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Estrategia de EEUU en Venezuela

Jueves, 14/11/2024 05:58 AM

Venezuela y Estados Unidos cumplirán seis años sin relaciones diplomáticas el próximo enero, cuando los protagonistas de la crisis bilateral de 2019, Nicolás Maduro y Donald Trump, tienen previsto jurar como presidentes, sin certeza de que el republicano demente y mentiroso reconozca al Presidente chavista: Nicolás Maduro, el mandatario venezolano expresó que, aunque no les "fue bien" en el primer Gobierno del empresario estadounidense (2017-2021) quien no lo reconocía entonces-, espera que este sea un "nuevo comienzo" para que ambos países apuesten a una relación "ganar-ganar". Hay muchas expectativas al respecto, hay quien señaló que estas se centran, básicamente, en dos escenarios: una reanudación de la política de máxima presión o una estrategia más pragmática enfocada en los ámbitos económico y comercial. El republicano es impredecible, por lo que es difícil saber si corresponderá a las declaraciones de Maduro, quien también expresó su disposición a establecer relaciones positivas con el país norteamericano.

En 2019, con el demente y mentiroso Donald Trump en la Casa Blanca, Washington  asestó el golpe criminal contra el corazón de la economía venezolana: el petróleo, su principal fuente de ingresos, lo que, según expertos, agravó la crisis que el país, con las permanentes sanciones en contra del pueblo venezolano, ambos países no han dejado de comunicarse y, durante la Administración del demócrata Joe Biden, hubo varios acercamientos que resultaron, por ejemplo, en un alivio del férreo esquema de sanciones legado por el demente y mentiroso Donald Trump, para Washington, es importante tener relaciones con un poseedor de tantas riquezas naturales como Venezuela, por interés económico, pero también para establecer una cooperación mutua como parte de su lucha contra el narcotráfico. 

La fecha de la juramentación de Nicolás Maduro para un nuevo período presidencial en Venezuela, el 10 de enero, se acerca rápidamente, pero aún se desconocen los planes y las medidas económicas que Washington podría implementar. La incógnita es sobre la estrategia que Estados Unidos adoptará para lograr su objetivo de reinsertar a Venezuela, en su esfera de influencia.  Cosa que no ha podido lograrlo en los últimos 25 años. En un contexto mundial de altas tensiones, el interés estratégico de Estados Unidos en Venezuela, sigue siendo un factor determinante para entender la evolución de la actual coyuntura. La proclamación de Nicolás Maduro como ganador de las elecciones del 28 de julio no ha sido aceptada por Washington, lo que expresa una pugna más profunda por el petróleo, la influencia, los recursos y el rumbo que tomará América Latina. La cuestión es: “Cómo responderá Washington a la situación de Venezuela”. 

El reconocimiento de la reelección del Presidente Nicolás Maduro, por parte de China, Rusia India e Irán, entre otras naciones, mientras EE.UU., la Unión Europea e Israel daban como ganador a Edmundo González, sin presentar resultado ni argumentación,  que justifique su opinión. Inscribe la disputa en la confrontación geopolítica contemporánea, que ya se dirime en el terreno bélico, tanto en Europa como en el Medio Oriente. Gracias a la cómica sorprendente veto de Brasil, Venezuela, no fue incorporada como miembro de los BRICS, aun cuando el presidente Nicolás Maduro fue invitado y acudió a la cumbre. La cancillería venezolana, aseguró que su exclusión obedeció a un veto de Brasil, lo que calificó de un gesto hostil. 

Venezuela, denunció que el actual gobierno de Lula da Silva decidió mantener el veto que Bolsonaro aplicó a Venezuela, durante años, reproduciendo el odio, la exclusión e intolerancia promovidos desde los centros de poder. Solo a través del diálogo se podrá avanzar hacia acuerdos futuros que consideren tanto los intereses geopolíticos de ambos países.   

 

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