Ateniéndonos a lo hasta ahora determinado por los organismos competentes, CNE y TSJ, las elecciones realizadas el 18 de julio próximo pasado, dieron un resultado. Las opiniones de organismos internacionales y hasta presidentes de otros países, no pasan de ser gestos injerencistas, dadas en función de versiones interesadas.
Para la legalidad venezolana tenemos un presidente reelecto, quien deberá asumir su nuevo mandato en el mes de enero venidero.
Con posterioridad a las elecciones, transcurrido mucho más de un mes, el debate público interno continúa, tal como transcurrió durante la jornada electoral. Seguimos en lo mismo, una oposición que reclama unos resultados que presuntamente le favorecieron, sin dar ninguna muestra fehaciente que eso hubiese ocurrido, pese los organismos pertinentes para ello ya se pronunciaron,.
Pero del lado del gobierno, sus altos funcionarios, personajes que tienen o asumen el rol de defenderlo, hasta los opinadores por los medios, también insisten en lo mismo, seguir en la defensa de lo que anunció primero el CNE y el TSJ. Como si todavía estuviésemos en medio de la campaña electoral. Y otros factores, de una manera u otra, están sumidos y hasta atascados en la misma disputa.
No obstante, "La vida nos da sorpresas, sorpresas nos da a vida", como dice la canción de Rubén Blades, unos de los pocos que se ha salido de la letanía de los resultados, los votos y del intercambio de insultos entre quienes compitieron, es casualmente Jesús Farías. Quien dijo a un medio informativo "Vamos a seguir insistiendo en el tema del salario. Mejorar los ingresos de los trabajadores que han sido duramente golpeados por un bloqueo que ha resultado ser criminal". Aunque para ser justos y ciertos, Farías lo que había hecho hasta ahora, fue defender la política económica del gobierno, que congeló los salarios, desconoció la legalidad, como el valor y derecho establecido en los contratos de trabajo y hasta en la Constitución misma, fundamentándose en un discurso neoliberal y monetarista, según el cual, cumplir ese deber, reconocer ese derecho y hasta deber en función de la justicia, generaría inflación, mientras los hechos han demostrado que en eso participaban factores diferentes.
Farías ha dicho, no sin razón, que el bloqueo ha sido "criminal", explicando sólo en eso el congelamiento salarial, pero podríamos calificar de la misma manera el congelamiento mismo.
Pero Farías, no sé si porque eso piensa, por lo exaltado o emocionado del triunfo electoral, en esa misma comparecencia ante la prensa, ha dicho, "«Ahora con la capacidad que tenemos nosotros de generar ingresos hemos podido impactar positivamente a través de bonos. Pero eso no es una política a largo plazo, es algo extraordinario que se ajusta a condiciones extremas; y ya se están generando las condiciones para nosotros volver a lo que reivindicamos siempre que es la dignificación de los trabajadores y el incremento de los salarios».
Es decir, pese las sanciones continúan, la economía venezolana ha mejorado sustancialmente para los empresarios y el Estado. Y eso lo ha dicho un importante funcionario o vocero gubernamental.
Y anuncia la existencia de indicios y cifras, que muestran a la economía significativamente mejorada; y como el gobierno ha visto incrementado, de la misma manera, sus ingresos, lo que "permite tener mayor cantidad de ingresos para invertir en lo social. El primer tema, sin duda, es el salario».
Observe el lector, antes reconoció que, lo de la bonificación y congelamiento del salario "no es una política a largo plazo" y dio, a manera de justificación, que estaba determinada por "condiciones extremas".
Es decir, Jesús Farías, el vocero encargado de justificar todo este largo tiempo la política salarial del gobierno, ahora está admitiendo que, esa etapa ha llegado a su final, porque se trató de una opción cortoplacista, determinada por "condiciones extremas" y ahora hay recursos suficientes y "el primer tema, sin duda, es el salario".
Pero antes de seguir, es bueno resaltar, como las sanciones que, en gran y determinante medida continúan, han permitido ese estado de cosas diagnosticado por Farías.
