El problema no es Maduro, es el capitalismo y la voluntad de no saber

Lunes, 29/04/2024 12:12 AM

Detrás de estas elecciones está la mano peluda del capitalismo, del imperio. Hacer unas elecciones sin un representante del programa de Chávez para el 2013-2021, el plan de acción política conocido como Plan de la Patria, modificado, mutilado, falsificado por Maduro, es una obra sutil, si no pensada y ejecutada directamente por el  imperialismo, apoyada completamente por él, y por la misma oposición progringa pitiyanky. Ni reformistas ni neoliberales  quieren a Chávez, no quieren que el socialismo compita con ellos; sus ofertas, cuando muy chavistas, son mentiras conciliadoras, demagógicas cien por cien, y cuando son claramente en contra del socialismo, pretenden confrontar a Maduro como si éste representara a Chávez y al socialismo, conscientes de que es mentira, incluso cuando han hecho negocios secretos con ellos.

El dilema de Maduro es presentarse como el candidato de Chávez de la mano de  Fedecámaras, gobernando con y para empresarios capitalistas (Juan Veroes debería ocuparse de esto en vez de acusar a los que no  vamos a votar, de traidores, es decir, en vez de azuzar al fascista madurista que llevan muchos dentro). Invito a los que creen que “Maduro es el candidato de Chávez” a que piensen o se enteren mejor sobre lo hecho por él y su gobierno (madurato, madurismo...), en estos 10 u once años,  ¿cómo ocultar esta realidad?

No votar en estas elecciones es un acto político de “rechazo pasivo” a una conspiración capitalista. Ninguna ley moral o política nos obliga a votar, pero menos existe una razón ideológica que nos obligue a votar por cualquiera de los candidatos permitidos por el  gobierno. Nuestra condición de militante ideológico, comprometido con una idea, se conoce en nuestros actos, en los hechos, en las acciones, no se muestran con discursos vacuos, no están en palabras solteras.

Lamentablemente estas elecciones las puede ganar otra vez el “madurato”, eso lo sabemos. Lo que hay que entender es cuán legítimas serán cuando nadie vote,  gane el candidato que gane, y cuánta vergüenza  tendrá el ganador para aceptar una victoria pírrica, una victoria sin verdadero apoyo popular. Será una victoria legal, pero ilegítima, escuálida, miserable. Lo que queremos mostrar es que abstenernos de votar es otra forma de elegir, elegir en contra de una farsa, una puesta en escena por el capitalismo, el padre espiritual de la democracia burguesa.

Optar por el menos malo ha sido el eterno drama de los venezolanos en la  historia de la democracia burguesa de la cuarta república; con Chávez estuvimos muy cerca de superarla y hacerla socialista, verdaderamente popular,  pero lo asesinaron (el peso político y moral de Chávez esta íntimamente ligado a su asesinato; el imperio nunca se equivoca en esto). Hoy, con Maduro, hemos vuelto a las manipulaciones del pasado. Las prácticas del capitalismo nunca son buenas, no hay opciones cuando se trata de elegir entre capitalistas, quizás algunas  sean más eficientes, pero  siempre serán prácticas en contra de la sociedad, y en la sociedad, contra de los débiles, de los más desvalidos.

Si acaso el recuerdo de Chávez, sus palabras y discursos marcaron la conciencia de los pueblos, como dice el señor Veroes, nada de eso se lo deben los pueblos a Maduro. Pero tampoco los habitantes de este país le debemos nuestro amor a Chávez a Maduro y al madurismo, es decir,  a Diosdado, Jorge Rodríguez y su hermana, a Jesús Farías, a Tarek el fiscal y a Tarek El Aissami el preso, o a su masa de burócratas y diputados, políticamente inestables,  que son el peor producto de una revolución socialista fallida, truncada, demolida.

Optar por el socialismo no es un problema electoral, es una necesidad vital, es una manera de frenar la guerra y la destrucción del planeta. La gente no ve cerca el final hasta que lo tiene ante sus ojos. El principio del fin de la humanidad está en el capitalismo, en la sociedad de libre mercado, la competencia intercapitalista, en sus métodos de producción, los volúmenes de consumo de una sociedad extraviada, la destrucción y devastación de los recursos naturales,  de la naturaleza, de las fuentes de agua potable,… y la idiotización de la humanidad cultivando la ignorancia en los jóvenes y adultos, el miedo y el terror, esa es su lógica, ese es el circuito de su lógica. Vivir con miedo es la vida del esclavo, y la vida del hombre en el capitalismo es la vida de un esclavo,… hasta que se rebela, hasta que llega el momento de Espartaco.

El venezolano rebelde no vota en estas elecciones. No  importa si  somos pocos los abstencionistas, todo  cambio comienza de a poco. Lo importante ahora es la calidad de la  consciencia y no  la cantidad de los indiferentes. No votar debe ser un acto consciente, pero si no lo es, si es indiferencia lo que domina la abstención, para el gobierno, para el  sistema electoral y para su falsa democracia será una vergüenza, un fracaso, porque sabrán que sus manipulaciones no convencen ni convencieron, será una muestra de que nadie les cree y eso, la falta de fe en los líderes, es el comienzo de la rebelión, pero también la intensificación de la manipulación, el chantaje y el fascismo.

A todos los que participan en estas elecciones (incluyendo al mismísimo imperio), ahora les conviene que los venezolanos votemos, porque el voto, gane quien gane, favorecerá al sistema democrático burgués, la consolidación del capitalismo y la dominación de los trabajadores con un mínimo de costo político y social a través de su lógica, y la contención de las mayorías, de la gran masa de menesterosos que hacen de reemplazo para sus esclavos modernos, de los trabajadores explotados. El  fracaso de estas elecciones, por pírricas, por escuálidas,  pueden acelerar los acontecimientos futuros, y todos los candidatos  admitidos por el gobierno  y el imperio lo saben (¿acaso no son estos temas los que se deciden en las reuniones secretas con EU, con el “diabólico imperio”?... Este es otro asunto que para que Juan Veroes ocupe su mente y su tiempo, antes de hablar de traición: el secreto, las llamadas “reuniones privadas”, reuniones confidenciales que se dan al costo de pagar cárcel todo aquel que haga público sus acuerdos, lea la Ley).

CHÁVEZ NO TIENE CANDIDATO EN ESTAS ELECCIONES

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