“Muchas veces la lengua corta la cabeza”
Proverbio árabe
Hablaba con un amigo colombiano, con muchos años en nuestra tierra, y la siente, como su misma patria, como hubiera nacido aquí. Mantiene una permanente comunicación con algunos familiares que, siempre están llamándolo. Al hablar con este compañero, se le nota la profunda repulsión hacia el mandatario colombiano. Le oí una expresión que, parecía parte de una clase de un maestro de escuela: “De nada vale estudiar, cuando no se tiene criterio propio, y al contrario se arrastra antes una persona, como Álvaro Uribe Vélez, y se deja llevar, como un niño, cuando va por primera vez a la escuela”
Las últimas declaraciones de Iván Duque, contra el gobierno venezolano, y especialmente hacia el presidente Nicolás Maduro, lo retratan de pie a cabeza, como un perfecto arrastrado y títere del gobierno de los Estados Unidos, si, todavía alguien duda. Y, si, quiere hacer el papel de comediante; desde el primer momento ha fracasado, como muchos policías, guardias nacionales que, apenas se les ve la cara, sabemos que estamos en presencia de unos matraqueros de los muchos que, han proliferado al inventar cualquier falsedad, y son capaces de venderle el pañuelo al matraqueado, cuando montan la llorona.
El último pedimento de Duque al gobierno de los Estados Unidos, declarar a Venezuela "país promotor del terrorismo" se parece al decreto de Barack Obama, casi al final de su mandato: “Una amenaza inusual y extraordinaria” pero en el caso de este mandadero de Uribe, es, muy parecido, cuando mandan a un mocoso a examinar un campo de batalla por “metido” o “salido” ¡Vaya usted! y a medida que, camina se les empiezan a subir a la cabeza, cuando sienten el terreno movedizo y fangoso, acordándose que, ni siquiera carga el papel higiénico a la mano.
Duque, el principal “recurso” de Uribe, está fallando a la prueba de garantía, cuando empieza a ver la incansable lucha del pueblo, y por el otro lado, como exalumno de la Universidad de Harvard, debe saber que, el imperialismo no regala nada, por lo tanto, la presión le está haciendo mella en la cabeza; porque los intrusos y consentidos por estos vendedores de la patria, con sus 7 bases militares y no precisamente para hacer turismo, son capaz de cualquier cosa. Parece que no le queda otra, o corre o se encarama. Las mentiras, no pasan de las puertas de la Casa de Nariño, y no son más que gritos de ahogado pidiendo auxilio, y hasta el más inocente se da cuenta del juego perverso de este peón del imperialismo tratando de tapar la grave situación de Colombia.