"¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos!"
GARCÍA NARANJO
"Buen y bendecido día, camarita" fue el inusual saludo de mi entrañable Anacleto, al verme llegar. A pesar de no haberme retrasado, ya él iba por el segundo café y quién sabe por cuantos cigarrillos. "¿Cómo se siente, camarita, ha estado enfermo? Porque lleva varias semanas que no nos vemos y que tampoco escribe. Tuve el temor que el COVID 19 le hubiese visitado, pero ya veo que no". Y antes de que pudiera responder continuó: "Cada vez que uno usa la expresión «esclavos unidos» la gente imagina de inmediato a los EEUU y no se detiene a pensar en los millones de seres que sufren persecución, asecho y tortura impunemente por promover y defender DDHH colectivos e individuales de los pueblos y las personas. Claro, es porque esa es la característica principal de los países imperialistas y/o fascistas del mundo, visible por doquier. Pero querido camarita, deténgase a pensar sólo en nuestra América… de punta a punta, y se dará cuenta que a pesar de que los estadounidenses viven como «esclavos» por desconocimiento de causa en su mayoría, los habitantes del resto de los países han sufrido los embates y ataques de las fuerzas imperiales desde la colonización y la conquista, que han acabado con civilizaciones enteras… y aquí no ha pasado nada. No iré muy atrás. Veamos la vida republicana de las naciones latinoamericanas… En su mayoría han sufrido invasiones, vejaciones, violaciones, torturas, imposiciones, pero sobre todo despojos, robos de territorio y de sus recursos naturales. A ver… nómbreme un país latinoamericano que no haya sufrido los embates y la injerencia de los EEUU. A Méjico le robaron casi la mitad de su territorio; Guatemala sufrió el gran garrote de la guerras bananeras de Roosevelt; Honduras - El golpe de Estado a Zelaya por su intento de instalar una Constituyente para redactar una nueva constitución; en Nicaragua formaron los contras armados y financiados por el Gobierno gringo, incluso tras la victoria electoral del sandinismo en 1984; a Panamá la invadieron y destruyeron todo el barrio El Chorrillo, para seguir controlando el canal, fueron condenados por la Asamblea General de la ONU y no pasó nada; Belice es de los ingleses; Cuba con más de 60 años de bloqueo e intentos de invasiones. Puedo seguir con todos y cada uno del resto de los países del sur, desde Venezuela hasta Argentina y Chile. Esas acciones, directas o encubiertas, de los gobiernos yanquis de turno, marcaron la historia del continente. Ya lo decía Bolívar: «Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad». Lo peor de todo es la malinche, el lacayismo por doquier; son las rancias oligarquías criollas que por mantener su status les aplauden todos sus atropellos, les permiten que violen impunemente a mujeres y niñas del pueblo, con la excusa de que es un mal menor frente a las revoluciones y el comunismo. Para ellos la soberanía, el patriotismo y la dignidad no existen; sólo su status, el dinero, la obediencia y la diferencia de clases."
Las elites oligárquicas y conservadoras de muchos países latinoamericanos aceptan las intervenciones gringas como sus salvadoras por el enorme pánico o terror que le tienen a la "revoluciones y al comunismo", ya que "significarían" la pérdida de todos los privilegios de su "clase social", con los que han dominado ininterrumpidamente a sus congéneres. Prefieren vivir como esclavos de los gringos que como iguales a sus compatriotas. Por eso migran de sus países hacia el "sueño americano" aunque tengan que realizar los más bajos y peores remunerados trabajos, que van desde la prostitución hasta lavar los baños de bares y restaurantes. Ah, es que allá nadie los conoce, por eso "no importa". No podemos negar que algunos tienen mejor suerte y obtienen mejores trabajos, son la minoría y su condición de esclavos no la pierden ya que su mojón mental es: "vivimos en democracia", ¡como si en sus países no existiera!
