2020: el año de la falsa dolarización

Jueves, 25/02/2021 11:14 AM

2020, fue un año sin precedentes históricos, incomparable. El año, que según Donald Trump y sus secuaces, se produciría la implosión de Venezuela y según registra la historia, quien ha implosionado fue el propio Trump y sus secuaces, que ahora andan de cabeza gacha intentando pasar inadvertidos ante sus innumerables crímenes cometidos contra toda la población venezolana. Richard Black, Senador Republicano por el Estado de Virginia, no lo pudo describir mejor: «Hemos desmonetizado su moneda y, a través del sistema bancario internacional, hicimos que la moneda venezolana careciera de valor y luego vamos y decimos: ‘Miren lo malo que es este Gobierno, su moneda no vale nada’. Bueno, no fueron ellos, fuimos nosotros quienes hicimos inútil su moneda», (Sputnik, Dic. 2019). Y resaltó: «que EEUU mantiene un bloqueo a las exportaciones venezolanas de petróleo para luego decir: "mira, no pueden alimentar a su gente"». Desde el año 2013 a la fecha, han manipulado el tipo de cambio 3.500 millones por ciento según versión de la Dra. Pascualina Curcio. En 2013, lo cotizaban en 8,69 BsF/US$ y hoy martes 23 lo cotizan en 1.860.103,73 BsF/US$, en el mercado paralelo, según el portal Dólar Today.

La Dra. Pascualina Curcio, en su investigación: «Impacto de la Guerra Económica contra el pueblo de Venezuela» de agosto 2019, concluye: «Esta agresión contra la economía venezolana y por lo tanto contra el pueblo todo, tiene tres efectos: 1) deteriora el salario real; 2) contrae los niveles de producción; 3) hace insuficiente el gasto y la inversión públicas…» Asimismo, describe el mecanismo utilizado por el imperialismo, de lo que hemos llamado como guerra económica, en los términos siguientes: «Al manipular el tipo de cambio y cotizarlo a un valor mayor al oficial inciden sobre los precios de todos los bienes importados... El aumento de los precios de los productos importados eleva todos los costos de producción y por consiguiente los precios de los bienes finales. Es lo que se conoce como un shock de oferta que se manifiesta en una estanflación, es decir, aumento de precios (inflación) con estancamiento o recesión económica…» Para esa guerra, crearon un arma no convencional que denominaron «Dólar Today» al cual articularon, 4.200 casas de cambios ubicadas en la frontera occidental venezolana del lado colombiano, todas, absolutamente todas, sin excepción, son dependientes del narco paramilitarismo uribista, valga decir, son lavadoras al servicio del narcotráfico colombiano. Dólar Today, lo crea la CIA como una empresa en el año 2010 y su sede la radica en Miami, según sus supuestos propietarios, es: «una forma de protesta contra una dictadura cada vez más comprometida en silenciar e intimidar a los medios de comunicación en Venezuela.» (Wikipedia).

El daño causado por esta guerra no convencional a la economía nacional, en su vertiente de ataque a la moneda, fue calculado por la Dra. Curcio -en esa investigación antes mencionada- en 41.619 millones de dólares (Impacto de la Guerra Económica contra el pueblo de Venezuela, Dra. Pascualina Curcio, 06 de agosto 2019). Esa realidad, fue objeto de mención de la Relatora Especial en derechos humanos de la ONU, Alena Douhan, quien en su informe especial mencionó que: «Esto ha provocado la disminución de los salarios del sector público de 150-500 USD en 2015 a 1-10 USD en 2020, y un creciente nivel de pobreza. En 2018-2019, el Gobierno introdujo nuevas políticas económicas: se levantó el control de precios y se permitió que el sector privado volviera a entrar en la economía.

Sin embargo, el endurecimiento de las sanciones a las que se enfrenta el país desde 2015 socava el posible impacto positivo de las actuales reformas, así como la capacidad del Estado para mantener las infraestructuras y ejecutar proyectos sociales.» Lo que la lleva a concluir, después de verificar que los ingresos del país en divisas se desmoronaron en un 99 por ciento durante los últimos años, causando un efecto devastador sobre la población venezolana, motivo por el cual la Relatora ONU, Alena Douhan, concluye que: « El Relator Especial subraya la inadmisibilidad de aplicar sanciones de forma extraterritorial e insta al Gobierno de los Estados Unidos a poner fin a la emergencia nacional en relación con Venezuela, revisar y levantar las sanciones sectoriales contra el sector público de Venezuela, revisar y levantar las sanciones secundarias contra terceros Estados y abstenerse de imponer sanciones al suministro de gasóleo que provocarían una crisis humanitaria de proporciones sin precedentes.» (Resultados preliminares de la visita a la República Bolivariana de Venezuela de la Relatora Especial Alena Douhan, Caracas, 12 de febrero 2021).

