Mañana vuelve el 12 de octubre y con él los recuerdos de un proceso de destrucción, desfase, como le llamó Darcy Ribeiro, que implicó la muerte de millones de inocentes, para impulsar el desarrollo capitalista en Europa. Acontecimiento que olvidan quienes hoy dominan en la sociedad mundial y sus agentes, mientras hablan, como si tuviesen moral para ello, de los efectos de los fallidos, equivocados y en veces hasta esquizofrénicos intentos de seguir moviendo la sociedad en función de un sueño que no admite armazones artificiales y menos individualistas o grupales.
Ahora se habla de la resistencia indígena, con propiedad y no de aquella manera cursi y alcahueta de "día de la raza". Y alcanza mayor significación lo de la resistencia entre nosotros, porque la conquista de nuestro territorio, el venezolano, fue larga y demasiado cruenta. Entre el día del arribo de Colón a Macuro, oriente venezolano y el inicio de la colonización, transcurrieron más de 200 años, invertidos en destruir nuestra población indígena y toda su cultura. Además, todo el proceso fue violento.
Cuando el conquistador usó de la mujer indígena o la esclava, lo que ya fue un acto violento, lo hizo mediante la fuerza y la imposición. De manera que los mestizos genéticos, lo fueron a la fuerza. Impusieron la lengua y la religión a latigazos y tortura, olvidando que los árabes, quienes dominaron antes a España por ochocientos años, jamás incurrieron en barbaries como esas; más bien, pese a tener el control militar de la zona, fueron excesivamente respetuosos de los valores culturales, entre estos la lengua y religión. Expulsados los árabes de España, allí se mantuvo el predominio de lo que ahora llaman español y el cristianismo. En cambio nosotros resultamos una cultura mestiza más por la fuerza que por otra cosa.
Por lo que no queda otra alternativa que poner énfasis en la resistencia; más si como dijese Darcy Ribeiro, en "El Proceso Civilizatorio", aquí lo que hubo fue un desfase, cuando un tren descarriló a otro que traía su línea y ritmo de desarrollo pertinente.
En el norte del continente fue más cruel. Siquiera, el español podía, por disposición de la ley venir a nuestras tierras soltero, lo que por la fuerza, método generalmente utilizado, sumisión y quizás la seducción en veces, favoreció se extendiese el mestizaje y produjese algunos efectos positivos.
En cambio el inglés, por obligación, debió venir con su esposa y hasta con familia completa, lo que se tradujo en una mayor diferenciación y más violencia en el trato con la gente y la ocupación de los ricos territorios de los habitantes primigenios y verdaderos propietarios, si aplicamos la propia lógica de los capitalistas que animaba a los conquistadores.
Las altas culturas americanas, como aztecas, mayas e incas, por sólo nombrar tres, formaban naciones; estaban en estadios superiores. Esta circunstancia favoreció los planes de los conquistadores, a quienes les bastó dominar los grandes centros de poder para llegar al control de aquellas sociedades todas.
Las culturas nuestras, del espacio que bautizaron como Venezuela, sobre todo las del oriente y parte del centro del país, eran predominantemente tribus dispersas, independientes unas de otras, en gran medidas recolectoras; no formaban naciones, lo que significa que no había poder centralizado, circunstancia que obligó al conquistador tener que enfrentar encarnizadamente a cada una de ellas, no ya para conquistarlas sino exterminarlas.
Es más, una tribu sometida, cercada y prisionera, solía soliviantarse y volver al combate con la misma fiereza.
Por esas circunstancias de nuestros primigenios habitantes el enfrentamiento con el español fue de una violencia mayúscula y el nivel de criminalidad y abuso del conquistador llegó al extremo tal que no hay adjetivo adecuado para calificarlo.
Hablar de día de la raza, como sugerir una mezcla armoniosa entre europeos y los nuestros es una simple cursilería. La resistencia indígena, expresa bien lo sucedido.
Dejé para el final, resaltar como en el Caribe, franceses e ingleses, exterminaron por completo la población indígena y repoblaron esos territorios con cautivos traídos del África como esclavos. ¿No se ha preguntado usted por qué en esos espacios caribeños, no hay población indígena sino de origen africano?