Reinaldo Iturriza: “EEUU es el caso emblemático del verdugo que opina sobre el bienestar de la víctima”

Lunes, 10/08/2020 11:03 AM

El sociólogo y ex ministro de Comunas y de Cultura de Venezuela, Reinaldo Iturriza, analiza en esta entrevista exclusiva la capacidad de resistencia de la Revolución Bolivariana a las agresiones estadounidenses, aún en el contexto de la pandemia de coronavirus.
Credito: Notas Periodismo Popular

10.08.20 - Reinaldo Iturriza es un reconocido intelectual. Sociólogo graduado en la Universidad Central de Venezuela, ha escrito varios libros y se ha desempeñado en altos cargos políticos en su país. Entre 2013 y 2014, fue ministro del Poder Popular para las Comunas y luego, entre 2014 y 2016, condujo la cartera de Cultura.

En la primera entrega de esta entrevista exclusiva con Notas, analiza las razones por las que Venezuela, asediada por las sanciones económicas ("medidas coercitivas unilaterales", según su definición), ha logrado notables resultados en la prevención y combate contra el coronavirus.

Asimismo destaca la ineficacia de estas agresiones impulsadas centralmente por EE.UU. y la Unión Europea ya que, pese a que llevan años, no han logrado su objetivo: derrocar al gobierno de Nicolás Maduro. "Esa cuenta que sacan quienes toman estas decisiones: asfixiamos la economía del país y la gente se va a levantar contra su gobierno, eso implica un desconocimiento y, al mismo tiempo, un profundo menosprecio por el pueblo venezolano", asegura.

– Venezuela sufre desde hace años una crisis económica que ahora se ha superpuesto con la crisis sanitaria del coronavirus. Sin embargo, en lo que respecta a la pandemia, el país muestra mejores indicadores que otros vecinos regionales como Brasil, Chile o Perú ¿A qué crees que se atribuyen estos resultados?

– En líneas muy generales creo que existe una relación bastante clara, directa y elocuente entre las cifras de contagio, las víctimas fatales y el neoliberalismo. No puede ser casual en lo absoluto que, al menos en Sudamérica, los cinco primeros países en números de contagios sean aquellos gobernados por presidentes neoliberales.

Más allá de cada caso particular, y de la ineficacia de algunos procedimientos puntuales, la tendencia ha sido privilegiar o anteponer los intereses del capital. Y ahí estamos viendo las consecuencias. Creo que ese es el caso de Brasil, Colombia, Chile, Ecuador y Perú.

En el caso de Venezuela hay que reconocer, y es sintomático que esto sea silenciado sistemáticamente a escala global por los medios, que el gobierno actuó con premura, anticipándose a lo que podía ser una situación caótica. Más o menos de la misma forma, por cierto, que el gobierno argentino, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.

Eso se tradujo en que acá en Venezuela pudimos, como sociedad, conjurar una expansión del virus.

A manera de ejemplo, el uso que se le ha dado al Sistema Patria, que tiene una amplísima cobertura (según recuerdo, hay alrededor de 18 millones de personas registradas sobre 30 millones de habitantes) ha permitido informar y detectar la presencia de síntomas. A partir de esa información el gobierno desplegó una amplia campaña.

Y es destacable, igualmente, que la amplísima mayoría de venezolanos y venezolanas acataron el llamado de mantener la cuarentena, la distancia social, etc.

Como es normal, el número de casos ha venido aumentando y tiene que ver con la necesidad del ciudadano común y corriente de salir a la calle a resolver su economía. Esto sumado a la decisión gubernamental de flexibilizar parcialmente la cuarentena para que la economía venezolana no se paralice.

– En este contexto, Venezuela sigue enfrentando las sanciones económicas estadounidenses que golpean -sobre todo- al pueblo venezolano ¿Qué impacto tiene esto hacia el interior de la sociedad venezolana? ¿ha conseguido cumplir el objetivo de la Casa Blanca de resquebrajar el proyecto chavista y su posibilidad de continuidad?

– Aquí en Venezuela decimos que las mal llamadas sanciones son medidas coercitivas unilaterales. Ni EE.UU., ni la Unión Europea, ni nadie tiene potestad para estar sancionando. Por eso son medidas coercitivas unilaterales y arbitrarias que afectan fundamentalmente al conjunto de la sociedad venezolana.

Han sido propagandizadas como sanciones que van dirigidas contra un liderazgo político involucrado en hechos de corrupción o vinculado, supuestamente, con el narcotráfico. Todo según la fraseología de los sancionadores. Se trata de un pretexto bastante burdo.

