El conflicto USA-Rusia en torno a Ucrania. ¿Un riesgo o desafío para Venezuela?

Viernes, 25/02/2022 03:21 PM

No voy a hablar de lo que no conozco suficientemente. Podría haber invertido algo de tiempo averiguando la naturaleza de aquel conflicto, pero lo creo innecesario y hasta muy propio para debilitar lo que voy a sustentar. Con lo poco que diré, lo formal, me basta. Pues voy a hablar y fijar posición desde lo que para mí son razones de principio.

No es un simple asunto que se aborda de manera ideologizante, tampoco en base a que el interés del capital y fuerza política gringos son los principales enemigos de la humanidad y de la paz, lo que es cierto, sino de defender principios muy íntimos a nuestra propia integridad y unidad.

Para noviembre de 1822, la Asamblea Legislativa de Carolina del Sur, intentó invalidar una ley promulgada por el Estado central de EEUU y hasta por las mismas causas amenazó con separarse de la Unión; por tales motivos el entonces presidente de Estados Unidos, George Jackson declaró, "con sus alegatos y razonamientos, la ordenanza formula no sólo una afirmación del derecho de anular leyes que no le gusten, sino a imponerse bajo la amenaza de separarse de la Unión si de algún modo se intenta hacerla cumplir". Y agregó que la Constitución de los Estados Unidos, en efecto, "forma un gobierno, no una liga, y en su carácter es el mismo tanto si se formó por un pacto como de otro modo. Es un régimen en el cual está representado todo el pueblo, que opera directamente sobre los individuos, no sobre los Estados".

Tal juicio es valedero para la República Bolivariana de Venezuela. Nuestra unidad depende del orden constitucional y ningún Estado o región puede, por su propia cuenta o iniciativa, declararse libre. Somos lo que somos, no tanto porque eso viene de la Capitanía General de Venezuela, sino por la decisión del Congreso de 1811, que empezó por declarar que Venezuela es una sola e indivisible. No importa que en un acto electoral destinado a que los ciudadanos voten en favor o no de la separación de alguna entidad federal de la nación, de hecho ilegal, se vote mayoritariamente en favor de esa alternativa. Eso le correspondería decidirlo a los venezolanos todos, lo que tampoco tendría legalidad, cuando como nación, constitucionalmente, hemos sido y somos una e indivisible.

No basta que los ciudadanos de una entidad o región decidan, pese quienes eso aprueben, en un acto de por sí ilegal, tengan una aplastante mayoría, para declararse separados de la nación venezolana.

La idea de la secesión o separación de una entidad venezolana del resto de la república ha estado en los planes del imperialismo. Sobre todo a partir del año 2000, se ha hablado de ese asunto. Y hasta factores de la derecha venezolana han sido mencionados como interesados en tal propósito, para lo cual, según se ha dicho, habían estado trabajando en coordinación con gobiernos colombianos.

Algunos personajes, de ellos cercanos al gobierno, han hablado de ese mismo asunto en las áreas fronterizas con Brasil y la propia Guayana. Se ha comentado de agentes, bajo la apariencia de religiosos, que intentan indisponer a parte de esa población, buena parte de ella originaria, tan distante de los centros del poder del Estado y, en buena medida, abandonados por este y ganársela para la idea de declarar una república o nación independiente del "todo", como dijese el expresidente Jackson. En este caso, ha mediado el interés de factores ajenos a la nacionalidad, por los importantes recursos minerales que en esas zonas existen, aprovechando la poca identificación de esas poblaciones con el todo, su historia, pero también la indiferencia estatal.

Es decir, la idea de la secesión o separación de partes del territorio nacional está en los planes del capital internacional. Es una amenaza que pende sobre nosotros. Y es malo jugar con fuego, sobre todo sin el debido cuidado. Y viene a cuento aquello de "no hagas nadie lo que no quieres te hagan a tí".

Por lo poco que conocemos, en el conflicto entre Rusia y Ucrania, está de por medio que, dos regiones de este último país, se han declarado por su expresa voluntad, sólo de ellas y no del todo, independientes. Las regiones de Donetsk y Luhansk, en zonas fronterizas con Rusia, donde se realizan fundamentalmente actividades de minería y acero y la mayoría de la población es de origen ruso y predomina ese idioma, desde los tiempos de la segunda guerra mundial, cuando se desplazó a esos espacios, optaron por declararse como repúblicas independientes, habiendo sido reconocidas como tales por Rusia hace unos pocos días. Es un conflicto de años, de donde se dice que el gobierno ucraniano ha venido hostigando, por intermedio de "neonazis", a los pobladores mayoritariamente de origen ruso, de aquellas ciudades que, cansados de eso, optaron por declararse independientes.

Desconozco lo que dicen las leyes ucranianas al respecto y como ya dije, tampoco voy a averiguarlo, pues hasta ahora nadie ha alegado que ello esté en conformidad con ellas. Pero si habría que condenar las denunciadas prácticas nazis del gobierno ucraniano contra la población de origen ruso, asunto ante el cual EEUU se hace el desentendido.

