta y siete años y su salud es delicada. De acabar el mandato, de seguro no se presentará a la reelección en 2024. De dimitir antes de esa fecha, Harris se convertiría en la primera mujer presidente de los Estados Unidos y como tal se presentaría a las elecciones de 2024. Eso es lo que está en la mente del establishment demócrata. Es por ello que la victoria demócrata, mejor dicho de estos demócratas, del tándem Biden-Harris, es una buena noticia para el orden internacional liberal que tiene la oportunidad de pasar la oscura página escrita por Trump y revitalizarse tras la que ha sido la mayor crisis desde su concepción.
De hecho, quiero permitirme reproducir un material, para que no nos caigamos a mentiras, de quien es realmente Kamala Harris, como lo hemos señalado en el párrafo anterior:
"Kamala Harris es la primera vicepresidenta mujer en EEUU. Como Fiscal de California evitó perseguir casos de violencia policial, manipuló pruebas para condenar inocentes, apoyó pena de muerte y se opuso a liberar presos por ser mano de obra barata. Sus víctimas; pobres y negros.
Como Fiscal lucho por mantener condenas en casos donde los oficiales manipularon pruebas. Rechazó un fallo de la Corte de California que ordenaba liberar presos porque si no las cárceles se quedarían sin "trabajadores baratos". Judicalizó casos de uso de marihuana.
Promovió una ley para detener a los padres que no llevaron a sus niños a las escuelas (por entonces en California con un alta tasa). La consecuencia fue la padres pobres negros y latinos condenados por la justicia. Pidió perdón por esto en una entrevista.
Como Fiscal de San Francisco rechazó en un caso la pena de muerte. Pero cuando pasó la fiscalía de California apoyó vehemente la condena muerte de un caso similar. Nunca explicó porque este cambio.
En su carrera como fiscal no persiguió casos de violencia policial de ningún tipo. Se le pidió que lo hiciera en unos tiroteos en San Francisco. Si comenzó una serie de reformas para perseguir este tipo de delitos de la policía. Su mayor logro fue un programa que permitía a los detenidos por tráfico de drogas quedar en libertad si realizaban trabajo social. El argumento sobre su carera como fiscal punitiva fue que California era un estado demasiado conservador.
Como contraparte; evitó judicializar al fondo OneWest por falsificar procesos para quedarse con las casas hipotecadas de deudores en California. Los dueños de OneWest, Steve Mnuchin y George Soros, donaron dinero luego en su campaña al Senado en 2017.
Su jefe de campaña fue Tony West, esposo de su hermana y abogado de Pepsi Cola y Uber, conocida por explotar a trabajadores pobres. Kamala también es miembro del influyente Consejo de Relaciones Exteriores, financiado por bancos, petroleras y las empresas más importantes de EEUU.
El bufete de abogados Paul Weiss fue el mayor donante individual de su campaña a pre candidata presidencial. Paul Weiss representa a la petrolera Exxon Mobil, la automotriz General Electric, la empresa de computación IBM y la línea de cosméticos Avon, entre otras.
Su hermana Maya Harris fue jefa de asesores de Hillary Clinton para su campaña presidencial en 2016. En el equipo de campaña de Kamala en 2020 existieron ex asesores de Hillary como Jim Margolis, consultor de medios, o Mark Elias, su abogado general.
Kamala Harris apoyó la candidatura de Hillary Clinton en 2016 y existen muchas conexiones entre ambos desde financistas hasta miembros de sus equipos. Se especula qué hay una alianza entre ambas para posicionarse dentro del Partido Demócrata. En 2017, Kamala Harris se reunió con los principales patrocinadores de Hillary como Michael Kempner, su gurú, y Margo Anner, miembro del círculo íntimo de los Clinton. Si Biden muriese, o quedara inhabilitado, Hillary Clinton tendría mucha influencia sobre Kamala Harris.
Por último, Kamala apoya que Estados Unidos siga entregando financiamiento a Israel sin condicionamiento como frenar los asentamientos en Palestina, o la violación masiva a los derechos humanos. Está en línea con casi toda la clase política de Estados Unidos."
Estas consideraciones son cortesía de Bruno Sgarzini, analista del prestigioso portal web Misión Verdad, el cual recomiendo ampliamente. Bruno, incluso nos suministra las fuentes en las que se basó para hacer las consideraciones que hemos transcrito textualmente:
1-) https://counterpunch.org/2019/09/06/kamala-harris-another-establishment-candidate/
Bueno, así las cosas en EEUU.
Por eso, como lo señalé en la entrega anterior y en el programa "La Realidad Inventada" por la Emisora "Al Son del 23" 94.7 FM en Caracas, y que se puede seguir vía web por www.alsondel23.tk lo que está ocurriendo en EEUU, un Estado Fallido de Primer Mundo, con posibilidad de un conflicto de envergadura entre grupos afroamericanos, latinos, migrantes, contra los WASP, que ya los describimos en la entrega anterior, se puede dar y es una amenaza latente.
De hecho, el escenario que dijo el famoso cantante guatemalteco, Ricardo Arjona, de "Si El Norte fuera el Sur", donde señalaba que podíamos ver las balsas de "Miami a La Habana", producto de la crisis del sistema político estadounidense, podría convertirse en una realidad, y nuestros gobiernos y nuestros países deben prepararse para ello.
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!