El impacto que tienen estas medidas es profundo. Sus efectos son muy perniciosos. Estamos hablando de medidas que entorpecen tremendamente el funcionamiento de la economía nacional. Por no hablar de la dificultad enorme que tiene el gobierno venezolano para acceder a alimentos y medicinas. Son medidas claramente criminales.

En particular las que se han tomado contra la industria petrolera, que es la columna vertebral de la economía nacional, han tenido efectos devastadores. Es una industria que tiene una enorme dificultad para recuperar su operatividad, la producción de barriles y su funcionamiento normal.

Esto es algo que no solo decimos quienes apoyamos la Revolución Bolivariana, sino también expertos y estudiosos que no se identifican en lo absoluto con el proceso. Hay sobrada evidencia empírica, verificable, contrastable, sobre esto que afirmo.

Al mismo tiempo, está bastante claro que el gobierno estadounidense y quienes se han prestado a apoyar este tipo de medidas no han logrado su objetivo. El escenario de "cambio de régimen" (para seguir utilizando la retórica injerencista) no se ha producido.

Igualmente hay estudios que demuestran que en muy pocos casos logran ese cometido.

De manera que sí, han tenido un impacto en la población, pero han sido bastante ineficaces a la hora de lograr su objetivo. Esa cuenta que sacan quienes toman estas decisiones: asfixiamos la economía del país y la gente se va a levantar contra su gobierno, eso implica un desconocimiento y, al mismo tiempo, un profundo menosprecio por el pueblo venezolano.

Una parte muy importante de la población venezolana entiende que -en gran medida- las privaciones que estamos padeciendo tiene una relación directa con estas medidas. Que no explican toda la situación, que se trata de una situación multicausal y que hay otras razones, es completamente cierto, pero es claro que las sanciones juegan un papel preponderante.

– Una de las aristas para golpear a Venezuela es la acusación de que se trata de una dictadura ¿Considerás que tienen algún fundamento estas acusaciones?

– Venezuela es un país que ha sido asediado y atacado por muchos gobiernos, pero en especial por el estadounidense, desde los inicios mismos de la Revolución Bolivariana. Uno no puede olvidar que con expreso apoyo de EE.UU. se produjo un golpe de Estado en 2002 y se instauró una dictadura. Esa sí era una dictadura realmente.

El pueblo venezolano y su Fuerza Armada depusieron ese gobierno dictatorial y restauraron la democracia.

El gobierno estadounidense ha desconocido sistemáticamente resultados electorales aquí, y cuando los ha reconocido es porque no le quedó otra alternativa. En 2013, muy poca gente lo recuerda, cuando el presidente Nicolás Maduro resultó electo por primera vez, Washington desconoció las elecciones. En 2018, cuando tuvieron lugar las elecciones presidenciales, según manda la Constitución, lo hicieron nuevamente. En general han desconocido al gobierno venezolano legítimamente electo sistemáticamente.

Digo esto porque resulta sencillamente inaceptable que un gobierno como el de EE.UU., que ha hecho estas cosas, venga a darnos lecciones de qué es la democracia y qué es la dictadura. Y mucho menos con el historial que tiene ese país en Nuestra América de apoyo a dictaduras brutales y sangrientas, así como su involucramiento directo en el derrocamiento de presidentes democráticos.

En ese sentido, tampoco tiene mucho que decir sobre el respeto a los Derechos Humanos. Es claramente un caso emblemático del verdugo que opina sobre el bienestar de la víctima.

– La postura del gobierno estadounidense es amplificada y avalada por otros actores como el reciente informe de Michelle Bachelet sobre presuntas violaciones a los Derechos Humanos.

– A propósito del informe Bachelet, lo que resulta inaceptable es el doble rasero respecto a Venezuela en general. Parece que el único lugar del mundo donde se violan los Derechos Humanos es aquí. Y según esta perspectiva se violan de manera atroz.

Esto resulta extremadamente cínico cuando no se dice absolutamente nada y se guarda silencio sobre la masiva violación de Derechos Humanos que supone la aplicación arbitraria de medidas coercitivas, como comentaba previamente.

De un tiempo a esta parte hay suficiente evidencia de cómo los Derechos Humanos han sido instrumentalizados por el gobierno de EE.UU. para atacar a quienes no se alinean con sus intereses.

Por supuesto que hay una historia bastante larga previa, pero me refiero a esta retórica sobre las intervenciones humanitarias. Hablamos de países a los que se despedaza y saquea en nombre de los Derechos Humanos. Eso pretende hacerse en el caso venezolano, como se hizo en Irak y otros países.

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