Lo que importa es, se trata, al margen de todo lo que allí se maneje ocultamente, de un conflicto que corresponde sólo a los ucranianos resolverlo. Haya o no de por medio eso que alegó el presidente Jackson frente a Carolina del sur y lo que establece nuestra Carta Magna; en todo caso es un asunto inherente exclusivamente a los ucranianos.

No obstante, es bueno saber que las acciones separatistas de Donetsk y Luhansk están fundamentadas en procesos electorales o votaciones en los cuales aquellas alcanzaron abundante respaldo.

Pudiera ser hasta justo que Rusia intervenga en favor de quienes se declaran rusos, como que EEUU interceda en favor de Ucrania por sus particulares motivos, pero de lo que se trata, es estar consciente que es un asunto que a los venezolanos nos es ajeno y pudiera servir para darle sustento quienes conspiran por el separatismo en Venezuela.

Se trata de un conflicto complicado, pues se pudiera pensar que, por lo anteriormente dicho, el carácter de la población allí predominante, las tensiones entre Ucrania y Rusia, en que EEUU y la OTAN están participando y hasta se ha hablado de la incorporación de aquel país a esta organización, lo que implica una amenaza y desafío a Rusia en sus fronteras, hayan incentivado las acciones separatistas, pues no es un secreto que tal organización no tiene otra finalidad sino hacer la guerra en beneficio de quienes desde los tiempos de la II guerra mundial y más con posterioridad a la disolución de la URSS y la caída del muro de Berlín, se han asumido como dueños del mundo.

Es decir, lo que acontece con respecto a Ucrania y las regiones ya nombradas, declaradas como repúblicas independientes, tiene todo el carácter de un acontecimiento derivado de las tensiones entre las potencias del capitalismo mundial o para mejor decirlo, se trata de conflicto local, hasta con rasgos de racismo, convertido en uno inter imperialista.

No obstante, es para nosotros, por encima de todo un tema de principios, seguridad y la defensa del derecho de los pueblos a resolver de la mejor manera sus problemas, diferencias y desavenencias, lo que empieza de manera pacífica, y rechazar por lo mismo, la ilegal y abusiva intromisión de factores ajenos. Se podría decir en este caso, "cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo", pese entre Ucrania y Venezuela haya medio mundo de por medio.

Es bueno traer a colación, como la derecha boliviana, aquella que tiene mucho peso electoral en el sector de Santa Cruz, ha estado manejando la misma opción, de promover la separación de ese espacio del resto de Bolivia. Y los motivos de fondo están también en el área de los recursos energéticos.

Si bien es condenable que el gobierno de Ucrania, con el apoyo de la OTAN, intente resolver sus diferencias con las regiones separatistas, que pudieran haber fundamentado su decisión, al margen de la legalidad, en un acto pacífico, como unas elecciones, cultural o la agresión racista, también lo es que otro u otros países contribuyan que allí se desate una guerra de grandes proporciones,

Es loable y acertado lo dicho por el Papa Francisco al hablar de ese asunto, "Pido a todas las partes implicadas, se abstengan de toda acción que provoque más sufrimientos a las poblaciones, desestabilizando la convivencia entre las naciones y desacreditando el derecho internacional".

Que países como Venezuela, ante el conflicto que ahora envuelve a Ucrania, se manifieste solidarios de parte de alguna de las potencias que, contraviniendo el derecho internacional y el de todo pueblo, intervienen y participan de un lado u otro, se exponen peligrosamente a ser víctimas de lo mismo. Estaríamos convalidando un acto o unos actos que pudieran reproducirse contra nosotros. Más si existen evidencias que eso se ha intentado y está en los planes del capital imperial.

¿Con que autoridad moral el Estado venezolano, siendo víctima de una potencia o factor ajeno de un intento secesionista, puede acudir al mundo, a dónde haya qué hacerlo a reclamar sus derechos?

A uno, desde hace muchos años, no le cabe duda que entre las clases que controlan el capital estadounidense, su Estado y sus gobiernos, "una de las cartas sobre la mesa" que manejan es la secesión, como ya lo hemos dicho.

Antes dividieron la Gran Colombia e hicieron todo lo que les fue permitido y a ellos se les ocurrió, para que los planes de El Libertador de la unidad de los países, "antes colonias españolas ", como él los llamó, no se concretase. Y no conformes con eso, dividieron a Colombia por el Canal de Panamá.

Por todo lo anterior, a nuestro parecer, el gobierno venezolano mal procede metiéndose en medio de ese conflicto, sin importar las razones que maneje para sustentarse.

Pese uno pudiera sentirse moral, ideológica, cultural, emocional y hasta políticamente, partidario de una de las dos fuerzas que allá pugnan, los principios y nuestra propia seguridad demandan mantenernos al margen de ese conflicto. Condenar la guerra, la injerencia de parte y parte y llamar a las fuerzas enfrentadas a encontrar la mejor solución por la vía pacífica, es lo que nos corresponde como nación que, en cualquier momento, pudiera ser víctima de un acto de intromisión ajeno a nuestro sistema jurídico y al deseo de la aplastante mayoría de los nacionales de seguir siendo una patria única e indivisible y vivir en sana paz.

Nota leída aproximadamente 2699 veces.

Las noticias más leídas: