Donald Trump asume la Presidencia de los EE UU el 20 de enero próximo, pero desde que supo de su triunfo, ha comenzado a ejercer funciones de Presidente, quizás porque su percepción y de muchos de sus seguidores, es que perdió la reelección presidencial de EEUU con Joseph Biden, porque le hicieron fraude y se da la paradoja política actual, de tener la potencia imperial hegemónica en declive y viviendo uno de sus peores momentos políticos, económicos y éticos, con dos cabezas presidenciales de aparente pensar distinto, pero cuyos propósitos son los mismos, actuando política e internacionalmente para seguir controlando, dominando, subalternizando e inferiorizando mediante la violencia supremacista blanca racista, genocida, colonial, belicista y sionista a continentes y países, en un planeta complicado geopolíticamente en guerras de diferentes tipos, unas con aparentes y claros desenlaces y consecuencias, mientras otras cargadas de incertidumbres.
Estas situaciones geopolíticas imperiales sionistas, han transformado la Diplomacia entre países, el Derecho Internacional y la Soberanía de los Estados Naciones, en un campo de batalla geopolítico imperial y hegemónico, flagrantemente violados, por el sionismo, los EE.UU, sus aliados europeos y derechas político partidistas extremistas y terroristas, de las antiguas ex-colonias africanas y nuestramericanas, ante la mirada impotente del árbitro creado luego de finalizada la II Guerra Europea e intercapitalista en el año 1945, la Organización de Naciones Unidas (ONU), para evitar nuevas guerras internacionales que si tendrían las características de mundiales, por la cantidad de países involucradas de todos los continentes y con la amenaza de una devastación planetaria nuclear. Las evidencias están a la vista más de dos años de una guerra promovida por EE.UU y aliados europeos OTAN-Ucrania-Rusia, Israel-Palestina-Gaza, ahora extendida a toda el Asia Oriental, con la situación de guerra civil en Siria, que ocasionó la renuncia del Presidente Sirio, creando caos geopolítico, belicista, social y económico, además de confusión e incertidumbre.
Descrito el panorama geopolítico mundial a grandes trazos, vayamos a la Historia y a la realidad geopolítica de hace más de 5 siglos, cuando en 1492 el territorio de Abya Yala, conocido hoy como América Latina, según Enrique Dussel (1994) fuimos "encubiertos" y se inauguró el mito de la modernidad, convirtiéndonos en países conquistados, colonizados y colonializados, en 1550 se realizaron las célebres Controversias de Valladolid entre el "humanista español" José Ginés de Sepúlveda y Fray Bartolomé de las Casas, que analizaremos en el próximo párrafo; por los "vientos que soplan" el Gobierno de Donald Trump pretende revitalizar el proyecto hegemónico capitalista financiero y global, mediante la reedición del mito de la modernidad y su cara oculta, la colonialidad Walter Mignolo (2005), por las acciones geopolíticas ya emprendidas por Trump hablando a veces con seriedad geopolítica otras más en "broma", como magnate económica, pretendiendo anexarse territorios cercanos como la "recuperación del canal de Panamá, o convertir a Canadá en el 51 estado de la Unión, o comprar la Isla de Groenlandia indudablemente que los propósitos son geopolíticos y económicos.
Oigamos al humanista español, promotor de la conquista y en su obra "La Guerra Justa contra los Indios", lo central en esta obra es que el conquistador con su lengua, religión y cultura superiores, trata de civilizar (emancipar) a los aborígenes de los pueblos originarios, porque lo que es bueno para Europa es bueno para todos (eurocentrismo) y la conquista española es una oportunidad de emancipación, para sacar de la barbarie y la ignorancia a los seres humanos de esos pueblos bárbaros, que si no lo hacen voluntariamente, entonces, es justa y necesaria la violencia genocida y criminal, de la cual esos pobladores originarios son responsables, por no acoger esa oportunidad que le brinda el conquistador y su conquista, mediante la imposición de una lengua, una cultura y una religión, ese acto emancipador supone del conquistado, violentado y sometido, negar, abdicar de su lengua, su cultura y saberes, cosmovisiones y sus Dioses, es decir, negarse a sí mismos, despojarse de su identidad, sus saberes, su cultura, su formas de organizarse comunitariamente, convirtiendo así, la modernidad hasta nuestros días en un "concepto pedagógico mitológico, en coloniadidad, como cara oculta de la modernidad, que transforma el poder democrático comunitario, en democracia representativa del hegemón imperial, gobernar no escuchando ni obedeciendo al pueblo que elije, los saberes y técnicas ancestrales de nuestros pueblos originarios en agri-cultura, arquitectura, astronomía, no es ciencia, lo científico se genera, investiga y aprende en las universidades de Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y los EE.UU, ni siquiera se mencionan las universidades españolas y portuguesas, que fueron los conquistadores de Abya Yala, por supuesto que este paradigma ideológico del poder, saber generó un ser humano alienado, es decir, subalternizado, inferiorizado y sometido a patrones ideológicos del poder y saber.
Es por ello que, luego de más de cinco siglos, de dominación política, de imposición de saberes, ciencia e investigación, de alienación ideológica de la subjetividad del ser, luego de dos siglos de finalizadas las Guerras Independentistas, nuestros Libertadores por el "encubrimiento" de 1492, no visibilizaron la necesidad de desmontar los patrones ideológicos de la colonialidad, que reproduce "inconsciente" y permanentemente la dominación del poder político, la imposición de conocimientos euro-anglo-céntricos y no un encuentro de saberes y conocimientos, patrones ideológicos que han alienado la subjetividad de nuestros pueblos, reproduciendo la dominación política e imposición académico científico.
De lo narrado hasta acá, nuestros lectores se habrán dado cuenta, que la actuación y accionar político del ´Presidente Trump antes de asumir la presidencia, es una edición contemporánea de la Colonialidad, que por el accionar político estratégico del Presidente Trump, ya no es cara oculta, sino un discurso contemporáneo, con la misma argumentación de Ginés de Sepúlveda, lo que ponga en peligro la seguridad de EE.UU, será resuelto por la fuerza económica de elevados impuestos o el uso de la fuerza militar, a los gobiernos y Estados nacionales que no se sintonicen con las Políticas Imperiales, tendrán su "Guerra Justa contemporánea geopolítica", aunque se viole el Derecho Internacional y la Soberanías de naciones, por encima de lo que amenace la Seguridad de EE.UU, no hay ONU, ni Derecho Internacional y mucho menos Soberanías que valga, que viva el elefante imperial en una tienda de cristalería.