«Se denomina dolarización, al proceso por el cual un país adopta de forma oficial la moneda de Estados Unidos como su moneda de curso legal.» (https://economipedia.com/) En el caso venezolano, la dolarización que vive el país es informal, surge como una «solución» de facto asumida por los sectores comerciales del país para resguardar sus inversiones ante la continua devaluación de la moneda nacional, el Bolívar. Si bien –mediáticamente- se le llamó «dolarización», en lo real no era tal. Recordemos, que la dolarización de una economía no es otra cosa sino la sustitución de la moneda local, en este caso el Bolívar, por la moneda estadounidense como reserva de valor, unidad de cuenta y como medio de pago y de cambio. Ello, lleva implícito –cuando la dolarización es oficial- el pago de un señoreaje que viene a ser el costo a pagar por el país objeto de dolarización a la Reserva Federal de EEUU por la emisión de billetes de dólares.

El país dolarizado, su política monetaria, la delega en la Reserva Federal de EEUU, que es quien la define. La cantidad de dinero en circulación, en el país dolarizado, lo define es la Reserva Federal de EEUU. Cuando el país objeto de dolarización, y requiere de mayor cantidad de dinero debe negociarlo con el FMI, organismo financiero que le impondrá condiciones políticas y financieras para aflojar los recursos solicitados. La dolarización, en definitiva, es una forma de neo colonización y subordinación a las políticas y dictados de Washington.

En el caso venezolano, los sectores comerciales lograron imponer al resto de la sociedad, la utilización del dólar como reserva de valor y medio de pago para sus mercancías importadas; lo cual, fue haciéndose extensivo para el conjunto de la economía privada. Con ello, se permitieron -los sectores comerciales- superar la agresiva guerra económica del imperialismo, en específico, el ataque a la moneda nacional, el Bolívar. Indexando, sus ingresos en bolívares y divisas provenientes de la actividad comercial. Así, lo explicaba la Dra. Pascualina Curcio: «La pérdida del valor del bolívar, aunque se deba a un ataque criminal a nuestra moneda, es una de las razones por la cual, aquellos que tienen la capacidad de ahorrar tratan de migrar hacia monedas "más fuertes" para resguardar sus activos.» (Se aceptan dólares, Pascualina Curcio, Últimas Noticias, 19-08-2019).

Ecoanalítica, consultora de la derecha y su director Asdrúbal Oliveros, fueron de quienes más apostaron por la dolarización del país. Para noviembre 2020, daban como un hecho que el 57 por ciento de las operaciones de pago en el país eran en dólares. En su 4to. Estudio del año, aseguraban que 2.500 millones de dólares en efectivo, estaban en circulación en Venezuela y lo comparaban con apenas lo que representaban todos los bolívares en circulación, que era apenas 25 millones de dólares en efectivo según esta agencia. Con esas cifras, fue como engañaron a Raimundo y todo el mundo durante todo el año 2020. Nunca antes, pocos engañaron a tantos muchos, sobre una realidad ficticia que fue construida mediáticamente.

Pero, deseos no empreñan y sería el propio Presidente Maduro quien les daría con una piedra en los dientes informándoles sobre la realidad de lo que muchos señalaban como la dolarización del país: «Transacciones en efectivo, pago en dólares: 18,6 por ciento de las transacciones comerciales; el 77,3 por ciento de las transacciones hechas en formato digital se realizaron en bolívares y el restante 4,2 por ciento en bolívares en efectivo» (Presidente Nicolás Maduro en Entrevista a Ignacio Ramonet, enero 2021). Las cifras, por sí mismas, pulverizaban a Ecoanalítica y su campaña a favor de la dolarización, a lo que siguieron declaraciones de la Vicepresidenta y Ministra de Finanzas, Delcy Rodríguez, quien no escatimó palabras para recordarle al pueblo venezolano que la moneda nacional era y seguirá siendo el Bolívar. En entrevista para el medio brasileño «Brasil de Fato», enfatizó: «Es el bolívar quien está a la vanguardia de las políticas de protección a nuestro pueblo y conviven otras monedas en el circuito comercial. […] Convivir con otras monedas no significa dolarizar la economía como propone la derecha, que quería atar nuestra economía, nuestra vida monetaria y financiera a la Reserva Federal estadounidense, donde se concentra la artillería de la guerra económica contra Venezuela». De esta batalla por la verdad de Venezuela, no salió con hueso sano la derecha y menos aún sus sesudos analistas, que terminaron convertidos en polvo cósmico, apenas reducidos a un reducto de supuesta izquierda que no termina de comprender el ABC de la economía y menos de la venezolana.

