El senador republicano del estado de Virginia Richard Black, expresó, no hace mucho tiempo, diversas opiniones y afirmaciones que deberían llevar a la reflexión a todos los venezolanos. En diciembre de 2019, en una entrevista para el medio informativo ruso Sputnik señaló que: "no es mi Gobierno y no me corresponde a mí ni a ningún estadounidense determinar cómo los venezolanos deben manejar sus asuntos". Más adelante, continuó: "Nosotros debemos dejar a Venezuela en paz. Déjenlos en paz. Dejen que resuelvan su propio gobierno. Creo que eso sería lo mejor para todo el mundo".
En estas primeras declaraciones del senador por Virginia, lo que se hace evidente es la clara injerencia norteamericana en los asuntos venezolanos. Esto no sorprende a nadie, de hecho, no es otra cosa sino más de lo mismo. Es la reiteración de una política imperialista llevada a efecto por los gobiernos usamericanos desde siempre. Se ha repetido que es algo que está pasando, que siempre ha ocurrido y que en modo alguno es propaganda anti estadounidense ni nada por el estilo. Aun así, y por diversos factores, la mayor parte de la población venezolana no cree en ello, y peor todavía, se mofa cada vez que se declara tal verdad.
Sabemos que el arma principal usamericana para desestabilizar a Venezuela, ha sido destruir su moneda y provocar una inflación artificial. A tal efecto, Black indicó que: "Desmonetizamos su moneda y, a través del sistema bancario internacional, hicimos que la moneda venezolana careciera de valor y luego vamos y decimos: ‘Miren lo malo que es este Gobierno, su moneda no vale nada’. Bueno, no fueron ellos, fuimos nosotros quienes hicimos inútil su moneda". En Derecho se dice que, a confesión de parte, relevo de pruebas. Muchos venezolanos sabemos esta verdad, somos conscientes de que el gobierno de Estados Unidos hundió el Bolívar y creó una situación de hiperinflación que ha traído innúmeras consecuencias a nuestra gente. De hecho, de acuerdo al documento denominado "Sanciones económicas como castigo colectivo: El caso de Venezuela", elaborado por Mark Weisbrot, codirector del Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR) y Jeffrey Sachs, profesor de Economía y director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia, la política agresiva y de privación ejercida desde Washington sobre los venezolanos causó, solo en el período 2017-2018, más de cuarenta mil muertes. Es fácil inferir, estando casi en 2022, que las muertes deben ya sobrepasar las cien mil.
Todos estos hechos, aunque notorios, públicos y comunicacionales, y, a pesar de su extrema importancia y gravedad para los venezolanos, han sido poco difundidos por parte de las autoridades, no difundidos por los medios de comunicación sistémicos y menospreciados por la gran mayoría de los venezolanos que han tenido acceso a información en torno a ellos. Todo es entendible, menos lo último, menos el menosprecio de un sector de la población venezolana. Pero es inentendible desde el punto de vista racional, ya que, si tomamos en cuenta el gigantesco aparato propagandístico de Washington, al que podemos calificar de omnipresente, su capacidad de mentir, de manipular la realidad, de mal educar y torcer las voluntades lavando cerebros, sí que nos sería fácil entender el fenómeno.
El presidente Chávez llamó muchas veces a pasar a la ofensiva comunicacional, a no permanecer siempre en modo defensivo, a sabiendas de que en cuanto a alcance no íbamos a poder, de ninguna manera, igualar a los medios de desinformación de masas. Aún el gobierno está en deuda con esto. Se ha hecho tímidos esfuerzos, pero la realidad es que la política informativa nacional ha estado equivocada (veamos, por ejemplo, el destierro de Walter Martínez de VTV). Hay que hacer conocer hasta al último venezolano estas verdades, y mostrarles pruebas, eso ya no puede seguir siendo postergado. Está pasando aquello que en su tiempo señalara Malcolm X," los medios sistémicos están haciendo que el pueblo odie a los oprimidos y amen a los opresores"(palabras más, palabras menos).
Por último, es necesario destacar que con todo lo observado en este artículo, no pretendo, en modo alguno, restar importancia al papel (olímpicamente importante) que ha tenido la administración del presidente Maduro en la debacle de la economía nacional.