"Las tonterías que se cometan a veces
pueden ser remediadas;
las que se dicen no tienen remedio"
Guillaume Francois Berthier"
La elecciones en Estados Unidos, se asemeja a esos famosos circos, que en épocas pasadas se paseaban por distintos países latinoamericanos; montaban su aparato publicitario muchos días antes de llegar, y luego el tiempo para armar la carpa, les servía para terminar de atraer al público, al exhibir algunos animales amaestrados, con más gracia, que el mismo equipo humano, pero al final no dejaban ninguna enseñanza, y en el peladero, donde se instalaban, solamente quedaba el basurero, y el hedor de los excrementos, como muestra de su presencia, hasta, que aparecía otro con el mismo espectáculo, porque no había más nada.
Se fue Trump, para agarrar el coroto Joe Biden, pero en las primeras de cambio, soltó una, que no le vimos a Trump, en medios de tantas metidas de "pata" para confirmar el papel que viene a jugar, al ser uno de los sostenes del imperialismo, en su desesperante situación profundizada por la pandemia. Su primer ataque, contra el poderoso país asiático: China, va dirigido hacia el propio presidente, como una piedra lanzado por uno de esos guarimberos dirigidos por Leopoldo López, y el atormentado Guaidó: "No tiene un solo hueso democrático en su cuerpo y no lo digo como una crítica, sino que es una realidad"
Aparte de su papel encomendado por el dueño del circo –el imperialismo– el verdadero fabricante de estos disparatados; en algo tiene, que ver la edad de estos dos últimos mandatarios estadounidenses, porque entran directamente en el grupo, en el cual sobresale George W. Bush, quien parece insuperable en sus ridiculeces a la hora de hablar, al extremo, que muchos se interesaban en oírlo para después hacer sus críticas, porque despertaba risas, con tantos y tamaños disparates.
Estos señores, en medio de la anarquía, las trampas, fraudes y un capitalismo lleno de barbarie, montado en el poder de los dólares, salen electos para ocuparse de todo, menos del bienestar y la salud del pueblo, y una de sus prioridades es mantener en un nivel óptimo, la gran industria armamentista, y para eso tienen, que incitar a la guerra y el odio, como ha hecho Joe Biden, apenas, comienza su mandato al atacar Xi Jinping, tildándolo de antidemocrático , así, como llamó al Presidente Nicolás Maduro de dictador, cuando la gran verdad de nuestro tiempo, imposible de ocultar, es que todos los mandatarios estadounidenses, no tiene nada de demócratas, y actúan, como unos auténticos dictadores, y de paso, salen haciendo el papel de ridículo, para quedar marcados, como uno más en la lista, pero con su respetivo número. Joe Biden, el 45, y según los que creen en la numerología, ese guarismo representa la adaptabilidad y una máscara de ilusiones, por lo tanto, las personas que llevan este número pueden ocultar muy bien sus verdaderas emociones: empezando por las preocupaciones, tristeza o desesperación. Cualquier coincidencia con Biden, el tiempo lo dirá, pero ya asomó parte de su verdadero rostro.