La invasión de Apure no es nueva en la historia de Venezuela. No es la primera vez que contingentes militares de un gobierno conservador de la ultraderecha derecha colombiana, invade a Venezuela.
Fue un Gobierno del partido conservador colombiano, el general José Manuel Marroquín, presidente de Colombia, quien ordenó al General Carlos Rangel Garbira invadir a Venezuela por varios puntos, encabezando 4.000 soldados vestidos de civil. Varios Generales colombianos comandaron esta ignominia acompañados por Generales opositores venezolanos exiliados en Colombia.
Al igual que hoy, varias empresas de Estados Unidos, Alemania, Francia e Italia, apoyadas por sus gobiernos, contribuyeron con fuertes financiamientos para que se iniciara una supuesta "Revolución Libertadora".
A pesar de la sorpresa y la superioridad numérica de los invasores, la habilidad en el Campo de Batalla de los generales Cipriano Castro, Presidente de Venezuela y Juan Vicente Gómez, logró derrotar a los colombianos y a sus compinches traidores venezolanos en la famosa batalla de La Victoria, en noviembre de 1902.
El fracaso de la invasión indujo a las potencias extranjeras a tomar otro tipo de medidas contra el gobierno de Cipriano Castro. Alemania, Italia e Inglaterra bloquearon los puertos venezolanos con buques de Guerra, llegando a desembarcar tropas en La Guaira, en el Delta del Orinoco y algunos otros puntos estratégicos.
Esta invasión extranjera logra lo que años de pugna y guerras no habían logrado, la Unidad Nacional. Las masas se arrojan a las calles en varias ciudades y acogen con júbilo la reunificación.
El 13 de diciembre de 1902 se inicia la guerra con el bombardeo de Puerto Cabello y el intento fallido de penetrar en el Lago de Maracaibo. La población pide formar parte de las tropas de defensa. Uno de los primeros en alistarse fue nuestro hoy Beato, el Dr. José Gregorio Hernández, el 11 de diciembre de 1902.
Los liberales del mundo entero protestaron ante la acción de Inglaterra y Alemania. El pueblo inglés vio con desconfianza la unión con Alemania. Las protestas populares y la opinión pública mueven al presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt a invocar la Doctrina Monroe, pero sin comprometer tropas. Interviene mediante un representante diplomático a fin de "lograr un acuerdo que satisfaga a ambas partes".
Obviamente, el resultado fue perjudicial para Venezuela, que tuvo que enfrentarse a una grave situación económica.
Esto no amilanó al presidente Castro, quien una vez suspendido el bloqueo pasó a la ofensiva. Envió al General Juan Vicente Gomez a acabar con algunos brotes invasores y guerrillas que habian quedado diseminados en el país, mientras él se dedicaba a demandar legalmente a las naciones extranjeras que habían apoyado financieramente a la "Revolución Libertadora", particularmente contra Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Alemania, por sus intervenciones injerencistas y por no haber cumplido con los compromisos que figuraban en sus contratos de mejorar las condiciones de vida de las regiones, donde se les había otorgado concesiones de explotación.
Esta medida constituyó un hecho sin precedente, ya que fue la primera vez que un país de Latinoamérica hacía reclamaciones legales contra EE.UU. y las principales potencias europeas. Una de ellas fue la intervención en 1904 de la New York and Bermudez Company, que explotaba el asfalto venezolano, la cual sentó un precedente en La Patria Grande de Simón Bolivar.
Estas medidas proteccionistas de Cipriano Castro le granjearon una mala reputación internacionalmente, las cuales dieron lugar a la ruptura de relaciones con EE.UU. y Holanda en 1908.
Cualquier similitud con los acontecimientos de Venezuela y Latinoamérica de estos tiempos, no es casualidad. Traidores apátridas, tanto internos como colombianos Santanderistas, más la sempiterna Arrogancia Imperial es notoria ayer y hoy.
#ApureEsNuestro
@marcanoomarjose