Pero el injerencismo yanqui nunca ha sido para llevar "democracia" a ningún país. Es más, ni siquiera en EEUU existe verdadera democracia ya que su sistema electoral no lo permite. Los colegios electorales sólo aceptan candidatos del bipartidismo existente. Además, deben tener mucho dinero porque su campaña electoral es costosísima. ¿Cómo participa un obrero, un indio, una ama de casa? Ese es el ejemplo que les dan a los pueblos americanos, de polo a polo. Y como quien tiene los medios tiene el poder, publican sus medias verdades y falsedades con una impunidad sorprendente. Dice Wolf Grabendorff, politólogo alemán: "… las elites han contado con el apoyo de Estados Unidos para frenar alguna revolución o cambios… como reformas agrarias, … en países de la cuenca del Caribe". "Siempre son los lazos fuertes que existen entre las elites tradicionales de esos países y sus contrapartes en EE.UU. A veces son líneas de vinculación más ideológicas, pero muchas veces son más bien líneas de vinculación que tienen que ver con intereses económicos". ¿Así o más claro?
Grabendorff opina que la doctrina gringa para justificar todas sus tropelías en el mundo, no va a cambiar, especialmente ahora que China y Rusia le están pateando su "patio trasero" económica y militarmente. Ahora el argumento es la "amenaza inusual y extraordinaria a su seguridad nacional y a su política exterior", expuesto en el decreto Obama contra Venezuela. Según Sánchez Román, de la Universidad Complutense de Madrid, "la ocupación de Cuba y Puerto Rico, no trajeron más democracia; ni el derrocamiento de Allende en Chile más libertades; en Nicaragua, en Haití, no hubo más democracia ni más estabilidad, ni parece que trajeran tampoco mayor desarrollo económico; las intervenciones militares o las intervenciones encubiertas muchas veces lo que han generado, aparte de la violencia inmediata, ha sido más polarización política." Por eso hoy en día parece haber más rechazo a las intervenciones militares, que no son otra cosa que "invasiones". Sin embargo se las ingenian utilizando a gobiernos títeres vecinos para que les hagan el trabajo sucio. Ejemplo: Colombia.
De la intervención desvergonzada yanqui está el intento de Bahía de Cochinos, Cuba, en la que no lograron su objetivo; la operación Gedeón Venezuela y el magnicidio con los drones artillados, también sin éxito. Y pudiese hablar de casi todos los países americanos, pues su adoctrinamiento los ha llevado a aceptar el yugo gringo, como decía el expresidente peruano Kuczynski: "moviendo la colita desde la alfombrita". (Por cierto, salió por ladrón). Y me pregunto: ¿Qué pasaría en EEUU si desde Colombia no les llegaran los cargamentos de drogas consuetudinariamente? ¿Conocen algún capo de la droga norteamericana preso?, o ¿a un banquero preso por el lavado de los dólares que produce el narcotráfico?, ¿O será que los medios no lo informan, como hicieron con el cuñado de Narcos Rubio, hoy en libertad, que vive en la casa de su suegra? Ah, pero Porky, digo el presidente Duque, es un adalid de la lucha contra el narcotráfico en Colombia y contra la "dictadura" de Maduro en Venezuela. ¡No digo yo!
Detrás o del otro lado de las historias y/o noticias, hay seres humanos reales. Prefiero personalmente honra sin revolución que revolución sin honra. Por eso lucho por un proceso revolucionario digno, limpio, que no pierda jamás el camino de la igualdad y justicia social, que no permita la formación de mentes y cuerpos esclavos; que entiendan que el "sueño americano" debe ser un continente unido donde no exista la desigualdad… no un país cuya deuda social va in crescendo, ni que quiera dominar al mundo. Antes, los países que se auto llamaban "civilizados" permitían la compra-venta de esclavos y sus ciudadanos viajaban por doquier para cazar "hombres" que vender. En la actualidad los esclavizan por el miedo y las dogas… y ay del que se oponga, lo consideraremos una "amenaza inusual y extraordinaria". Por eso debemos lanzar una consigna de lucha que nos identifique, no "esclavos unidos" sino "esclavos del mundo, uníos", para que la lucha no sea excluyente.