Principio asumido por el imperio: divide y vencerás

Lunes, 30/10/2023 05:32 AM

¿A quién pertenece este axioma, que los diferentes imperios han tomado como suya para atornillarse sobre los pueblos en su afán insaciable de recursos?

No hay precisión en la respuesta, pero wilkipedia apunta en varios sentido: Quién es el autor de la frase divide y reinarás?

"Resumen. Se suele atribuir a Julio César la máxima latina Divide et impera aunque esta frase como tal no aparece recogida en ninguna de sus obras; hay quien la encuentra escondida entrelíneas en El arte de la guerra de Sun Tzu (siglo IV a.C) , o en El Príncipe de Nicolas Maquiavelo".

Si hay dudas sobre la paternidad de este principio, lo que está fuera de toda duda, es que él ha sido asumido por los países con vocación imperial como una forma de conducta que les permite mantener su dominio en el mundo y subyugado a los pueblos.

Si Ud. hace una ligera retrospectiva de la colonización a la que se enfrentaron nuestros antepasados, se darán cuenta de cómo fueron dividíos o se profundizó en sus pugnas internar, para enfrentarlos unos con otros y luego apoyándose en alguna de las facciones en pugna y de los malinches malichas que nunca faltan, lograban penetrar, dividir y derrotar a los que se oponían a sus designios.

Y luego cuando se cansaban de explotar las regiones y pueblos o terminaban estos expulsados por la presión de los explotados que al fin se cansaban, optaban por otra salida, no sin antes inventar nuevas formas de dominio, quizás más sutiles pero igualmente efectivas para sus fines. Me salgo, pero los dejo en la esfera de mi influencia.

Las dictaduras militares, los gobiernos títeres, los llamados países asociados, las supuestas hermandades, la creación de organizaciones para mantener su influencias como por ejemplo, la Conmenwel, las supuestas ayudas benefactora y humanitarias, pactos regionales envenenados en sus fines, los prestamos de bancas internacionales; organizaciones regionales donde existía una supuesta "igualdad entre sus miembros y toda una enrevesada red de relaciones, convenios y tratados que nos mantiene: igualados, pero desigualados al mismo tiempo en la practica

Y esta desigualdad dentro de la supuesta "igualdad" por membrecía, es palpable en el momento de dirimir diferencias o enfrentar conflictos que deben ser abordados por esas organizaciones. Allí empiezan las presiones, amenazas y coaliciones, donde privan a final de cuentas los intereses de las naciones más poderosas y los otras, los afectados, deben aceptar aunque a regañadientes las decisiones so pena de ser presentados como violadores de los principios que han jurado defender y los propósitos de esas organizaciones, donde ingenuamente han depositado su confianza.

Nadie puede pensar en la supuesta neutralidad de las organizaciones internacionales. Llámese, ONU, OEA, Tribunales Internacionales, Cortes y para de contar. Allí, existen intereses, hay tráfico de influencias, hay amenazas y sobornos y al final se imponen los intereses de los más poderosos, que son los que tienen mayor capacidad para influir, comprar voluntades y conciencia.

Si Ud. tiene dudas, sobre lo anteriormente afirmado, no tiene sino, que meterle la lupa a los conflictos internacionales y ver como se mueven el tinglado de intereses, como dentro de de las mismas organizaciones se forman grupos de poder que negocian e imponen resoluciones y acuerdos, en la mayoría de los casos adversos a las mismas aspiraciones de alguna de las partes en conflicto, a pesar de tener razones, argumentos y material probatorio.

En el caso de Venezuela, y su reclamación legítima sobre el territorio esquivo, se ve crudamente esta realidad. La Gran Bretaña y los Estados Unidos, idearon un Tratado, donde se excluyó a Venezuela, principal actor del Reclamo, ni siquiera se le permitió que tuviera abogados en su defensa. Y luego ya tramado el fraude, lo consolidaron con la aprobación de una Sentencia Arbitral, basada en el chantaje, la extorsión, claramente denunciada en el Testamento, de uno de los jueces que participó: Marcel Prevost.

¿Ha servido de algo, el cúmulo probatorio que tiene a Venezuela a su favor y la denuncia de fraude de Prevost?. ¿Algún Organismo Internacional a revisado lo irrito de Laudo y del Tratado que lo originó?

La respuesta a ambos interrogantes es un rotundo No. Los intereses de los grandes imperios están encima del Derecho de los Pueblos, a ellos lo que les importa son sus propios intereses y si en el caso de Guyana, la apoyan, es para luego pasarle factura, explotar los recursos que allí subyacen y mantener un ancla geopolítica para enfrentar a Venezuela.

Desde ese punto de vista, nos preguntamos ¿Qué se puede esperar de la Corte Internacional de Justicia?. Ya hemos visto como por presiones de Inglaterra y de los Estados Unidos, que ambicionan los recursos que allí, existen se ha declarado competente en la diatriba, echando a un lado la existencia de un instrumento como el Acuerdo de Ginebra, que debería regir la controversia entre las partes, para llevar el litigio a un escenario, donde la influencia de los Estados Unidos y de Inglaterra es público y notorio.

Allí, se ve claramente, el poderío que denuncio, utilizan todos los hilos del poder para llevar los litigios a los escenarios que les son más propicios, donde tienen influencia decisiva, donde la fragilidad de sus integrantes es permeable a las amenazas y al soborno; donde pueden mover sus fichas y tomar decisiones que la propaganda política, utilizando, las mismas práctica goebelianas, repetirán hasta el cansancio para convertir lo espurio en verdad absoluta.

Fíjense en esta nota internacional que transcribo textualmente, donde palmariamente se recoge los que afirmo con anterioridad:

(Washington, DC) – La imposición sin precedentes de congelamientos de activos por parte del gobierno de Trump a altos funcionarios de la Corte Penal Internacional (CPI) pone en evidencia un notorio desprecio por las víctimas de los peores crímenes del mundo, dijo hoy Human Rights Watch. El 2 de septiembre de 2020, la administración anunció que Estados Unidos había impuesto sanciones contra la fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, y el jefe de la División de Jurisdicción, Complementariedad y Cooperación de la Oficina del Fiscal, Phakiso Mochochoko.

La acción de EE.UU. da efecto a una orden ejecutiva radical emitida el 11 de junio por el presidente Donald Trump, que declaró una cuestionable emergencia nacional y autorizó el congelamiento de activos y prohibiciones de entrada de familias que podrían imponerse contra ciertos funcionarios de la CPI. La administración Trump había amenazado repetidamente con tomar medidas para frustrar las investigaciones del alto tribunal en Afganistán y Palestina sobre la conducta de ciudadanos estadounidenses e israelíes, y revocó la visa estadounidense del fiscal de la CPI en 2019.

Allí, está el brazo implacable imperial, amenazando, imponiendo sanciones, para que los organismos internacionales se acoplen a sus intereses, para chantajear a los funcionarios que lo integran, evitando cualquier investigación que ponga al desnudo sus abusos y atropellos, burlándose, descaradamente del Derecho Internacional, del derecho de los pueblos y dejando a la Justicia en pantaletas.

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