"Éramos una colonia petrolera, dependíamos de las decisiones que se tomaban en los Estados Unidos. Ahora no, es voluntad de nuestro Gobierno, de nuestro proceso revolucionario, de nuestro pueblo, virar hacia el Sur, y hemos comenzado a hacerlo".
Hugo Rafael Chávez Frías (Palacio de Miraflores, 14 de marzo de 2006)
Resulta curioso que en un país en pleno proceso revolucionario y asediado por el imperialismo norteamericano, como nunca antes, se haya echado a un lado una valiosa fuerza laboral y un recurso humano de alta calificación y experiencia, formado por el Estado venezolano.
Esta manera arrogante y de desprecio con la cual las autoridades de la principal industria petrolera y petroquímica nacional, Pdvsa, ha decidido ignorar a un colectivo de primer orden y de valía para cualquier país desarrollado, es un hecho insólito y síntoma de ignorancia supina, el cual deberíamos corregir para bien de la Revolución Bolivariana.
Cuando tanto se habla de producción, si bien ahora no tan dependiente de la cultura petrolera y como la primera reserva en barriles de oro negro en el mundo, pareciera una contradicción y algo inexplicable que un colectivo con experiencia comprobada y calificación de primera en el área de los hidrocarburos, sea ignorado y despreciado por la alta gerencia del Estado venezolano y en especial por la primera autoridad de Pdvsa.
Si bien la industria pudo ser rescatada por el pueblo venezolano en momentos difíciles como cuando el recordado paro petrolero contra el gobierno del Comandante Hugo Chávez, ahora vemos de nuevo el ataque del imperialismo.
El paro se ejecutó a través de mercenarios como la "Gente del Petróleo". Hoy esa historia pareciera estar enterrada para dar paso al Plan de la Patria, el cual continúa y enarbola el Presidente Nicolás Maduros Moros.
La industria petrolera que era "la joya de la corona" había sido entregada a las garras del imperio norteamericano y a manos de las trasnacionales en la IV República.
Las hermanas, quienes vieron afectadas sus cuentas y balances financieros, al ya no poder contar dentro sus reservas y dentro de los citados balances los hidrocarburos venezolanos, emprendieron su venganza.
Desde luego que todo se debió al duro golpe propinado por la Revolución y la política nacionalista del Presidente Chávez, quien logró derrotar a sus secuaces y a las operadoras petroleras, en el hasta ahora considerado patio trasero del imperio.
La derrota ha sido imperdonable. Las pérdidas son cuantiosas y hoy el imperio ha reaccionado con el Gobierno de Donald Trump a la cabeza y a través de su Departamento de Estado y el Pentágono, por lo que tratan de jugarse el todo por el todo.
No es gratuito el accionar de los más altos niveles de la Casa Blanca contra el Gobierno Revolucionario del Presidente Nicolás Maduro y ya desde el Comandante Supremo - a quien eliminaron - se veía venir este ataque despiadado que hoy sacude la economía de nuestro país y somete a nuestro pueblo a un calvario y una dura postración.
En todo este escenario, el cual podría contar con un valioso recurso para levantar la primera industria del país, se forjó un espejismo que ahora acusa su fracaso. Una alta gerencia embriagada por el poder se incrustó en la principal industria del país y bajo la fachada de un ejército "rojo rojito", se ocupó de desmantelarla.
Todos los pasivos, planes de crecimiento y de producción en un mercado manejado por los zamuros del petróleo, se han visto tambalear. El virrey quien deslumbró al Comandante Chávez, ahora huye por el mundo de su propia fantasía y del sueño frustrado, de no poder construir las bases para llegar a Miraflores.
Chávez lo intuyó a tiempo y por eso a la hora de elegir su sucesor, puso la mirada en un autobusero, en un hijo del pueblo y no en el apadrinado catire de "modales burgueses", como lo calificó el Comandante guerrillero Douglas Bravo.
Hoy resulta contradictorio, al paso del tiempo, que las nuevas autoridades de Pdvsa también designadas a dedo, obedezcan a padrinos quienes siguen a la sombra de la principal industria del país pero con una política errada y cuesta abajo en la rodada.
Petróleos de Venezuela, la primera industria del país, a quien el imperio le quitó un ala como Citgo, hoy vive su propio calvario pero puede ser rescatada para ocupar el sitial que le corresponde en el Plan de la Patria.
Desde luego que con las mayores reservas probadas de petróleo y con los clientes a futuro que ya no miran al imperio del Norte, son un pasivo de primera para la República Bolivariana (China, Rusia, India, África, países asiáticos, etc.).
Estamos a tiempo para que la industria retome el control y la dirección de sus políticas a futuro, porque cuenta con hombres formados en sus propias filas y a quienes les duele Pdvsa.
La industria petrolera la cual ha sido expuesta por paracaidistas y gerentes asignados a dedo, todavía quedan dentro de ella hombres curtidos y enamorados de su misión y visión, hombres que quieren a Pdvsa como un verdadero patrimonio de los venezolanos.
Entre los soldados que hoy debería tomar en cuenta el Presidente Nicolás Maduro, mucho más allá de un Plan Chamba Mayor, está el colectivo de jubilados de la industria petrolera y petroquímica nacional.
Este valioso capital humano formado y curtido en el quehacer petrolero debe ser tomado en cuenta y llamado a repotenciar la primera industria del país que cuenta con las primeras reservas probadas de petróleo en el mundo (300 mil millones de barriles) .
Nunca es tarde y es una recomendación que como revolucionarios le hacemos al Primer Mandatario Nacional Nicolás Maduro, a quien apoyamos por su lealtad y constancia de defender el Plan de la Patria del Comandante Hugo Chávez.
Por La Campiña han desfilado muchos hombres probos y dedicados al servicio de los mayores intereses del país, pero también han desfilado los ambiciosos y enfermos de poder.
Muchos se vistieron de "rojo rojito" y los envolvió la vanidad y las redes de una mafia que no sólo robó, sino que buscaban el Palacio de Miraflores para perpetuarse en el poder.
Hoy, cosa que no es nueva, así como en la IV y en la V hemos visto desfilar a generales de la Patria al frente de la primera industria del país, pero pensamos que ojalá no se enfermen y se llenen de vanidad; porque a veces el poder enferma, sobre todo a quienes no han sido ensalmados con agua bendita.
Deseamos que las altas autoridades de Pdvsa y en especial el Primer Mandatario Nacional Nicolás Maduro, vuelva su mirada hacia un colectivo al cual le han arrebatado su Fondo de Pensiones y además, lo han ignorado, a pesar de poseer una experiencia y capacitación a toda prueba, con la cual podría estar asegurando el futuro de la industria petrolera y petroquímica nacional…
¡Por favor ¡ párenle un poco más a los jubilados petroleros…
¡Amanecerá y veremos!