En carta a los partidos comunistas del mundo, así lo denunciaba el PCV: «La caída de los salarios se ve agravada por la política de apertura y dolarización de la actividad económica…» (Carta a los PP.CC.OO. 07 septiembre 2020). Como lo ha demostrado -hasta la saciedad- la Dra. Pascualina Curcio, la caída de los salarios obedece a una política inducida por el imperialismo con sus sanciones y bloqueo financiero-comercial, que llevaron los ingresos del país de 50 mil millones de dólares a menos de 500 millones de dólares en 2020; con lo cual, frenaron la política de indexación salarial, implementada por el Presidente Maduro como mecanismo de defensa del salario a partir de 2017, con incrementos cada tres meses de cada año hasta el 2020 que tuvo que sustituirse por la política de bonos de protección, mediante el carnet de la Patria. De hecho, de haber sido cierta la dolarización del país, hubiese resultado imposible ejecutar la política de los Bonos de Protección mediante el Carnet de la Patria, la propia Reserva Federal de los EEUU no lo hubiese permitido. De más, está explicar cómo las sanciones fueron la causa determinante del deterioro de los salarios y pensiones sino incluso, del deterioro de los servicios públicos.

Con solo observar, que hoy PDVSA se plantea elevar su producción a 1,5 millones de barriles de petróleo, hazaña que se ha logrado gracias a la implementación de la Ley Antibloqueo (Ley a la cual se opuso el PCV) y al apoyo de la República hermana de Irán y su tenacidad por vencer el bloqueo imperialista, traer al país maquinaria y repuestos fundamentales para reparar refinerías nacionales, incluso gasolina iraní, mientras nuestras refinería se ponían a punto para producir y refinar productos, ese solo gesto da fe de cuán importante ha sido el apoyo de países hermanos para poner en vida servicios públicos claves pues de la producción de gasolina, depende la producción del gas doméstico, ese que Ud. ama de casa necesita para procesar sus alimentos, cocerlos.

Es el mundo al revés del que nos hablaba Galeano, que ve en el oprimido al opresor y en la victima al victimario. «Se conjetura […] que Satanás fue en sus orígenes un ángel del cielo, que cayó, que se rebeló, que inició una campaña militar, que fue derrotado y al cual se le expatrió y condenó a una perdición eterna» (Mark Twain). Convirtiendo al Presidente Maduro en la causal de todos los males que ha padecido Venezuela, se exonera a Donald Trump y Juan Guaidó de sus crímenes y solo busca ganar amoríos del imperialismo, mientras engaña a sus seguidores proclamándose antiimperialista.

La emancipación de la clase trabajadora solo puede ser obra de la propia clase, en lucha por sus intereses de clase. Hacer pasar la obra de destrucción nacional del imperialismo (EEUU-Europa) como obra de Nicolás Maduro, «el súper hombre», montar procesos imperiales como obras de la Nación, solo permite encubrir crímenes y perversidades en quien solo se ha permitido dirigir la resistencia victoriosa del pueblo venezolano en contra del mal imperialista, condenado ya por la historia de la humanidad. Por lo tanto, esa política de exonerar de culpas a los culpables del mal, no ayuda en nada a la emancipación de la clase trabajadora y es contrarrevolucionaria, tan criminal como lo son Donald Trump y Juan Guaidó. Quizás, les ayude a acceder a los medios «libres» de Elliot Abrams y eventualmente, al apoyo financiero que siempre lo habrá de parte de las agencias imperialistas a todo aquello que les permita destruir la imagen del Presidente Maduro, pero este pueblo ya lo tiene claro: los socialtraidores y enemigos de la Patria no pasarán!.

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