Según un comunicado suscrito por los cancilleres de los países miembros de la Caricom, al término de la XXVII Reunión del Consejo de Relaciones Exteriores y Comunitarias (Cofcor), el Gobierno venezolano mantiene una postura “agresiva” frente a su contraparte, “a pesar de la orden de medidas provisionales del 1 de diciembre de 2023, emitida por la Corte Internacional de Justicia, y la Declaración Conjunta de Argyle para el Diálogo y la Paz entre Guyana y Venezuela”.
Ante la declaratoria de la Caricom -integrada por Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Monserrat, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam, y Trinidad y Tobago- Venezuela manifestó que el organismo de integración “pretende aupar la matriz maliciosa y tergiversada de presentar a Venezuela como una nación agresora”.
Además, el Ejecutivo venezolano, que lamentó lo que considera una “posición parcializada” de la Caricom, dijo que Guyana propició “continuas acciones belicistas” mediante “alianzas con entes militares y de inteligencia del Comando Sur y la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos”, enfocadas -aseguró- en “la preparación de una agresión” y en una “flagrante violación” del Acuerdo de Argyle, mediante el que los litigantes acordaron no amenazase ni usar la fuerza contra su oponente.
El pasado 9 de mayo, la Embajada de Estados Unidos en Georgetown anunció el sobrevuelo en Guyana y sus alrededores de “dos aviones de la Marina estadounidense, F/A-18F Super Hornets, embarcados en el USS George Washington (portaaviones)”, “con la colaboración y aprobación” del Gobierno guyanés.