En el artículo anterior, titulado "Volviendo con el salario. No nos hagamos los locos, él pesa mucho más de lo que muchos creen", publicado un mes después de las elecciones, dije "Por eso, no podemos callar, seguir obviando el tema salarial, porque caminamos sobre un campo minado. Los medios, redes sociales, crean sus espejismos y el gobierno, indebidamente, como tantas veces lo hemos dicho, en la práctica invalidó la LOT y, desde los tiempos de Chávez, se abrogó el derecho a decidir en materia salarial. Y lo que acontece ahonda las cicatrices y fortalece los sentimientos derivados de lo dicho por Bretch, "Lo primero es el comer".
Y tres días atrás, publiqué otro bajo el título "Francisco Torrealba y los llamados al diálogo. Un gobierno y política emergentes contra la agresión externa", https://www.aporrea.org/actualidad/a334067.html, en el cual hago un llamado al gobierno y las fuerzas progresistas a revisar y revisarse con el fin de formar un frente contrario a las agresiones del gobierno de Estados Unidos, que parecieran querer continuar, quizás más alentadas por las elecciones de ese país, ahora mismo en noviembre, como lo han mostrado con la incautación de dos aviones venezolanos en República Dominicana, con la nada honorable y menos amigable conducta de los gobernantes de esa nación antillana.
El debate de este momento y los reclamos pertinentes de quienes ansían un país soberano y unido contra las reales amenazas del capital externo, interesado en apoderarse de lo nuestro, usando intermediarios internos, debe centrarse en asuntos del mayor interés de los nacionales y sobre todo de las multitudes. Y estos son, un gobierno sólido, unido en defensa de lo nacional. Pues, en mi parecer, dados y bien diagnosticados los rasgos de la coyuntura, la lucha contra los intentos avasallantes del injerencismo toma rango supremo. Está en el primer plano.
Por ese dije en el artículo mencionado anteriormente "Se trata entonces de entender que estamos ante una coyuntura en la cual nuestra contradicción con los intereses de EEUU y más que este del capital tras del cual se ampara su Estado, toma un rango trascendente y uso este calificativo porque decir fundamental, parece como un lugar común y una expresión insuficiente para diagnosticar el momento. Y habiendo, además, dentro de la nación venezolana una fuerza que se ha aliado incondicionalmente al capital externo o mejor a los gobiernos de EEUU, factores que, aprovechándose de las inconformidades derivadas de la situación económica, generada por las sanciones y los errores gubernamentales por visiones parcializadas y fortalecidas por la estrechez que aprisiona al gobierno, ha alcanzado un significativo apoyo popular".
Y la circunstancia señalada o pintada anteriormente, llama a la formación de un gran frente, empezando por darle participación en el gobierno que habrá de instalarse en enero, a esas fuerzas que coinciden, no sólo en lo de enfrentar las agresiones imperiales, sino también lo relativo a la mejora del salario, los servicios públicos, gratuitos, que han sido, en gran medida, desmejorados por distintos factores, empezando por las sanciones, mermas de ingresos, aprovechando la nueva situación que describe Jesús Farías.
Contener y aminorar, hasta donde sea posible, esas agresiones externas y también el oportunismo de ciertos factores internos que, dadas las circunstancias, las aprovechan en su beneficio, afectando, en definitiva, sustancial y definitivamente a trabajadores y las multitudes, es la tarea primordial del movimiento popular, la gente sensata, de buena fe y cree en la justicia. Seguir dándole valor y rango sustantivos y de contradicción fundamental a asuntos de segundo orden que pueden resolverse en conversaciones bien fundamentadas, implica estar muy apartado de lo que dictan las circunstancias o la real coyuntura . Y eso, lo dicho anteriormente, es lo sustantivo, lo que debe contener el debate a dar ahora. Atrás quedaron las elecciones. Las declaraciones de Farías nos dan sustento para la lucha salarial, pues "a confesión de parte, relevo de pruebas".